San Atanasio y San Cirilo (derecha) |
(376-444)
Etim. del nombre: "Ciris": mandar, quien manda.
Fiesta: 27 de junio
Patriarca de Alejandría, Doctor de la Iglesia
De sus obras: Cristo entregó su cuerpo para la vida de todosEfusión del Espíritu Santo sobre toda carne Comentario de Juan
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos Comentario de Juan
A todos alcanzó la misericordia divina Comentario a Romanos 15,7
Dios nos ha reconciliado por medio de Cristo y nos ha confiado el ministerio de esta reconciliación. Comentario a 2 Corintios
Defensor de la maternidad divina de la Virgen María
Alabanzas de la Madre de Dios -Homilía pronunciada en el Concilio de Éfeso
Su autoridad sirvió santamente los designios de Dios. San Cirilo es famoso por su defensa de la ortodoxia contra la herejía, particularmente contra el nestorianismo.
Arzobispo de Alejandría (Egipto). Defensor de la doctrina que proclama a María la Theotokos: Madre de Dios. Esta doctrina fue proclamada como dogma en el Concilio de Efeso (431) que San Cirilo presidió bajo la autoridad el Papa Celestino. Su gran oponente era Nestóreo, patriarca de Constantinopla.
Al ponerse en duda que María es madre de Dios se ponía en duda la identidad de Jesucristo quien es una persona divina. Por eso San Cirilo no solo aportó a la Mariología sino también a la Cristología.
El
argumento de San Cirilo: María es la Theotokos, no porque ella
existiese antes de Dios o hubiese creado a Dios. Dios es eterno y María
Santísima es una criatura de Dios. Pero Dios quiso nacer de mujer. La
persona que nace de María es divina por lo tanto ella es madre de Dios.
Su santa defensa de la verdad le ganó la cárcel y muchas luchas pero salió victorioso.
Testimonio de San Cirilo al final del Concilio de Efeso:
"Te
saludamos Ho María, Madre de Dios, verdadero tesoro de todo el
universo, antorcha que jamás se apagará, templo que nunca será
destruido, sitio de refugio para todos los desamparados, por quien ha
venido al mundo el que es bendito por los siglos. Por ti la Trinidad ha
recibido más gloria en la tierra; por ti la cruz nos ha salvado; por ti
los cielos se estremecen de alegría y los demonios son puestos en fuga;
el enemigo del alma es lanzado al abismo y nosotros débiles criaturas
somos elevados al puesto de honor".
Y sobre la realidad histórica que se vivía:
"No
se puede imaginar la alegría de este pueblo fervoroso cuando supo que
el Concilio había declarado que María sí es Madre de Dios y que los que
no aceptaran esa verdad quedan fuera de la Iglesia. Toda la población
permaneció desde el amanecer hasta la noche junto a la Iglesia de la
Madre de Dios donde estábamos reunidos los 200 obispos del mundo. Y
cuando supieron la declaración del Concilio empezaron a gritar y a
cantar, y con antorchas encendidas nos acompañaron a nuestras casas y
por el camino iban quemando incienso. Alabemos con nuestros himnos a
María Madre de Dios y a su Hijo Jesucristo a quien sea todo honor y toda
gloria por los siglos de los siglos".
San Cirilo de Alejandría | |
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Obispo | |
Proclamado Doctor de la Iglesia el 28 de julio de 1882 por el papa León XIII | |
Nacimiento | c. 370-373 Alejandría |
Fallecimiento | c. 444 |
Venerado en | Iglesia copta, Iglesia católica, Iglesia ortodoxa |
Festividad | 27 de junio Novus Ordo 9 de febrero Vetus Ordo 18 de enero y 9 de junio Bizantino |
Atributos | vestimentas obispo griego |
Patronazgo | Alejandría |
Sobrino del poderoso obispo Teófilo, acompañó a su tío al Sínodo de la Encina (403), en el cual fue depuesto Juan Crisóstomo. Más tarde sucedió a su tío como obispo y patriarca de la sede alejandrina (412). Muchos se opusieron a su nombramiento, quizá por su genio impaciente y dominador. Su episcopado se caracterizó por la presión contra judíos, paganos y otras confesiones cristianas, así como por sus roces con las autoridades imperiales y su lucha de poder con el Patriarcado de Constantinopla.
Sus obras atestiguan un conocimiento extenso, además de la Biblia y de los escritores eclesiásticos, de los autores no cristianos de su época. Parece ser que durante un tiempo se retiró al desierto, donde recibió de los monjes educación ascética, según se deduce de las cuatro cartas que le escribió Isidoro de Pelusio. Es considerado santo por las Iglesias Católica, Ortodoxa y Copta.
