martes, 18 de junio de 2013

Evangelios sinópticos

 

    

 
Johann Jakob Griesbach, biblista alemán. El título de su libro Synopsis, edición crítica en la que se presentaban los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas en columnas paralelas para su comparación, dio lugar a la denominación «evangelios sinópticos».
La denominación evangelios sinópticos es utilizada para hacer referencia a tres de los cuatro evangelios canónicos, en concreto los de Mateo, Marcos y Lucas, en razón de su afinidad, y de sus semejanzas en cuanto al orden de la narración y al contenido.[1]

Origen del término «sinóptico»

El término «sinóptico» proviene de los formantes griegos συν (syn, «junto») y οψις (opsomai, «ver»). La palabra «sinóptico» indica que los contenidos de estos tres evangelios pueden ser dispuestos para ser «vistos juntos», bien en columnas verticales paralelas, bien en sentido horizontal.
En 1776, el biblista alemán Johann Jakob Griesbach (1745-1812) presentó su libro Synopsis sobre los tres evangelios mencionados, en el cual esos evangelios aparecían en un formato impreso de columnas paralelas, lo que facilitaba su mirada de conjunto o simultánea. Así se ponían de manifiesto fácilmente sus semejanzas y sus diferencias.[1] El estudio de Griesbach ganó popularidad en el ambiente académico, lo que llevó a llamar «sinópticos» a los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas cuando se los menciona en conjunto.
Por causa de su contenido, el evangelio de Juan o cuarto evangelio canónico no permite su comparación con los tres primeros salvo en unos pocos pasajes.

Consecuencias de la «sinopsis»


 
Esquema que representa la formación de los evangelios sinópticos. Al final del esquema se sintetiza una de las teorías más reconocidas que buscó explicar dicha formación: la teoría de las dos fuentes. La misma supuso que los evangelios sinópticos eran el resultado de dos documentos o fuentes comunes: el evangelio de Marcos y una colección de dichos y breves discursos de Jesús conocidos como la fuente Q.
La visualización en paralelo de los tres evangelios sinópticos permitió apreciar las grandes coincidencias que existen entre ellos. Hay textos, en ocasiones largos, que están redactados con las mismas palabras y con las palabras en el mismo orden. Pero también se pueden encontrar grandes diferencias cuando se examinan en detalle.[1] Las convergencias entre los tres (o a veces entre dos) evangelios evidenciarían que los autores habrían utilizado una misma fuente, o se habrían copiado entre ellos. Por otra parte, las divergencias indicarían más bien que los evangelios se escribieron con cierto grado de independencia uno del otro.[1]
Las similitudes y divergencias entre los sinópticos suscitaron el llamado problema sinóptico, es decir, la cuestión acerca de qué relación hay entre ellos. Existen varias hipótesis que intentan contestar esta pregunta. Una de ellas, la más aceptada en la actualidad, es la teoría de las dos fuentes, presentada por Christian Hermann Weisse (1801-1866) y elaborada más tarde por P. Wernle (1872-1939). La teoría sostiene que los evangelios de Mateo y de Lucas se basaron en el de Marcos y en otra fuente desconocida que Wernle designó con la letra Q, inicial de la palabra alemana Quelle que signfica «fuente». Esta fuente Q, hasta hoy desconocida, habría consistido sobre todo en una colección de dichos y breves discursos de Jesús.

Referencias

  1. a b c d Rivas, Luis H. (2010). Diccionario para el estudio de la Biblia. Buenos Aires: Editorial Amico. pp. 170-171. ISBN 978-987-25195-1-3. 

Bibliografía

Evangelios Sinópticos

Se les llaman evangelios sinópticos a los primeros tres evangelios, porque presentan la misma perspectiva general de la vida y predicación de Jesús. Narran casi los mismos hechos, coincidiendo los tres evangelios Mateo, Marcos y Lucas, en sus narraciones. Para repasar sobre la definición de sinópticos, diremos que relatan la vida de Cristo desde un punto de vista común. Veamos en los siguientes estudios los rasgos relevantes de estos estudios.
 
LOS EVANGELIOS
 
1. Cada uno presenta al Señor desde un punto de vista particular

 2. Es la fotografía de un amigo desde cuatro posiciones diferentes

 * MATEO: Presenta como Rey a los judíos
* MARCOS: Lo presenta como siervo a los romanos.
* LUCAS: Como hijo de hombre a los griegos.
* JUAN: Como el Verbo encarnado a todos los hombres

 3. SINOPTICOS: Relatan los mismos acontecimientos, es una vista en conjunto una vista en general.
LAS DIFERENCIAS CON JUAN:
 
a) Los sinópticos relatan su ministerio en Galilea, Juan en Judea.
b) Los sinópticos relatan milagros, parábolas y discursos. Juan relata sólo siete, sus conversaciones íntimas y sus oraciones.
c) Los sinópticos lo presentan en acción. Juan en meditación y comunión.
 
MATEO: Regalo de DiosAutor: Mateo o Levi: Uno de los doce apóstoles, recaudador de impuestos (Mateo 9:9), renuncio a su trabajo y le sirvió a Jesús (Mateo 9:9)
Versículos sobresalientes: Mateo: 7:7- 12 y 28:20.
Fecha: 54 D. de C.
PROFECIAS CUMPLIDAS:
a) El nacimientos virginal de Cristo (1:23-24)
b) La matanza de los niños en Belén (2:16-18)
c) Radicación de la familia de Jesús en Nazareth (2:23)
d) La traición por treinta piezas de plata (27:9)
NOTAS IMPORTANTES DE MATEO
a) Relata 14 parábolas
b) Relata 20 milagros
c) Se le llama el Evangelio didáctico por la forma sistemática en la que presenta sus enseñanzas.
d) Es el único Evangelio que emplea la palabra iglesia (Ekklesia)
e) Es el libro cuarenta del canon (el cuarenta es el número de la prueba)
GRANDES DISCURSOS:
a) El sermón del monte (principios y normas del reino.
b) Instrucciones para los mensajeros del reino (capitulo 10)
c) Parábolas del reino (capitulo 13)
d) Enseñanzas sobe el discipulado (capítulo 18)
e) La venida del Rey (capítulo 24 y 25)
EL RETRATO DE JESUS EN MATEO:
a) Jesucristo es Rey. Nace del linaje real, los magos le ofrecen regalos dignos de la realeza, el sermón del monte es un manifiesto real.
b) Jesús el rechazado: Herodes trata de matarlo, los fariseos lo acusan de comer con los pecadores, dudan de sus milagros, los atribuyen a Belcebú.
c) Jesucristo volverá a la tierra para reinar: parábolas de os talentos, las vírgenes, prudentes e insensatas, las ovejas y las cabras.
PROPÓSITO: Mostrar a Jesús de nazareth es el Mesías Prometido.
 
MARCOS:
AUTOR: Juan Marcos; hijo de Maria dueña del aposento alto, primo de Bernabé.
Compañero de Pablo en su primer viaje misionero, compañero e interprete de Pedro (1 Pedro 5:13)
FECHA: 64 D. de C.
CARACTERISTICAS ESPECIALES:
1) Es el más breve de los evangelios
2) Escrito a los romanos
3) Presenta a Jesucristo como siervo
4) No hay genealogía (Nadie se interesa por el linaje de un siervo)
5) Omite los relatos de la infancia de Jesús
6) Relata solo cuatro parábolas (El sembrador, el crecimiento de la semilla, la semilla de mostaza, los labradores malvados)
7) Realza más las obras de Jesús que sus enseñanzas (los romanos no se interesaban en las enseñanzas eran hombres prácticos)
EL RELATO ES DIVIDIDO
1) Describe las miradas de Jesús ( Marcos 3:5, 3:34)
2) Describe las reacciones del Señor ( Marcos1:44, 4:40, 5:36, 6:6)
3) Describe las reacciones de la gente ( Marcos 1:33, 3:10 , 1:22, 4:41)
RELATA SITUACIONES PINTORESCAS
1) Jesús estaba con las fieras (1:13)
2) Los amigos del paralítico hicieron una abertura en el techo (2:4) el versículo clave es el 10:45
 
LUCAS
AUTOR:
FECHA: Año 64 d. de C.
1) Originario de Antioquia (No era Judío)
2) Médico (Colosenses 4:14)
3) El primer gran historiador de la Iglesia (1:1-4)
4) Versículo sobresaliente 19:10
5) Es el único de los escritores del Nuevo Testamento que cita nombres de emperadores romanos (Augusto, Tiberio y Claudio)
6) La natividad es presentada desde el punto de vista de María (Mateo desde el punto de vista de José)
RASGOS NOTABLES DE LUCAS
1) Presenta la genealogía hasta Adán (Mateo hasta Abraham)
2) Enfatiza que los Samaritanos también son merecedores de la salvación: el buen Samaritano (10:30-37. El leproso arrepentido (17:11-19)
3) Es el evangelio de la alabanza: El Magnificat de María (1:46-55), el canto de Zacarías (1:68-69) y el canto de Simeón (2:29-32)
4) Es el evangelio de los pobres, el rico y Lázaro (16:19-31) la familia de Jesús (2:24)
5) Relata lo importante que son para Jesús los pecadores. La pecadora que lavó los pies de Jesús con sus lagrimas (7:36-50) Zaqueo (19-:1-10) el fariseo y el publicano (13:9-14), el ladrón en la cruz (23:40-42)
6) Es el evangelio de la mujer: habla de María, Elizabeth, Ana, Marta. La viuda de Naín, María Magdalena.
7) Es el evangelio que mas se refiere al Espíritu Santo: Juan el Bautista (1:15), María y Elizabeth (1:39-41), Simeón (2:25) Jesús en el desierto (4:14)
CUADRO GENERAL DE LOS EVANGELIOS
NACIMIENTO DE JESUS
1) Herodes reina salvajemente sobre la nación
2) Los romanos oprimen al pueblo con pesados impuestos
3) En lo religioso los Saduceos rechazan lo sobrenatural y los Fariseos enseñan el legalismo
4) El culto se ha transformado en vació y sin sentido
5) Pero hay un remanente que no se ha olvidado de las promesas proféticas de un Mesías, (Zacarías, Elizabeth, Simeón, Ana, María y José)
TRES ANUNCIACIONES
1) Nacimiento de Juan el Bautista (Lucas 1:5-25)
a) Sus padres Zacarías y Elizabeth
b) Zacarías es un sacerdote descendiente de Aarón
c) Eran de vida intachable y devota
d) Elizabeth era estéril (se consideraba consecuencia de no agradar a Dios)
e) Juan=Jehová da gracia
2) Anunciación a María del nacimiento de Jesús (Lucas 1:26-38)
a) se realiza en un humilde hogar de Galilea
b) María estaba comprometida con José (duraba un año y eran considerados marido y mujer)
c) Salve muy favorecida (Recibió la gracia de ser la madre del unigénito Hijo de Dios
d) Se le llamó Jesús (Griego) Josué (Hebreo) Jehová es salvación o Salvador
e) Corrió grandes riesgos al quedar embarazada
3) Anunciación a José (Mateo 1:18-25)
a) José no tardó en darse cuenta de que María estaba embarazada lo atribuye a adulterio.
b) Como hombre piadoso decide dejarla secretamente
c) Dios interviene enviándole a el Ángel Gabriel a explicarle la situación
d) José toma a María por esposa pero no tiene relaciones íntimas con ella hasta que nace Jesús (Mateo 1:25)
e) Tienen hijos: Jacobo, Simeón, Judas y algunas hijas (Mateo 13:55, Juan 7:3-5)
El nombre de Jesús señala la Misión = Salvador.
El titulo Emmanuel habla de su naturaleza Divina (Dios con nosotros)
NACIMIENTO DE JESUS
1) En Belén y no en Nazareth
2) Probablemente en los años 6 ó 5 o bien en el 7 ó 4 A. de C.
3) José tuvo que ir a empadronarse a Belén desde su natal Nazareth a 120km. De distancia, con María a punto de dar a luz.
4) Jesús nació en un establo rodeado de pastores, animales y ángeles (Lucas 2:8-20)
PRESENTACION EN EL TEMPLO
1) Lo circuncidaron a los ocho días de nacido y le pusieron el nombre de Jesús
2) A los cuarenta días de purificación fue pagada la ofrenda por la redención de los primogénitos (Lev.12:1-8; Éxodo 13:2-12, Números 8:17)
3) Se ofrecía un cordero. Maria como era pobre presentó un par de tórtolas o un par de palomas.
NIÑES Y JUVENTUD DE JESUS (Lucas 2:39-52)
1) Vivió en Nazareth
2) Por ser el primogénito aprendió el oficio de su padre (carpintero)
3) Jesús se desarrollo en lo físico, mental y espiritual (Lucas 2:40)
4) Un niño Judío a los doce años se convertía en hijo de la ley (debía cumplirla) Lucas 2:41-51
5) Es posible que José muriera cuando Jesús era un adolescente y como primogénito recayera en él la responsabilidad de sostener a la familia.
MINISTERIO DE JESUS
1) Inicio en el año 28 igual que Juan el Bautista
2) Los sumos sacerdotes eran Anas (ejercía) Caifás (era el suegro y tenía mucha influencia) eran Saduceos.
3) Juan el bautista fue el precursor del Mesías prometido, predico el arrepentimiento no como un rito mágico religioso sino como señal práctica de cambio de vida.
BAUTISMO
¿Por qué se bautizó Jesús? Si este era para arrepentimiento y él no cometió pecado.
1) Era la inauguración de su ministerio, su ordenación, dejaba la vida hogareña y se convertía en Siervo de Dios.
2) Como consagración para recibir el Espíritu Santo.
3) Como un acto público de identificación con su pueblo (Isaías 53:12, Mateo 3:15)
4) Para aprobar públicamente la obra de Juan el Bautista (esta procedía de Dios)
CAPERNAUM (Mateo 4:13-17; Marcos 1:14-15; Lucas 4:31)
1) Situada en la ribera occidental del mar de Galilea
2) Se hicieron más milagros que en ninguna otra ciudad pero ellos fueron incrédulos.
MILAGROS
1) Jesús libera a un endemoniado (Marcos 1:21-28) su primer milagro fue sobre las fuerzas de las tinieblas.
2) Jesús sana a la suegra de Pedro (muestra su amor por la familia y su ternura y compasión)
PORQUE JESUS HIZO MILAGROS
1) Revelan la bondad y la misericordia de Dios; él no es indiferente a las necesidades y sufrimientos.
2) Sirven de credenciales a su persona y misión (Juan 5:36)
3) Los Evangelios detallan 35 episodios de milagros.
4) Los milagros son para explicar el mensaje no son la prioridad, son el beneficio adicional al cambio de vida en lo fundamental.
5) El Señor quería darse a conocer como médico de almas cuyos pecados venía a sanar.
EL PORQUE DE LA OPOSICION
1) El no solo sanaba los cuerpos, perdonaba pecados (Marcos 2:1-2 la sanidad del paralítico)
2) El llamamiento de Mateo y comer con él. Mateo era un recaudador de impuestos (Mateo 9:9-17)
3) El conflicto del ayuno (Marcos 2:18-22) no tenía merito en si mismo, tiene el valor si se ve el resultado en la persona que lo practica (Isaías 58)
4) El conflicto por el día de reposo (Mateo 12:1-4)
a) Los fariseos criticaban a los discípulos por cortar espigas desgranadas con las manos y comerlas. La ley lo permitía siempre y cuando no se cortara con hoz. (Deuteronomio 23:25)
LLAMAMIENTO DE LOS DISCÍPULOS (ALUMNOS) MATEO 4:18-22, MARCOS 1:16-20, LUCAS 5:1-11
1) Se realizó a orillas del lago Genezaret (mar de Galilea)
2) Pedro (Simón) su hermano Andrés, Juan y Jacobo hijos de Zebedeo
3) Otros discípulos: Felipe, Bartolomé (Natanael), Tomás, Mateo, Jacobo (hijo de alfeo), Tadeo (Lebeo), Simón el Zelote, Simón el cananita, Judas Iscariote.


Los tres primeros evangelios: Marcos, Mateo y Lucas, reciben el nombre de sinópticos porque presentan numerosas semejanzas y si se leen en forma paralela, en columnas o sinopsis, se puede tener una visión de conjunto o simultánea de los tres. 
Los sucesos que encontramos relatados, en muchas ocasiones, son los mismos, pero varían las perspectivas desde las cuales escriben los autores inspirados.  Son diferentes sus comunidades (el contexto desde donde se escriben), sus estilos literarios (la forma de escribir), sus acentos temáticos (los temas que resaltan). 
Estas diferencias no son excluyentes ni contradictorias. Por el contrario, nos permiten enriquecer el conocimiento de la persona de Jesús  y su mensaje.  Como ya hemos dicho anteriormente,  son biografías históricas y testimonios de fe. 
Los Evangelios Sipnóticos presentan un ordenamiento general de los hechos de la vida de Jesús que es común a los tres y puede resumirse en cuatro etapas:
- La preparación previa a la predicación de Jesús.
- La predicación del reino  y milagros en Galilea.
- El camino a Jerusalén.
- La predicación y milagros en Jerusalén. Pasión, muerte y Resurrección de Jesús. 
Entre los tres se observa que hay muchos fragmentos en común, así como entre dos de ellos , y textos propios de cada uno. Marcos parece ser el más antiguo, y los otros dos lo siguen en el esquema general. Pero también se encuentran versículos comunes a Mateo y Lucas, que no encontramos en Marcos. Lo que hace pensar en una fuente común a estos dos evangelistas, desconocidas para Marcos, y muy probable que fuera muy cercana a las tradiciones más primitivas de la iglesia. Esta fuente recibe el nombre de Q.
Cada evangelista posee, además fuentes propias, provenientes de tradiciones orales y, posiblemente, escritas, originadas en las primeras comunidades cristianas.
Además se reconoce la existencia de secuencias de textos de origen antiguo, presentes en los evangelios, que reúnen dichos y hechos de la vida de Jesús (parábolas, milagros, discursos) relatados a la luz de la experiencia pascual.
· Comunidad de Marcos:
Se admite comúnmente que el primer evangelio fue escrito en Siria, por el año 60-65. 
Su comunidad está compuesta  de antiguos paganos - Marcos se ve obligado a traducir las palabras arameas y a explicar ciertas costumbres judías.  Se comprende la importancia que se daba a la evangelización de los paganos.
Esta comunidad se siente amenazada por las persecuciones. La fe que propone Marcos no es una fe tranquila; se enfrenta con contradicciones y riesgos.  Se trata de una comunidad dispersa en medio de las naciones.
El autor probablemente fue el joven Juan-Marcos, del que habla los hechos (12,12). 
El Jesús de Marcos es:
- Un hombre, como nosotros. Da la impresión de irlo descubriendo día a día con los ojos de Pedro. Jesús no lo sabe todo, ignora de qué hablan los discípulos y tiene que preguntarles, ignora el día del final de los tiempos, se asusta ante la  muerte, y muere desesperado.
- Un hombre con: es ante todo Jesús con sus discípulos. Su primer acto es llamarlos y escoger los doce para estar con él.
- Jesús enseña:  se pone enseñar a las multitudes, pero enseña ante todo con su manera de vivir y de obrar.
- Mesías crucificado: sólo se da este título cuando está condenado a morir. No quiere que se engañen en qué sentido es mesías.
- Hijo del hombre: es el título más frecuente, quizás le gustaba porque ocultaba su misterio.
- Hijo de Dios: aparece como la cumbre de la fe a la que Marcos quiere llevar a sus lectores. 
· Comunidad de Mateo:
Estas comunidades parecen estar compuestas especialmente por cristianos procedentes del judaísmo. Se le suelen ubicar en torno a la frontera norte de Palestina y en los límites con Siria y Fenicia. Conocen bien las Escrituras. Hace más de 130 referencias al A.T.   
La ley sigue siendo para ellos la regla de vida, se muestran muy al corriente de la forma en que los rabinos interpretan las Escrituras y algunas cuestiones –como el ayuno, limosna –son típicamente judías. Jesús es presentado como el nuevo Moisés. 
Están en conflictos con el judaísmo oficial. Los cristianos ya han sido expulsados de sus sinagogas. Y los ataques de Jesús tan duros, contra los fariseos, son más bien a los fariseos de  los años 80. Esas comunidades se abren a los paganos. Esos judíos que se han hecho cristianos vuelven a descubrir, en las palabras de Jesús,  su voluntad de enviar a sus discípulos al mundo entero, por lo que manifiesta ser una comunidad abierta al mundo pagano. 
Según nos presenta Mateo, es una comunidad con cierta organización jerárquica, una vida sacramental, tradiciones litúrgicas y una disciplina interior.  Es una comunidad que vive fraternalmente y se preocupa por la enseñanza: aprender, y conocer más de Jesús y su mensaje. 
El Jesús de Mateo es:
- Jesús Mesías:  Mateo se esfuerza por presentar a Jesús con nombre, títulos y referencias que sus destinatarios, de origen judío, entendieran con claridad y lo relacionaran con el Mesías, anunciado en las Escrituras y esperado por el pueblo de Israel.
- El nuevo Moisés:  La figura de Moisés es muy importante en el AT. Mateo traza un claro paralelismo entre Jesús y la figura de Moisés:
  * La Enseñanza de Jesús la presenta en cinco discursos a semejanza de la antigua ley que se encuentra en los cinco libros del Pentateuco y que los judíos consideraban había sido escrito por Moisés.
  * Jesús presenta la nueva ley en una montaña, al igual que Moisés recibió la ley de Dios en el monte Sinaí.
- Jesús Maestro:  Mateo hace énfasis en que Jesús enseña con autoridad, en las sinagogas, en el Templo, en la montaña.  Recibe el nombre de Maestro o Rabbí, en numerosas ocasiones.  El mismo se presenta con estas palabras
- Jesús Señor: Es el título cristológico más utilizado por Mateo. Aparece 34 veces, de las cuales 22 son originales y propias de Mateo.¿quiénes llaman a Jesús Señor?Los discípulos, excepto Judas, los que se acercan a él para pedirle que los libere de alguna desgracia. 
· Comunidad de Lucas: 
Es una comunidad compuesta por convertidos, provenientes del paganismo, con características culturales helenistas.  Algunos piensan que el ambiente original podría circunscribirse a alguna comunidad de Asia Menor o Grecia, posiblemente la ciudad de Acaya en Grecia.
Los rasgos comunes de estas comunidades de origen helenistas son:
-  son comunidades inmersas por la cultura helenista, en la cual han nacido y se  han formado sus miembros. Lucas trata de adaptarse a los lectores con estas características.
- Sus integrantes son personas convertidas, en su mayor parte de antecedentes paganos, con una fuerte experiencia del Espíritu y de la gracia que Dios ha operado en ellos.
- Son comunidades ligadas a la tradición y a las misiones paulinas.
- Son urbanas, constituídas en las múltiples ciudades que nacían y crecían con el aumento del comercio, las comunicaciones y la cultura común que impulsó el helenismo.
- Las primeras comunidades cristianas vivían creyendo en la pronta venida del Señor. Para cuando Lucas escribe, esa espera comienza a alargarse, motivo por el cual algunos pierden la fe; en las comunidades surgen diferencias y divisiones, el entusiasmo de los primeros tiempos deja lugar a cierto acomodamiento a la “vida mundana”. 
El Jesús de Lucas es:
- Jesús es el Señor:  Es un título muy utilizado por Lucas.  Al referirse a Jesús como “el Señor” está poniéndolo al mismo nivel que Dios en el AT. Es una manera elegante de decir que Jesús es Dios.    - Jesús Salvador: Según Lucas, con Jesús llegó la salvación, se cumplen las promesas de Dios. Es el salvador anunciado.
- Jesús Mesías-Rey: el término Mesías tenía una resonancia importante y clara para los cristianos de origen judío pero no para los cristianos de origen pagano. Lucas, que conoce esta situación, asocia al título de Mesías, el de Rey, que sí resultaba claro para sus interlocutores.
- Jesús Hijo de Dios: este título tan importante se atribuye a Jesús desde la anunciación y desde su nacimiento, y constituye una revelación de su verdadera naturaleza.
- Jesús amigo y compañero:   es amigo y compañero de los pobres, se interesa por los pecadores, los recibe, y a través del perdón, los reintegra a la vida.

