viernes, 7 de marzo de 2014

El ayuno de los discípulos

Mateo 9, 14-15. Cuaresma. Cristo vino a cargar con nuestras flaquezas. Él tiene el bálsamo que cura nuestra alma
 
El ayuno de los discípulos
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15


En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercaron a Jesús, preguntándole: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: -¿Es que pueden guardar luto los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán.

Oración introductoria 

Señor, dame la gracia de caminar esta Cuaresma por la senda de una fe viva, operante y luminosa que me permita iluminar todos los acontecimientos de mi vida con tu luz, y me ayude a ser fiel y perseverante en mis propósito de acompañarte en la cruz con amor y generosidad.

Petición

Señor, dame la gracia de renunciar, por amor, a algo lícito y placentero, para que este sacrificio sea el medio para reparar y purificarme de mis debilidades.

Meditación del Papa Francisco

De estos cristianos hay muchos. No son cristianos, se disfrazan como cristianos. No saben quién es el Señor, no saben lo que es la roca, no tienen la libertad de los cristianos. Y, para decirlo de un modo simple, no tienen alegría: los primeros tienen una cierta "alegría" superficial. Los otros viven en una continua vigilia fúnebre, pero no saben lo que es la alegría cristiana. No saben cómo disfrutar de la vida que Jesús nos da, porque no saben hablar con Jesús. No se afirman sobre Jesús, con la firmeza que da la presencia de Jesús. Y no solo no tienen alegría: no tienen libertad. Son esclavos de la superficialidad, de esta vida generalizada, y estos son los esclavos de la rigidez, no son libres. En su vida, el Espíritu Santo no tiene cabida. ¡Es el Espíritu quien nos da la libertad! El Señor hoy nos invita a construir nuestra vida cristiana en Él, la roca, Aquel que nos da la libertad, que nos envía el Espíritu, que te hace ir adelante con alegría, en su camino, en sus propuestas. (S.S. Francisco, 27 de junio de 2013, homilía en misa matutina en la capilla de Santa Marta). 

Reflexión

A un observador de las cosas de este mundo parecería que el hombre debe esperar a llegar al Cielo para tener una vida sin preocupaciones. Si hay carestía de algo en el mundo, no es precisamente de preocupaciones. El que tiene hijos se preocupa por ellos, quien tiene ancianos a su cuidado se preocupa por ellos. El empresario se preocupa porque su empresa vaya adelante, el ama de casa se preocupa de que su hogar esté en orden y dispuesto, el estudiante se preocupa por aprobar sus exámenes. Todos tenemos nuestra ración cotidiana de preocupaciones.

Algunas sin embargo son muy pesadas, y nadie puede negar su importancia. Son enfermedades o situaciones familiares y sociales de muy difícil solución. El evangelio de hoy nos presenta un aspecto de la figura de Cristo que debe llenar de esperanza los corazones atribulados. Cristo como aquel que "tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras iniquidades". Esto puede parecernos simple palabrería, pues el que tiene problemas no siempre encuentra una solución a ellos en la oración. Y surge la tentación de pensar que a Cristo le son indiferentes nuestras preocupaciones. Sin embargo es cierto que Cristo vino a cargar con nuestras flaquezas.

Tal vez no como nosotros lo esperamos, pero seguro que sí como Él quiso entregarse. Porque lo que Cristo nos ofrece quizás no sea la solución material a nuestras dificultades, pero no cabe duda que nadie como Él tiene el bálsamo que cura nuestra alma, el remedio que calma nuestro espíritu, la palabra que pacifica nuestro corazón.

Propósito

Mortificar mi egoísmo haciendo, por amor, un acto de caridad con alguien cercano a mí.

Diálogo con Cristo

Señor, dame el gozo y la generosidad en el sacrificio al saber que es el medio que me acerca a Ti. Tú te entregaste por mí hasta morir en la cruz para salvarme, yo, para corresponderte, quiero ayunar más de mí mismo y de mis cosas, no quiero escatimar nada para colaborar contigo en la salvación de los hombres mis hermanos.