En 1882 Cirilo fue proclamado doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien al mismo tiempo atribuyó el mismo título a otro importante exponente de la patrística griega, san Cirilo de Jerusalén. Esta proclamación se basó en su firmeza al servicio de la doctrina y en la valentía demostrada en defensa de la verdad católica, en particular contra el supuesto error de Nestorio, patriarca de Constantinopla, por lo que corrió el riesgo de ser desterrado y durante algunos meses vivió la humillación de la cárcel: “Nosotros —escribió— por la fe de Cristo estamos dispuestos a padecerlo todo: Las cadenas, la cárcel, todas las incomodidades de la vida y la misma muerte”.
Vida
El 17 de octubre del año 412 sucede a su tío en el patriarcado alejandrino. Su episcopado continuó su feroz lucha de poder entre las sedes de Alejandría y Constantinopla, pero además se caracterizó por un nuevo aumento de la presión contra paganos, herejes y judíos (tras la calma de los últimos años de Teófilo) y sus roces con el poder imperial. Uno de sus primeros actos fue la persecución de los novacianos (a pesar de la existencia de un edicto imperial de tolerancia hacia ellos): ordenó cerrar por la fuerza sus iglesias, expulsándolos del país, y decomisó el patrimonio tanto eclesiástico como privado del obispo novaciano Teopento.Cirilo persiguió también a los mesalianos (del sirio msaliyane = orantes), que ya habían sido declarados herejes en el sínodo de Side de Panfilia del año 390. Los mesalianos defendían la creencia que la salvación sólo se puede ganar gracias a la continua oración.
En 414, Cirilo instigó una serie de motines antijudíos y expropió casi todas las sinagogas de la capital egipcia para convertirlas en iglesias cristianas. El Patriarca hizo comparecer ante sí a los principales líderes judíos, lo cual suscitó una revuelta nocturna de protesta ante tales actos. En respuesta a este suceso, una gran muchedumbre, dirigida por Cirilo, asaltó y destruyó la sinagoga principal y saqueó las propiedades de los judíos. Por último, el Patriarca desterró a los judíos de Alejandría involucrados en los disturbios, incluidos mujeres y niños, privados de su hacienda y de alimentación, en un número de, presuntamente, cien mil o incluso de doscientos mil.[cita requerida]
El prefecto Orestes se quejó ante el emperador Teodosio II por estos actos. Inmediatamente una horda de 500 monjes del desierto de Nitria partió hacia Alejandría para proteger al Patriarca, ante su inminente deposición. Al ver que el Prefecto estaba en un carro, los monjes se abalanzaron sobre él y uno de ellos, llamado Amonio, hirió de un golpe en la cabeza a Orestes. Amonio fue apresado, torturado y ejecutado. Cirilo rindió al atacante honores de mártir.1
En 415 ó 416 una turba de cristianos fanáticos asesinó a la célebre filósofa Hipatia, maestra del prefecto Orestes. Debido a ello, durante siglos se ha acusado a Cirilo de ser el principal responsable de la muerte de la filósofa, aunque no hay certeza sobre su papel en la misma. El autor más cercano a los hechos, Sócrates Escolástico, indica que la muerte fue causa de oprobio para Cirilo y la iglesia de Alejandría, lo que sugiere una implicación del patriarca y su entorno en los hechos.2 La acusación aparece formulada con más claridad en la obra de Damascio, filósofo pagano del siglo VI que sufrió la persecución del emperador Justiniano I, y cuyo testimonio sobre Hipatia aparece recogido en la enciclopedia bizantina Suda.3 El obispo copto del siglo VII Juan de Nikiû confirma los hechos y justifica la muerte de Hipatia, a la que presenta como una bruja peligrosa.4 El propio Cirilo reprochó a los alejandrinos su carácter levantisco y pendenciero en su homilía pascual del año 419. En 422 otra turba asesinó al sucesor de Orestes como prefecto imperial, Calisto.
Cirilo fue una figura de relieve por el desarrollo teológico de sus escritos, en especial por su defensa de la unión entre la divinidad y la humanidad de Jesús, frente a las tesis de Nestorio, que en el año 428 ascendió a la sede de Constantinopla. Cirilo aprovechó el error dogmático de Nestorio para deponerlo de su sede. Participó activamente en el Concilio de Éfeso (431), convocado por el emperador Teodosio II, y logró que se proclamara a María la Theotokos: [1]Madre de Dios. Cirilo presidió el Concilio bajo la autoridad el Papa Celestino I.