.JESÚS DE NAZARET.
 
Los Evangelios. Autores, fechas y destinatarios.
 
El Nuevo Testamento es la fe literaria de la Buena Nueva de Cristo y agrupa los cuatro Evangelios, las cartas de los apóstoles a las primeras comunidades cristianas y el Apocalipsis. Los textos principales son los cuatro Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan que narran
La moderna crítica literaria aplicada por los exégetas de la Iglesia Católica ha permitido profundizar enormemente en las cuestiones sobre los Evangelios. Las herramientas de las que disponemos son la crítica científica: crítica de las fuentes, crítica de la forma literaria, crítica redaccional y crítica de las tradiciones. A continuación se exponen las conclusiones estudiadas hoy en día en las facultades de teología.
 
Los Evangelios "Sinópticos"
Se conocen como "Evangelios Sinópticos" los de Marcos, Mateo y Lucas porque tienen el mismo esquema y parten de una triple tradición común: la famosa "Fuente Q" que narraba la predicación de Jesús pero no incluía la Pasión, las tradiciones orales de los testigos y los logia o colecciones de escritos sobre las palabras de Jesús. Ambas fuentes se perdieron, desgraciadamente para nosotros.
Evangelio de Marcos
Autor: Marcos es, probablemente, el secretario de Pedro, y escribió su evangelio basándose en los relatos de los discípulos (principalmente de Pedro), ya que él no fue testigo presencial de los hechos que narra. Marcos narra en su evangelio que un joven cubierto con una sábana siguió a Jesús tras ser apresado. ¿Es este joven el propio Marcos? Muchos así lo ven.
Fecha, idioma y lugar: Marcos escribió su evangelio, el primero de los sinópticos, hacia el año 50-60. El idioma utilizado fue el griego. Desde Clemente de Alejandría es tradición situar el lugar de composición en Roma.
Destinatarios: Marcos escribió para cristianos provenientes del mundo pagano, por lo que no presta demasiado interés a las cuestiones de la Ley Mosaica, que no interesan a sus lectores y sí pone cuidado en explicar las costumbres judías, que sus lectores desconocen y por ello precisan de una explicación.
Fuentes: Marcos debió escribir su evangelio basándose en relatos de los Apóstoles y testigos presenciales de los hechos que describe. Además, según una tradición antigua, se apoyó en material de primera mano que circulaba desde la muerte de Jesús y que contenía las enseñanzas de Cristo y sus palabras: la tradición oral de los testigos y los famosos logia.
Comentario: Marcos escribió en griego, ya que por entonces el pueblo judío en su mayoría prácticamente había vuelto la espalda a la Buena Nueva, por lo que la Iglesia se abría a los gentiles con mayor vigor. Por ello pone especial atención al rechazo que los judíos radicales sentían por Jesús. Su evangelio es el menos sistemático y de más pobre estilo literario ya que está redactado en estilo coloquial. Utiliza mucho el presente histórico y su vocabulario es reducido y muy espontáneo.
 
Evangelio de Mateo
Autor: Mateo es, probablemente, el publicano (recaudador de impuestos) al que Jesús llamó para formar parte de los doce apóstoles, por lo que es testigo directo de los hechos que narra. También es llamado en los Evangelios con el nombre de Leví. Probablemente fue un judío helenizado
Fecha, idioma y lugar: Mateo escribió su evangelio en su forma primitiva hacia los años 60-70 y su redacción definitiva se hizo hacia el año 80, probablemente por un discípulo. El idioma empleado fue el arameo, la lengua utilizada por los judíos que vivían en Palestina. Se piensa que probablemente fue escrito en Siria, donde había mayor número de judíos cristianizados.
Destinatarios: Los judíos cristianizados, por lo que no explica las costumbres judías que sus lectores se sabían de memoria ni traduce los vocablos hebreos. Además hay varias referencias al Antiguo Testamento y a la Ley Mosaica.
Fuentes: Mateo tomó el 50% del material de su evangelio de Marcos y la parte restante de la Fuente Q y de los logia y las tradiciones orales. El relato de la infancia de Jesús no aparece en la Fuente Q ni en Marcos, por lo que Mateo tuvo aquí, y en otras partes de su evangelio, una fuente desconocida.
Comentario: Mateo escribió en arameo, la lengua que utilizaban los judíos, porque es un evangelio destinado al pueblo de Israel. Sus escritos complementan y abarcan más que los de su predecesor Marcos, pero siguen el mismo esquema. Aproximadamente Mateo tomó la mitad del material de Marcos abreviando la narrativa. Y el 25% de su evangelio coincide casi exactamente con el de Lucas, precisamente en las palabras de Jesús ya que ambos utilizan la Fuente Q. Es un evangelio construido de manera sistemática y ordenada, con una estructura basada en cinco bloques o discursos con un claro interés didáctico y teológico que se muestra en el interés de Mateo por la doctrina de Jesús
 
Evangelio de Lucas
Autor: Lucas es, probablemente, el médico sirio que cita Pablo y que acompañó al Apóstol en su viaje a Roma. Lucas escribió su evangelio conjuntamente con los Hechos de los Apóstoles que primitivamente formaban una obra única. No es testigo presencial de lo que narra en su evangelio pero sí de lo que narra en los Hechos. En Roma Lucas se encontró con Pedro y fue testigo de la evangelización de los dos Apóstoles en la Urbe. Es el único de los cuatro evangelistas que no es judío.
Fecha, idioma y lugar: Lucas escribió su evangelio, el tercero de los sinópticos, alrededor del año 70-80. El idioma utilizado fue también el griego. Lo que está claro es que Lucas escribió fuera de Palestina, probablemente en Grecia.
Destinatarios: cristianos provenientes del paganismo (griegos y romanos).
Fuentes: Lucas utiliza el 70% del material de Marcos y dispone de fuentes propias, exclusivas, además de la Fuente Q, de las tradiciones orales y de los logia. así, para componer su relato de la infancia de Jesús, probablemente la fuente fuera la misma virgen María, como parece intuírse leyendo el texto. Los estudiosos llaman a esta fuente original de Lucas "Fuente L" y probablemente sea la fuente más antigua de todas las involucradas en la composición de los Evangelios, aunque no sabemos si se trató de una fuente oral o escrita.
Comentario: Lucas es un magnífico escritor de atractiva personalidad que fue recopilando meticulosamente todas las tradiciones orales que le llegaron a los oídos. Aunque utiliza las mismas fuentes que Marcos y Mateo, las enriquece con aportaciones como el relato de la infancia de Jesús que, según se supone al leerlo, la misma Virgen María debió contarle. Como no era judío, no presta la misma atención que Mateo y Marcos a los temas de la Ley mosaica y sí lo hace al papel de la mujer en el Evangelio y a la necesidad de la pobreza de medios para alcanzar la riqueza espiritual.   Su estilo es el mejor de los Sinópticos, con un vocabulario muy rico. Lucas retoca las fuentes de Marcos y Mateo para evitar expresiones que puedan ser malinterpretadas y pone especial hincapié en el amor de Cristo a los desheredados. Lucas escribió también el libro de los Hechos de los Apóstoles que primitivamente se publicó como parte integrante de su evangelio y que narra la historia de la Iglesia desde la bajada del Espíritu Santo en Pentecostés hasta la llegada de Pablo a Roma y que estudiaremos en el siguiente capítulo.
 
Evangelio de Juan
El cuarto evangelio es el de Juan, que no sigue el esquema de los Sinópticos y dispone de fuentes propias.
Autor: Juan Zebedeo, el más joven discípulo al que Jesús cariñosamente apodaba "el hijo del trueno".
Fecha, idioma y lugar: Juan escribió su Evangelio después del año 95. El idioma utilizado fue también el griego. El lugar parece claro: la isla de Patmos a la que el apóstol había sido desterrado por Domiciano.
Destinatarios: Los cristianos de origen heleno perseguidos por Roma.
Fuentes: Todo su evangelio es un compendio de su vivencia al lado de Cristo, por lo que sólo necesitó fuentes para el inicio de la obra.
Comentario: El evangelio de Juan, un "cuerpo extraño" si se compara con los Sinópticos, es un evangelio mediatizado por la terrible situación que vive la Iglesia en aquellos sangrientos días. Es el que cuenta con mayor número de detalles precisos sobre las enseñanzas de Cristo y el que utiliza un lenguaje más refinado. Precisamente es el lenguaje utilizado una de las claves del evangelio de Juan. Un evangelio muy crudo, una obra muy compleja que aún suscita interminables e interesantísimos debates. El final del texto aclara que la redacción definitiva fue obra de discípulos de Juan. Además del evangelio, Juan escribió su famoso Apocalipsis, una obra literaria que ha cautivado los corazones de generaciones enteras por su estilo. El Apocalipsis muestra a una Iglesia perseguida en medio de un mar de sangre constituido por las terribles guerras que habían azotado Tierra Santa. Una Iglesia que vencerá gracias a Cristo resucitado que se impondrá al mal y que traerá el Reino a todos los hombres de buena voluntad. Toda una maravilla para pasarse horas y horas extasiándose en su lectura.
 
¿Cuándo se escribió cada evangelio?
Esta pregunta es una cuestión fascinante para los que estudiamos la Historia, aunque en realidad ni quitaría ni añadiría nada nuevo a la doctrina de los escritos. Tan sólo es una mera curiosidad científica de esas que tanto nos gustan. Sobre la fecha de composición de los evangelios hay muchas dudas y casi todas son razonables. La Iglesia en los documentos del Concilio Vaticano II dejó muy claro que las fechas, e incluso los autores no están demostrados que sean los que parecen y que por ello sólo es fiable que fueron creados fruto de la inspiración de Dios, como así fue, ya que reflejan el Mensaje de Cristo en su plenitud y por ello son Palabra de Dios.
Conocemos fechas aproximadas: Marcos entre los años 50-60, Mateo 60-70, Lucas 70-80 (estos tres son los evangelios sinópticos) y el de Juan a partir del 95. Pero son sólo aproximaciones, ya que la fecha exacta es un misterio. Hay muchas interpretaciones, cada historiador tiene la suya, la mía es ésta:
La Buena Nueva salió de Jerusalén llevada por los discípulos de Cristo, los cristianos "de primera generación" expandiéndose rápidamente por todo Israel primero y hacia el norte seguidamente, hacia la costa del Mediterráneo oriental cuya población estaba completamente helenizada y que se convirtió en una magnífica cantera de cristianos "de segunda generación", es decir, de cristianos que no fueron testigos presenciales pero que tuvieron un testimonio de primera mano sobre lo ocurrido. Como por ejemplo Lucas, el médico sirio que se convirtió rápidamente, en cuanto la Buena Nueva llegó a Siria. Lucas es el cristiano "de segunda generación" por excelencia: no es judío, sino un gentil, con formación intelectual suficiente, criado en un ambiente absolutamente helenizado que rinde culto a las artes y a las letras. Es en esta zona costera de lo que hoy es Turquía y Siria, que entonces era una de las zonas más cultas del planeta e impregnada de cultura griega hasta los tuétanos donde se va a desarrollar la Iglesia cristiana primitiva, a la que Pablo dedicará sus mayores y más fructíferos esfuerzos.
Pues bien, a mí me resulta muy difícil de creer que en los años en los que se supone que Lucas escribió su Evangelio junto con el libro de los Hechos de los Apóstoles, no hubiera ya una completa literatura cristiana, al menos en esta zona helénica. Posiblemente en Israel hubiera mucha menos documentación, pero en la "zona griega" lo más común era ponerlo todo por escrito, y una pieza clave es que de los cuatro evangelios tres son escritos en griego originalmente, lo que demuestra la importancia de esta zona. Así pues, creo que lo más sensato es pensar que en la época en la que se escribieron los evangelios sinópticos había varias recopilaciones de textos que narraban la vida de Jesús. Estos textos perdidos (o tradiciones orales no puestas por escrito) hoy los conocemos como los logia y la Fuente Q y fueron la fuente común que inspiró los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas: los evangelios sinópticos que siguen el mismo esquema de composición. Desafortunadamente no conocemos esas fuentes que sin duda fueron escritas o transmitidas por testigos presenciales de los hechos, ni tampoco conocemos si concretamente hubo un llamado "protoevangelio" escrito en arameo recopilando los testimonios de los apóstoles, aunque textos sobre Jesús debían circular y no pocos, ya que la misión evangelizadora requería el soporte de la correspondencia escrita tal y como demuestra Pablo y demás escritores de los primeros años. También es muy posible que cada apóstol tuviera sus propios documentos o "memorias" recopiladas por alguno de sus discípulos, por lo que es fácil imaginar que sí hubo producción literaria, como demuestra sin lugar a dudas un hecho: que no sepamos en realidad cuántas fuentes fueron utilizadas para la redacción de los evangelios sinópticos, si dos, cuatro o una docena, porque más de una fuente al menos es algo demostrado por todos los análisis de comentario de texto realizados a lo largo de siglos de investigación. Literatura cristiana de los primeros tiempos hay más de la oficialmente reconocida por la Iglesia como canónica (la que forma el Nuevo testamento). Hay varios evangelios que no han sido incluidos en el canon (canon significa norma) por distintas razones, lo cual no supone que no sean textos de gran interés. Producción literaria hubo bastante y pensar lo contrario es cerrar los ojos ante la realidad no sólo del cristianismo, sino del mundo en el que se desarrolló.
Lo que sabemos es que el evangelio de Marcos pudo ser redactado en su forma definitiva (esto es importantísimo, ya que es muy posible que todos los evangelios circularan escritos años antes de su redacción definitiva o "última edición del autor") entre los años 50 al 60 de nuestra era, es decir, 20 años después de la muerte y resurrección de Cristo (la Pasión) y que este evangelio junto al de Mateo, redactado en su forma definitiva entre los años 60-70 de nuestra era, y al de Lucas, redactado en su forma definitiva entre los años 70-80 de nuestra era, utilizaron una serie de fuentes comunes: los logia o conjunto de escritos sobre la vida de Jesús y la enigmática Fuente Q. ¿Cuándo se escribieron los logia? evidentemente antes, bastante antes del año 50 porque no puedo creer que en el año 40, diez años después de la Pasión, no existieran varias colecciones de escritos narrando los acontecimientos. ¿Cuántos eran? nunca lo sabremos, pero que existieron es algo fuera de duda. ¿Quién los escribió? Si hablamos de escritos de antes del año 50 es indudable que fueron escritos o dictados por testigos presenciales, es decir, cristianos" de primera generación" como los propios apóstoles y demás fieles. Hace años mi abuelo me narraba sus experiencias en la Guerra Civil Española de 1936-1939. Mi abuelo fue testigo presencial y partícipe de los hechos que me narraba, un testigo "de primera generación" y yo, que recopilé sus recuerdos en mi memoria pertenezco a la "segunda generación de transmisión", esa generación que no ha vivido los hechos pero cuyas fuentes son de primera mano, como en el caso de Lucas. Si yo no hubiera conocido a mi abuelo y sus experiencias me hubieran sido transmitidas por mis padres yo pertenecería a la "tercera generación de transmisión" y mis datos estarían condicionados por aquello que mis padres hubieran creído oportuno añadir o quitar a la historia de mi abuelo. Probablemente dentro de cuatro o cinco generaciones mis tataranietos contarán una historia sobre mi abuelo que éste no podría reconocer, porque es obvio que en cada eslabón de transmisión los hechos van deformándose aunque no se pretenda. Por ello es tan importante el testimonio de Lucas sobre la infancia de Cristo cuando comenta que la Virgen María "guardaba todos esos recuerdos en su corazón". Lucas no vio al niño Jesús gatear por la carpintería de José, pero María, su madre, sí y lo más probable es que fuera ella misma la que se lo contara a Lucas, por lo que el testimonio del médico-evangelista es un auténtico tesoro.
La clave para la datación de los evangelios está en si en ellos se habla de la destrucción del Templo ocurrida en el año 70. Si los evangelistas se refieren a ella cuando hablan del Templo (cosa que no sabemos), entonces escribieron después del año 70, pero es algo que no sabemos con certeza. Por ello todas las fechas de composición de los evangelios son hipotéticas. Personalmente pienso que un hecho de tan gigantesca trascendencia como la destrucción del Templo tendría en los sinópticos un reflejo evidente, y el que no lo tenga parece indicar con claridad, a mi entender, que los tres primeros evangelios fueron publicados en su forma definitiva antes del año 70. Esta opinión es hoy por hoy la mayoritaria entre los estudiosos de este tema, puesto que es la más lógica. ¿No hubiera Mateo, el fervoroso judío que escribió su evangelio para sus hermanos, hecho referencia a la destrucción del Templo comentando las famosas palabras de Jesús?
Estudio aparte merece el cuarto evangelio, el de Juan, redactado en su forma definitiva a partir del año 95 de nuestra era ya que se publicó tras el Apocalipsis. Juan, que se nombra a sí mismo como "el discípulo a quien Jesús amaba" es el joven al que Jesús apodaba cariñosamente como "el hijo del trueno" por su vitalidad y fortaleza de ánimo. En la cruz, sólo las mujeres y Juan estuvieron junto a Jesús crucificado. En un momento determinado, Jesús, dirigiéndose a su joven discípulo Juan le señaló a la Virgen María como si fuera la suya propia (en ese gesto Cristo señaló que la Virgen es la Madre de toda la Humanidad) y Juan la acogió desde entonces en su casa, lo que demuestra que entre el joven discípulo y el Maestro había una relación de afecto fraterno como señala el propio Juan con orgullo (y no es para menos). Es evidente que la fascinante personalidad de Juan, que se revela con completa nitidez en su evangelio y en el libro del Apocalipsis, eran del agrado de Jesús, ya que la radicalidad del mensaje de Juan encaja perfectamente con el absoluto grado de disponibilidad que Jesús exige y que el Apóstol dio a su Maestro sin dudar. Juan es un magnífico literato que escribe un evangelio que sorprende porque es radicalmente distinto a los tres sinópticos, un evangelio bastante posterior cuya definitiva redacción se realizó más de sesenta y cinco años después de la Pasión pero que, con toda probabilidad el autor llevaba confeccionando desde muchos años antes. Esta redacción definitiva la efectúa un anciano Juan que, en medio de la terrible persecución desatada por el carnicero Domiciano (uno no puede comprender que semejante monstruo fuera hijo de Vespasiano y hermano de Tito) que costará la vida a gran número de mártires cristianos, es desterrado a la isla de Patmos. Probablemente no fue ejecutado debido a su avanzada edad y es en esa situación en la que el último testigo vivo de la muerte y Resurrección de Cristo, el joven al que Jesús casi setenta años antes puso un cariñoso mote humorístico y al que encomendó desde la cruz el cuidado de su madre la Virgen María, en la que va a dar forma definitiva a la edición de su evangelio en el que lleva tantos años trabajando. El Apocalipsis es terminado el año 95 de nuestra era e inmediatamente se puso a corregir su evangelio que sería publicado poco después. Habían pasado veinte años desde el martirio de Pedro y Pablo en Roma. Sabemos que Juan murió a partir de año 98, ya que en este año fue nombrado emperador de Roma el español Trajano y que el evangelista, el último de los Doce Apóstoles vivos, murió durante su reinado.
 
 LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS Y LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES
 
8.1) Origen apostólico y formación de los Evangelios.
8.2) Peculiaridades literarias y teológicas de cada uno de los Sinópticos.
8.3) El libro de los Hechos.
8.4) Redacción y doctrina.
 
