jueves, 27 de marzo de 2014

Devoción de las tres Avemarías



Anunciación
BREVE EXPLICACIÓN DEL PORQUE DE LAS TRES AVEMARÍAS
Con el rezo de Las Tres Avemarías la Virgen ha dicho que le veneramos en su relación con Dios Trino y le ayudamos a agradecer a la Santísima Trinidad los privilegios que le han sido otorgados (Poder Sabiduría Amor, ya que como se revelo a Santa Gertrudis:”Después del Poder del Padre, la Sabiduría del Hijo, y la Ternura misericordiosa del Espíritu Santo, nada se aproxima al Poder, la Sabiduría y la Ternura misericordiosa de María.”), Maria es nuestra Madre, que alegria la Reina del Cielo, la Madre de Dios es también nuestra Madre porque así lo quiso Jesucristo (Juan:19.25-27) cada vez que le saludamos con estas tres avemarias “palabras que vienen de Dios (ver arriba explicación del avemaría)” también le estamos instando que del Poder, Sabiduría y Amor con que Dios la ha colmado (recordemos que mas que ella SOLO DIOS) haga uso de ellos en auxilio nuestro.
La virgen nos insta a que recemos: “La devoción de las tres Avemarias siempre me fue muy grata… No dejéis de rezarlas y de hacerlas rezar cuanto podáis. Cada día tendréis pruebas de su eficacia…”
OTRAS PROMESAS ACERCA DE LA PRÁCTICA DE ESTA DEVOCIÓN
La Santa Madre de Dios le dijo a Santa Gertrudis que:
“Quien la venerase en su relación con la Beatísima Trinidad, experimentaría el poder que le ha comunicado la Omnipotencia del Padre como Madre de Dios; admiraría los ingeniosos medios que le inspira la sabiduría del Hijo para la salvación de los hombres, y contemplaría la ardiente caridad encendida en su corazón por el Espíritu Santo” En otra ocasión la Virgen Maria le dijo a esta Santa, refiriéndose a todos los que la invocamos diariamente conmemorado el Poder, la Sabiduría y el Amor que le fueron comunicados por la Santísima Trinidad: “a la hora de su muerte me mostraré a él con el brillo de una belleza tan grande, que mi vista le consolará y le comunicará las alegrías celestiales” (Libro El Heraldo Divino)
Según el llamado apóstol de la Santísima Trinidad (el bienaventurado Diego Cádiz capuchino que vivió en el siglo XVIII) la Madre de Dios le revelo que:
“Una de las más agradables devociones que se le pueden ofrecer, es la de ayudarle a dar gracias a la Augusta Trinidad por el Poder que recibió del Padre Eterno, por la Sabiduría con que la enriqueció su Hijo y por la Caridad de que la llenó el Espíritu Santo”
Cuando Sor Maria Villani, religiosa Dominica siglo XVI rezaba un día Las Tres Avemarías, oyó de labios de la Virgen Maria estas estimulantes palabras:
“No Solo Alcanzaras Las Gracias Que Me Pides, Sino Que En La Vida Y En La Muerte Prometo Ser Especial Protectora Tuya Y De Cuantos Como Tu Practiquen Esta Devoción”
Y LAS PROMESAS DE LA REINA DE LOS CIELOS NUNCA DEJAN DE TENER PLENO CUMPLIMIENTO.
EN QUE CONSISTE HACER LA NOVENA DE LAS TRES AVEMARIAS
En rezar tres veces el Avemaría durante nueve días. Como hemos indicado en su lugar, la Santísima Virgen prometió a Santa Matilde asistirla en la hora de la muerte si rezaba cada día en su honor tres Avemarías para celebrar los atributos de Poder, Sabiduría y Misericordia con que la enriqueció la Beatísirna Trinidad.
Mas los devotos de María, entendiendo con esto cuán de su agrado es este obsequio, juzgaron que repitiéndolo durante nueve días, quizás alcanzarían para sus necesidades el eficaz socorro de su poderosa intercesión. Este es el origen de la Novena eficaz de las Tres Avemarías.
Esas Tres Avemarías son como otras tantas aldabadas que damos a las puertas del misericordioso y compasivo corazón de Nuestra Señora; son como tres aclamaciones angustiosas con que el alma implora su Poder, Sabiduría y Misericordia para el remedio de las múltiples necesidades que la aquejan.
Cuán del agrado de Nuestra Señora sea este piadoso ejercicio, dicenlo muy elocuentemente los muchos y diversos favores, tanto espirituales como materiales, que cuentan haber alcanzado por semejante práctica las personas que se han servido de ella para implorar la protección de la Santísima Virgen.
Pero lo más consolador son los beneficios espirituales que dispensa la Santísima Virgen por medio de esta Novena. Diríamos que esa bendita devoción es el anzuelo con que María Santísima pesca innumerables almas para el cielo; muchas, ciertamente, serán deudoras de su eterna felicidad en la gloria a la eficacia de esa devota práctica.
Conversiones extraordinarias de pecadores moribundos que se logró recibieran los últimos Sacramentos, a lo que se resistían; jóvenes extraviados, devueltos al camino del bien y al hogar, de donde los había arrancado la perversión; niatrimnonios que han recuperado el tesoro de la paz y unión, que hacia tiempo habían perdido; almas atormentadas por los escrúpulos y otras penas interiores, que recobraron la paz de conciencia y el sosiego de su espíritu; en fin, devoto lector, que esta Novena parece la panacea de todos los males, así del cuerpo como del alma.
Si quieres convencerte de ello, pruébalo; haz una Novena o varias para el remedio de tus necesidades o las de tu familia; pero hazla con fe y confianza, y purifica tu alma con una buena confesión; acude en los trances apurados a este piadoso ejercicio, y no dudo de que experimentarás su eficacia y encontrarás hartos motivos para ser devoto de la Madre de Dios y admirarte de su benignidad, que a cambio de tan corto servicio tan regaladas mercedes dispensa al que se lo hace.
MODO DE REZARLA
Hacer la señal de la Cruz
Madre de Dios y Madre de todas las gracias: por las muchísimas que te concedió la Santísima Trinidad, y particularmente por tu poder, sabiduría y ardiente caridad, te suplico nos concedas a nosotros participar de estas gracias, como participan los hijos de los bienes de sus padres, y especialmente nos concedas la gracia que te pedimos en esta novena honrando en ti al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
(Pedir la gracia o milagro que se desea obtener).
1 Ave Maria
Virgen poderosísima: así como Dios Padre, en su munificencia omnipotente, levantó tu alma sobre un trono de gloria sin igual, hasta el punto de que, después de él, eres la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también te suplico que me asistas en la hora de la muerte, para fortificarme y rechazar de mí toda potestad enemiga.
Rezar 1 Avemaría.
2 Ave Maria
Virgen sapientísima: así como el Hijo de Dios, conforme a los tesoros de su sabiduría, te adornó y llenó maravillosamente de ciencia y entendimiento, de tal modo que gozas del conocimiento de la Santísima Trinidad más que todos los santos juntos, y como sol brillante, con la claridad de que te ha embellecido, adornas todo el cielo, así también te ruego me asistas en la hora de la muerte, para llenar mi alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas de la ignorancia y del error.
Rezar 1 Avemaría.
3 Ave Maria
Virgen amantísima: así como el Espíritu Santo te llenó por completo de las dulzuras de su amor y te hizo tan amable y tan amante que, después de Dios, eres la más dulce y la más misericordiosa, así también te ruego me asistas en la hora de la muerte, llenando mi alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para mí en delicias.
Rezar 1 Avemaría.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, amén.
Terminar con la señal de la Cruz














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