Cirilo abrió las sesiones con 154 obispos de su partido sin esperar a que llegaran los obispos antioquenos, sirviéndose de cuantiosísimos sobornos durante todo el proceso. Sus regalos fueron tan abrumadores que, de hecho, logró que el emperador Teodosio II, en principio contrario al patriarca alejandrino, cambiara de parecer, y acabara por deponer y desterrar a su rival dogmático.5
Obra
Sus numerosas obras están recopiladas en 10 tomos de la Patrologia Graeca de Migne. Aun cuando no se opuso a las decisiones del Concilio de Nicea, tampoco era proclive al uso de la terminología admitida en ese sínodo debido, según afirmaba, a que se trataba de expresiones que no están contenidas en la Biblia y pertenecen más bien a la filosofía griega.6Exégesis escriturística:
- Comentario al Evangelio de San Juan;
- Glaphyra;
- Sobre la adoración y el culto en espíritu y en verdad.
- Contra las blasfemias de Nestorio;
- Tesoro de la santa y consustancial Trinidad: frente a los arrianos.
Véase también
- Arrianismo
- Concilio de Calcedonia
- Concilio de Éfeso
- Cristología
- Mariología
- Nestorio y Nestorianismo
- Teodoro de Mopsuestia
Referencias
- ↑ Sócrates Escolástico, Historia Ecclesiastica 7. 14; tr. inglesa en la Red.
- ↑ Sócrates Escolástico, Historia Ecclesiastica 7. 15.
- ↑ Suda s.v. Hipatia (Ypsilon 166).
- ↑ Juan de Nikiû, Chronica, 84.87-103; tr. inglesa en la Red.
- ↑ Blázquez Martínez, J.Mª. (2008): El soborno en la Iglesia Antigua, pp. 9-12.
- ↑ Cf. (Moliné 1995: 480).
Bibliografía
- Cirilo de Alejandría (1998). L. Leone y S. García-Jalón. ed. ¿Por qué Cristo es uno?. Ciudad Nueva. ISBN 84-89651-39-6.
- José Antonio Loarte (1998). El tesoro de los padres. Ediciones Rialp. ISBN 9788432132162.Artemi, Eirini «The mystery of the incarnation into dialogues «de incarnatione Unigenitii» and «Quod unus sit Christus» of St. Cyril of Alexandria», Ecclesiastic Faros of Alexandria, ΟΕ (2004), 145-277.
- Artemi, Eirini, St Cyril of Alexandria and his relations with the ruler Orestes and the philosopher HypatiaΟ , Ecclesiastic Faros of Alexandria, τ. ΟΗ (2007), 7-15.
- Artemi, Eirini, The one entity of the Word Incarnate. α). Apollinarius' explanation, β)Cyril's explanation,Ecclesiastic Faros of Alexandria,, τ. ΟΔ (2003), 293 – 304.
- Artemi, Eirini The historical inaccurancies of the film Agora about the murder of Hypatia, Orthodox Press, τεύχ. 1819(2010),7.
- Artemi, Eirini, The use of the ancient Greek texts in Cyril's works, POREIA MARTYRIAS,(2010), 114-125
- Enrique Moliné (1995). Los padres de la iglesia. Ediciones Palabra. ISBN 9788482390185.
- José Orlandis (2002). Historia de la Iglesia. Ediciones Rialp. ISBN 9788432133725.
- Hans von Campenhausen (1974). Los padres de la Iglesia. T. 1: padres griegos. Ediciones Cristiandad. ISBN 9788470571558.
- Deschner Karlheinz (1992). Historia Criminal del Cristianismo. T. III: De la querella de Oriente hasta el final del periodo justiniano. Martínez Roca. ISBN 84-270-1561-5.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Cirilo de Alejandría.