8.1 Origen apostólico y formación de los Evangelios.
Los Evangelios Sinópticos son los escritos por s.Mateo, s.Marcos y s.Lucas.
Fecha y Autenticidad: No hay acuerdo respecto a las fechas. 
Evangelio de Mateo: Testimonios de la tradición son unánimes en decir que fue s.Mateo el 1¼ en poner por escrito un Evangelio en la lengua de los judíos palestinenses, en arameo (Papias de Hierápolis, o Eusebio de Cesarea en la Historia Eclesiástica) pero no se conserva la redacción de S.Mateo sino una traducción griega posterior. La fecha de redacción del arameo se supone en torno al año 50 y la versión griega entre los años 70-85, que se usa como canónico. Mateo evoca de la mejor manera el medio en que vivió Jesús, y en consecuencia, el medio donde fue escrito, así su vocabulario es típicamente palestino, pues sólo en él se hallan expresiones como (Mt 16,19).
Evangelio de Marcos: discípulo directo de San Pedro, la tradición afirma que escribió su Evang. en base a la predicación de S. Pedro. El examen interno del Evang. corrobora que Marcos se sirve de muchas palabras latinas, transcritas simplemente al griego:< censo, centurión, denario, legión, etc.> el cual nos indica que habría sido escrita en Italia o Roma. En cuanto a si el Apóstol estaba vivo o muerto hay testimonios para ambos, se aproxima a los años 60-70 o 58-68.
Evangelio de Lucas: se le atribuye que escribió lo que escuchó a los Apóstoles, siendo discípulo de S. Pablo. Su Evang. está redactado en lengua griega con gran elegancia. Según la tradición, la fecha de redacción se calcula antes del 70, posterior a Mateo y Marcos. Sobre el lugar de composición, no es claro, se proponen los lugares de Grecia, Acaya, Beocia, o Alejandría.
DV 5, 18 afirma el origen apostólico de los Evang.
La cuestión sinóptica:
'Sinopsis' es la disposición gráfica que muestra cosas relacionadas entre sí, facilitando su visión conjunta. Ordenando el contenido de los 3 Evang en columnas paralelas se aprecian muchas semejanzas y algunas diferencias, dificiles de clasificar, es lo que se ha llamado una concordia discors, porque presentan entre sí diferencias particulares dentro de una coincidencia en líneas generales.
Ya S. Agustín, en su De Consensu Evangelistarum, trató de mostrar el acuerdo sustancial de los tres evangelios. Hasta el s.XIX, se editaron con el mismo espíritu "armonías" destinadas a a coordinar las distintas tradiciones. A fines del s. XVIII, se denominó "sinopsis" al instrumento que ayudaba a tomar conocimiento del hecho sonóptico, es decir, presentar de un golpe de vista los textos emparentados con el fin de diagnosticar el grado de parentesco y divergencia existente entre ellos. A este estudio de la causa que pueda explicar tales condiciones y divergencias suele llamarse "cuestión sinóptica".
Diversas teorías intentan dar razón de las divergencias y convergencias de los Sinópticos, por la vía de la crítica interna de los documentos, pero estas hipótesis por separado no explican suficientemente lo ocurrido, aunque han apuntado algunas líneas:
a) Hipótesis de la tradición oral: El mensaje oral acerca de Cristo, de S. Pedro y S Pablo, muy arraigados entonces, se habrían puesto por escrito. Tienen la característica del estilo oral oriental, de repeticiones, comparaciones, etc. pero que cambian en la narración, puesto que cualquier frase transmitida oralmente recibe modificaciones de expresión que caracterizan luego a una tradición, lo cual no implica que su contenido haya sido sustancialmente modificado.
b) Hipótesis de la comunidad cristiana: Es otro elemento para la interpretación de la cuestión, la catequesis y la liturgia podrían haber influido en la redacción de los Evang, y esta tarea habría movido a los evangelistas a poner por escrito lo que se decía de Cristo, de modo que los detalles de orden y cronología quedarían en un segundo plano.
c) Documentación literaria: La comunidad primitiva asegura su conservación y transmisión, pero no se explicaría convenientemente las convergencias y divergencias. Las características internas y externas en la redacción de cada Evang. pone de manifiesto la existencia de fuentes presinópticas, junto al trabajo personal de cada autor. Sobre esto también se apoyan otras hipótesis:
- hipótesis de la cronología: parte de la existencia de un Mateo aramáico, dirigido a los hebreos, del cual dependen los sinópticos: Marcos, Mateo en su versión griega, y Lucas, que sería la corrección de las anteriores; pero esta teoría explica sólo las semejanzas, no las diferencias.
- Teoría de las dos fuentes: los Evang hay que estudiarlos a partir de dos fuentes, un Marcos primitivo que contiene el esquema narrativo y las "Logia", colección de las entecnias de Jesús. (La PCB 1912 rechaza esta teoría y afirma la autenticidad de los Sinópticos, no es más que explicación lógica pero sin pruebas - Schleiermacher, Weisse, Holtzman)
-Teoría de las formas: considera los Evang como colecciones compuestas de un gran número de unidades independiente que surgieron en diversos marcos sociales y que fueron recopilados por redactores. En consecuencia, los Evangelistas sólo son meros compiladores, y los Evang vienen a ser una serie de pequeñas unidades originales, además del entorno vital en el cual surgieron. Destacan aquí los paradigmas de clasificación de Dibelius "relatos breves que provienen de la predicación". Visto así las cosas, la comunidad cristiana sería la creadora del Evang, y a partir de la cual, se elaboró todo lo demás. (Sancta Mater Ecclesiae, 1964, sentencia que no se puede utilizar este método como un mero método literario, puesto que sus presupuestos parten de principios a priori que niegan el valor histórico de la revelación. Es una relectura del Evang, niegan la intervención de Dios personal y la falsa noción de fe en la que se apoya la verdad histórica - Schmidt, Bultmann, Dibelius)
- Historia de la redacción: niegan que los Evangelistas sean meros recopiladores y afirman que son verdaderos autores. Lucas y Mateo utilizarían formas iguales, pero, con diverso contenido. En definitiva, son teólogos y detrás de cada autor está la concepción de fe de una comunidad primitiva concreta de modo que no elaboraría una obra histórica, sino teológica. (Sancta Mater Ecclesiae también critica esta hipótesis pues contiene los mismos principios erróneos - Conselman, Haessen y discípulos de Bultmann)
Conclución: En lineas generales la solución se puede plantear desde DV 19, que afirma que la doctrina de Cristo antes de llegar a nosotros ha pasado por unos tria tempora que demuestran una perfecta continuidad, es decir, la predicación de Jesús se encuentra en estadio originario en los Evangelios. En la predicación apostólica se encuentra la transmisión del mensaje de Jesús; la predicación puesta por escrito por los evangelistas es la transmisión de las verdades con una labor de adaptación de todo el material, que había tres años de predicación del Señor, que conserva la forma de proclamación y la verdad en orden a un fin, es decir, que comunican fielmente lo que Cristo dijo e hizo.
CONCORDANCIAS Y DIFERENCIAS EN LOS SINOPTICOS.
A) Concordancias: Las múltiples convergencias que existen en los Sinópticos pueden agruparse en:
a) La materia: aunque los resúmenes de los evangelios (Mt 9,35; Mc 6,6; Lc 10,1) indican que Jesús hizo y dijo cosas que no están recogidas en cada Evangelio, sin embargo, en general los tres han conservado más o menos los mismos hechos y dichos de Jesús; los mismos milagros, las mismas parábolas y los mismos acontecimientos principales de su vida. Los tres evangelios tienen en común 330 versículos. 
b) El orden: el cuadro general en el que está integrado el material evangélicoes idéntico en los tres Sinópticos: preparación del ministerio, ministerio en Galilea, viaje a Jerusalén, pasión y resurrección. Marcos y Lucas son quienes concuerdan en el orden (Mt 3,1-11; Mc 1, 1-13; Lc 3,21-4,13)
c) La expresión: los tres Sinópticos tiene un estilo popular, sencillo y anecdótico. el acuerdo entre ellos llega a ser a veces literal, anotando no sólo los mismos detalles, sino que hasta las mismas palabras, en el mismo orden y los verbos en el mismo tiempo, (Mt 3, 7b-10; Lc3, 7b-9).
B) Diferencias: Simultáneamente en las concordancias existen divergencias en las cuales se descubre la índole literaria peculiar de cada Evangelio, y los rasgos que han precedido la composición de la obra:
a) La materia: cada Evangelio tiene secciones o versículos que le son exclusivos, el Padre nuestro en Mt 6,9-13 - tiene siete peticiones-, en Lc 11,1-4, contiene cinco peticiones.
b) El orden: a pesar d ser común a los tres el esquema del Evangelio, cada uno sigue un orden propio. Normalmente Mateo, sigue un orden personal que tiene como consecuencia una distinta sucesión de los acontecimientos en uno y otro Evangelio; v.gr: después de la controversia sobre Beelzebul en Mt 12, 43-45, viene la cuestión sobre la familia de Jesús; en Lc 11, 14-26, la misma controversia es seguida por la bienaventuranza de la Madre de Jesús.
c) La expresión: aquí las diferencias alcanzan su máximo; v.gr.: mt 1,7-16 y Lc 3, 23-31; Lc 9,3 y Mc 6,8-9, parecen tener el aspecto de una contradicción. La frase " nada respondía...' en Mc 14,61 está usada ante el sumo sacerdote; en mt 27,12 ante Pilato y en Lc 23,9 ante Herodes.
8.2 Peculiaridades literarias y teológicas de cada uno de los Sinópticos.
DV. 19 : "Los autores sagrados compusieron los cuatro Evangelios escogiendo datos de la tradición oral o escrita, reduciéndolos a síntesis, adaptándolos a la situación de las diversas Iglesias, conservando el estilo de la proclamación"
Evang. San Mateo: Los destinatarios inmediatos son los cristianos convertidos del judaísmo, y se propone demostrar que cristo es el Mesías, Hijo de Dios, anunciado por los profetas. Tiene una fuerte unidad, en contenido y estructura, y también literaria, en la que en cada párrafo, por lo que dice y el encuadramiento, está lleno de intencionalidad. Es un Evangelio muy completo, hay mucha labor redaccional. Tiene un cierto colorido hebraico, por ser escrito para las comunidades judaicas. Se nota la tensión con los grupos religiosos opuestos a Jesús. Presenta a Jesús como Mesias. Las alusiones al AT, en especial a los profetas, son para mostrar el cumplimiento de las promesas, también usa la exégesis judia deráshica (como argumentos). Hay una cuidado por la precisión y claridad en la exposición de la doctrina, son discursos largos y los suele agrupar por temas. Estilo conciso, sobrio y ponderado. Hace enfrentar al lector con el misterio de Jesucristo. Por su estilo peculiar, sus frases son las más fáciles de retener en la memoria, lo que podría indicar que es un libro de catequesis.
Diferencias con los otros Evang.:
Con Lc. dicurso de la montaña o del llano (Lc) si es Padre Nuestro o Padre (Lc) Estilo: Lc: discurso indirecto de ensayo intelectual. Mc: discurso directo, relata y da la palabra. Mt: usa el estilo mixto.
Evang. San Marcos: Los destinatarios, según una antigua tradición, los cristianos de Roma. Se propone demostrar que Jesucristo es el Hijo de Dios, a personas que proceden de la gentilidad, propósito que deja manifiesto al principio del evangelio. Al ser personas que no conocen el AT, se centra de modo especial en narrar los milagros del Señor( aunque no es el evangelio que narra más milagros). Pero por su brevedad es llamado el Evangelio de los milagros. Es el Evang más breve y Jesús está en acción. Es el Evang de Jesucristo el Hijo de Dios. La sintaxis y el vocabulario de San Marcos son muy sencillos y expresivos. Predomina la coordinación simple de las frases por la conjunción "y", "pues", sintaxis sencilla. Suele usar el discurso directo en medio del relato, lo cual además de dar viveza, permite conservar muchas frases de Jesús, traducción literal al griego del arameo. Característico suyo es la descripción pormenorizada de ciertos detalles y circunstancias, narrados más sobriamente por los otros evangelistas (nombre del ciego Bartimeo, hierba fresca...), esto dan gran expresividad y espontaneidad, son los 'efectos de realidad', connotadores de veracidad. Muestra la tensión hacia la Pasión y muerte, en discursos. Refleja la tensión de cristianos y judíos y presenta la vida en grado heroico, en lucha para ayudar en próximas persecuciones.
Difiere con los otros Evang. en los discursos, Mc. pone muy pocos, y en diverso orden.
Tampoco coinciden en el modo de relatar, uso de los verbos: Mc. el presente histórico; Lc. el aoristo o indefinido, y Mt ambos. Se da cierta concordancia discordante.
Evang. San Lucas: Maneja la lengua griega con más perfección gramatical que los otros, ya que está formado en el helenismo -como decía s.Jeronimo-. Evita palabras y expresiones hebreas, arameas o latinas sustituyéndolas por lo equivalente griego, carácter no judaico, Jesús es Mesias, pero es el "soter", el salvador. Silencia detalles que pudieran ser molestos para personas o escenas de cierta crudeza. Es peculiaridad suya el perfilar el contexto geográfico-cronológico, y agrupa su esquema por Pascuas. Tiene gran precisión medica en los términos. Tiene gran cultura histórica y literaria. No comete anacronismos, con la conciencia postPascual (PN o P,). Usa el estilo indirecto, más propio del historiador.
Narra los hechos desde una perspectiva peculiar, presenta la vida de Cristo como un caminar hacia Jerusalén, desde donde, el día de la Ascensión subirá al Cielo. Destaca también la universalidad del Evangelio y de la Iglesia, la divinidad de Cristo Profeta y Salvador, la figura de Santa María y algunos aspectos de la vida cristiana: pobreza, misericordia, alegría, etc.
Tiene una intencionalidad más universal, en donde resalta que la redención pertenece y alcanza a todo el género humano: que es recogido en el canto de Simeón en donde se proclama que la salvación se ha preparado ante la faz de todos los pueblos y es la ley que ilumina a los gentiles. en la sinagoga de Nazaret, Jesús anuncia la futura predicación a los no judíos (Lc 4,16-30).
En Lc 24,47 el Señor explica a sus discípulos que estaba profetizado que el debía padecer y resucitar, y que se predicaría en su nombre la conversión y el perdón de los pecados a todas las gentes.
Lc, no recoge el texto de Mt 10, acerca de los samaritanos; en cambio, sí recoge el texto donde Jesús increpa a los discípulos que piden un castigo para los samaritanos (Lc 9,55); pone como ejemplo de verdadero prójimo al samaritano (Lc 10,25-37); y de los diez leprosos que ha curado Jesús, sólo vuelve a darle gracias un samaritano.
8.3 El libro de los Hechos
Título usual es Hechos o Actos de los Apóstoles, del latin Actus, que aparece ya a mitad del siglo II con este nombre. No sería del autor el título, sino posterior. No es un relato de la actividad de los Apóstoles, sino una monografía histórica de las primeras étapas del cristianismo: establecimiento de la nueva Iglesia en Jerusalem y la propagación inicial del Evangelio por los Apóstoles. Pero no pertenece exclusivamente al género histórico, no se debe separar del tercer Evangelio con el que forman unidad de carácter narrativo y teológico.
Autor: casi la totalidad afirman que fue escrito por San Lucas, compañero de viaje de S. Pablo. Las razones de identificación son tanto internas -importancia relatos en 1»pers, en un diario de viaje- como externas -testimonio autores cristianos, S. Ireneo de Lyon ( 180) lo afirma, también el Codigo Muratori (s.II)
8.4 Redacción y doctrina
Datación: Por los datos, ni antes del 62 ó 63, prisión romana de S. Pablo, ni después del 70 destrucción de Jerusalén, ya que no hace eco por la importancia para el culto nuevo. También por el silencio de martirio de Pedro y Santiago, el hermano del Señor, en época de Nerón. La dedicación a Teófilo es detalle que indica que ya estaba terminada y la dejaba en manos del público.
Contenido doctrinal: Se presentan al lector las principales verdades cristianas, y la incipiente vida sacramental y litúrgica de la Iglesia, o parte de organización eclesiástica y actitudes cristianas sociales y políticas. Resaltamos la doctrina de:
Cristología: se apoyan en Evangelio sinóptico, en la vida terrena y su exaltación. Subrayan todo el misterio pascual. Aplican a Jesús diversos títulos que manifiestan su ser divino y redentor: Señor, Salvador, Siervo, Justo, Cristo. Subrayando que se cumplen en él las profecías del AT.
Pneumatología: Importancia y función del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Es el Espíritu de Jesucristo y el de Dios, que se manifiesta en Pentecostés, es la fuente de la vida, la alegría y el poder espiritual. El mismo Espíritu guía la vida de la Iglesia en su actividad evangelizadora, asiste a los cristianos, en especial a los ordenados a los ministerios.
Eclesiología: La Iglesia es el instrumento de Dios para cumplir las promesas de la Alianza, crea un pueblo nuevo y universal cuya naturaleza es misionera. La vida de los primeros cristianos se describe con rasgos sencillos, se centra en la oración, la fracción del pan en el día del Señor, y el ejercicio del desprendimiento, la caridad y el amor.
La expectativa de la segunda venida
 
 LOS EVANGELIOS SINÓPTICOS Y EVANGELIO TEOLÓGICO

Significado


El  Evangelio escrito por MateoMarcos y Lucas  es llamado “sinóptico” (del griego sinopsisque significa  “visión conjunta”), Se les llaman evangelios sinópticos a los primeros tres evangelios, porque presentan la misma perspectiva general de la vida y predicación de Jesús. Narran casi los mismos hechos, coincidiendo los tres evangelios Mateo, Marcos y Lucas, en sus narraciones. Para repasar sobre la definición de sinópticos, diremos que relatan la vida de Cristo desde un punto de vista común. 



Autores


Se atribuye a tres miembros de la comunidad cristiana: Mateo, Marcos y Lucas.


  • San Mateo. Lo representan  con la imagen de un hombre, porque su Evangelio  empieza haciendo la lista  de los antepasados que Jesús tuvo como hombre.
   Todo el Evangelio de Mateo está dirigido a esto: “Probar que Jesús es el Mesías anunciado por los             profetas” y que en Él se cumplió todo lo que los profetas habían anunciado


Autor: Mateo o Leví: Uno de los doce apóstoles, recaudador de impuestos (Mateo 9:9), renuncio a su trabajo y le sirvió a Jesús. (Mateo 9:9)


Versículos sobresalientes: Mateo 7:7- 12 y 28:20.


Fecha: año 54 d. de C.



PROFECÍAS CUMPLIDAS


a) El nacimientos virginal de Cristo (1:23-24)


b) La matanza de los niños en Belén (2:16-18)


c) Radicación de la familia de Jesús en Nazareth (2:23)


d) La traición por treinta piezas de plata (27:9)



NOTAS IMPORTANTES DE MATEO


a) Relata 14 parábolas.


b) Relata 20 milagros.


c) Se le llama el Evangelio didáctico por la forma sistemática en la que presenta sus enseñanzas.


d) Es el único Evangelio que emplea la palabra iglesia (Ekklesia).


e) Es el libro cuarenta del canon (el cuarenta es el número de la prueba).



GRANDES DISCURSOS


a) El sermón del monte (principios y normas del reino)


b) Instrucciones para los mensajeros del reino (capitulo 10)


c) Parábolas del reino (capitulo 13)


d) Enseñanzas sobe el discipulado (capítulo 18)


e) La venida del Rey (capítulo 24 y 25)



EL RETRATO DE JESÚS EN MATEO


a) Jesucristo es Rey. Nace del linaje real, los magos le ofrecen regalos dignos de la realeza, el sermón del monte es un manifiesto real.


b) Jesús el rechazado. Herodes trata de matarlo, los fariseos lo acusan de comer con los pecadores, dudan de sus milagros, los atribuyen a Belcebú.


c) Jesucristo volverá a la tierra para reinar. Parábolas de los talentos, las vírgenes, prudentes e insensatas, las ovejas y las cabras.



PROPÓSITO: Mostrar a Jesús de Nazareth es el Mesías prometido.
  • San Marcos. Lo representan  con un león. Porque Marcos era discípulo de San Pedro, quien dejó esta  frase muy conocida: “El demonio da vueltas alrededor de nosotros como un león, buscando a quien  devorar”. El Evangelio de Marcos se dirige a  probar que Jesús es Hijo de Dios y por ello se dedica,   mayormente, a narrar  los milagros que realizaba.
AUTOR: Juan Marcos; hijo de María dueña del aposento alto, primo de Bernabé. Compañero de Pablo en su primer viaje misionero, compañero e intérprete de Pedro (1 Pedro 5:13)


FECHA: 64 d. de C.



CARACTERÍSTICAS ESPECIALES


1) Es el más breve de los evangelios.


2) Escrito a los romanos.


3) Presenta a Jesucristo como siervo.


4) No hay genealogía (Nadie se interesa por el linaje de un siervo).


5) Omite los relatos de la infancia de Jesús.


6) Relata solo cuatro parábolas (El sembrador, el crecimiento de la semilla, la semilla de mostaza, los labradores malvados).


7) Realza más las obras de Jesús que sus enseñanzas (los romanos no se interesaban en las enseñanzas eran hombres prácticos).



EL RELATO ES DIVIDIDO


1) Describe las miradas de Jesús. (Marcos 3:5, 3:34)


2) Describe las reacciones del Señor. (Marcos1:44, 4:40, 5:36, 6:6)


3) Describe las reacciones de la gente. (Marcos 1:33, 3:10, 1:22, 4:41)



RELATA SITUACIONES PINTORESCAS


1) Jesús estaba con las fieras. (1:13)


2) Los amigos del paralítico hicieron una abertura en el techo (2:4) el versículo clave es el 10:45.


  • San Lucas. Lo representan  con un buey, porque el buey es manso y San Lucas describe muy bien la mansedumbre de Jesús. Todo el Evangelio está encaminado a presentar a Jesús como el gran amigo de los pecadores, como el  más misericordioso de los seres que han existido.
AUTOR: Lucas


FECHA: Año 64 d. de C.


1) Originario de Antioquia (no era Judío)


2) Médico (Colosenses 4:4)


3) El primer gran historiador de la Iglesia (1:1-4)


4) Versículo sobresaliente 19:10


5) Es el único de los escritores del Nuevo Testamento que cita nombres de emperadores romanos (Augusto, Tiberio y Claudio).


6) La natividad es presentada desde el punto de vista de María (Mateo desde el punto de vista de José).



RASGOS NOTABLES DE LUCAS


1) Presenta la genealogía hasta Adán (Mateo hasta Abraham).


2) Enfatiza que los Samaritanos también son merecedores de la salvación: el buen samaritano (10:30-37), el leproso arrepentido (17:11-19).


3) Es el evangelio de la alabanza: El Magnificat de María (1:46-55), el canto de Zacarías (1:68-69) y el canto de Simeón (2:29-32).


4) Es el evangelio de los pobres, el rico y Lázaro (16:19-31) la familia de Jesús (2:24).


5) Relata lo importante que son para Jesús los pecadores. La pecadora que lavó los pies de Jesús con sus lagrimas (7:36-50) Zaqueo (19-:1-10) el fariseo y el publicano (13:9-14), el ladrón en la cruz (23:40-42).


6) Es el evangelio de la mujer: habla de María, Elizabeth, Ana, Marta. La viuda de Naín, María Magdalena.


7) Es el evangelio que más se refiere al Espíritu Santo: Juan el Bautista (1:15), María y Elizabeth (1:39-41), Simeón (2:25). Jesús en el desierto (4:14)



Evangelio  sinóptico.  El  Evangelio escrito por MateoMarcos y Lucas  es llamado “sinóptico” (del griego sinopsisque significa “visión conjunta”), pues nos ofrece una visión conjunta y con mucha claridad, de los sucesos en torno a Cristo. Hay una gran semejanza en los relatos de los tres evangelistas sinópticos, de tal forma que si ponemos los textos, sobre un hecho de la vida de Cristo, en tres columnas, encontraremos muchas semejanzas y solo diferencias de forma. Esto se debe a que los autores han utilizado fuentes comunes y propias para la elaboración del Evangelio.



El Evangelio de Juan  se diferencia  de los tres anteriores, porque es una narración más descriptiva, más detallista. Por tal razón, la descripción de Juan no suele ser tan clara y precisa como la de los otros tres evangelistas. Lo entenderás mejor, si lees el hecho de la RESURRECCIÓN, narrado por los cuatro evangelistas.


           Mc. 2,  5                                  Mt.   9,  2                                               Lc.  5, 20  


Cuando Jesús vio la fe que           Cuando Jesús vio la fe que tenía, le            Cuando Jesús vio la fe que
  tenía, le dijo al enfermo:                dijo al enfermo:                                         tenía, le  dijo al enfermo:
“Hijo, tus pecados quedan    Ánimo hijo,  tus pecados quedan       Amigo, tus pecados       perdonados”.                                  perdonados” .                                         quedan perdonados”.
 









La única diferencia  en este ejemplo es  “Hijo“,  “Ánimo hijo”,    “Amigo“.  Cuando se colocan los tres evangelios así en columnas, hablamos de una sinopsis (junta, yuxtapuesta). Hace tiempo los estudiosos de la Biblia han tratado de solucionar, con diferentes teorías, el problema sinóptico. ¿Cómo es que los  relatos de los tres  evangelistas se asemejan  pero a la vez se diferencian? ¿Es que se habrían copiado el uno del otro?   ¿Sería que los tres utilizaban  una misma fuente documental?  o, ¿qué sucedió? Hay muchas teorías. Aquí presentamos una posible solución que es aceptada por muchos estudiosos de la Biblia.



