martes, 4 de junio de 2013

Erasmo de Formia, Santo


Obispo y Mártir, Junio 2
 
Erasmo de Formia, Santo
Erasmo de Formia, Santo

Obispo y Mártir

San Erasmo de Formia, muerto hacia 303 d. C. también conocido como San Elmo, es el santo patrón de los marineros.

Jacobo de la Vorágine en su Leyenda dorada, le reconoce como un obispo de Formia y de la Campania, un eremita de las montañas libanesas y un mártir sacrificado durante las persecuciones del emperador bizantino Diocleciano.

Según la leyenda, cuando empezaron las persecuciones de Diocleciano, Erasmo fue obligado a comparecer ente un juez, le golpearon y le escupieron, después le causaron laceraciones que hicieron que se le reventaran las venas. Erasmo sufrió estos tormentos con una gran presencia de ánimo. Le metieron en una fosa llena de serpientes y gusanos, le rociaron con aceite hirviendo y cubrieron sus manos con azufre, pero él resistió todos estos suplicios con un estoicismo formidable "dando gracias y alabando a Dios". Una terrible tormenta se abatió sobre sus torturadores salvando a Erasmo de una muerte segura, los Santos le estaban protegiendo. Diocleciano le hizo meter en otra fosa más angosta esperando que las serpientes y los gusanos acabaran con él.

A Diocleciano le sucedió el emperador romano Maximiano Hercule quien, según Voragine, "(…) era mucho peor que Diocleciano". Erasmo siguió predicando el Evangelio y fue, nuevamente, perseguido. Le zambulleron en un baño que contenía agua hirviendo e intentaron cerrarle la boca aplicándole una combinación que contenía un metal derretido. Un ángel acudió en su ayuda resguardándole de sus torturadores. El emperador, enfurecido, le hizo meter en un tonel claveteado con pinchos y lo lanzó desde lo alto de una montaña, haciéndolo rodar; un ángel volvió a salvarle. Sufrió otras torturas:

"Le arrancaron los dientes (…) con unas tenazas. Le ataron a un poste y le asaron sobre unas parrillas… le atravesaron los dedos con unos clavos y le arrancaron los ojos. Desnudo, le ataron de pies y manos a unos caballos con el fin de que éstos le arrastraran hasta que sus venas reventaran".

Esta versión de la Leyenda dorada, no cuenta de qué forma Erasmo huyó al monte Líbano y sobrevivió alimentándose con lo que unos cuervos le llevaban, un misterio pre-cristiano, sin duda, interesante. Volvió a ser capturado, le llevaron ante el emperador que le condenó, fue recubierto con pez y quemado (como lo fueron los primeros cristianos durante los juegos de Nerón), pero… sobrevivió. Vuelto a encerrar con la intención de dejarle morir de hambre, él se las compuso para evadirse de la misma.

De nuevo volvió a ser capturado y torturado en la provincia de Illyricum tras haber predicado y convertido al cristianismo a numerosos paganos. Por último, y según la leyenda, "su estómago fue partido en dos y sus intestinos fueron enrollados alrededor de un cabrestante".

Erasmo fue denominado patrón de los marinos porque continuó predicando después de que un rayo abriera la tierra cerca de él. Este hecho hizo creer a los marinos que, cuando se desata la tormenta en el mar, invocando a San Erasmo se librarían del peligro de naufragar. Las descargas eléctricas en los mástiles de los navíos fueron consideradas como un signo de su protección y, por ello, fueron llamadas "Fuegos de San Elmo".

Además de ser el patrón de los marinos, es invocado, también, contra los cólicos infantiles, las enfermedades intestinales, los calambres y dolores propios de las mujeres, y contra la peste de los animales.



San Erasmo, obispo y mártir
fecha: 2 de junio
†: c. 303 - país: Italia
otras formas del nombre: Elmo, Telmo
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Formia, de la Campania, san Erasmo, obispo y mártir.
patronazgo: patrono de los marineros, los mozos de cuerda, torneros, tejedores, protector de los animales domésticos, y contra los calambres, cólicos, dolor de estómago, dolores de parto, y molestias abdominales; contra las enfermedades del ganado.
refieren a este santo: Beato Pedro González «Telmo»
Ver más información en:
Los 14 santos auxiliadores