- Benedicto XVI presenta a san Cirilo de Alejandría
- Cirilo de Alejandría
- Obras de Cirilo de Alejandría (en inglés)
- Quasten, Patrología. La edad de oro de la literatura patrística griega. B.A.C. Madrid 1962
- San Cirilo de Alejandría
BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 3 de octubre de 2007
San Cirilo de Alejandría
Queridos hermanos y hermanas:
También hoy, continuando nuestro camino siguiendo las huellas de
los Padres de la Iglesia, nos encontramos con una gran figura: san Cirilo de
Alejandría. Vinculado a la controversia cristológica que llevó al concilio de
Éfeso del año 431 y último representante de relieve de la tradición alejandrina,
san Cirilo fue definido más tarde en el Oriente griego como "custodio de la
exactitud" —que quiere decir custodio de la verdadera fe— e incluso como "sello
de los Padres". Estas antiguas expresiones manifiestan muy bien un dato que, de
hecho, es característico de Cirilo, es decir, la constante referencia del obispo
de Alejandría a los autores eclesiásticos precedentes (entre éstos sobre todo a
Atanasio) con el objetivo de mostrar la continuidad de la propia teología con la
tradición. Se insertó voluntaria y explícitamente en la tradición de la Iglesia,
en la que reconocía la garantía de continuidad con los Apóstoles y con Cristo
mismo.
Venerado como santo tanto en Oriente como en Occidente, en 1882 san Cirilo fue
proclamado doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien al mismo tiempo
atribuyó el mismo título a otro importante representante de la patrística
griega: san Cirilo de Jerusalén. Se revelaron así la atención y el amor por las
tradiciones cristianas orientales de aquel Papa, que después proclamó también
doctor de la Iglesia a san Juan Damasceno, mostrando así que tanto la tradición
oriental como la occidental expresan la doctrina de la única Iglesia de Cristo.
Nos han llegado muy pocas noticias sobre la vida de san Cirilo antes de su
elección a la importante sede de Alejandría. Cirilo, sobrino de Teófilo, que
desde el año 385 rigió como obispo, con mano firme y prestigio, la diócesis de
Alejandría, nació probablemente en esa misma metrópoli egipcia entre el año 370
y el 380. Pronto se encaminó hacia la vida eclesiástica y recibió una buena
educación, tanto cultural como teológica. En el año 403 se encontraba en
Constantinopla siguiendo a su poderoso tío y allí participó en el Sínodo
conocido con el nombre de la Encina, que depuso al obispo de la ciudad, Juan
(después conocido como Crisóstomo), registrando así el triunfo de la sede de
Alejandría sobre su rival tradicional, Constantinopla, donde residía el
emperador. Tras la muerte de su tío Teófilo, Cirilo, que aún era joven, fue
elegido en el año 412 obispo de la influyente Iglesia de Alejandría,
gobernándola con gran firmeza durante treinta y dos años, tratando siempre de
afirmar el primado en todo el Oriente, fortalecido asimismo por los vínculos
tradicionales con Roma.
Dos o tres años después, en el 417 ó 418, el obispo de Alejandría dio pruebas de
realismo al recomponer la ruptura de la comunión con Constantinopla, que
persistía ya desde el año 406 tras la deposición de san Juan Crisóstomo. Pero el
antiguo contraste con la sede de Constantinopla volvió a encenderse diez años
después, cuando en el año 428 fue elegido obispo Nestorio, un prestigioso y
severo monje de formación antioquena. El nuevo obispo de Constantinopla suscitó
pronto oposiciones, pues en su predicación prefería para María el título de
"Madre de Cristo" (Christotokos), en lugar del de "Madre de Dios" (Theotokos),
ya entonces muy querido por la devoción popular.
El motivo de esta decisión del obispo Nestorio era su adhesión a la cristología
de la tradición antioquena que, para salvaguardar la importancia de la humanidad
de Cristo, acababa afirmando su separación de la divinidad. De este modo no era
ya verdadera la unión entre Dios y el hombre en Cristo y, por tanto, ya no se
podía hablar de "Madre de Dios".
La reacción de Cirilo —entonces máximo exponente de la cristología de
Alejandría, que subrayaba con fuerza la unidad de la persona de Cristo— fue casi
inmediata y se desplegó con todos los medios ya a partir del año 429, enviando
también algunas cartas al mismo Nestorio. En la segunda misiva (PG 77,
44-49) que le envió Cirilo, en febrero del 430, leemos una clara afirmación del
deber de los pastores de preservar la fe del pueblo de Dios. Este era su
criterio, por lo demás válido también para hoy: la fe del pueblo de Dios es
expresión de la tradición, es garantía de la sana doctrina. Escribe estas líneas
a Nestorio: "Es necesario exponer al pueblo la enseñanza y la interpretación de
la fe de la manera más irreprensible y recordar que quien escandaliza aunque sea
a uno solo de los pequeños que creen en Cristo padecerá un castigo intolerable".