Marcos escribió,  primero,   el  Evangelio relatando lo que había recibido de Pedro. 
Existió un documento, ya perdido, que se le suele llamar Q,(Quelle  =  fuente en alemán) que era una colección de palabras y sentencias que Mateo y Lucas incorporaron en sus escritos.
Luego, Mateo y Lucas escribieron cada uno  su respectiva  versión, aprovechando el escrito de     Marcos  y de  Q   y, a la vez,  agregando otro material que estaba al alcance de cada uno.


Sinópticos


ÍNDICE DE SINÓPTICOS Y HECHOS DE LOS APÓSTOLES:
 

Los milagros de Jesús en los evangelios sinópticos:

 Posibilidad e historicidad

 


El material narrativo referido a los milagros en sentido amplio (señales y prodigios, exorcismos, curaciones y resurrecciones o reanimaciones de muertos) ocupa en el Nuevo Testamento un lugar privilegiado, especialmente en los Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles (1) . Este material, sin embargo, no es homogéneo y está formado por relatos de milagro, propiamente dichos, sumarios en los que se alude a la actividad taumatúrgica de Jesús y citas o alusiones a dicha actividad.
Para situar el estudio del milagro en su contexto adecuado es preciso hacer una observación previa: Jesús no tuvo en su tiempo la exclusiva de los milagros, pues según el Nuevo Testamento también obraron milagros (ya fuesen curaciones, resurrecciones de muertos o exorcismos) los discípulos de Jesús, Pablo, los adeptos de los fariseos (Lc 11,19), un personaje anónimo que no pertenecía al grupo de discípulos (Lc 9,49) y diversos miembros de las comunidades cristianas primitivas que tenían el don de curaciones o de exorcismos (1 Cor 12,9.10.28-30; 2 Sant 5,14-16). Por lo demás, de los falsos mesías y profetas se dice en los evangelios que harán señales y prodigios que no hay que creer (Mc 13,22; Mt 24,24).
El tratamiento de los milagros de Jesús plantea al lector moderno dos cuestiones al menos:
La primera versa sobre la posibilidad del milagro y proviene del concepto mismo de milagro, que se rechaza a priori antes de cualquier examen de los textos. El hombre de hoy está convencido de que los milagros pertenecen al pasado, a otra mentalidad. Como heredero del racionalismo, lo que pone en duda no es ya la historicidad del milagro, sino su misma posibilidad. En su mentalidad, todo fenómeno que se declare "milagro" posee una explicación natural que hay que descubrir.
La segunda cuestión se sitúa a nivel histórico y puede formularse así: ¿los relatos de milagro del Nuevo Testamento refieren hechos realmente sucedidos o son más bien el producto de un desarrollo cristológico efectuado bajo el influjo de la fe en Jesús, cuya finalidad fue la de presentarlo como un taumaturgo u hombre divino, a la manera de los hombres divinos de la época?
Nuestro trabajo tratará de dar respuesta a estas dos cuestiones.
A) POSIBILIDAD DEL MILAGRO
Ni los evangelistas ni los Padres de la Iglesia se cuestionaron la posibilidad del milagro (2) . Los Padres insisten ante todo en el carácter de "signos de salvación" que tienen los milagros, considerándolos desde el punto de vista de la fe. Los milagros y lo milagroso ocupa menos lugar en su teología especulativa que en sus sermones o meditaciones. Respecto a la posibilidad del milagro su actitud no es crítica, sino dogmática y consiguientemente apologética: se interesan ante todo por el encuentro del creyente con Dios a través de este signo que se le dirige, sin plantearse ni cuestionar en modo alguno su posibilidad y dando por supuesta su historicidad.
San Agustín
Con San Agustín el estudio de los milagros da un paso adelante: el milagro no ocurre contra la naturaleza, sino contra lo que nosotros conocemos de ella (3) , por eso lo define en estos términos: "Llamo milagro a lo que es contrario a la expectativa o la capacidad de aquél que lo admira" (4) , y para subrayar lo inexacto de nuestra manera de hablar dice: "Nosotros, impropiamente, decimos que Dios hace algo contrario a la naturaleza cuando es contrario a nuestro conocimiento de ella. Y llamamos naturaleza a lo que no es más que el curso acostumbrado y conocido por nosotros de la naturaleza". .. Y añade: "Pues Dios, creador y origen de todas las naturalezas, no hace nada contra la naturaleza, y a cada cosa le resultará natural lo que él haga, puesto que de él proviene todo el orden, el ritmo y la regulación de la naturaleza" (5) . Para San Agustín, en el milagro no hay excepción alguna a las leyes de la naturaleza, pues la excepción de una ley física, en cuanto prevista por Dios desde toda la eternidad, pasa a formar parte de la misma ley."
Con esta mentalidad, San Agustín hace en su tratado De Trinitate una enumeración de relatos bíblicos que considera "milagros", entendidos como "hechos inusitados o insólitos". Para él son milagros "la lluvia que Dios envió gracias a la oración de Elías, los truenos que acompañaban la manifestación de Dios en el Sinaí, la conversión del agua en vino en Caná, el reverdecimiento de la vara de Aarón, la conversión del bastón de Moisés en serpiente, la resurrección de los muertos en Ezequiel, la producción inicial de las especies, la procreación sin unión de sexos, la conversión del pecador y los prodigios de los magos del faraón. En su tratado De Genesi ad litteram, también considera milagros la creación de Eva de la costilla de Adán, el nacimiento virginal de Cristo, la fecundidad de Sara, anciana y estéril, el discurso de la burra de Balán, etc...
De esta enumeración se deduce la indefinición del concepto de milagro en este autor. Fenómenos meteorológicos (truenos, lluvia), mágicos (prodigios de los magos o vara de Moisés), simbólicos (resurrección de los muertos de Ezequiel) y legendarios (reverdecer de la vara de Aarón, discurso de la burra de Balán) son considerados milagros. Debido a planteamientos teológicos, San Agustín llama igualmente milagro al nacimiento virginal de Cristo, la fecundidad de Sara o la conversión del pecador. Otros fenómenos que no se plantean en las Escrituras, como la producción inicial de las especies y la procreación sin unión de sexos, los considera también milagros, guiado por planteamientos de carácter filosófico.
Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás representa el polo opuesto a San Agustín y su definición de milagro sentó cátedra en la posteridad. Para éste, Dios actúa en los milagros al margen de las causas segundas o al menos de las causas conocidas por nosotros. De este modo reconoce un sólo tipo de milagro, el obrado por Dios, o por Jesús, verdadero Dios, cuando el efecto producido en la naturaleza, personas o cosas, trasciende las fuerzas de toda naturaleza creada, humana o angélica. El milagro es algo que tiene lugar al margen del orden natural (praeter ordinem totius naturae), quedando relegado su carácter de signo a un segundo plano. Con este planeamiento, le da un giro de 180 grados al concepto de milagro.
Pero Santo Tomás no se limita, como San Agustín, a enumerar los milagros, sino que los clasifica en cuatro grupos según afecten a sustancias espirituales, cuerpos celestes, hombres y creaturas irracionales, a saber:
1. Sustancias espirituales como demonios o ángeles (liberación de los hombres del poder de los demonios, apariciones de ángeles en el nacimiento, resurrección y ascensión de Jesús).
2. Cuerpos celestes: la estrella en el cielo en el nacimiento de Jesús o el oscurecerse del sol (tinieblas) en su muerte.
3. Hombres. Entre los milagros que afectan a los hombres distingue dos grupos: unos atañen al cuerpo, como las curaciones y resurrecciones de muertos; otros, al alma y a los comportamientos humanos como el hecho de Leví que lo deja todo para seguir a Jesús, o de Jesús que "arroja a los que vendían y compraban en el templo" o la escena del huerto en la que, a las palabras de Jesús, los que lo buscaban "retrocedieron y cayeron a tierra", etc.
4. Creaturas irracionales. En este cuarto grupo se encuentran los relatos de la pesca milagrosa, la multiplicación de los panes, la didracma en la boca del pez, la higuera seca, pero también diversos fenómenos que acompañaron a la muerte de Jesús como el rasgarse del velo del templo, el abrirse de los sepulcros y el temblor de tierra rompiendo las rocas, etc.
Por esta clasificación se puede comprobar que Santo Tomás agrupo bajo el concepto de milagro hechos del género más diverso. Santo Tomás se muestra más interesado por el taumaturgo y el hecho del milagro en sí que por el beneficiario del mismo y el significado de la actuación del taumaturgo, no cuestionándose en ningún momento la posibilidad del milagro ni su historicidad, que la da por supuesta. Subrayando el carácter de prodigio que tiene el milagro, Santo Tomás se ha olvidado de su carácter de signo, interesándose del qué y no del por qué y el para qué del milagro. La mentalidad de los Padres está más cerca del concepto de milagro de los Evangelios que la de Santo Tomás, que será el punto de partida para la crítica racionalista a los milagros al dar una definición de milagro ajena a los textos bíblicos: el milagro como algo que tiene lugar al margen del orden natural (praeter ordinem totius naturae).
A una clasificación semejante a la de Santo Tomás llegaría por otro camino R. Bultmann algunos siglos después, como puede verse por el cuadro adjunto (6) :
Santo TomásBultmann
milagros sobre las sustancias espiritualesexorcismos
milagros sobre los cuerpos celestesnarraciones históricas o leyendas
milagros sobre los hombres curaciones o resurrecciones de muertos
milagros sobre las creaturas irracionales milagros de naturaleza
  Benedicto XIV
La dimensión de signo que tiene todo milagro se recuperaría con Benedicto XIV quien, siendo cardenal, escribió una obra sobre los milagros que más tarde, ya de pontífice, refrendó con dos cartas apostólicas en las que acepta denominar también milagros a los realizados por medio de ángeles u hombres, durante su vida o después de la muerte. Benedicto XIV distingue unos milagros mayores -aquellos que, según Sto. Tomás, "sobrepasan los poderes y facultades de la naturaleza invisible e incorpórea, visible y corpórea": son los obrados por Dios; y otros menores: "los realizados por un poder creado, desconocido para nosotros, al margen del orden natural que conocemos". Como puede constatarse, la definición de Sto. Tomás se mantiene.
Para que haya milagro, sin embargo, no basta con que el hecho trascienda las fuerzas inherentes al mundo visible, sino que es necesario que éste se realice con una finalidad religiosa, por lo que para Benedicto XIV los milagros realizados por demonios no son tales, sino pseudomilagros, cuando actúan como instrumentos o ministros de Dios para castigar a los malos. . Esta segunda nota -la finalidad religiosa- que debe tener todo milagro servirá para distinguir los verdaderos de los falsos milagros, en orden a los procesos de canonización de los santos.
R. Bultmann
Frente a la postura fideísta que representa la aceptación de la posibilidad del milagro, se alza la postura racionalista que, partiendo grosso modo de la definición de milagro de Santo Tomás, como excepción de las leyes de la naturaleza, niega la posibilidad del milagro o no se interesa por dar respuesta a esta pregunta, por considerarla de poca importancia para el creyente
La conocida frase de Evely "Nuestros mayores creían gracias a los milagros; nosotros creemos a pesar de ellos" (7) pone de manifiesto que los milagros son para el creyente moderno más un obstáculo para su fe que una ayuda. Algo semejante había dicho varios siglos antes Rousseau, uno de los padres de la cultura moderna: "El apoyo que se quiere dar a la fe es el mayor obstáculo contra ella. Quitad del evangelio los milagros, y toda la tierra quedará a los pies de Jesucristo" (8) .
Esto es lo que intuía probablemente R. Bultmann cuando escribió que "la fe cristiana no tiene el más mínimo interés en probar la posibilidad o la realidad de los milagros de Jesús en cuanto sucesos del pasado" y que "lo contrario sería simplemente un error" (9) . Para Bultmann sólo hay una acción de Dios que supera las leyes de la naturaleza y, por tanto, un único milagro: la revelación. Por eso "la mayoría de los relatos de milagro contenidos en los evangelios son leyendas o por lo menos están revestidos de leyenda". Bultmann no niega que Jesús realizase ciertas acciones que, en su espíritu y en el de sus contemporáneos, fuesen consideradas milagro, pero dice que nosotros no estamos ni mucho menos obligados a creer que éstas escapen, como fenómenos visibles y objetivos, del determinismo de la naturaleza. Para Bultmann, al igual que para los racionalistas, milagro es, siguiendo la definición que arranca de Santo Tomás, "algo que tiene lugar al margen del orden natural"; todo milagro supone, por tanto, una excepción a las leyes de la naturaleza; y, como tal excepción, es imposible.
Bultmann (10) distingue entre Mirakel (milagro) y Wunder (prodigio). Por Mirakel entiende un suceso que constituye una excepción en las leyes de la naturaleza; en este sentido afirma que el milagro no es posible. La fe, para Bultmann, no se interesa por el Mirakel, sino por el Wunder, esto es, por el acontecimiento en la naturaleza reconocido como obra de Dios. Bultmann deja, por tanto, a un lado el hecho al que se refiere el relato de milagro y se queda con su significado. Lo que le importa no es la realidad histórica que subyace al relato, muchas veces imposible de descubrir, explicable por causas naturales o simplemente inexistente, sino el sentido que tiene el relato de milagro para la fe del creyente, independientemente del hecho al que se refiera.
En consecuencia, se pregunta Bultmann qué es lo que ha podido originar los relatos de milagro, para concluir que la imagen de Jesús-taumaturgo ha nacido del ambiente judío, que atribuía a los rabinos hechos maravillosos, y del ambiente helenístico, que los atribuía a taumaturgos como Apolonio de Tiana. Según Bultmann, el cristianismo no se habría extendido de no haber sido presentado Jesús como taumaturgo, de modo que los milagros fueron inventados por quienes narraban tales historias. Pensando así, Bultmann entregaba sin reservas los milagros a la crítica histórica, para que fuese ésta y no la fe la que tuviera la última palabra sobre los hechos y su historicidad.
Heredero del racionalismo, Bultmann interpreta filosóficamente la mentalidad científica de nuestro tiempo y declara que los milagros son ininteligibles en un mundo sometido a la ciencia: "Los milagros del Nuevo Testamento se han acabado como milagros... No es posible utilizar la luz eléctrica y los aparatos de radio, acudir en los casos de enfermedad a los remedios médicos y a las clínicas modernas, y al mismo tiempo creer en el mundo de los espíritus y de los milagros del NT. El que crea que puede hacerlo hace incomprensible e imposible para nuestro tiempo el mensaje cristiano (11) .
Con este prejuicio filosófico, Bultmann suprime la posibilidad de llegar a través de los relatos de milagro a los auténticos hechos de Jesús, olvidando que los evangelistas confiesan transmitir no solamente las palabras de Jesús, sino también sus obras (Lc 1,1; cf. Jn 21,25).
Con anterioridad a Bultmann, diversos autores contribuyeron, con su forma de pensar, a considerar que los milagros eran más obstáculo que ayuda para la fe. R. Latourelle ha reunido en el capítulo segundo de su obra Milagros de Jesús y teología del milagro (12) una lista de autores, anteriores a Bultmann, cuyo pensamiento ha sido la causa originante de que el hombre de hoy se sienta incómodo ante los milagros. Transcribimos algunos textos de diversos autores:
-Baruc Spinoza en su Tractatus teologico-politicus (Hamburgo 1670) dice: "Si en la naturaleza ocurriera algo que contradijera sus leyes universales, estaría también en contradicción con el decreto, con el entendimiento y con la naturaleza de Dios; y si se admitiese que Dios actúa en contra de las leyes de la naturaleza, sería preciso admitir también que actúa en contra de su propia naturaleza, lo cual sería totalmente absurdo". Y añade refiriéndose a los milagros: "No hay duda de que todo lo que se narra en la Escritura ha sucedido naturalmente siguiendo las leyes de la naturaleza, como todo cuanto acontece".
-David Hume (1711-1776) en su Ensayo sobre el entendimiento humano no niega que el cristianismo haya estado acompañado de milagros en sus comienzos, pero considera que es insensato hablar hoy de ellos. A juicio de Hume, "la gran mayoría de los hombres es un montón de beatos, de ignorantes, de gente astuta y de bribones".
-Voltaire, en su Diccionario filosófico, insiste en la línea de Spinoza: "Un milagro es la violación de las leyes matemáticas, divinas, inmutables, eternas. Por esta sola razón, un milagro es una contradicción in terminis". Dios "no podía descomponer su máquina, a no ser para que funcionara mejor; pues bien, está claro que, siendo Dios, hizo esta inmensa máquina tan buena como pudo; si hubiese visto que en ella podría surgir alguna imperfección derivada de la naturaleza, habría buscado el remedio desde el principio; así, no habría que cambiar nada". Imaginarse que Dios ha hecho milagros en favor de los hombres, de esas "hormigas", de ese "puñado de barro", es indigno de Dios. "Atreverse a suponer milagros en Dios es realmente insultarle (si es que los hombres pueden insultar a Dios). Es decirle: eres débil e inconsecuente. Por tanto, es absurdo creer en los milagros; esto es injuriar en cierto modo a la divinidad". Para Voltaire: contar milagros es "transcribir tonterías injuriosas a la divinidad"; creer en ellos es demostrar que uno es un imbécil".
-Kant, por su parte (1724-1804), en La religión dentro de los límites de la razón pura (1793) no niega la posibilidad teórica del milagro, pero considera absurdo empeñarse en establecer la autenticidad histórica de los milagros de Jesús o de cualquier otro.
Frente a esta postura racionalista de los siglos XVIII-XIX se reafirmó una apologética de cuño barato que llega hasta principios de nuestro siglo y que utiliza el milagro para defender las excelencias de la fe cristiana y de su fundador. Esta postura apologética está bien representada en el catecismo para uso de las diócesis de Francia (año 1947) que decía así: "Un milagro es un hecho extraordinario realizable únicamente por el poder de Dios... Jesucristo demostró que es Dios cumpliendo las profecías y haciendo numerosos milagros... El mayor milagro de Jesucristo fue resucitarse a sí mismo. Fue la máxima prueba de que es Dios..." Este argumento hace agua por todos sitios, pero ha sido durante bastante tiempo moneda corriente. Por ese camino resulta imposible ser creyente y hombre moderno al mismo tiempo.
Reflexiones
Tras este recorrido vemos cómo la posibilidad del milagro no se cuestiona prácticamente hasta el racionalismo que, parte precisamente de la definición de milagro dada por Santo Tomás, como excepción de las leyes de la naturaleza. Hagamos ahora unas breves reflexiones:
1. Considerar el milagro como una excepción de las leyes de la naturaleza resulta anacrónico si se aplica a los milagros de los evangelios. En tiempos de Jesús no se cuestionaba la posibilidad del milagro ni se conocían las leyes -tampoco hoy- de la naturaleza para poder determinar lo que las sobrepasa o las viola. Por otra parte, científicamente hablando, no parece que exista hoy seguridad sobre el contenido y límites de las leyes naturales, sino más bien la sospecha de que las conocemos poco, provisionalmente y sólo dentro de unos márgenes limitados.
No parece, por tanto, que sea legítimo tomar como punto de partida para tratar los milagros de Jesús la tesis de que existen unas leyes inquebrantables de la naturaleza y que, a partir de éstas, el creyente venga a decir que Dios se manifiesta quebrantándolas, y el incrédulo afirme que esas leyes no se quebrantan jamás. El punto de partida sería más bien este otro, mucho menos pretencioso: se pueden desbordar las expectativas humanas en lo referente a aquello que el hombre experimenta como frontera. Esta es la sensación que dan los milagros del Nuevo Testamento. Nuestra palabra milagro viene del latín miraculum (thauma en griego) que significa "admirable" y que traduce probablemente el hebreo peléh cuya raíz significa "separar": lo admirable es entonces lo no-normal, lo distinto o separado; pero como veremos, éste no es el término preferido para designar los milagros del Nuevo Testamento, donde todo lo que apunta al milagro como signo maravilloso y aparatoso es considerado negativamente. Por otro lado, el prodigio se presenta en la Biblia con frecuencia producido por una causa natural: en Ex 14,21 el abrirse de las aguas del mar en dos, milagro fundante del Exodo, se describe así: "envió Dios un viento que apartó las aguas". El prodigio sobrepasa las fuerzas actuales del hombre, pero sin violar ninguna ley natural.
Si hubiera que elegir entre el concepto de milagro de San Agustín o Santo Tomás, nos quedaríamos con el del primero, para quien el milagro no es una excepción de las leyes naturales, sino más bien prueba del desconocimiento que tenemos nosotros de las mismas, añadiéndole con Benedicto XIV, la finalidad religiosa que todo milagro tiene en los evangelios: ser señal evidente de la llegada del reinado de Dios.
2. Separar el milagro del signo, el hecho del significado, como hizo Bultmann, negando o prescindiendo del hecho, pero afirmando su significado, parece una postura cómoda y preconcebida, basada en un prejuicio: la negación de la posibilidad del milagro. Anteriormente se ha aludido a la intención de los evangelistas de referir no sólo las palabras de Jesús, sino también sus hechos. Los milagros ocupan un lugar tan importante en el relato evangélico que cuesta mucho admitir que sean pura ficción literaria. Baste con pensar que en el evangelio de Marcos, los relatos de milagro representan el 31% del total del texto, es decir, 209 versículos de los 666 que tiene. En los diez primeros capítulos, consagrados al ministerio público de Jesús (fuera de la pasión), la proporción se eleva a 209 de 425 versículos, es decir, el 47%. Es imposible concebir en los evangelios la enseñanza de Jesús sin los milagros que la acompañan. Así lo entiende el evangelista Mateo (4,23) cuando dice: "Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y curando todas las enfermedades y dolencias del pueblo". La enseñanza de Jesús consiste en predicar el evangelio del reino y en curar las enfermedades. La predicación resulta de este modo inseparable de la acción sanadora de Jesús.
3. Parece poco convicente afirmar la autenticidad histórica de las palabras de Jesús y negar la de sus milagros de modo global. Otra cosa es que se admitan como auténticos todos los milagros que narran los evangelios tal y como los refieren; pero de ahí a negar cualquier sustrato histórico a dichos relatos de milagro, hay un abismo, como veremos más adelante.
4. Si los milagros son posibles o no, dependerá de la definición o concepción que tengamos del milagro. En todo caso, ha de admitirse, que ciertas actuaciones de Jesús en los evangelios fueron consideradas milagrosas incluso por sus adversarios. Más que el hecho en sí, es el modo de realizarlo lo que da carácter de milagro a un determinado hecho y, sobre todo, el simbolismo o significado de dicha actuación que el protagonista reivindica o los presentes deducen. Si hubiera que dar una definición o mejor describir el concepto de milagro según se deduce de los relatos evangélicos, podría decirse que milagro es "una acción realizada con la finalidad de superar una adversidad o cubrir una carencia o necesidad acaecida a un individuo o grupo humano; esta adversidad es de por sí insuperable por la naturaleza de la misma o por el modo en que se realiza; la acción del taumaturgo, mediante la que supera la adversidad inicial, no pertenece al género de lo cotidiano y habitual e introduce en el misterio de su persona y de la novedad del reinado de Dios que se anuncia con ella como próximo".
