domingo, 16 de marzo de 2014

Para vivir la Cuaresma





"La Pascua, celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo, es para los cristianos la más importante fiesta litúrgica. Ya la Cuaresma, es el tiempo litúrgico que antecede e prepara las celebraciones pascuales".
Para vivir la Cuaresma de la mejor manera posible, el Obispo Auxiliar de Belo Horizonte, Mons. João Justino de Medeiros, escribió un artículo instruyendo cómo debemos prepararnos para este tiempo de meditación.
"Desde el miércoles de cenizas, como preparación, este tiempo requiere, de parte de los católicos, actitudes expresivas de disposición de vivir según la Pascua", dijo.
De acuerdo con Mons. Justino, "vivir la Cuaresma es camino para que la persona llegue a la Pascua con el corazón más fraterno y libre", pues "a lo largo del camino cuaresmal, el cristiano va acogiendo la liberación ya ofrecida por Cristo en la cruz".
Tres actitudes fueron citadas por el prelado en el texto, todas inspiradas en el Evangelio: la limosna, la oración y el ayuno.
La actitud de "Dar limosna" es crear espacio de libertad consigo mismo y ser capaz de ofrecer al otro algo mío, ejercitando la solidaridad.
"Orar", prosiguió Mons. Justino, es colocarse delante de Dios, reconocer la propia condición humana y depositar en él toda la esperanza.
El "Ayunar" es ejercitar la libertad interior en comunión con los que tienen hambre y experimentar el vacío que el ayuno trae, que nos incomoda y nos hace pensar, más allá de desafiarnos a revisar el estilo de vida que llevamos, en busca de un cambio.
Según el Obispo Auxiliar, existen otras formas para vivir este tiempo cuaresmal, considerando los tiempos actuales y la vida movida en la mayoría de las ciudades.
"Silenciarse", el primero de ellos, es "cuando la persona abre espacio para la escucha más profunda de sí mismo. Ahí Dios habla".
"Peregrinar", continuó, "es recorrer un camino, con dirección, dejando que el propio camino hable a través de lo que es nuevo, de las sorpresas, de lo inusitado".
El "reconciliarse", a través de la limosna, de la oración y del ayuno, lo que nos ayudan a percibir "la necesidad de reconciliarse consigo mismo, con el otro, con Dios".
El encuentro con el otro o con otras realidades sociales sensibiliza el corazón humano. Este es el "visitar", el "corazón de la persona se renueva cuando ella se permite ser tocado por el otro", como visitar una persona enferma o incluso una persona anciana que vive solita.
El último descrito por Mons. Justino, el "estar en familia", significa proporcionarnos "un momento que ayude a recuperar el encuentro y el diálogo de los miembros de la familia".
"Otros ejercicios podrán ser descubiertos. Para ser cuaresmales deben contar con el deseo y el empeño de acoger en su corazón a Jesucristo, palabra viva del Padre, la verdad que libera"

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