En la misma carta a Nestorio —misiva que más tarde, en el año 451, sería
aprobada por el concilio de Calcedonia, cuarto concilio ecuménico—, Cirilo
describe con claridad su fe cristológica: "Siendo distintas las naturalezas que
se unieron en esta unidad verdadera, de ambas resultó un solo Cristo, un solo
Hijo: no en el sentido de que la diversidad de las naturalezas quedara
eliminada por esta unión, sino que la divinidad y la humanidad completaron para
nosotros al único Señor Jesucristo e Hijo con su inefable e inexpresable
conjunción en la unidad".
Y esto es importante: realmente la verdadera humanidad y la verdadera divinidad
se unen en una sola Persona, nuestro Señor Jesucristo. Por ello, sigue diciendo
el obispo de Alejandría, "profesamos un solo Cristo y Señor, no en el sentido de
que adoramos al hombre junto con el Logos, para no insinuar la idea de la
separación diciendo "junto", sino en el sentido de que adoramos a uno solo y al
mismo, pues su cuerpo no es algo ajeno al Logos, con el que está sentado
a la diestra del Padre. No están sentados a su lado dos hijos, sino uno solo
unido con la propia carne".
Muy pronto el obispo de Alejandría, gracias a agudas alianzas, logró que
Nestorio fuera condenado repetidamente: por parte de la sede romana con una
serie de doce anatematismos redactados por él mismo y, finalmente, por el
concilio de Éfeso, en el año 431, el tercer concilio ecuménico. La asamblea, que
se desarrolló con vicisitudes tumultuosas, concluyó con el primer gran triunfo
de la devoción a María y con el exilio del obispo de Constantinopla que no
quería reconocer a la Virgen el título de "Madre de Dios", a causa de una
cristología equivocada, que ponía división en el mismo Cristo. Ahora bien,
después de haber prevalecido de este modo sobre el rival y su doctrina, san
Cirilo supo alcanzar ya en el año 433 una fórmula teológica de compromiso y de
reconciliación con los de Antioquía. Y esto también es significativo: por una
parte se da la claridad de la doctrina de la fe, pero, por otra, la intensa
búsqueda de la unidad y de la reconciliación. En los años siguientes se dedicó
con todos los medios a defender y aclarar su posición teológica hasta la muerte,
acaecida el 27 de junio del año 444.
Los escritos de san Cirilo —verdaderamente muy numerosos y difundidos
ampliamente incluso en diferentes traducciones latinas y orientales ya durante
su vida, prueba de su éxito inmediato—, son de importancia primaria para la
historia del cristianismo. Son importantes sus comentarios a muchos libros del
Antiguo y del Nuevo Testamento, entre los que destaca todo el Pentateuco,
Isaías, los Salmos y los evangelios de san Juan y de san Lucas. Son de gran
importancia también sus muchas obras doctrinales, en las que aparece
continuamente la defensa de la fe trinitaria contra las tesis arrianas y contra
las de Nestorio. La base de la enseñanza de san Cirilo es la tradición
eclesiástica y, en particular, como he mencionado, los escritos de san Atanasio,
su gran predecesor en la sede de Alejandría. Entre los otros escritos de san
Cirilo hay que recordar finalmente los libros Contra Juliano, última gran
respuesta a las polémicas anticristianas, dictada por el obispo de Alejandría
probablemente en los últimos años de su vida para replicar a la obra Contra
los galileos, compuesta muchos años antes, en el año 363, por el emperador
que fue llamado el Apóstata por haber abandonado el cristianismo en el que había
sido educado.
La fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, "una Persona que da un nuevo
horizonte a la vida" (Deus caritas est, 1). San Cirilo de Alejandría fue
un incansable y firme testigo de Jesucristo, Verbo de Dios encarnado, subrayando
sobre todo la unidad, como repite en el año 433, en la primera carta (PG
77, 228-237) al obispo Sucenso: "Uno solo es el Hijo, uno solo el Señor
Jesucristo, ya sea antes de la encarnación ya después de la encarnación. En
efecto, no era un Hijo el Logos nacido de Dios Padre, y otro el nacido de
la santísima Virgen; sino que creemos que precisamente Aquel que existe antes de
los tiempos nació también según la carne de una mujer". Esta afirmación, más
allá de su significado doctrinal, muestra que la fe en Jesús Logos nacido
del Padre está también muy arraigada en la historia, pues, como afirma san
Cirilo, este mismo Jesús entró en el tiempo al nacer de María, la Theotokos,
y estará siempre con nosotros, según su promesa. Y esto es importante: Dios es
eterno, nació de una mujer y sigue con nosotros cada día. En esta confianza
vivimos, en esta confianza encontramos el camino de nuestra vida.