En conclusión, el tratamiento del milagro se ha sacado de quicio. El evangelio es ajeno a la cuestión sobre la posibilidad del milagro y no da una definición de lo que entiende por milagro. Es anacrónico afirmar que los evangelistas consideraban los milagros como excepciones de las leyes de la naturaleza, pues ellos se movían en otras coordenadas. Inmersos en un mundo donde la intervención de lo sobrenatural se aceptaba sin discusión, no se cuestionaron la posibilidad del milagro.
B) HISTORICIDAD DEL MILAGRO
En la primera parte de este trabajo se ha mostrado cómo el problema del milagro no estriba tanto en si es posible o no, sino en su misma definición. La definición de milagro sobre la que se basa el racionalismo para negar su posibilidad es ajena a los evangelios, escritos en una época en la que el conocimiento de las fuerzas de la naturaleza era muy deficiente y en la que no se cuestionaba, como hoy, la intervención de dioses o seres divinos en el mundo. De ahí que la definición de milagro de Sto. Tomás no parezca adecuada y hayamos propuesto otra más acorde con la mentalidad de los evangelistas.
En esta segunda parte se pretende responder a la pregunta sobre la historicidad de los milagros: ¿Se puede afirmar que Jesús hizo milagros o mejor, que los relatos de milagro de los evangelios refieren grosso modo hechos auténticos de Jesús? ¿O son éstos más bien leyendas o desarrollos cristológicos, escritos con la finalidad de presentar la figura de Jesús elevada a categoría de taumaturgo u hombre divino a la usanza de la época?
Para dar respuesta a estas preguntas haremos en primer lugar algunas precisiones en torno al corpus de relatos de milagro de los evangelios sinópticos; a continuación, se planteará la cuestión de la historicidad global de la actuación taumatúrgica de Jesús, esto es, si Jesús fue realmente taumaturgo; finalmente, haremos un breve apunte sobre el grado de historicidad de los distintos grupos de relatos de milagro según la clasificación más común.
1. Precisiones en torno al corpus de relatos de milagro de los evangelios
a) El vocabulario del milagro
La palabra "milagro" proviene del latín miraculum "hecho admirable", y éste, a su vez, de mirari "asombrarse, admirarse". El significado de esta palabra apunta fundamentalmente a la reacción del hombre ante las acciones milagrosas; este matiz de admiración o asombro está recogido en la palabra griega thauma, de la que deriva en castellano taumaturgo, término que se comenzó a emplear en el s. XIX para referirse al que hace juegos de manos, al prestidigitador y, finalmente, al que obra milagros.
En los evangelios sinópticos son varios los términos que aluden al milagro en sí, al poder del taumaturgo o a la reacción de los presentes. Un repaso al vocabulario del milagro ayudará a perfilar el concepto de milagro que tenían los evangelistas:
-dynamis (fuerza o actuación con fuerza; en plural, dynameis obras potentes) es el término más común en los sinópticos para referirse al poder curativo de Jesús manifestado en exorcismos o curaciones (cf. Mc 6,4; 9,39; Lc 4,36; 5,17; 6,19; 9,1). De treinta y siete veces que aparece en los sinópticos esta palabra, diecisiete se emplea en este sentido. Curiosamente este término no aparece ni en los relatos de reanimación de cadáveres ni en los milagros de naturaleza. Con un significado semejante aparece la expresión ta erga (obras) en Mt 11,2.19 y Lc 24,19.
-thauma (maravilla) no aparece en los sinópticos, pero sí sus derivados thaumazô, thaumastos y thaumasion. En siete ocasiones (de veintitrés) se utiliza thaumazô "admirarse" para indicar la reacción de los presentes ante diversas obras de poder de Jesús; thaumasion "admirable" aparece una vez en Mt 21,15, referido a las curaciones de ciegos y cojos realizadas por Jesús, por lo que tienen de admirables; thaumastê (admirable) aparece dos veces en la cita del Sal 118, 22-23, indicando una actuación sorprendente de Dios (cf. Mt 21,42 y su paralelo Mc 12,11). El término paradoxon, con el sentido de algo admirable por inesperado, se utiliza en Lc 5,26 tras la curación del paralítico donde los presentes comentan: "hemos visto cosas increíbles (paradoxa)".
-teras (prodigio) aparece dos veces en plural formando pareja con sêmeion (señal), en la expresión sêmeia kai terata (señales y prodigios). Esta expresión, aunque en orden invertido, terata kai semeia, procede de los LXX y es típica de Éxodo y Deuteronomio, donde se alude con ella a los prodigios que Dios hizo con el pueblo en el desierto, como signos de su presencia. Sin embargo, los tiempos en que el pueblo necesitaba prodigios y señales han quedado atrás para los evangelistas, pues sêmeia kai terata tiene un valor negativo en los sinópticos y se refiere a señales aparatosas y prodigios en el cielo que no se han de creer y que realizarán los falsos profetas y mesías para confundir a los elegidos (cf. Mt 22,24 y su paralelo Mc 13,22).
-sêmeion (signo, señal), sin formar pareja con teras, aparece veintisiete veces en los evangelios sinópticos e indica frecuentemente una señal o acontecimiento extraordinario o significativo. Suele tener sentido peyorativo: una señal que piden a Jesús sus enemigos y que Jesús no dará. Así en Mt 16,1-4 (cf. 12,38; Mc 8,11-12; Lc 11,29-32) se dice que "salieron unos fariseos y empezaron a discutir con él, exigiéndole, para tentarlo, una señal (sêmeion) del cielo. Dando un profundo suspiro dijo: (Cómo!, )esta generación exige una señal (sêmeion)? Os aseguro que a esta generación no se le dará señal (sêmeion) (Mc 8,11)". Previamente el evangelista ha presentado a Jesús dando de comer a los judíos (primer reparto de panes, Mc 6,30-44) y a los paganos (segundo reparto, Mc 6-8). Los fariseos no aceptan un mesías que sitúe por igual a judíos y paganos y dé a ambos de comer; por eso le piden una señal de poder al estilo de las de Moisés (13) .
Ni teras ni sêmeion, utilizados en sentido de señal de poder, gozan, por tanto, de la simpatía de los evangelistas. Jesús se niega a hacer señales o prodigios. Estos tienen poco o nada que ver con el milagro, quedando desacreditados por Jesús En los evangelios aparece de modo claro que Jesús no acepta el milagro como "espectáculo" o signo de poder, y no se presta al juego circense del más difícil todavía.
b) No es oro todo lo que reluce
Aclarada la terminología, resulta interesante dar un repaso al corpus de milagros de los evangelios sinópticos. Remedando el proverbio "no es oro todo lo que reluce" se puede decir abiertamente que en los evangelios no es "relato de milagro todo lo que se ha considerado tal".
No son relatos de milagro las perícopas evangélicas que se incluyen dentro del género de lo "maravilloso o extraño": algunas de ellas, como la resurrección, la ascensión o la concepción virginal, no pueden ser objeto de estudio histórico, dadas las dificultades que ofrece el género literario que las envuelve; otras, como la transfiguración o la teofanía en el bautismo, están tan cargadas de conceptos o imágenes del AT que pueden considerarse más que hechos acaecidos, lenguaje figurado altamente simbólico. Otras, consideradas como relatos de milagro en los catálogos de milagros, no son tales: por ej. la escena del impuesto del templo en la que se recoge la orden de Jesús a Pedro: "ve al mar y echa el anzuelo; coge el primer pez que saques, ábrele la boca y encontrarás una moneda; cógela y págales por mí y por ti" (Mt 17,24-27). Este relato queda interrumpido aquí y no se dice si Pedro ejecutó la orden y si encontró lo que Jesús le había dicho. Si es un relato de milagro, no está completo. De igual modo el relato de la maldición de la higuera que queda seca (Mc 11,12-14. 20-25 y su paralelo Mt 21, 18-22) no beneficia a ninguna persona (tampoco a la higuera) y es, a juicio de los autores, una alegoría sobre la fuerza operativa de la fe y una invitación a creer.
Descartadas estas perícopas, son muy numerosos todavía los relatos de milagro de los evangelios sinópticos:
-doce referidos por tres evangelistas, y en un caso como Mateo 20,29-34 y 9,27-31 en dos versiones; en total, treinta y siete;
-seis referidos por dos evangelistas: doce relatos en total;
-nueve narrados por un evangelista. A excepción de Mt 9,32-34, los ocho restantes son material propio y exclusivo del evangelio de Lucas.
Todos reunidos suman cincuenta y ocho relatos diferentes que narran veintisiete milagros distribuidos de este modo: dieciocho en Marcos, diecinueve en Mateo y veintiuno en Lucas. De éstos habría que eliminar, como he mostrado en mi obra Los milagros de Jesús en los evangelios sinópticos (14) , cuatro que no deben considerarse relatos de milagro, a saber: los dos repartos de panes, Jesús camina por el mar y la pesca abundante, por lo que en realidad los evangelios sinópticos contienen cincuenta y cuatro relatos de milagro que narran veinticuatro milagros distintos.
c) "Menos beneficiarios" de lo que parece
La cifra de veinticuatro milagros puede rebajarse aún, pues algunos son duplicación de un mismo relato. Los autores están de acuerdo en afirmar que Mt 20,29-34 es un desarrollo de Mt 9,27-31 (curación de los dos ciegos); igualmente Lc 17,11-19 está montado a partir de Mc 1,39-45 (15) .
El número de beneficiarios de las curaciones efectuadas por Jesús varía igualmente según versiones: Mc 10,46 habla de un ciego; Mt 20,30, de dos; Mc 5,2, de un poseso; Mt 8,28, de dos; Mc 1, 39-45, de un leproso que en Lc 17,11-19 son diez. En la escena del huerto de Getsemaní, solamente en el evangelio de Lucas (22,47-53) cura Jesús la oreja del siervo del centurión; Mc 14,43-52 y Mt 26,47-56 refieren la intervención violenta, pero no la curación.
d) Una oferta diversificada
El material de relatos de milagro de los sinópticos no es homogéneo. Frente a unos que refieren el hecho de la curación de un paciente de modo sobrio y esquemático, casi con total ausencia de detalles, (la curación de la suegra de Pedro, Mc 1,29-31 y par.), hay otros cuyo estilo aparece más novelado (la curación del endemoniado de Gerasa (Mc 5, 1-20). Unos, (el paralítico de Cafarnaún, Mc 2,1-13 y par.), difícilmente hallan paralelo en el Antiguo Testamento; otros parecen escritos sobre clichés veterotestamentarios, como la reanimación del hijo de la viuda de Naín (Lc 7,11-17) construida a partir de 1 Re 17,17-24 (reanimación del hijo de la viuda de Sarepta, realizada por Elías). En ambos casos se trata de un varón, hijo de madre viuda, muerto, devuelto a la vida por el tacto y la palabra del taumaturgo y entregado por éste a la madre. Al utilizar calcos veterotestamentarios da la impresión de que el evangelista pone más el acento en mostrar quién es Jesús que en decir qué hizo. Al hacer Jesús lo que Elías, Lucas anuncia que Jesús es el que tenía que venir, figura que se identificaba en la tradición judía con Elías, que arrebatado al cielo en un carro de fuego, habría de volver al final de los tiempos (2 Re 2,12) (16) .
Por la adversidad que Jesús repara, el material de relatos de milagro es también muy variado: hay exorcismos, curaciones, reanimaciones de muertos y milagros de naturaleza.
e) Las dificultades aumentan
La situación se vuelve más compleja si se tiene en cuenta que las versiones de un mismo relato de milagro transmitido por doble o triple tradición suelen ser bastante libres. Cada evangelista refiere el milagro a su modo y manera, desde su óptica o ideología. Un ejemplo claro resulta de la comparación de las distintas versiones de la curación de la hemorroísa que ponemos a continuación en columnas paralelas:
Mt 9, 20-22 Mc 5, 25-34 Lc 8, 43-48
20 En esto una mujer que sufría de flujos de sangre desde hacía doce años 25 Y una mujer que llevaba doce años con un flujo de sangre 26y que había sufrido mucho por obra de muchos médicos y se había gastado todo lo que tenía sin aprovecharle nada, sino más bien poniéndose peor43 Una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años y que había malgastado toda su fortuna en médicos sin que ninguno pudiera curarla
se le acercó por detrás Acercándose por detrás entre la multitud 44 se acercó por detrás
y le tocó el borde del manto, Le tocó el manto, 28 porque se decía: "Si le toco aunque sea la ropa, me curo" y le tocó el borde del manto
21 pensando: "Con sólo tocarle el manto, me curo" 29 Inmediatamente se secó la fuente de su hemorragia y notó en su cuerpo que estaba curada de aquel tormento en el acto se le cortaron los flujos
30 Jesús, dándose cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la multitud pregun-tando: ¿Quién me ha tocado la ropa? 31 Los discípulos le contes-taron: ¿Estás viendo que la multitud te apretuja y sales preguntando "quién me ha tocado"?. 32 El miraba alrededor para distinguir a la que había sido. 33 La mujer, asustada y temblorosa, consciente de lo que había ocurrido, se acercó, se le echó a los pies y le confesó la verdad. 45 Jesús preguntó. ¿Quién me ha tocado? Mientras todos decían que ellos no, le replicó Pedro: Pero, Maestro, si la gente te aprieta y te estruja. 46 Jesús dijo. Alguno me ha tocado, porque yo he sentido que una fuerza ha salido de mí. 47 La mujer, al verse descubierta, se acercó temblorosa, se le echó a los pies y explicó delante de todos por qué lo había tocado y cómo se había curado en el acto
22 Jesús se volvió y al verla le dijo: ¡Animo, hija! Tu fe te ha curado. 34 El le dijo: Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y sigue sana de tu tormento.48 El le dijo: Hija, tu fe te ha curad., vete en paz.
Si los tres evangelistas refieren el mismo hecho (la curación de una mujer con un desarreglo crónico, las circunstancias de esta curación son difíciles de determinar en concreto:
-¿Había oído la mujer hablar de Jesús como dice Marcos? Mateo y Lucas omiten este dato.
-Mateo no alude para nada al hecho de que la mujer había sufrido mucho por obra de médicos y que se había gastado su fortuna, sin hallar remedio;
-¿Tocó la mujer el borde del manto como afirman Mt y Lc o el manto simplemente?
-¿Se curó antes de que le hablase Jesús como en Marcos y Lucas o después como parece en Mateo?
-¿Por qué ha omitido Mateo la escena de Mc y Lc en la que se muestra a Jesús tratando de averiguar quién lo había tocado?
Estas variantes deben poner alerta ante el hecho mismo de la curación que ha podido ser utilizado para intereses particulares de cada evangelista. Dicho de otro modo, para los evangelistas el hecho y sus circunstancias no son tan importantes cuanto su significado, pudiéndose alterar con libertad aquéllos para ponerlos al servicio del mensaje que se desea transmitir. Lo que anda en juego es la imagen de Jesús que cada evangelista quiere transmitir.
Todos estos puntos deben ser tenidos en cuenta para enjuiciar desde el punto de vista histórico la actividad taumatúrgica de Jesús en general o cada milagro en particular.
2. Los milagros de Jesús y la historia
Tras estas precisiones de carácter literario, queda abordar directamente el tema de la historicidad de los milagros para ver si los relatos de milagro tienen un núcleo o referente histórico. Dicho de otro modo: ¿obró Jesús milagros?.
Para responder a esta pregunta hay que dar dos pasos:
- Analizar la historicidad global de la actividad taumatúrgica de Jesús tratando de dar respuesta a la pregunta de si fue taumaturgo el Jesús de la historia o si su actividad taumatúrgica le fue atribuida más bien por sus seguidores sin base histórica alguna.
- Una vez respondida esta pregunta, habría que analizar uno a uno cada relato de milagro para determinar, en la medida de lo posible, su historicidad. Este segundo paso no lo daremos, pues requeriría mucho tiempo, aunque no eludiremos un somero pronunciamiento sobre la historicidad de los diversos tipos de relato de milagro de los evangelios.
a) La historicidad global de la actividad taumatúrgica de Jesús
Bajo este apartado trataremos tres puntos: la visión peculiar que Jesús tuvo de sus propias actuaciones taumatúrgicas, la imagen que se tenía del mesías esperado y los testimonios exteriores a los evangelios que apuntan hacia una actividad taumatúrgica de Jesús.
- Los milagros de Jesús según Jesús
Hay tres logia o dichos de Jesús considerados por la mayoría de los autores "palabras auténticas (ipsissima verba) del Jesús histórico", en los que éste se pronuncia sobre su actividad taumatúrgica. Los tres provienen de la fuente Q (17) :
1) Mt 11,20-24 = Lc 10,13-15: "Se puso entonces (Jesús) a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todas sus potentes obras (dynameis), por no haberse enmendado: (Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho las potentes obras que en vosotras, hace tiempo que habrían mostrado su arrepentimiento con sayal y ceniza. Pero os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún, )piensas encumbrarte hasta el cielo? Bajarás al abismo (Is 14,13-15); porque si en Sodoma se hubieran hecho las potentes obras que se han hecho en ti, habría durado hasta hoy. Pero os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti".
Corozaín, Betsaida y Cafarnaún son las tres ciudades a las que va dirigida esta recriminación. Jesús alude por tres veces a las potentes obras (dynameis) realizadas en ellas. El hecho de nombrarse tres ciudades da a entender que Jesús se refiere a milagros que debió hacer en público, no en secreto. Estos milagros deberían haber llevado a sus habitantes a la enmienda. Sin embargo Jesús fracasó en su objetivo, pues sus habitantes no se arrepintieron. Por eso estas tres ciudades correrán, según Jesús, peor suerte que Tiro y Sidón (ciudades paganas) y que Sodoma (prototipo de ciudad pecadora).
La fuente Q ha conservado este logion en el que Jesús se pronuncia sobre sus milagros. El dicho parece ser antiquísimo y remontarse a los dichos auténticos del Jesús histórico (18) . En él se refiere Jesús al fracaso de su actividad taumatúrgica cuyo fin era la conversión al evangelio de las tres ciudades citadas.
2) Mt 12, 22-28 (cf. Mt 12,22-36) = Lc 11,20 (cf. Lc 11,14-26): "Si yo echo los demonios con poder de Belcebú, vuestros adeptos, ¿con poder de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. En cambio, si yo echo los demonios con el Espíritu de Dios, señal que el reinado de Dios ha llegado hasta vosotros. ¿Cómo podrá uno meterse en la casa del fuerte y saquear sus bienes si primero no lo ata?"
Con anterioridad a esta escena Jesús había curado a un endemoniado ciego y mudo. Los fariseos afirman que lo ha hecho con el poder de Belcebú, jefe de los demonios. Jesús se defiende del ataque con estas palabras: "Todo reino dividido queda asolado, y ninguna ciudad o familia dividida podrá mantenerse en pie. Pues si Satanás echa a Satanás, es que se ha enfrentado consigo mismo; y entonces, ¿cómo podrá mantenerse en pie su reinado? Además, si yo echo los demonios con poder de Belcebú, vuestros adeptos, ¿con poder de quién los echan? Por eso ellos mismos serán vuestros jueces..."
Según este texto, Jesús se consideró exorcista, si bien sus adversarios pensaban que actuaba con el poder de Belzebú, príncipe de los demonios. Para muchos autores, la afirmación de que el poder de Jesús proviene de Satanás no pudo haber sido inventada por la comunidad y confirma la autenticidad histórica de su actuación como exorcista (19) .
3) Mt 11,2-6 (7-19) = Lc 7,18-23: "Juan se enteró en la cárcel de las obras (ta erga) que hacía Jesús y mandó dos discípulos a preguntarle: ¿Eres tú el que tenía que venir o esperamos a otro? Jesús les respondió: Id a contarle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: Ciegos ven y cojos andan, leprosos quedan limpios y sordos oyen, muertos resucitan y pobres reciben la buena noticia (Is 26,19). Y ¡dichoso el que no se escandalice de mí!...".
Siguen unas palabras de Jesús sobre Juan y el juicio de Jesús acerca de esta generación. Y concluye: "Pero la sabiduría de Dios ha quedado justificada por sus obras".
En este texto Jesús aduce como prueba de su identidad las obras (ta erga) realizadas por él. Algunos autores sienten reticencias a la hora de aceptarlo como proveniente del Jesús histórico, pues parece más bien una creación literaria de la comunidad primitiva con vistas a someter la figura de Juan a Jesús.
Este logion sin embargo, a juicio de R. Latourelle, también tiene tintes de verosimilitud histórica, aunque menos que los dos anteriores (20) .
En los tres textos comentados, Jesús habla de sus exorcismos y curaciones. En el tercero, de ciegos que ven, cojos que andan, leprosos que quedan limpios, sordos que oyen, muertos que resucitan... al mismo nivel de pobres que reciben la buena noticia (la liberación es el milagro: nivel simbólico). Todos estos hechos muestran que el reinado de Dios ha llegado.
- La imagen del mesías esperado
Hay otro camino para afirmar la historicidad del Jesús taumaturgo: ver si la imagen de mesías que tenían los contemporáneos de Jesús exigía presentarlo como taumaturgo de modo que ésta se hubiese originado en la comunidad cristiana primitiva con la finalidad de adecuar a Jesús como Mesías a la imagen del mesías esperado. Sin embargo, ninguno de los títulos que el cristianismo primitivo confirió a Jesús implicaba que se le considerase como un taumaturgo que ejerció su poder sobre posesos y enfermos. En cuanto Mesías, Hijo del Hombre, Hijo de Dios, rabbí (Mt 23, 8.10) o profeta, Jesús no debía, a los ojos de quienes le designaron con estos títulos, realizar los milagros que le atribuyen los evangelios. Es abusivo sostener que los prodigios realizados por Moisés, Elías y Eliseo llevaron necesariamente a la idea de un Cristo que sobrepasó a todos ellos en poderes sobrenaturales. Si bien es verdad que los relatos del Antiguo Testamento contribuyeron a la redacción de ciertos episodios milagrosos de los evangelios, el profeta del fin de los tiempos, con el que a veces fue identificado Jesús, no tiene nunca la misión de curar enfermedades. Tampoco estaban dispuestos los discípulos a colocar a Jesús entre los curadores milagrosos. Una cosa, en efecto, era esperar, de acuerdo con Is 35,5 ss., que en el tiempo de la salvación desaparecería la enfermedad y otra convertir al Mesías en agente personal de tal desaparición: ni la Biblia ni la tradición judía ofrecen indicio de esta convicción.
Ni siquiera se debe subrayar que con la invocación del título hijo de David los evangelistas evocan a Salomón, personaje cuya sabiduría, según ciertas concepciones populares judías, incluía los dones de exorcismo y curación. Aunque sea preciso revisar los rasgos estrictamente políticos que se suelen atribuir al Mesías judío, el tema de un Mesías taumaturgo no estaba suficientemente afianzado como para hacer surgir de la nada un Jesús curador como consecuencia obligada de su mesianidad.
Por todas estas razones, si el historiador puede hacer una afirmación, la siguiente no parece arbitraria: al presentar a Jesús bajo los rasgos de un exorcista y un curador, la iglesia primitiva, lejos de inventar, se limitó a conservar el recuerdo de uno de los aspectos esenciales de su actividad (21) .