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Conoce más acerca de la Cuaresma para vivirla mejor. 


viernes 07 Marzo 2014

Viernes después de Ceniza

Santa Perpetua Felicidad, Santa Teresa Margarita (Redi) del Corazón de Jesús




Leer el comentario del Evangelio por
Beato Juan Pablo II : “Entonces ayunarán”

Isaías 58,1-9a.
Así habla el Señor Dios:
¡Grita a voz en cuello, no te contengas, alza tu voz como una trompeta: denúnciale a mi pueblo su rebeldía y sus pecados a la casa de Jacob!
Ellos me consultan día tras día y quieren conocer mis caminos, como lo haría una nación que practica la justicia y no abandona el derecho de su Dios; reclaman de mí sentencias justas, les gusta estar cerca de Dios:
"¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos afligimos y tú no lo reconoces?". Porque ustedes, el mismo día en que ayunan, se ocupan de negocios y maltratan a su servidumbre.
Ayunan para entregarse a pleitos y querellas y para golpear perversamente con el puño. No ayunen como en esos días, si quieren hacer oír su voz en las alturas.
¿Es este acaso el ayuno que yo amo, el día en que el hombre se aflige a sí mismo? Doblar la cabeza como un junco, tenderse sobre el cilicio y la ceniza: ¿a eso lo llamas ayuno y día aceptable al Señor?
Este es el ayuno que yo amo -oráculo del Señor-: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos;
compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne.
Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor.
Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!". 

Salmo 51(50),3-4.5-6ab.18-19.
Ten piedad de mí, oh Dios, en tu bondad,
por tu gran corazón, borra mi falta.
Que mi alma quede limpia de malicia,
purifícame de mi pecado.

Pues mi falta yo bien la conozco
y mi pecado está siempre ante mí;
contra ti, contra ti sólo pequé.
e hice lo que es malo a tus ojos.

Un sacrificio no te gustaría,
ni querrás si te ofrezco, un holocausto.
Mi espíritu quebrantado a Dios ofreceré,
pues no desdeñas a un corazón contrito.


Mateo 9,14-15.
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. 


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Beato Juan Pablo II (1920-2005), papa
Audiencia general del 21/03/1979 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)

“Entonces ayunarán”

“¿Cómo es que tus discípulos no ayunan?”. Jesús les contestó: “¿Por ventura pueden los compañeros del novio llorar mientras está el novio con ellos? Pero vendrán días en que les será arrebatado el esposo, y entonces ayunarán” (Mt 9, 15). De hecho, el tiempo de Cuaresma nos recuerda que el esposo nos ha sido arrebatado. Arrebatado, arrestado, encarcelado, abofeteado, flagelado, coronado de espinas, crucificado... El ayuno en el tiempo de Cuaresma es la expresión de nuestra solidaridad con Cristo… “Mi amor está crucificado y no existe en mí más el fuego que desea las cosas materiales”, como escribía el obispo de Antioquía, Ignacio, en la Carta a los romanos (Ign. Antioq. Ad Romanos, VII, 2).

La comida y la bebida son indispensables al hombre para vivir, se sirve y debe servirse de ellas; sin embargo, no le es lícito abusar de ellas de ninguna forma. El abstenerse, según la tradición, de la comida o bebida, tiene como fin introducir en la existencia del hombre no sólo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir “actitud consumística”. Tal actitud ha venido a ser en nuestro tiempo una de las características de la civilización, y en particular de la civilización occidental… El hombre orientado hacia los bienes materiales… muy frecuentemente abusa de ellos.

Cuando el hombre se orienta exclusivamente hacia la posesión y el uso de los bienes materiales, es decir, de las cosas, también entonces toda la civilización se mide según la cantidad y calidad de las cosas que están en condición de proveer al hombre, y no se mide con el metro adecuado al hombre. Esta civilización, en efecto, suministra los bienes materiales no sólo para que sirvan al hombre en orden a desarrollar las actividades creativas y útiles, sino cada vez más... para satisfacer los sentidos, la excitación que se deriva de ellos, el placer momentáneo, una multiplicidad de sensaciones cada vez mayor. A veces se oye decir que el aumento excesivo de los medios audiovisuales… De esto resulta que el hombre contemporáneo debe ayunar, es decir, abstenerse no sólo de la comida o bebida, sino de otros muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos.

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