Saludos
Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a
los seminaristas de la diócesis de Jerez de la Frontera, con su obispo, monseñor
Juan del Río; a los distintos grupos venidos de España, México, Costa Rica,
Argentina, y de otros países latinoamericanos. Os animo a centrar vuestra vida
en Cristo, Dios y hombre verdadero, y a dar un testimonio cada vez más alegre de
la fe y el amor que alimentan vuestra existencia cotidiana. Muchas gracias.
(A los peregrinos de lengua portuguesa)
Os bendigo de todo corazón, deseando que vuestras comunidades, comenzando por la propia familia, procuren consolidarse por la fuerza y a imitación de la eucaristía, donde se irradia la caridad de Cristo que se da en alimento a los fieles. Sed sus devotos comensales y asiduos adoradores.
Os bendigo de todo corazón, deseando que vuestras comunidades, comenzando por la propia familia, procuren consolidarse por la fuerza y a imitación de la eucaristía, donde se irradia la caridad de Cristo que se da en alimento a los fieles. Sed sus devotos comensales y asiduos adoradores.
(En italiano)
Mi pensamiento va, por último, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Que el luminoso ejemplo de san Francisco de Asís, cuya memoria celebraremos mañana, os estimule a vosotros, queridos jóvenes, a vivir siempre en plena fidelidad al Evangelio; a vosotros, queridos enfermos, os ayude a afrontar el sufrimiento con valentía, buscando en Cristo crucificado serenidad y consuelo; y a vosotros, queridos recién casados, os conduzca hacia un amor cada vez más profundo a Dios y entre vosotros, para que podáis experimentar la alegría que brota de vuestra donación recíproca abierta a la vida.
Mi pensamiento va, por último, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Que el luminoso ejemplo de san Francisco de Asís, cuya memoria celebraremos mañana, os estimule a vosotros, queridos jóvenes, a vivir siempre en plena fidelidad al Evangelio; a vosotros, queridos enfermos, os ayude a afrontar el sufrimiento con valentía, buscando en Cristo crucificado serenidad y consuelo; y a vosotros, queridos recién casados, os conduzca hacia un amor cada vez más profundo a Dios y entre vosotros, para que podáis experimentar la alegría que brota de vuestra donación recíproca abierta a la vida.
¿SABES QUIÉN ERA SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA?
San CIRILO DE ALEJANDRÍA, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Figura clave en la lucha contra la herejía nestoriana
por su ciencia profunda y por su lucha incansable contra la herejía, la figura de Cirilo cobró tales dimensiones que con justicia se le tiene como uno de los primeros Padres de la Iglesia oriental, alcanzando bien merecida e imperecedera fama. | San Cirilo de Alejandría. Su fiesta se celebra el 27 de junio. |
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OBRAS | |
DOCTRINA | |
JUICIO CRÍTICO | |
CATEQUESIS DE BENEDICTO XVI SOBRE SAN CIRILO |
VIDA
Pocos datos poseemos sobre su infancia y juventud. Probablemente nacido en Alejandría entre el 370 y el 373. Su educación debió de ser muy esmerada: sus obras atestiguan un conocimiento extenso, además de la Biblia y de los escritores eclesiásticos, de los autores paganos.
Posteriormente tal vez se retiró al desierto, donde recibió de los
monjes la educación ascética, según parece deducirse de las cuatro cartas íntimas que le escribió S. Isidoro de Pelusio.
San Cirilo de Alejandría
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Al morir Teófilo el 15 de octubre del 412 d. C. es elegido Patriarca de Alejandría, no obstante la oposición de muchos, que temían fuese el candidato de naturaleza impaciente y dominadora, fiel trasunto de su tío.
A juzgar por las primeras actuaciones de su pontificado, no carecían de fundamento las aprensiones de los que se oponían a la elevación de Cirilo a la sede alejandrina.
Parece inconsiderado y violento contra los novacianos, riguroso en extremo con los judíos, frío y tirante en sus relaciones con Orestes, gobernador imperial de Alejandría.
Pero, afortunadamente, el sobrino, que comenzó como un nuevo Teófilo, acabó siendo un santo, dominando y educando sus impulsos.
Y no sólo esto: por su ciencia profunda y por su lucha incansable contra la herejía, la figura de Cirilo cobró tales dimensiones que con justicia se le tiene como uno de los primeros Padres de la Iglesia oriental, alcanzando bien merecida e imperecedera fama.