Otro dato a favor de la historicidad de las actuaciones taumatúrgicas de Jesús es el hecho de que la comunidad primitiva, que prescinde en su predicación prácticamente de todas las anécdotas de la vida del Jesús terreno, no silencia su carácter de taumaturgo (cf. Hch 2,22 y 20,38).
- Testimonios exteriores
Dos testimonios extraevangélicos avalan a Jesús como mago, dato que puede interpretarse como vago reflejo de su actividad taumatúrgica (22) :
-Existe una alusión del mártir Justino quien, en su obra dirigida a los judíos precisamente, se lamenta de que "se atrevieron a llamar mago a Jesús" (Diálogo con Trifón, 69,7). A nuestro juicio, Justino no habría sentido la necesidad de quejarse por esta interpretación y de responder a ella, si tal interpretación no se hubiera producido efectivamente.
-El segundo texto es un famoso pasaje del Talmud babilónico que dice así: "En la víspera de pascua fue colgado Jesús. Un pregonero marchó cuarenta días delante de él: "va a ser lapidado porque ejerció la magia, sedujo a Israel y lo apartó (de Dios). Todo el que conozca algún justificante, venga y argumente a favor de él. Como no se le hallaron atenuantes, fue colgado la víspera de pascua" (Sanhedrin 43a). La mayoría de los autores (con alguna excepción, por ejemplo, J. Jeremias) atribuyen este texto a Jesús. En todo caso, el judaísmo posterior se lo ha aplicado. Klausner, autor judío, afirma lo siguiente en su obra Jesús de Nazaret, precursora de otras obras posteriores de autores judíos sobre Jesús: "Las autoridades del Talmud no negaban que Jesús obró signos y milagros, pero los miraban como actos de brujería" (23) . Esta acusación, de magia, sin embargo, no entró en el proceso de Jesús como causa de su muerte. En los evangelios se le acusa de blasfemia ante el sanhedrín y de subversión ante Pilatos, pero nunca de magia. Esto apunta a que, sin negar la historicidad global de Jesús taumaturgo, su actividad taumatúrgica no debió ser tan llamativa como para considerarlo causa de su muerte. Sería más tarde cuando el argumento tomaría fuerza y los milagros experimentarían un proceso de amplificación y elaboración simbólica.
No obstante, el crédito global concedido a la tradición no prejuzga la historicidad de cada uno de los relatos de milagro de los evangelios.
Por más que las consideraciones precedentes permitan atribuir a los milagros de Jesús un fondo de verdad histórica, no se puede excluir a priori la hipótesis de una ampliación redaccional tejida a partir de un dato inicial, y esto tanto más cuanto que parece verosímil la posibilidad de un amoldamiento al tipo de la anécdota milagrosa tal como aparece documentada en la literatura de la época. En todo caso, citando a Theissen, deberíamos hablar al menos de un núcleo histórico en los relatos de milagro globalmente considerados (24) . Sería preferible hablar tal vez con S. Légasse de un eco o corteza histórica de estos relatos (25) .
b) Historicidad de cada relato de milagro en particular
Respecto a la historicidad de cada relato de milagro en particular, debemos afirmar que cada relato merece un estudio histórico detenido que tenga por marco lo ya dicho. Pero si tuviéramos que hacer una opción por el grado de historicidad de los distintos tipos de relatos de milagro, la nuestra sería la siguiente:
Los relatos de exorcismo y curación, especialmente aquellos que se encuentran en contexto polémico, tienen tinte de ser los más verosímiles desde el punto de vista histórico.
Las reanimaciones de cadáveres o resurrecciones de muertos pueden gozar de una razonable sospecha: en los sinópticos se nos transmiten dos: la del hijo de la viuda de Naín y la de la hija de Jairo. De éstas, la que tiene más tinte de verosimilitud histórica es la de la hija de Jairo por su ambiente palestino, si bien puede pensarse que se trataba de una curación que se amplió más tarde a resurrección: de hecho la niña se presenta al principio gravemente enferma y cuando Jesús llega a la casa está ya muerta. En este relato, no obstante, hay marcas claras que dan a entender que no se trata de un suceso histórico; el final es iluminador al respecto: Jesús llega a la casa en duelo, reanima el cadáver de la niña y le dice a los padres que no se lo digan a nadie, dato que resucita chocante desde el punto de vista histórico ya que a la puerta de la casa se agolpaba la gente. El juego de palabras: "no está muerta, sino dormida" nos sitúa también en la pista del simbolismo cristiano de la muerte como sueño (cementerio = dormitorio, frente a necrópolis = ciudad de los muertos).
El relato de la reanimación del hijo de la viuda de Naín está construido en paralelo con 1 Re 17,17-24 que cuenta la reanimación del hijo de la viuda de Sarepta. La intencionalidad de Lucas es presentar en su evangelio a Jesús como Elías que tenía que venir. Aquí lo presenta haciendo lo que Elías había hecho.
En último lugar, los milagros de naturaleza (tempestad calmada, repartos de panes, Jesús camina por el agua, pesca abundante) son los que merecen menos crédito histórico. En mi trabajo ya citado sobre Los milagros de Jesús (26) he mostrado cómo estos no pertenecen ni siquiera al género de relato de milagro, como se deduce de su análisis funcional. El elemento simbólico predomina tanto en ellos que se puede pensar con razón que no estamos ante relatos de milagro sino de manifestación de la persona de Jesús que da de comer por igual a judíos y paganos (panes), que tiene atributos divinos (que camina sobre el mar) o que invita a la misión en la escena de la pesca abundante (27) .
Pero si es difícil afirmar que Jesús curó a tal o cual enfermo o expulsó el espíritu impuro de alguien, hay un sustrato histórico en todos estos relatos que apunta a hechos auténticos de la vida de Jesús:
-su praxis liberadora (exorcismos),
-su confrontación con la sinagoga, los fariseos y los círculos de poder que alienaban al hombre (endemoniado sinagoga, hombre de la mano seca),
-su no aceptación de la marginación por diversos motivos religiosos (leproso, hemorroísa, paralítico de Cafarnaún),
- su acogida de las clases marginadas de la sociedad (cojos, ciegos, tullidos, paralíticos)
- y su apertura hacia los paganos (tempestad calmada, endemoniado de Gerasa, hija de la sirofenicia, criado del centurión, segundo reparto de panes)
Por los demás, los relatos de milagro que se nos han conservado elevan a categoría de símbolo y paradigma la actuación del Jesús de la historia y son una invitación a hacer otro tanto. Expresan simbólicamente los auténticos comportamientos del Jesús histórico. Más que proceso de legendarización, como decía Bultmann, ha habido una ampliación o elaboración simbólica a partir de un hecho o actuación curativa de Jesús, cuyo núcleo histórico es muy difícil de aislar en cada relato.
Las palabras de J. Jeremias sobre la historicidad de los milagros siguen vigentes: "Por consiguiente, aun aplicando normas rigurosamente críticas a las historias de milagros, vemos que siempre queda un núcleo que puede captarse históricamente. Jesús realizó curaciones que fueron asombrosas para sus contemporáneos. Se trata primariamente de la curación de padecimientos psicógenos, principalmente de las que los textos califican de expulsiones de demonios, realizadas por Jesús con una breve orden; pero se trata también de la curación de leprosos en el sentido amplio en que entonces se entendía esta enfermedad, de paráliticos y ciegos. Se trata de acontecimientos que están en la línea de lo que la medicina llama terapia de superación".
Estas curaciones no fueron importantes sólo para la tradición, sino también para Jesús quien resumió su actividad evangelizadora con estas palabras: "Id a decir a ese don nadie: Yo, hoy y mañana, seguiré curando y echando demonios; al tercer día habré acabado" (Lc 13,32).
NOTAS
(1) La lista completa de milagros de los Evangelios y Hechos de los Apóstoles puede verse en X. Léon-Dufour (ed.), Los milagros de Jesús según el Nuevo Testamento, Madrid 1979, 362-64.
Fuera de los Evangelios y de los Hechos de los Apóstoles, las citas sobre milagros o signos prodigiosos no son muchas, a saber: Rom 15,19 (señales y prodigios de Pablo); 1 Cor 1,22 (Pablo alude a las señales reclamadas por los judíos); 1 Cor 12,9.10.28-30 (carismas en la comunidad primitiva: dones para curar y obras extraordinarias); 2 Cor 12,12 (alusión de Pablo a las señales, portentos y milagros que ha obrado, como signo de su carácter apostólico); Gál 3,5 (los prodigios que Dios obra en la comunidad); 1 Tes 1,5 (la buena noticia se manifiesta como una fuerza (dynamis), término técnico para designar el poder curativo); 2 Tes 2,9 (la venida del impío... con ostentación de poder, portentos y prodigios falsos); Heb 2,4 (portentosas señales de Dios y variados milagros); Sant 5,14-16 (la unción con aceite y la oración que cura) y Ap 16,4 (el ángel que derrama el cuenco en los ríos y manantiales y se convierten en sangre).
(2) Para lo que sigue véase mi obra Los milagros de Jesús en los evangelios sinópticos. Morfología e interpretación, Institución San Jerónimo - Ed. Verbo Divino, Valencia 1984, 27-55. En esta obra se propone una nueva clasificación de los relatos de milagro en tres grupos, basada en el análisis funcional, a saber: relatos de encuentro, de mediación y de confrontación. Los prodigios que afectan a la naturaleza, tras un análisis atento del contenido de sus funciones, no son considerados relatos de milagro, sino "de manifestación". Cada evangelista sinóptico ha configurados su concepción del milagro dentro de uno de los grupos propuestos: Mateo, relatos de encuentro; Marcos, de mediación, y Lucas, de confrontación. Los relatos del grupo cuarto, llamados "de manifestación", invitan a una relectura simbólica de todos los relatos de milagro (véanse pp. 94-100 y 156-166 de la obra citada). En esta misma obra se hace una estudio pormenorizado de otras clasificaciones propuestas como las de G. Theissen, Urchristliche Wundergeschichten. Ein Beitrag zur formgeschichtlichen Erforschung der synoptischen Evangelien, Gütersloh 1974; H. J. Held, "Mathew as Interpreter of the miracle stories" en Bornkamm, Barth and Held, Tradition and Interpretation in Matthew, Londres 1963, traducción del original alemán Überlieferung und Auslegung in Matthäusevagelium, Neukirchen 1960; R. Pesch, So liest Mann synöptisch. Anleitung und Kommentar zum Studium der Synoptischen Evangelien, II-III, Frankfurt 1976 dedica estos dos cuadernos al estudio de los milagros en los sinópticos y sigue con leves retoques la clasificación de G. Theissen, al igual que X. Léon-Dufour en "Estructura y función del relato de milagro" en Id. (ed.), Los milagros de Jesús según el Nuevo Testamento, Madrid 1979, 277-330. Esta obra en colaboración aborda el estudio de los milagros desde la perspectiva de la historia, de la historia de las formas, del análisis estructural, del semiótico, sicoanalítico, etc., estudiando también el género de "relato de milagro" en el Antiguo Testamento, la literatura rabínica y helenística). Un estudio interesante y sugerente sobre la función de los relatos de milagro en el evangelio de Marcos es el de R. Schmücker, "Zur Funktion der Wundergeschichten im Markusevangelium", ZNW 84 (1993) 1-26, con abundante bibliografía y discusión de autores.
(3) De civitate Dei, 20, 1,8,2.
(4 )De utilitate credendi, 16,34.
(5) Contra Faustum, 26,3.
(6) Bultman atribuye los relatos de milagro a dos tradiciones: la tradición de los dichos de Jesús, entre los que se encuentran apotegmas de diversas clases y la tradición del material narrativo o historias de milagros. Como pertenecientes al primer grupo (la tradición de los dichos de Jesús) cita varias curaciones, que son ocasión de controversia: la curación del hombre con el brazo atrofiado (Mc 3,1-6), la curación de un hidrópico (Lc 14,1-6), la curación de la mujer encorvada (Lc 13,10-17) y la curación del paralítico (Mc 2,1-12 y par.); también varios apotegmas o pasajes cuyo punto culminante es un dicho de Jesús expresado de modo conciso: la curación de los diez leprosos (Lc 17,11-19), la hija de la mujer sirofenicia (Mc 7,24- 31 y par.), el centurión de Cafarnaún (Mt 8,5-13 y Lc 7,1-10) y el impuesto del templo (Mt 17,24-27). Con los del segundo grupo (la tradición del material narrativo o historias de milagros, Bultman hace dos subgrupos: curaciones y milagros de naturaleza. Entre las curaciones cita: el endemoniado de Gerasa (Mc 5,1-21 y par.), el niño epiléptico (Mc 9,14-27 y par.) y el endemoniado mudo (Mt 9,32-34); la suegra de Pedro (Mc 1,29-31 y par.), el leproso (Mc 1,40-45 y par.) y el paralítico de Cafarnaún (Mc 2,1-12 y par.); el ciego de Jericó (Mc 10,46-52) y dos ciegos (Mt 9,27-31); la hemorroísa y la hija de Jairo (Mc 5,21-43 y par) y el hijo de la viuda de Naín (Lc 7,11-17). Las curaciones incluyen, por lo que se ve, exorcismos, curaciones propiamente dichas y resurrecciones de muertos. Los milagros de naturaleza que cita Bultmann son la tempestad calmada (Mc 4,37-41 y par.), el caminar por el mar (Mc 6,45-52 y par.), el dar de comer a cuatro mil (Mc 8,1-9 y par.), la pesca milagrosa (Lc 5,1-11), la higuera maldita y seca (Mc 11,12- 14,20 y par.) y el impuesto del templo (Mt 17,24-27). Cf. R. Bultmann, Die Geschichte der Synoptischen Tradition, Tubinga 1921.
Por su parte, M. Dibelius, (Die Formgeschichte des Evangeliums, Tubinga 1919), fundador con Bultmann de la denominada "escuela de las formas", al clasificar los relatos de milagro, distingue entre paradigmas y cuentos. Los paradigmas son narraciones breves de las que se echa mano en la predicación como ejemplos. El centro de estas narraciones lo ocupa una palabra de Jesús. Entre los paradigmas cita dos relatos de milagro: la curación del paralítico (Mc 2,1-12) y la curación del hombre del brazo atrofiado (Mc 3,1-6); paradigmas, aunque de tipo menos puro, son la curación del endemoniado de la sinagoga (Mc 1,23-27) y la curación del hidrópico (Lc14,1-6). Los cuentos son relatos que se caracterizan por una mayor amplitud de estilo así como por su colorido. Entre ellos, Dibelius cita ocho relatos de milagro de Marcos y uno de Lucas: la tempestad en el mar (Mc 4,35-41), el endemoniado de Gerasa (Mc 5, 1-20), la hija de Jairo y la hemorroísa (Mc 5,21-43), la multiplicación de los panes (Mc 6,35-44), Jesús camina por el mar (Mc 6,45-52), el sordomudo (Mc 7,32-37), el ciego de Betsaida (Mc 8,22-26), el niño epiléptico (Mc 9,14-29) y la resurrección del hijo de la viuda de Naín (Lc 7,11-17). De estos nueve, seis son curaciones; los restantes, "historias de milagros" (Wundergeschichten). Según Dibelius, la comunidad primitiva ha utilizado estos relatos de milagro para la predicación misionera (paradigmas) o para oyentes habituados a las maravillas de Dios (cuentos).
(7) L. Evely, L'évangile sans mythes, Paris 1970, 29; trad. española: El evangelio sin mitos, Atenas, Madrid 1972.
(8) Cit. por J. I. González Faus, Clamor del Reino. Estudio sobre los milagros de Jesús, Sígueme, Salamanca 1992, 15.17.
(9) R. Bultmann, Glauben und Verstehen, I, Tubinga, 21954, 221. Cf. R. Latourelle, Milagros de Jesús y teología del milagro, Sígueme 1990, 29-41.
(10) "A propos du problème du miracle", Foi et Comprehénsion 1(1970)240-257.
(11) R. Bultmann, L'interpretation du Nouveau Testament, Paris 1955, 143.
(12) Sígueme 1990, 29-41.
(13) En el paralelo de Mateo (12,38) Jesús les dará la señal de Jonás: la resurrección, comienzo de un mundo nuevo de hermanos reonciliados; en Lucas (11,29-32) la señal es Jonás que pregona el perdón de Dios para los habitantes de Nínive: Dios perdona a quien se arrepiente, sea judío o no.
(14) Institución San Jerónimo, Valencia 1984.
(15) Algo similar sucede con el relato de los panes de Marcos y su paralelo en Mateo. Ambos evangelistas conservan dos versiones, una palestina y otra helenística (Mc 6,33-46, cf. Mt 14,18-23a; y Mc 8,1-9, cf. Mt 15,32-39); en su lugar paralelo, Lucas pone solo una versión (Lc 9,10b-17). Del mismo modo, en el primer reparto de panes (Mc 6,44) hay cinco mil personas y sobran doce cestos; en el segundo (Mc 8,9) cuatro mil y sobran siete espuertas; en los paralelos de Mateo (14,21 y 15,38), a la cifra de cinco o cuatro mil se añade la frase "sin mujeres ni niños".
(16) Los repartos de panes de los sinópticos tienen también su fuente literaria en el libro de Eliseo quien dio de comer a cien personas con veinte panes de cebada (cf. 2 Re 4,42-44). El esquema literario es similar: Una orden de Elíseo: "dáselos a la gente, que coman"; una pregunta del criado: ")Qué hago yo con esto para cien personas?" y un resultado paralelo: "el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor".
(17) Véase R. Latourelle, "Los milagros de Jesús según Jesús", en Milagros de Jesús y Teología del milagro, Sígueme, Salamanca 1990, 53-65, a quien seguimos. Sobre el problema de la historicidad en general de los milagros de Jesús puede verse S. Légasse, "El historiador en busca del hecho" en X. Léon- Dufour (ed.), Los milagros de Jesús según el Nuevo Testamento, Madrid 1979, 109-143.
(18) Según R. Latourelle, o.c., 55-57, hay serios indicios para considerar este logion perteneciente a las ipsissima verba Jesu:
- J. Jeremias (Teología del Nuevo Testamento, I, Salamanca, Sígueme 51985, 21-43) ha puesto de relieve el fuerte sustrato arameo de este logion que trasluce varios rasgos típicos del arameo, la lengua hablada de Jesús: construcción en paralelismo, uso del pasivo divino (egeneto, egnethesan, genomenai), estilo rítmico, asonancia entre Betsaida y Sidón, más sensible en arameo que en griego.
- El término empleado para designar la actividad taumatúrgica de Jesús (dynameis) es característico de la tradición más antigua.
- Corozaín no se nombra en ningún otro sitio en el Nuevo Testamento, dato del que se deduce que la comunidad primitiva no sintió ninguna curiosidad por esta ciudad ni quiso dar publicidad al fracaso de Jesús en ella.
- En contra de lo que hará la iglesia primitiva, este texto narra el fracaso de los milagros de Jesús, actitud que es diferente a la que adopta la comunidad primitiva como aparece en Hch 2,22: "Pedro habla y dice: "Os hablé de Jesús, el Nazareno, hombre que Dios acreditó ante vosotros, realizando por su medio, prodigios y señales, como vosotros mismos sabéis"; en Hch 10,38 dice: "Vosotros conocéis muy bien el hecho de Jesús de Nazaret que pasó haciendo el bien y curando a todos los sojuzgados por el diablo, porque Dios estaba con él". En estos dos textos, los milagros sirven para acreditar a Jesús.
- Este logion manifiesta varias características del mensaje de Jesús: la llamada a la enmienda, la argumentación a partir de los milagros y no de la resurrección, lo cual está más en conformidad con el contexto prepascual.
(19) Según R. Latourelle, o.c., 53-55, hay suficientes indicios que apuntan a la autenticidad histórica de una actividad de Jesús como exorcista, que tampoco se pone en duda por sus adversarios.
-Exorcismos y llegada del reinado de Dios se relacionan en este texto. Según las esperanzas judías, el mesías tenía que destruir el reino del pecado, y al mismo tiempo triunfar sobre la enfermedad y la muerte, que son la concreción del imperio y del dominio de Satanás sobre el hombre. Para la apocalíptica judía, cuando llegara el reinado de Dios, los demonios serían encadenados (Testamento de Henoc 10,3; Testamento de Leví 18,12). La mención del reinado, concepto arcaico en los evangelios, aparece en conexión con la victoria sobre Satanás y se menciona aquí en términos emparentados con los del kerigma primitivo: "Se ha cumplido el tiempo y el reinado de Dios está cerca" (Mc 1,14).
La conciencia que muestra Jesús de ser el vencedor de Satanás aparece también en Mc 3,22-27 en la parábola del más fuerte. Mt 10,24 refiere cómo lo identifican con Belcebú: "Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo. Ya le basta al discípulo con ser como su maestro y al esclavo como su amo. Y si al cabeza de familia le han puesto de mote Belcebú, (cuánto más a los de su casa!"
Este logion está en relación con otro texto de Lc 10,18 que dice así: "Los setenta regresaron muy contentos y le dijeron: -Señor, hasta los demonios se nos someten por tu nombre. El les contestó: -(Ya veía yo que Satanás caería del cielo como un rayo! Yo os he dado la potestad de pisar serpientes y escorpiones y todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá haceros daño. Sin embargo, no sea vuestra alegría que se os someten los espíritus; sea vuestra alegría que vuestros nombres está escritos en el cielo".
(20) Cf. ibidem, 57-65, donde se argumenta de este modo:
-Si Juan es presentado en la iglesia primitiva como aquel que da testimonio abiertamente de Cristo (Jn 1,7.15) no se comprende el tono vacilante de la pregunta: )eres tú el que ha de venir o esperamos a otro?; tampoco sería de esperar de la comunidad cristiana un título cristológico tan impreciso (el que ha de venir ho erkhomenos), que no aparece ni en el judaísmo ni en el cristianismo.
Este logion está de acuerdo con el tema fundamental de la enseñanza de Jesús: el reino; con el de la predicación de la buena nueva a los pobres (parábolas y bienaventuranzas); con la forma habitual de responder de Jesús a la delicada cuestión del mesianismo: él no se afirma Mesías, pero remite a sus obras. Lo que garantiza a Jesús como Mesías son sus hechos: que consisten en aliviar el yugo de todos los que sufren.
(21) E. Trocmé, ["Un Christianime sans Jésus-Christ?", NTS 38 (1992) 321-336] se expresa así al respecto: "Si hay en la tradición numerosos relatos de curaciones milagrosas y exorcismos, es ciertamente porque Jesús actuó como sanador en un cierto número de situaciones y se ganó una reputación de poder y de generosidad ante sus paisanos y ante los pescadores de Galilea, para quienes los males más graves eran incurables con los remedios habituales..."
(22) Véase J. I. González Faus, Clamor del Reino. Estudio sobre los milagros de Jesús, Sígueme, Salamanca 1982, 132.135.
(23) Jesus of Nazaret, Londres 1925, pág. 27; trad. castellana: Jesús de Nazaret, Buenos Aires 1971.
(24) Theissen va más lejos al decir que ve en los relatos de milagro evangélicos "acciones históricas provocadas por el Jesús histórico, en las cuales la figura histórica (de Jesús) se intensifica más allá de toda medida.
(25) "El historiador en busca del hecho" en X. Léon-Dufour, Los milagros de Jesús según el Nuevo Testamento, Madrid 1979, 128, nota 84.
(26) Cf. nota 2.
(27) Si se quiere seguir adelante por el camino de la indagación de la historicidad de cada uno de los milagros de Jesús referidos por los evangelios, hay a disposición del estudioso, entre otros, tres criterios básicos que aplicados a los relatos de milagro se pueden formular así:
-El criterio del testimonio múltiple: "la existencia de fuentes diversas e independientes entre sí ayuda a determinar la historicidad de un determinado relato de milagro".
-El criterio de discontinuidad: "se puede considerar como auténtico un relato evangélico cuyo contenido no puede reducirse a las concepciones del judaísmo o a las de la Iglesia primitiva o, mejor aún, a las dos simultáneamente.
-El criterio de conformidad: "un relato de milagro está más en línea de la historia cuanto más conforme esté con el mensaje característico de Jesús, con lo que se considera su estilo de vida (sencillez, sobriedad, autenticidad o manifestación de amor). Véase a este respecto "Criterios de autenticidad histórica" en R. Latourelle, o.c., 70-85.
(28) Teología del Nuevo Testamento, 115.
 
