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Guido Maramaldi, Beato |
Confesor
Fecha de beatificación: Culto confirmado en el año 1612 siedo
Papa Pablo V.
Etimológicamente significa “el que guía y conoce todos
los caminos”. Viene de la lengua alemana.
¡Que se regocije el
corazón sencillo! ¡Dichoso quien tenga un corazón de niño! Todas
las realidades de Dios están en él.
Guido fue un confesor
del siglo XIV. Pertenecía a una familia de Nápoles de
origen noble. Eran cuatro hermanos, y en todos ellos brillaba
la flor de la sencillez, uno de los dones grandes
que Dios concede a las personas que quieren serlo. Uno fue
un soldado valeroso; otro, un brillante hombre de gobierno y
primer ministro de Nápoles; el tercero fue un arzobispo ejemplar
de Bari y, más tarde, llegó a ser cardenal
de la Iglesia.
El menos brillante a los ojos del mundo,
era Guido. Escogió el camino de la humildad en lugar
del sendero dela ambición.
Entró muy joven en la Orden de
los Dominicos. Encontró dificultades para entrar por motivos de salud,
mucho más que por causas familiares.
Una vez que entró en
la Orden, se reveló como un dominico de primera línea
en la predicación – lo típico de esta Orden –
y por su virtud.
Fue el maestro del convento
napolitano; después se marchó de misionero a tierras del Sur. En
Sicilia adquirió una fama sensacional como un comunicador claro.
Todo
el mundo que le escuchaba, lo entendía todo. Sabía adaptarse
a a los oyentes con el lenguaje adecuado.
En Ragusa fundó
un nuevo convento. Fue nombrado por la Santa Sede
Inquisidor de la fe en Nápoles. Lo ejerció con prudencia.
Murió en el año 1391.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
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