La figura de Cirilo empieza a emerger con auténtico relieve en la grave crisis suscitada por Nestorio en torno a la doctrina cristológica. En efecto, apenas elevado a la sede patriarcal de Constantinopla, el año 428, comenzó Nestorio a predicar las doctrinas peligrosas de Teodoro de Mopsuestia y Diodoro de Tarso, negando la unidad personal de Cristo y la maternidad divina de María, madre de Jesús.
Decía el Patriarca de Constantinopla que era pura fábula pagana la idea de un Dios envuelto en pañales y crucificado. La agitación consiguiente entre los fieles fue enorme; el Patriarca alejandrino Cirilo se hace eco de las protestas populares, y se convierte en el abanderado de la ortodoxia.
San Atanasio (izqda) y San Cirilo de Alejandría (drcha) |
No paró ahí la actividad del patriarca de Alejandría: dirigiéndose a su colega de Constantinopla, le invita a retractarse de sus ideas. Pero todo fue en vano.
Ante la difícil situación creada en Oriente y, después de haber cruzado sin éxito algunas cartas, Nestorio y Cirilo apelan al arbitraje del papa Celestino, quien convocó un concilio en Roma para estudiar la cuestión.
Este sínodo declaró a Nestorio incurso en herejía y le conminó con la deposición si no se retractaba de sus errores diez días después de haber recibido la sentencia sinodal.
Fue Cirilo encargado por Roma para transmitir la comunicación a Nestorio, mediante una carta del Papa, a la que él adjuntó una fórmula de fe aprobada el año 430 en un sínodo de Alejandría y, además, una lista de 12 anatematismos de los errores que debía abjurar.
No quedaba más que una posibilidad para evitar una ruptura violenta en la Iglesia oriental: un concilio general. El emperador Teodosio II convocó en Éfeso a todos los metropolitanos y obispos del Imperio para la fiesta de Pentecostés del 431, con el fin de que asistieran a un sínodo, que se haría famoso en la Historia como el tercer concilio ecuménico.
El concilio, en su primera sesión (22 junio 431), condenó a Nestorio como reo de herejía y lo depuso de su sede. Todavía hubo de vencer Cirilo la obstinación de los obispos de la provincia antioquena, que se habían adherido, más o menos abiertamente, a las tesis de Nestorio.
Al fin, se reconcilió con ellos el año 433, desapareciendo de este modo el cisma antioqueno, aunque no el nestorianismo, que se extendió por Caldea y otras regiones de Asia, donde aún subsisten sus seguidores con el nombre de «cristianos de Santo Tomás». S. Cirilo murió el 27 de junio del 444, sin haber logrado vencer todas las resistencias.
S. AZNAR TELLO
BIBL.: Fuentes: Las obras completas de S. Cirilo fueron editadas por primera vez por el canónigo J. AUBERT, Sancti Cyrilli Alexandrini opera omnia Graece et Latine, París 1638. Nuevos textos fueron publicados por A. MAI, Nova Patrum Bibliotheca, Roma 1844-45. Todas las demás son reproducciones de la de AUBERT, incluido MIGNE, PG 68-77, que a esta edición junta las de MAL Estudios monográficos: J. MANÉ, Cyrille d'Alexandrie, en DTC 111,2476-2527; G. BARDY, Cyrille d'Alexandrie, en Catholicisme, 111, 407-412; C. VONA, Cirillo di Alessandria, en Bibl. Sanct. 3,1308-1315; O. BARDENHEWER, Les Péres de l'Eglise (versión francesa), 11, París 1889, 217-232; A. LARGENT, Études d'histoire ecclesiastique: Saint Cyrille d'Alexandrie, París 1892.-Artículos: J. MANÉ, Les anathématismes, «Rev. d'Histoire Ecclesiastique» 8 (1906) 505-542; F. NAU, Saint Cyrille et Nestorius, «Rev. de FOrient chrétienne» 15 (1910) 365-391; 16 (1911) 1-54; M. JUGIE, La terminologie christologique de saint Cyrille, «Echos d'Orient» 15 (1912) 12-27; P. GALTIER, L'unio secundum hypostasim chez saintCyrille, «Gregorianum» 33 (1952) 351-398; G. JOUASSARD, Saint Cyrille d'Alexandrie et le schéma de 1'incarnation Verbe-chair, «Recherches de Science Religieuse» 44 (1956) 234-242; C. MOLARI, La cristologia di S. Cirillo e l'antropologia neoplatonica, «Euntes Docete» 12 (1959) 223-229; P. GALTIER, Saint Cyrille d'Alexandrie et Saint Léon le Grand á Chalcédoine, en Das Konzil von Chalkedon, 1,1962,345-387.