 
 

María, la madre de Jesús en los evangelios sinópticos

 


Este artículo es fruto de una sospecha: creo que de María, la madre de Jesús, sabemos más de lo que podemos saber y menos de lo que debiéramos. Por eso escribir de María resulta difícil. Primero, hay que despojarse de mucho de lo que nos han dicho de ella; después, hay que volverse a los Evangelios y leer entre líneas lo poco que dicen de ella; finalmente, hay que pararse a reflexionar libres de prejuicios para sacar conclusiones que no desborden el significado de los textos evangélicos, pues la devoción popular y la imaginación de teólogos y predicadores, ha dicho de María muchas cosas que nada tienen que ver con la madre de Jesús, tal y como nos la describen los evangelios.
Reflexionar sobre María es sumamente importante hoy que se preconiza un movimiento de "vuelta a María" que, tras el Concilio, fue, si no olvidada, sí relegada a un papel muy lejano del que le corresponde en el seno de la comunidad cristiana. No para volver al pan-marianismo de otros tiempos (de María nunquam satis, "todo lo que se diga de María es poco", se decía), sino para redescubrir su rostro evangélico y definir su papel en el seno de la comunidad cristiana.
De una simple lectura de los Evangelios se constata una fuerte presencia de María en los "evangelios de la infancia" (capítulos 1 y 2 de Mateo y Lucas, especialmente este último) y su casi total ausencia en el resto de los evangelios.
A la configuración de la imagen tradicional de María han contribuido grandemente los pintores. Éstos, basados en el libro del Apocalipsis e identificando a María -como lo ha hecho la interpretación tradicional de la Iglesia- con la mujer que lucha contra el dragón en Ap 12, la han presentado sobre las nubes y rodeada de ángeles envuelta en el sol, con la luna bajo sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas. Esta imagen "en ascensión" de María, muy lejana de la tierra, parece haberla rescatado para Dios del mundo de los humanos.
MARIA EN EL EVANGELIO DE MARCOS
Al leer el Evangelio de Marcos sorprende la casi absoluta carencia de datos respecto a María. Marcos, de entrada, no habla del nacimiento e infancia de Jesús, como lo hacen Mateo y Lucas. Su evangelio comienza con la predicación de Juan Bautista.
En este evangelio se llama a María por su nombre una sola vez y en un contexto en el que la figura de María no aparece especialmente relevante, reducida a la categoría de una madre más del pueblo:
¿No es éste el Hijo del carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago y José, de Judas y Simón?, y ¿no están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban de él. Jesús les dijo: -Sólo en su tierra, entre sus pariente y en su casa, desprecian a un profeta (Mc 5,3-4).
Los presentes se refieren a Jesús sin pronunciar su nombre y sustituyéndolo por el pronombre "éste", de claro matiz despectivo. De Jesús se dice que es el hijo de María, no aceptado por la mayoría de los asistentes a la sinagoga, que cuestiona sus palabras y su actividad:
¿De dónde le vienen a éste esas cosas? ¿Qué clase de saber le han comunicado a éste y qué portentos son esos que le salen de las manos? (Mc 6,2b).
Ante esta situación, la respuesta de Jesús es tajante:
Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa (en griego oikía, hogar, familia), desprecian a un profeta (Mc 6,4).
Casa se designa en griego con dos términos: oikos y oikía. "El examen de los textos muestra, pues, que en Marcos, oikía añade a oikos el tema de vinculación entre los que se encuentran en ella o componen la familia o, al menos, entre el dueño y los objetos que la casa encierra. Según los textos se insiste en uno u otro aspecto, dominando. sin embargo, el significado de hogar / familia. Oikos, en cambio, tiene el significado de "casa / habitación"; cf. J. Mateos, Los doce y otros seguidores de Jesús en el Evangelio de Marcos, Ed. Cristiandad, Madrid 1982, pág. 252.
Entre el grupo de los que desprecian a Jesús se encuentra también su casa (gr. oikía), esto es, los miembros de su familia.
Ésta es la única vez que aparece en el evangelio de Marcos el nombre de María.
Con anterioridad a esta escena, Marcos se refiere a la madre de Jesús sin decir su nombre: Llegó su madre con sus hermanos y, quedándose fuera, lo mandaron llamar. Una multitud de gente estaba sentada en torno a él. Le dijeron: -Oye, tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera. Él les contestó: -¿quiénes son mi madre y mis hermanos? Y, paseando la mirada por los que estaban sentados en círculo en torno a él, añadió: -Mirad a mi madre y a mis hermanos. Cualquiera que cumpla el designio de Dios, ése es hermano mío y hermana y madre (Mc 3,31-35).
Aparecen aquí dos grupos de personas: uno, el formado por la madre y hermanos de Jesús, que no entra donde está Jesús, sino que, desde fuera, lo manda llamar; otro, el de la multitud, que adopta la postura del discípulo: sentada a en torno a él, en actitud de escucha.
La madre y hermanos de Jesús no se encuentran entre este grupo ni, por tanto, en actitud de oír la enseñanza de Jesús. Están más en línea con la escena anterior: Jesús fue a casa (en griego, oikos), y se reunió de nuevo tal multitud de gente que no podía ni comer. Al enterarse los suyos se pusieron en camino para echarle mano, pues decían que había perdido el juicio" (Mc 3,21).
Los suyos consideran que Jesús no está en sus cabales y tratan de impedir su actividad, actuando en línea con los círculos de influencia de Jerusalén de cuya ideología participan: Los letrados que habían bajado de Jerusalén iban diciendo: Tiene dentro a Belcebú. Y también: Expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios... Es que iban diciendo: Tiene dentro un espíritu inmundo (Mc 3,22.30).
Sin embargo, del hecho de que Marcos no cite a María por su nombre, sino como "madre", puede deducirse que, en este texto, la madre representa más que una persona física, el origen de Jesús, esto es, la comunidad humana donde se ha criado, y sus hermanos, los miembros de esa comunidad. Marcos no aludiría, por tanto, a la persona concreta de la madre y los hermanos de Jesús, sino que trataría de mostrar con estas expresiones la hostilidad hacia Jesús del ambiente donde había vivido (madre y hermanos). (Así J. Mateos - F. Camacho, Marcos. Texto y comentario, Córdoba, Ed. El Almendro 1994, pág. 105).
Esto es todo lo que Marcos dice de la madre de Jesús en su evangelio, donde ésta no sigue ni siquiera de lejos, como Pedro en la pasión (Mc 14,54), a su hijo ni tampoco se encuentra entre el grupo de mujeres que observaban de lejos la crucifixión: Había también unas mujeres observando aquello de lejos, entre ellas, María Magdalena, María, la madre de Santiago el Pequeño y de José, y Salomé, que, cuando él estaba en Galilea, lo seguían prestándole servicio; y además otras muchas que habían subido con él a Jerusalén (Mc 15,40-41).
Estas mujeres citadas no son modelo de la comunidad cristiana, pues contemplan de lejos la cruz y observan el lugar donde ponen a Jesús, una vez bajado de ella; para ellas, la muerte ha terminado con el proyecto de Jesús; de ahí que, una vez pasado el sábado, quieran cumplir el rito del enterramiento judío, embalsamando el cuerpo de Jesús y no transmitan el mensaje de la resurrección a nadie: Salieron huyendo del sepulcro, del temblor y el espanto que les entró, y no dijeron nada a nadie, del miedo que tenían (Mc 16,8).
MARIA EN LOS EVANGELIOS DE MATEO Y LUCAS
Para ver el papel que desempeña María en los evangelios de Mateo y Lucas estudiaremos, en primer lugar, la figura de María en los dos primeros capítulos de cada uno de estos dos evangelios y, a continuación, en el resto del relato evangélico, esto es, del capítulo tercero en adelante.
Los dos evangelistas de la infancia (Mateo y Lucas, en especial este segundo) presentan una imagen de María, muy distinta y más rica de la de Marcos.
1. El evangelio de Mateo: José-Jesús-María (cc. 1-2).
En el Evangelio de Mateo se alude a María por primera vez al final de la genealogía de Jesús: ...y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado el Mesías (Mt 1,16).
Las alusiones a mujeres en la genealogía son cuatro. Las tres primeras mujeres son Tamar, Rajab y Rut:
-v. 3: Judá engendró, de Tamar, a Farés;
-v. 5: Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró de Rut, a Obed.
En estos tres casos, la formulación de la frase en la que aparecen las mujeres es distinta de aquella en la que se cita a María, la cuarta mujer. En los tres primeros, es el varón quien engendra, de una mujer, a su descendiente: en el cuarto, no se habla de que José engendrase "de María, a Jesús", sino de que Jacob engendró a José, el esposo de María. de la que nació Jesús, llamado el Mesías (Mt 1,16).
La genealogía termina en Jesús, hijo de María, esposa de José, último eslabón de tres series, cada una de catorce generaciones, iniciadas por Abrahán, continuadas por David y Jeconías (la época patriarcal, la de la realeza y la de después del exilio) que resumen la historia del pueblo, de quien Jesús, según el evangelista Mateo, es el nuevo Moisés.
Desde el primer momento, el evangelista Mateo anuncia la peculiaridad del nacimiento de Jesús, cuya procedencia directa de un ser padre humano no se menciona. Jesús proviene por entero de Dios, idea que se subraya de diversas maneras: La criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo (1,20); la virgen concebirá y dará a luz un hijo (1,23); sin haber tenido relación con él, María dio a luz un hijo (1,25).
De la lectura de los dos primeros capítulos de Mateo se obtiene una primera conclusión: éstos giran en torno a Jesús, pero la figura de José destaca sobre la de María, hasta el punto de que el ángel se dirige siempre a éste y no a aquélla. No obstante, este evangelista no transmite palabra alguna de José o de María. Dios lleva la iniciativa por medio del ángel; los humanos ejecutan sus órdenes.
José es el varón justo -judío fiel observante de la ley e imagen del Israel fiel- que acata la voluntad de Dios anunciada por el ángel en sueños. José se limita a ejecutar las órdenes del ángel. Cuando decide repudiar a María en secreto (Mt 1, 19), el ángel del Señor se le aparece en sueños (1,20) encargándole no tener reparo en llevar consigo a María, su mujer porque la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrá de nombre Jesús (1,20-21), orden que ejecuta más tarde (1, 24-25). Tras la visita de los magos, el ángel del Señor se aparece de nuevo en sueños a José ordenándole que huya con el niño y su madre a Egipto y permanezca allí hasta nuevo aviso (2, 31), y José ejecuta la orden (2.14). Muerto Herodes, un nuevo aviso del ángel del Señor a José en Egipto, le hará volver a Israel, con el niño y su madre (2, 19-21): al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea, como sucesor de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá; avisado en sueños José se retiró a Galilea y fue a establecerse a un pueblo llamado Nazaret (1,22-23a).
Por dos veces, la orden del ángel dirigida a José dice textualmente: Levántate, coge al niño y a su madre (2, 13.14). Y el evangelista refiere la ejecución de la orden : José se levantó, cogió al niño y a su madre (2, 20.21).
En evangelio de Mateo es José el encargado de poner el nombre a Jesús; en el de Lucas lo hace María. Según el Antiguo Testamento, en los tiempos más antiguos, era, sobre todo, la madre quien imponía el nombre al recién nacido (Gn 4,25; 19,378.38; 29,32.33; 30,8.11.13.18.21.24; 35,18; 38,3 [texto corregido]; 4.5.29 [texto corregido]. 30 [texto corregido]; cf. Éx 2, 10; Jue 13,24; 1 Sm 1,20; cf. 4,21). Por el contrario, en Gn 4,26 J; 5,29 J; 16,15 P; 21,3 P; Éx 2,22 J; 2 Sm 12,24, la imposición del nombre se atribuye al padre. Véase "nombre" en J. Jenni - C. Westerman, Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, II, Madrid 1978,1178.
La jerarquía de personajes de este relato evangélico sigue, por tanto, este orden: José - Jesús - María.
El niño sobrevive gracias a José, que acata la voluntad del ángel, marchando a Egipto con el niño y su madre para, más tarde, volver a Israel, pero no a Judá (donde se encuentra el templo y la ciudad santa de Jerusalén), sino a Nazaret de Galilea, desde donde Jesús, con el nuevo pueblo, comenzará su éxodo definitivo: entonces llegó Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara (3,13-4,12). (José era el nombre del patriarca que, vendido por sus hermanos, fue llevado a Egipto, resultando ser el salvador de su familia).
La función de María, en estos dos primeros capítulos de Mateo, se limita a concebir y dar a luz a Jesús, culmen de la historia de la salvación, haciendo presente a su Hijo en el mundo, como manifestación de Dios (Enmanuel, Dios con nosotros), papel propio de la comunidad cristiana, a quien María representa.
2. Evangelio de Lucas: Maria-Jesús-José (Lc 1-2)
El texto de los dos primeros capítulos del Evangelio de Lucas, al igual que el de Mateo, está muy elaborado literariamente; en él se presenta en forma de paralelismo antitético a Juan y Jesús.
Los anuncios a Zacarías y María de parte de Gabriel, el encuentro de María e Isabel, el nacimiento de Juan y Jesús, su circuncisión así como su vida oculta, están descritos con esquemas narrativos muy afines.
Esto no impide que haya notables diferencias: Isabel es estéril, María virgen; de Juan se dice que no beberá vino ni licor, de Jesús no se da su dieta alimenticia, pero sabemos por Mateo (11,19) que lo critican por ser comilón y borracho; Zacarías pide garantías al ángel y su desconfianza es castigada con la mudez; María pregunta simplemente: ¿cómo puede ser esto...?
Un estudio del espacio y de los desplazamientos de los personajes de estos relatos descubre también oposiciones muy significativas: María es de Nazaret, pueblo de Galilea; para ver a su prima va a la sierra; a un pueblo de Judá. Zacarías recibe el anuncio en el templo de Jerusalén; de María no se dice dónde. El niño Juan crece en el desierto, Jesús en Nazaret de Galilea. Todo esto es sumamente importante para interpretar la vida de los niños que han nacido: Judá /Galilea (judíos/gentiles), templo- no templo (sagrado/profano), desierto-Nazaret (aislamiento /sociabilidad). Lucas pone en paralelismo antitético las figuras de los niños y las de Zacarías y María (José queda en segundo plano).
Un estudio interesantísimo sobre la infancia de Jesús en Lucas es el de Mark Colerdige, The birth of the Lukan Narrative. Narrative as Christology in Luke 1-2, publicado por Sheffield Academic Press el año 1993, y ahora en fase de preparación para ser publicado en castellano con el título de Nueva lectura de la infancia de Jesús, por Ediciones El Almendro, Córdoba, Diciembre 2000.
En el Evangelio de Lucas, al contrario de Mateo, la figura de María destaca sobre la de José, su esposo. Y si en Mateo, ni María ni José hablan, en Lucas no sólo se habla de y a María, sino que también ésta habla en diversas ocasiones. Por eso resulta muy interesante no sólo saber lo que se dice a María (palabras a María), sino también -y tal vez más- lo que ella misma dice (palabras de María) en este Evangelio.
a) Palabras a María
Primera escena: la anunciación a María (1,26-38).
Gabriel -"fuerza de Dios" o "Dios es fuerte"-, cuya misión según Daniel 8,15 y 9,21ss. era revelar a los humanos el sentido de las visiones y explicar el significado de la historia- fue enviado a un pueblo de Galilea (de los gentiles, no Judea, como en el anuncio a Zacarías), que se llama Nazaret (innominado en la Biblia), a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David (pues estaba anunciado que el Mesías descendería de David; como éste, también Jesús nacerá en Belén, aunque será muy crítico con la corriente de interpretación en clave davídica, esto es, político-mesiánica; según Lc 20,39-44, el Mesías no es sucesor de David, sino su Señor). La virgen se llamaba María. Entrando a donde estaba ella (el evangelista no dice dónde, pero no se halla en el templo, como Zacarías) el ángel le dijo: Alégrate, favorecida, el Señor está contigo. No temas, María, que Dios te ha concedido su favor. Mira, vas a concebir en tu seno y a dar a luz un hijo, y le pondrá de nombre Jesús... El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra... Y mira, también tu pariente Isabel, en su vejez, ha concebido un hijo, y la que decían que era estéril está ya de seis meses, porque para Dios no hay nada imposible... (1,26-38).
- María es la favorecida de Dios, (en griego kekharitôménê). El verbo kharitóô, agraciar, favorecer, aparece una sola vez más en el resto del Nuevo Testamento, en la carta a los Efesios donde dice: Porque nos eligió con él antes de crear el mundo, para que estuviéramos consagrados y sin defecto a sus ojos por le amor; destinándonos ya entonces a ser adoptados por hijos suyos por medio de Jesús Mesías -conforme a su querer y a su designio- a ser un himno a su gloriosa generosidad. La derramó sobre nosotros (gr. ekharitôsen) por medio de su Hijo querido, el cual, con su sangre nos ha obtenido la liberación, el perdón de los pecados; muestra de su inagotable generosidad (Ef 1,4-7).
María es la elegida para ser la madre de este don-generosidad de Dios (Jesús) a la humanidad; de ahí, que se la llame favorecida.
- El Señor está contigo.
Esta segunda frase explicita la primera expresión: María es favorecida o lo que es igual: el Señor está con ella, frase con la que expresa Lucas la condescendencia de Dios hacia alguien (cf Lc 1,66; Hch 7,9; 10,38; 11,21; 18,10. Esta frase aparece frecuentemente en el Antiguo Testamento dirigida a Moisés, Ex. 3,12; a Gedeón, Jue 6,12.15-17; en Dt 2,7; 20,1, etc.). María, de Nazaret de Galilea, se inserta en la lista de los agraciados de Dios a lo largo de la historia de la salvación: Dios encumbra a los humildes (1,52). El papel de María será concebir, dar a luz y poner el nombre de Jesús al niño, papel que desempeña José en el Evangelio de Mateo. Y todo esto será posible porque el Espíritu santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra, en alusión a la gloria de Dios que, en forma de nube, cubría en el desierto la tienda que guardaba el Arca de la alianza y las Tablas de la Ley: Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario (Éx 40,34).
María, en el evangelio de Lucas, es figura de los pobres de Yahvé, del resto de Israel fiel a Dios, de los que no cuentan y están lejos de los órganos de decisión de la sociedad, del aparato del templo, del dinero y los honores. De María no se conoce ni su genealogía, que le es prestada a Jesús por José su padre putativo: Se pensaba que era hijo de José, el de Elí... el de Enós, el de Set, el de Adán, el de Dios (3,23.38).
Segunda escena: María visita a Isabel (1, 39-45)
Al oír Isabel el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre e Isabel se llenó de Espíritu Santo. Y dijo a voz en grito: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre... Y dichosa tú por haber creído que llegará a cumplirse lo que te han dicho de parte del Señor (1, 41-45).
Aquí se alude por primera vez a la fe-adhesión de María al plan de Dios: porque has creído. Una fe no exenta de dificultades y oscuridades que necesitará una buena dosis de reflexión y maduración desde los primeros instantes de la vida de Jesús como leemos en el Evangelio: María por su parte, conservaba el recuerdo de todo esto, meditándolo en su interior (2,19); su padre y su madre estaban sorprendidos por lo que se decía del niño (2,33); ellos no comprendieron lo que les había dicho (2,50); su madre conservaba todo aquello en la memoria (2,51).
Estos textos dan a entender que no todo debió ser tan clarividente para María, siendo la anunciación a María más bien el resultado de la reflexión de la primitiva comunidad cristiana acerca de los orígenes de Jesús y del papel de María. El camino de ésta hasta la adhesión plena al plan de Jesús pasa, desde los primeros años de la vida de Jesús, por la reflexión, meditación, sorpresa e incomprensión de lo que se dice sobre el niño o lo que éste hace.
Tercera escena: Palabras de Simeón (2.34-35)
Había, por cierto, en Jerusalén un hombre llamado Simeón, justo y piadoso... Simeón los bendijo y dijo a su madre: Mira, éste está puesto para que en Israel unos caigan y otros se levanten y como bandera discutida -y a ti, tus anhelos te los truncará una espada: así quedarán al descubierto las ideas de muchos (2,34-35). en este texto encontramos una alusión clara a la muerte de Jesús que dejará al descubierto las ideas mesiánicas de muchos en línea con los deseos de restauración mesiánica; la espada, tal vez, aluda a la destrucción y caída de la ciudad de Jerusalén, fin de las esperanzas mesiánicas de muchos. La madre / Israel experimentará en la muerte de Jesús el fracaso de la salvación que esperaba, cuya consecuencia será la ruina del pueblo (Ez 14,17) (véase J. Mateos, Nuevo Testamento, Ed. Cristiandad, Madrid 1987).
b) Palabras de María
Primera escena: Anuncio del nacimiento (1,26-38)
En esta escena se refieren dos intervenciones de María:
- Ante el anuncio del ángel. María pregunta: ¿Cómo sucederá esto si no vivo con un hombre? (1,34). María pide información, pues aunque casada, todavía no convive con su marido. La fecundidad de María-madre-virgen no proviene de hombre alguno, sino de Dios. La adhesión de María no es ciega.
- Explicado el cómo por el ángel, María acepta el plan de Dios: Aquí está la sierva del Señor; cúmplase en mí lo que has dicho (1, 38). Acatamiento incondicional. María es el prototipo de israelita fiel (en Mateo, lo es José) que acepta y se somete al plan de Dios.
Segunda escena: Proclamación de María (1, 46-55)
María entona un canto de alabanza a Dios y desvela el plan de Dios en la historia, el Dios grande y salvador que se fija en las personas que no cuentan (humillación de su sierva) en las que Dios se manifiesta con poder (el Potente ha hecho grandes cosas en mi favor: Santo es su nombre y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. La intervención de Dios con fuerza ha desbaratado los planes de los arrogantes (lit. los que se muestran superiores), derriba a los poderosos, encumbra a los humildes (gr. tapeinoús, palabra de significado etimológico oscuro que indica en la Biblia a quien es pequeño, bajo, humilde, pobre): a los hambrientos los colma de bienes (bienes, en griego agathá, es muy distinto de hypárkhonta, propiedades: Dios no promete colmar de propiedades a los hambrientos, sino de bienes, palabra con la que se indica en el NT el cúmulo de realidades que hacen posible la salvación desde ahora: entre éstas no se encuentra el dinero). Finalmente, a los ricos los despide de vacío. Este es el modo concreto como Dios ha auxiliado a Israel, su servidor, acordándose, como lo había prometido a nuestros padres, de la misericordia a favor de Abrahán y su descendencia (1, 46-55).
Este canto de María, según algunos un himno de la primitiva comunidad judeo-cristiana- expresa en realidad el sentir y las aspiraciones del pueblo sencillo: un anhelo de un cambio social importante que acabe al fin con las necesidades de los pobres. Todo, por lo demás, se desarrolla dentro del marco de Israel.
Tercera escena: María en el templo (2,41-52)
A los tres días lo encontraron en el templo en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían estaban desconcertados de sus inteligentes respuestas. Al verlo, quedaron impresionados, y le dijo su madre: Hijo ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo! El les contestó: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que les había dicho. Jesús bajó con ellos, llegó a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo aquello en la memoria. Y Jesús iba adelantando en saber, en madurez y en favor ante Dios y ante los humanos (2, 46-52).
La intervención de la madre es corregida por Jesús. Ella dice: "...¡te buscábamos tu padre y yo!, Jesús responde: ¿No sabías que yo tengo que estar en lo que es de mi Padre? Jesús no reconoce dependencia de otro padre que no sea Dios a quien denomina "mi padre". Evidentemente ellos no comprendieron lo que les había dicho.
De este recorrido por los dos primeros capítulos del Evangelio de Lucas podemos concluir que María, una muchacha de quien ni siquiera se recoge su genealogía, desposada con José, ambos pobres (ofrecen a Dios el sacrificio expiatorio de los pobres un par de tórtolas o dos pichones, cf 2,24), de un pueblo nunca nombrado en el Antiguo Testamento, de una región distante del corazón del sistema religioso y de los centros de decisión y poder, es la favorecida de Dios para concebir, dar a luz y poner nombre a Jesús. Ella acepta ser sierva de su Señor. Sin embargo, el acatamiento, por su parte, del plan de Dios no la libra de recorrer progresivamente su camino hasta la adhesión-fe en Jesús, su hijo, reflexionando, a veces sin entender, sobre lo que se dice de él o sobre lo que hace el niño.
María aparece así como prototipo o modelo de israelita fiel, que, no de modo ciego, sino preguntando y meditando, se adhiere al plan de salvación de Dios que se manifiesta en Jesús, su hijo.
Más que una figura histórica, Lucas ha hecho una elaboración literaria de la figura de María como modelo que representa al "resto de Israel" fiel a Dios. Para Lucas, María es representante de ese Israel, alejado del judaísmo oficial y de los círculos de Jerusalén.
3. María en el resto de los evangelios de Mc y Lc (capítulo 3 en adelante).
a) Evangelio de Lucas
Del evangelio de Lucas llama la atención que, tras el protagonismo de María en los cc. 1-2, ésta desaparezca casi por completo en el resto del evangelio. Solamente se la vuelve a citar una vez y no por su nombre, sino en calidad de "madre de Jesús" en Lc 8 19-21, escena paralela de Mc 3,31-35 en la que, sin embargo, Lucas ha introducido varias correcciones significativas.
Veamos en esquema el contexto donde se insertan ambos textos en Marcos y Lucas:
Contexto en LucasContexto en Marcos
8, 1-3: El grupo que acompaña a Jesús3.20-21: Reacción de los suyos: ha perdido el juicio
8, 4-18: Parábola del sembrador3.22-30: Reacción oficial: tiene dentro a Belcebú
 
