lunes, 17 de junio de 2013

Los reconocerán por el amor

Mateo 5, 38-42. Tiempo Ordinario. Jesucristo ha venido a mostrarnos una nueva forma de ver la vida, basada en el amor por encima del odio.
 
Los reconocerán por el amor
Del Santo Evangelio según San Mateo 5, 38-42

Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente". Pues yo os digo: no resistáis el mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha, ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto; y al que te obligue andar una milla, vete con él dos. A quien te pida, da, y al que desee que le prestes algo, no le vuelvas la espalda.

Oración introductoria

Señor, no puedo quedar indiferente ante esta invitación que me haces a ser más generoso. Que vea tu ejemplo de amor por los demás y me esfuerce por imitarlo.

Petición

Señor Jesús, dame la fortaleza necesaria para vivir tu enseñanza de amor. Ayúdame a darme cuenta de que me invitas a ser más generoso. Que acoja esta invitación de forma que me done a los demás.

Meditación del Papa

Jesucristo ha venido a mostrarnos una nueva forma de ver la vida, basada en el amor por encima del odio. Ésta es la novedad del cristianismo. La convivencia entre los hombres llegará a ser realmente pacífica el día en que el amor prevalezca por encima de las demás cosas. "Al grito por la sangre derramada, que se eleva desde tantas partes de la tierra, Dios responde con la sangre de su Hijo, que entregó su vida por nosotros. Cristo no respondió al mal con el mal, sino con el bien, con su amor infinito". Ángelus de su Santidad Benedicto XVI, 5 de julio de 2009

Reflexión

El mundo en que vivimos sería realmente diferente si creyéramos en la fuerza del amor. La experiencia nos demuestra que donde se ha sembrado el rencor, sólo se han cosechado frutos amargos. El amor es la cura para tantos males que padece el mundo. El remedio para la soledad, el abandono y la tristeza es el amor. Con la fuerza del amor nos podemos enfrentar a los retos que nos va a presentar la vida. Un amor que nos libera de nuestro egoísmo y nos ayuda a abrirnos a los demás.

Propósito

Hoy tendré un detalle con algún familiar y perdonaré al que me ofenda.

Diálogo con Cristo

Jesús, gracias por haberme llamado a formar parte de tus discípulos. Dame la gracia de servir a los demás sin cálculo y sin medida, así como Tú lo hiciste. Tú has dicho: "Nadie tiene mayor amor que aquél que da la vida por sus amigos". Sé que hay muchas personas que esperan ser amadas, y yo estoy dispuesto. Pero este amor perderá su fuerza si Tú no lo alimentas, si Tú no lo alientas. No quiero tener límites en mi amor. Que cuando sirva a las personas con las que convivo, recuerde que te lo estoy haciendo a ti.


El amor se manifiesta mejor con hechos que con palabras. (Santo Cura de Ars, Sermón sobre Jesucristo)


lunes 17 Junio 2013

Lunes de la undécima semana del tiempo ordinario

San Rainerio de Pisa

 Leer el comentario del Evangelio por
Doroteo de Gaza : “Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia”

San Pablo a los Corintios 2 6,1-10.
Somos, pues, los ayudantes de Dios, y ahora les suplicamos que no hagan inútil la gracia de Dios que han recibido.
Dice la Escritura: En el momento fijado te escuché, en el día de la salvación te ayudé. Este es el momento favorable, éste es el día de la salvación.
Nos preocupamos en toda circunstancia de no dar a otro ningún pretexto para criticar nuestra misión;
al contrario, de mil maneras demostramos ser auténticos ministros de Dios que lo soportan todo: las persecuciones, las privaciones, las angustias,
los azotes, las detenciones, las oposiciones violentas, las fatigas, las noches sin dormir y los días sin comer.
Procedemos con integridad, conocimiento, espíritu abierto y bondad, impulsados por el Espíritu Santo y el amor sincero,
con las palabras de verdad y con la fuerza de Dios, con las armas de la justicia, tanto para atacar como para defendernos.
Unas veces nos honran y otras nos insultan; recibimos tanto críticas como alabanzas; pasamos por mentirosos, aunque decimos la verdad;
por desconocidos, aunque nos conocen. Nos dan por muertos, pero vivimos; se suceden los castigos, pero no somos ajusticiados;
nos tocan mil penas, y permanecemos alegres. Somos pobres, y enriquecemos a muchos; no tenemos nada, y lo poseemos todo.

Salmo 98(97),1.2-3ab.3cd-4.
Entonen al Señor un canto nuevo,
pues ha hecho maravillas,
la salvación provino de su diestra,
de su brazo de santidad.

El Señor dio a conocer su salvación,
hizo ver a los paganos su justicia,
se acordó de su amor y fidelidad
en favor de la casa de Israel.

Todos, hasta los confines del mundo,
han visto la salvación de nuestro Dios.
¡Aclamen al Señor, toda la tierra,
estallen en gritos de alegría!


Mateo 5,38-42.
Ustedes han oído que se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente.»
Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra.
Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto.
Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos.
Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda.


Extraído de la Biblia Latinoamericana.



Leer el comentario del Evangelio por :

Doroteo de Gaza (c.500 - ?), monje en Palestina
Instrucciones, nº 1, 6-8; SC 92

“Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia”

La Ley dice: “Ojo por ojo, diente por diente” (Ex 21,24). Pero el
Señor nos exhorta no sólo a recibir pacientemente el golpe del que nos
abofetea, sino a presentarle humildemente la otra mejilla. Porque la
finalidad de la Ley era enseñarnos a no hacer lo que no queremos que nos
hagan. Nos priva, pues, de hacer el mal por miedo a lo que nos pueda
ocurrir. Pero lo que se nos pide ahora es: rechazar el odio, el amor al
placer, el amar los honores y demás tendencias nocivas...

A través de los santos mandamientos Cristo, nos enseña a purificar
nuestras pasiones a fin de que éstas no nos hagan caer de nuevo en los
mismos pecados. Nos muestra la causa que nos hace llegar al desprecio y a
la trasgresión de los preceptos de Dios; y nos proporciona el remedio para
que podamos obedecer y ser salvados.

¿Cuál es, pues, el remedio y la causa de este desprecio? Escuchad lo
que nos dice el mismo Señor: “Aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis el descanso para vuestras almas” (Mt 11,29). He
aquí que, de manera breve, con una sola palabra, nos muestra la raíz y la
causa de todos los males, junto con su remedio, fuente de todos los bienes.
Nos enseña que lo que nos hace caer es la soberbia, y que no es posible
alcanzar misericordia sino por la humildad, que es la disposición
contraria. De hecho, la soberbia engendra el desprecio y la desobediencia
que conduce a la muerte, mientras que la humildad engendra obediencia y la
salvación de las almas: yo entiendo la verdadera humildad, no como un
rebajarse de palabra y en actitudes, sino como una disposición
verdaderamente humilde en lo más íntimo del corazón y del espíritu. Por
esto dice el Señor: “Yo soy manso y humilde de corazón”. El que
quiera encontrar el verdadero descanso para su alma que aprenda a ser
humilde.

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