“Tomó luego Samuel una
piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Ebenezer,
diciendo: Hasta aquí nos ayudó el Señor. I Samuel 7:12.
Qué me espera en los próximo días, los próximos meses o los próximos años. Yo no lo se.
Sin duda habrá días soleados y
hermosos, sin duda habrá tormentas. Venga lo que venga necesito estar
preparado para darle la bienvenida con firmeza y mucho ánimo. Porque
esa es la vida y aunque la vida varia, el Señor jamás varia, él es el mismo, ayer y hoy y por los siglos.
Hoy me siento seguro de la vida en
Cristo . Hasta este momento puedo decir que algunas veces el mar ha
estado quieto y los cielos azules. Algunas veces las olas se han
levantado amenazadoramente y la tempestad ha rugido, pero nunca mi
embarcación se ha partido estando Jesús a bordo. A través del sube y
baja de las olas, yo he visto su amor y su poder gobernando esa olas y
manteniéndolas a ellas en el hueco de su mano.Si viene una hora que
anuncia tempestad y la luz de la playa no se alcanza a ver, nunca
temeré, porque se que el Señor está aún en el barco y el que hasta ahora
me ha ayudado, se que me ayudará.
Hoy he aprendido que la tormentas
siempre vendrán y por lo tanto necesito estar listo para recibirlas, más
mi confianza necesita incrementarse porque Jesús está conmigo y él me
hace estar seguro y gozoso a su lado. Dios tiene un propósito en mi
vida y ese propósito será cumplido a pesar de las tempestades.
Señor, Gracias porque hasta aquí
me has ayudado. Estoy donde estoy y hago lo que hago no por mi fuerza,
tú me has sostenido y me has guardado. A veces las tempestades que se
anuncian intentan atemorizarme, pero hoy quiero recordar que mi vida
está en tus manos y tu sostienes mi vida y me fortaleces. Si hasta aquí
me has ayudado, eso me da la certeza que aún mañana y el próximo mes y
el próximo año tu me ayudarás. Amén.
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