BIBL.: Fuentes: Las obras completas de S. Cirilo fueron editadas por primera vez por el canónigo J. AUBERT, Sancti Cyrilli Alexandrini opera omnia Graece et Latine, París 1638. Nuevos textos fueron publicados por A. MAI, Nova Patrum Bibliotheca, Roma 1844-45. Todas las demás son reproducciones de la de AUBERT, incluido MIGNE, PG 68-77, que a esta edición junta las de MAL Estudios monográficos: J. MANÉ, Cyrille d'Alexandrie, en DTC 111,2476-2527; G. BARDY, Cyrille d'Alexandrie, en Catholicisme, 111, 407-412; C. VONA, Cirillo di Alessandria, en Bibl. Sanct. 3,1308-1315; O. BARDENHEWER, Les Péres de l'Eglise (versión francesa), 11, París 1889, 217-232; A. LARGENT, Études d'histoire ecclesiastique: Saint Cyrille d'Alexandrie, París 1892.-Artículos: J. MANÉ, Les anathématismes, «Rev. d'Histoire Ecclesiastique» 8 (1906) 505-542; F. NAU, Saint Cyrille et Nestorius, «Rev. de FOrient chrétienne» 15 (1910) 365-391; 16 (1911) 1-54; M. JUGIE, La terminologie christologique de saint Cyrille, «Echos d'Orient» 15 (1912) 12-27; P. GALTIER, L'unio secundum hypostasim chez saintCyrille, «Gregorianum» 33 (1952) 351-398; G. JOUASSARD, Saint Cyrille d'Alexandrie et le schéma de 1'incarnation Verbe-chair, «Recherches de Science Religieuse» 44 (1956) 234-242; C. MOLARI, La cristologia di S. Cirillo e l'antropologia neoplatonica, «Euntes Docete» 12 (1959) 223-229; P. GALTIER, Saint Cyrille d'Alexandrie et Saint Léon le Grand á Chalcédoine, en Das Konzil von Chalkedon, 1,1962,345-387.
Cirilo de Alejandría, Santo | |||
Obispo y Doctor de la Iglesia, 27 de junio | |||
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San Cirilo de Alejandría, Doctor de la Iglesia (376-444)
Su fiesta se celebra el 27 de junio y se reconoce por ser Patriarca de Alejandría y Doctor de la Iglesia.
Cirilo de Alejandría cumplió santamente los designios de Dios. Es considerado una figura de relieve por el desarrollo teológico de sus escritos, en especial, su defensa de la divinidad de Jesús, frente a Nestorio, quien difundía la herejía que negaba que Jesús fuera Dios y hombre y señalaba que había dos hijos que se encontraron unidos en Cristo de una forma sólo moral.
Sus numerosas obras están recopiladas en 10 tomos de la Patrología Graeca de Migne. En 1882 fue proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien también atribuyó este título a otro reconocido exponente de la patrística griega, san Cirilo de Jerusalén.
En el año 2007 el Papa Benedicto XVI se refirió a este santo y señaló que: “Ligado a la controversia cristológica que llevó al Concilio de Éfeso del año 431, último representante de importancia de la tradición alejandrina, Cirilo fue definido más tarde en Oriente como «custodio de la exactitud» --que quiere decir custodio de la verdadera fe-- e incluso como «sello de los Padres». Estas antiguas expresiones manifiestan un dato de hecho que es característico de Cirilo, es decir, la constante referencia del obispo de Alejandría a los autores eclesiásticos precedentes (entre éstos sobre todo a Atanasio) con el objetivo de mostrar la continuidad de la propia teología con la tradición. Quiso integrarse explícitamente en la tradición de la Iglesia, en la que reconoce la garantía de continuidad con los apóstoles y con el mismo Cristo”.
Este santo fue defensor de la doctrina que proclama a María la “Theotokosen” (en griego Θεοτόκος), Madre de Dios. Se le conoce con los títulos de “Defensor de la fe católica” y “custodio de la fe”.
Cirilo fue Arzobispo de la ciudad de Alejandría, ubicada actualmente en Egipto, y conocida por albergar a la conocida Biblioteca de Alejandría, creada a principios del siglo III a.C por Ptolomeo I Sóter y en la cual se albergaron hasta 700 mil libros.
También en Alejandría se comenzó a utilizar la CRUZ como símbolo del cristianismo; para el cual el santo también usaba el Pez, ψάρι.
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