TextoTexto
8,19-21 Madre y hermanos de Jesús3,31-35: Madre y hermanos de Jesús
  Lucas ha cambiado el contexto inmediatamente precedente. La escena se sitúa después de la parábola del sembrador y no como en Marcos, donde las escenas anteriores aluden a la reacción de los familiares de echarle mano (Mc 3, 20-2 1), pues decían que había perdido el juicio, y a la de los letrados que le acusan de tener dentro a Belcebú (Mc 3, 22-30). En aquel contexto, la madre y los hermanos, que, desde fuera, lo mandan llamar, parecen ser solidarios de la doctrina de los letrados y parientes, que lo acusan de tener dentro a Belcebú. Aquí no. El contexto inmediato es la parábola del sembrador a la que Lucas ha colocado al final como colofón una frase muy similar a la del final de la parábola de los talentos (Mt 25, 29; Lc 19, 26): Al que produce se le dará, pero al que no produce le quitarán hasta la que cree tener (8, 18). En este contexto, donde "producir" significa oír la palabra, Jesús define cuáles son sus allegados: Madre y hermanos míos son los que escuchan el mensaje de Dios y lo ponen por obra.
En segundo lugar, Lucas ha introducido varios retoques significativos, al decir: su madre y sus hermanos no lograban llegar hasta él por causa de la multitud (8,19), se han quedado fuera y quieren verte (8, 20). No se trata, como en Marcos, de mandar salir a Jesús, sino de no poder entrar adonde estaba éste a causa de la multitud. De este modo la escena en Lucas se ha dulcificado perdiendo lo que tiene de chocante, sin lugar a dudas, en Marcos.
Por otra parte Lucas ha omitido la alusión a María en el otro lugar donde en el Evangelio de Marcos se aludía a ella (Mc 6, 1b-6) y ha retocado el dicho de Jesús relativo al rechazo que sufre el profeta de parte de los suyos (Lc 4, 22b-24). Veamos los dos textos en paralelo:
Lucas 4,22b-24Marcos (6.3-4)
Pero ¿no es éste el hijo de José?¿No es éste el carpintero. el hijo de María y hermano de Santiago y José, de Judas y Simón?, y ¿no están sus hermanas aquí con nosotros?
Os aseguro que a ningún profeta lo aceptan en su tierra.Sólo en su tierra, entre sus parientes y en su casa desprecian a un profeta.
  La alusión a María así como al desprecio que el profeta recibe por parte de sus parientes y de su casa han desaparecido en Lucas.
Por último, dentro de esta reelaboración de la figura de María que hace Lucas, en el libro de los Hechos, segunda parte de su obra, se presenta a María, reunida con los once y las mujeres, después de la ascensión de Jesús y antes de la venida del Espíritu Santo: todos ellos perseveraban unánimes en la oración con las mujeres, además de María, la madre de Jesús y sus pariente (Hch 1,14)
b) Evangelio de Mateo
Fuera de los dos primeros capítulos de su evangelio, Mateo alude a María por su nombre en 13, 55-57, texto que sigue muy de cerca la redacción de Marcos, como puede verse a continuación en columnas paralelas:
Mateo (13,55-57)Marcos (6,3-4)
No es éste el hijo del carpintero?
¡Si su madre es María
y sus hermanos Santiago,
José. Simón y Judas!
¡Si sus hermanas están todas
con nosotros!
Entonces, ¿de dónde le viene todo eso?
Y se escandalizaban del él.
Jesús les dijo:
Sólo en su tierra

y en su casa desprecian a un profeta
¿No es éste el carpintero,
el hijo de María
y hermano de Santiago
y José, de ludas y Simón?
Y ¿no están sus hermanas aquí
con nosotros?

Y se escandalizaban de el.
Jesús les dijo:
Sólo en su tierra,
entre sus parientes
y en su casa desprecian a un profeta.
  El dicho de Jesús en Mateo no alude a los parientes que están englobados en la casa.
La otra escena en la que aparece la madre y los hermanos de Jesús en Mateo (12, 46-50) es paralela también a Marcos. El contexto es muy parecido en ambos evangelistas. En Mateo lo acusan de arrojar los demonios con el poder de Belcebú; a continuación, algunos de los letrados y fariseos le piden una señal. En seguida se presentan su madre y sus hermanos que, como en Marcos, se quedan fuera y no pertenecen al grupo de sus discípulos, su nueva familia a la que puede unirse, según palabras de Jesús, cualquiera que lleva a efecto el designio de mi Padre del cielo (Mt 12, 22-49).
Conclusiones
El tratamiento que hacen de María los evangelistas sinópticos no es uniforme, sino plural. Cada uno tiene su propia imagen de María, su peculiar idea de la madre de Jesús. Las diversas imágenes de María que transmiten los sinópticos son fruto de la progresiva reflexión de las comunidades cristianas primitivas acerca del papel de María, elevada a categoría de símbolo, en su función de madre. Estas imágenes deben ayudarnos a reconstruir el rostro evangélico de María, con frecuencia deformado por datos más procedentes de la imaginación popular que de los evangelios.
• María, en Marcos, aparece formando parte del grupo de los parientes de Jesús que no lo aceptan. Para adherirse plenamente a Jesús, la buena noticia de parte de Dios, el grupo de creyentes proveniente de los ambientes judíos, tendrá que romper con las categorías judías y su peculiar expectación mesiánica en clave nacionalista y exclusivista, y tendrá que abrirse al universalismo del mensaje evangélico. Por eso, cuando las mujeres van al sepulcro a embalsamar el cuerpo de Jesús, el joven les dice : Y ahora, marchaos, decid a sus discípulos y, en particular, a Pedro: "va delante de vosotros a Galilea: allí lo veréis, como os había dicho" (Mc 16,7). Sólo lejos del sistema judío, fuera de Jerusalén, en Galilea de los gentiles, podrá comprender el grupo cristiano procedente del judaísmo -representado por la madre y los hermanos- la novedad absoluta del evangelio de Jesús: su universalismo.
• En el Evangelio de Mateo (Mt 1-2), aparece ya con fuerza la figura de María-madre-virgen, cuya fecundidad no proviene de hombre alguno, sino del Espíritu Santo. Ella, la madre de Jesús, no tiene protagonismo alguno, ni siquiera habla en los dos primeros capítulos de este evangelio. Es José, hombre justo, israelita fiel a la tradición, pero también a los mensajes que le transmite el ángel, la figura destacada. José, hombre justo, es representante del "resto de Israel" fiel a Dios, que necesitará abrirse al universalismo de Jesús.
• En el Evangelio de Lucas (Lc 1-2), María ejemplifica el modo de actuar de Dios que favorece a los desfavorecidos del pueblo de Israel. La fidelidad de María a Dios (aquí está la sierva del Señor: cúmplase en mí lo que has dicho) no la libra, sin embargo, de recorrer su camino de fe, no exento de dificultades.
• Fuera de los evangelios de la infancia (cc. 1 y 2), Mateo y Lucas han seguido caminos diversos en el resto de sus evangelios. El primero participa de la concepción de María que tiene Marcos; el segundo ha introducido correcciones significativas en el único texto en que habla de la madre de Jesús (Lc 8, 19-21; cf Mc 3, 31-35), omitiendo la alusión a María en el otro en el que Marcos la cita (Lc 4. 22b-24; cf Mc 6.3-4). De este modo, Lucas sublima la imagen de María y de los parientes de Jesús, quitándole aquello que pueda chocar en Marcos, presentándolos más tarde en Hechos reunidos con los once antes de la venida del Espíritu.
Sin embargo, el papel asignado a María en el Nuevo Testamento no se agota en los evangelios sinópticos, sino que se prolonga en los Hechos de los Apóstoles (1, 12-14), en el evangelio de Juan y en la tradición de la Iglesia, que no han sido objeto de nuestro estudio.
Para una síntesis sobre el papel de María en el evangelio de Juan, cf. "Madre" en J. Mateos - J. Barreto, Vocabulario teológico del Evangelio de Juan, Ed. Cristiandad, Madrid 1980, pág. 83; también "Madre" en J. Mateos, Nuevo Testamento, Ed. Cristiandad, Madrid 1987, 2ª ed., pp. 1302-1304, donde se presenta de modo condensado el papel de María en los cuatro evangelios. Un libro muy interesante y novedoso sobre María es el de A. Maggi, Nuestra Señora de los herejes, Ed. El Almendro, Córdoba 1990.
Finalmente, en relación con la figura histórica de María, hemos de afirmar, tras este estudio, que así como resulta difícil y sumamente complejo trazar la figura del "Jesús de la historia", más difícil aún es determinar el perfil histórico-biográfico de María en los evangelios. Los datos que nos dan de María los evangelistas no concuerdan fácilmente entre sí, y lo que nos dicen de ella está más cerca de la teología que de la historia. Lo que podemos saber sobre María, desde el punto de vista histórico, es tan poco que los evangelios apócrifos se vieron en la necesidad de recrear su figura, basándose con frecuencia en una imaginación desbordada, que deformó la sobriedad y el significado simbólico-teológico de los textos evangélicos.
 
 

Formación de los Evangelios Sinópticos

De la tradición a los escritos


Tal como se ha indicado en la publicación anterior, se fue así formando “una rica tradición” sobre Jesús, trasmitida por testigos autorizados en la Iglesia naciente, durante los primeros veinte a treinta años. Y al mismo tiempo fueron surgiendo unos detallados escritos como los relatos de la pasión y algunas colecciones de dichos y milagros (signos) del Señor Jesús.
Al parecer una de las primeras series de “dichos” fue redactada en arameo y su datación corresponde a los años 45-55. La redacción del evangelio según san Marcos ocurre, conforme a la hipótesis más probable, entre los años 60-65. Y los evangelios según san Mateo y según san Lucas son fecha posterior (a. 70-85) y su redacción última se hace teniendo en cuenta la citada colección de “dichos”, el evangelio según san Marcos y otras fuentes propias y personales de sus respectivos autores.

En esta elaboración de los evangelios tal como hoy los conocemos, el más antiguo, el que se dice “según san Marcos” parece ser obra escrita por Marcos, discípulo muy cercano al apóstol Pedro. Papías, que fue obispo de Hierápolis en Asia Menor y vivió entre los años 70-160, afirma en un fragmento de sus escritos: “Marcos, que fue el intérprete de Pedro, puso cuidadosamente por escrito, aunque no con orden, cuanto recordaba de lo que el Señor había dicho y hecho. Aunque él no había oído al Señor ni le había acompañado, fue compañero de Pedro, como acabo de decir, y éste impartía sus enseñanzas según las necesidades de la gente y no como alguien que cuida de un orden en lo que ha de ser escrito. Por ello, Marcos en nada se equivocó al redactar algunas cosas tal como las recordaba, pues se había preocupado en transcribir cuanto había escuchado, tratado de evitar el engaño en lo más mínimo, evitando el ser negligente ni descuidado.”

Es también evidente que los evangelios tanto el de Mateo como el de Lucas, tienen relaciones innegables con el de Marcos. Y si los ponemos los tres en columnas paralelas y comparamos sus pasajes similares y sus diferencias obtendremos una visión de conjunto (sinopsis) que puede ayudar a su mejor interpretación. Así estos tres evangelios reciben el calificativo de “sinópticos”.

En resumen: los evangelistas escribieron los evangelios en lugares, tiempos y situaciones diversas; ellos eligieron, ordenaron y adaptaron el material que conocían de la “tradición” apostólica desde su origen ocular hasta su aceptación como alimento nutritivo de vida cristiana en las diversas comunidades. En todo este proceso, y en la redacción definitiva, la experiencia atestiguada y recibida con fe en el resultado reconoce en tales escritos la indudable inspiración del Espíritu Santo. Esta alienta, consuela y se prolonga hoy hasta nosotros en el sentido de poder darnos vida plena y permanente si la recibimos y le damos una acogida en nuestro corazón con sencillez y con la humildad de aceptar algo que nos es dado y comunicado como un don. Es un vital alimento para nuestro espíritu.


Historicidad de los Evangelios

“La Iglesia ha defendido siempre y en todas partes, con firmeza y máxima constancia, que los cuatro Evangelio mencionados, cuya historicidad afirma sin dudar, narran fielmente lo que Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la eterna salvación de los hombres hasta el día de la ascensión” (Vaticano II, DV 19). Con el término “historicidad” no se está diciendo que los evangelios cuentan los hechos tal como sucedieron en forma de crónica científica en todos sus detalles. Sus autores se centraron más bien en el sentido profundo de la verdad de las cosas que narraban; y ello desde la fe en la resurrección gloriosa de Jesús y bajo la iluminación del Espíritu de esa verdad. Ese significado de “las cosas” lo comunicaron manteniendo el carácter de predicación de acuerdo a las necesidades diversas de las comunidades cristianas; y lo hicieron habiendo recogido los testimonios de testigos oculares, las referencias comprobadas e incluso avivando sus propios e inmediatos recuerdos. No pretendieron escribir “una historia” tal cual, sino anunciar a Jesucristo como nuestro salvador y Señor. Este anuncio se basa fielmente en hechos y dichos reales y no inventados.


La cuestión sinóptica

El evangelio de Marcos tiene 678 versículos (16 capítulos). El evangelio de Mateo suma 1015 versículos (28 capítulos). Y el evangelio de Lucas se extiende hasta los 1112 versículos (24 capítulos). En los tres libros se cuentan hasta 330 versículos similares en lo esencial. Y cerca de otros 200 versículos de Marcos resuenan en Mateo, y un centenar en Lucas. Por otro lado más de 200 extraños a Marcos, son comunes a Mateo y Lucas. Los estudiosos, no todos, tratan de explicar esta situación mediante la “teoría de las dos fuentes”: Mateo y Lucas tendrían en cuenta el evangelio de Marcos y también conocieron una segunda fuente común, la calificada como fuente “Q”. Al mismo tiempo, cada uno de ellos tuvo y manejó sus propias fuentes. Esta verosímil y probable hipótesis podría explicar tanto sus coincidencias como sus variantes y diferencias. Estos tres primeros evangelios reciben así el calificativo de “sinópticos” porque pueden presentarse en una visión comparativa de conjunto (“sinopsis”). Es una clave para su interpretación y captación de lo característico de cada evangelio.


La fuente "Q"

Los evangelios de Mateo y de Lucas coinciden en bastantes dichos que no aparecen en Marcos, el más antiguo de los evangelios sinópticos. Se supone así, que ambos escritores tienen a su vez en cuenta otra fuente de inspiración pero común, que se suele identificar con la letra “Q” (inicial de Quelle que en alemán significa “fuente”). Provendría ésta, de una supuesta tradición oral que recogería palabras y dichos de Jesús. Hay interés por investigar esta fuente “Q”, pues su mayor conocimiento podría acercarnos a los planteamientos teológicos más antiguos de los primeros cristianos seguidores de Jesús.



Los evangelios sinópticos y sus temas centrales.

Los sinópticos y Juan.

Los tres primeros evangelios se llaman "sinópticos" (con la misma óptica) por tener la misma perspectiva histórica:

  • El evangelio de Marcos, el primero en ser escrito, es el más breve, comienza con el bautizo de Jesús por Juan y muestra a Jesús como siervo de Dios.
  • Lucas se especializa en narraciones de misericordia y perdón. Trae el evangelio de la infancia de Jesús, que posiblemente conoció por el testimonio de María.
  • Mateo es un Evangelio mas desarrollado, con esquemas que facilitan la la catequesis y memorización. Trae también la narración de la concepción de Jesús y su infancia. Recalca que en Jesús se cumplen las profecías y con Él llega el Reino delos Cielos.
Juan, en cambio, desarrolla una visión teologal de Jesús, penetrando en su identidad de Hijo de Dios en pleno sentido. No trae las parábolas ni narra la institución de la Eucaristía. En cambio, trae el lavatorio de pies y el largo discurso de la cena, que omiten los otros evangelistas. En lugar de referirse al Reino de Dios como los sinópticos, Juan llama vida eterna a esa realidad divina presente en el mundo.


Títulos que los sinópticos le dan a Jesús

  • El que ha de venir
  • Emmanuel (Dios con nosotros)
  • Hijo de David
  • Hijo de Dios
  • Hijo del Dios altísimo
  • Hijo del Dios bendito
  • Hijo del hombre
  • Mesías
  • Hijo del Dios viviente
  • Pastor
  • Santo
  • Señor
El Reino de Dios o de los Cielos.

Los sinópticos insisten en la llegada del Reino de Dios, que Mateo llama de los Cielos, para seguir la costumbre judía de evitar,  lo más posible, nombrar a Dios. Ese Reino fue anunciado por los profetas y por Juan Bautista:

Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: «Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz.»  El imperio crece con él y la prosperidad no tiene límites, para el trono de David y para su reino: El lo establece y lo afianza por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. Sí, así será, por el amor celoso de Yavé Sabaot. (Is 9, 6-7)
 Por aquel tiempo se presentó Juan Bautista y empezó a predicar en el desierto de Judea; éste era su mensaje: «Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos está cerca.»  (Mt 3, 1-2)
 Jesús comparó el Reino de Dios a....

  • Un tesoro escondido en un campo que un hombre encuentra, vende todo y compra aquel campo.
  • Un mercader de perlas finas que encuentra una que vale más que todas, vende todo y la compra.
  • Un pequeño grano de mostaza que un hombre sembró y se convirtió en un gran arbusto.
  • La levadura que una mujer puso en tres medidas de harina y fermentó toda la masa.
  • Una red que se hecha en el mar y recoge peces de todas clases.
Jesús indicó las exigencias para entrar en el Reino de Dios.

  • Conviértanse porque el Reino de Dios está cerca.
  • Pongan toda su atención en el Reino de los Cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y todo lo demás lo recibirán por añadidura. 
  • Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
  • Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
  • Si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en Reino de Dios.
  • No todo el que me diga: ¡Señor, Señor! entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.
  • El reino de Dios sufre violencia y sólo los violentos lo arrebatan.
  • Si no cambian y se hacen como niños, no entrarán en el Reino de Dios.
  • Si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor seria que lo echaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello.
  • Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico en el Reino de Dios.
Los milagros realizados por Jesús.


Durante su vida pública, Jesús obró muchos milagros, es decir, actos maravillosos que daban a conocer su identidad y su poder. Así provocaban la fe de sus discípulos y manifestaba la llegada del Reino de Dios. Sus milagros eran signos claros de la presencia salvífica de Dios en Él. Realizó milagros en la naturaleza, exorcismo, curaciones y hasta tres resurrecciones: 


En la naturaleza
  • Bodas de Caná
  • Pesca milagrosa
  • Tempestad calmada
  • Multiplicación de panes
  • Caminó sobre las aguas
  • Higuera que se saco
Exorcismo
  • Endemoniado de Cafarnaum
  • Endemoniado de Gerasa
  • Curación de la hija de la Cannanea
  • El endemoniado mudo
  • Curación del niño epiléptico
  • Endemoniado ciego y mudo
  • Curación de las mujeres encorvadas
Curaciones
  • La suegra de Pedro
  • Un leproso y un paralitico
  • El hombre de la mano seca
  • La hemorroísa
  • El siervo del centurión
  • Un sordomudo
  • El ciego de Betsaida
  • El paralítico de la piscina
  • El ciego de nacimiento
  • Los dos ciegos de Jericó
  • El hidrópico
  • Los diez leprosos
  • Malco desorejado por Pedro
Resurrección
  • La hija de Jairo
  • El joven Naim
  • Lázaro, hermano de Marta y María
 

 

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