San Erasmo, llamado también san Elmo, muy venerado en la antigüedad como patrón de los marineros y como uno de los «Catorce Auxiliadores Celestiales». En Acta Sanctorum se le describe como obispo de Formia, en la Campania y, por san Gregorio el Grande sabemos que sus reliquias se conservaban en la catedral de la ciudad, en el siglo VI. En 842, los sarracenos destruyeron Formia, y el cuerpo de san Erasmo fue trasladado a Gaeta, ciudad ésta que le considera todavía como su patrón principal. Nada en concreto se sabe de su historia, puesto que sus llamadas «Actas» son recopilaciones posteriores de leyendas donde se le confunde con un obispo y mártir de Antioquía. De acuerdo con la más antigua de estas biografías espurias, san Erasmo de Formia era un obispo sirio que huyó durante la persecución de Diocleciano para refugiarse en el Monte Líbano, donde vivió como un ermitaño solitario a quien alimentaba un cuervo. Al descubrírsele, compareció ante el emperador, quien le mandó azotar y apalear con garrotes claveteados; luego se le envolvió en pez a la que se prendió fuego. Como a pesar de todo aquello, el obispo seguía ileso, se le arrojó en un calabozo para que muriera de hambre. Sin embargo, un ángel lo sacó de la prisión y lo condujo a la provincia romana de Iliria. Ahí consiguió convertir a muchos, pero también fue sometido a otras torturas incluidas la silla y las corazas de hierro calentadas al rojo. De nuevo quedó indemne, y el ángel volvió a salvarlo, llevándolo a Formia donde al fin murió, a consecuencia de sus heridas.

En Bélgica, Francia y otras partes, las representaciones populares de san Erasmo lo muestran con una enorme cortadura en su costado, por la cual le salen los intestinos para enredarse en un molinete que está junto a él. En consecuencia, se le invoca contra los calambres y los cólicos, especialmente entre los niños. Pero en la historia legendaria de san Erasmo, no hay ningún dato o indicio que lo relacione con esta forma de tortura. Las linternas de color azul que suelen encenderse en el tope de los mástiles cuando amenaza una tormenta y después de que ésta ha pasado, eran conocidas por los marinos napolitanos como signos de la protección de su santo patrono, y por eso se las llama hasta hoy «fuegos de san Elmo» y «fuegos de San Telmo». No hay razones para dudar de que el nombre de san Elmo o san Telmo se derive del de san Erasmo, puesto que éste se transformó en Eramo, en Elamo y finalmente en Enermo. De ahí se extrajo el apelativo de Elmo, así como el de Catalina proviene de Catarina. En la actualidad, las descargas eléctricas de color azul que se producen bajo ciertas condiciones atmosféricas especiales sobre los mástiles y palos mayores de los barcos, se llaman oficialmente en el lenguaje de la navegación, «fuegos de san Telmo», porque San Erasmo, honrado al principio como patrono de navegantes, mostraba su protección de esta manera, según era creencia arraigada entre las gentes de mar. Cuando los navegantes portugueses adoptaron al beato Pedro González como patrón, los «fuegos de san Telmo» se convirtieron en «luces de Pedro»; pero los marineros portugueses optaron por sostener que el beato Pedro había sido el verdadero san Telmo y siguieron llamando a los fuegos como siempre.

La iglesia parroquial del pequeño puerto de Faversham, en Kent, tenía, hasta antes de la Reforma, un altar dedicado a san Erasmo y, por aquel entonces, había un dicho popular muy arraigado en el que se afirmaba que «un hombre está condenado a vivir mientras tenga algo que dar, a menos que haga un legado para que se mantengan encendidas las luces que arden ante el altar de san Erasmo». No puede haber dudas de que san Erasmo existió realmente, por muy improbables que sean les leyendas que se contaron después sobre él. Su nombre se conmemora en el Hieronymianum, lo mismo que en el Félire de Oengus y su historia se relata en el Antiguo Martirologio Inglés del siglo IX.

El texto que más ha circulado sobre la historia legendaria de san Erasmo está impreso en el Acta Sanctorum, junio, vol. I. Una reseña más amplia sobre las varias revisiones de esta narración mítica, se encuentra en BHL., nn. 2578-2585. Véase también a F. Lanzoni, Le Diócesi d'ltalia, pp. 163-164; R. Flahault, 5. Erasme (1895); E. Dümmler, en Neues Archiv, vol. v (1880), pp. 429-431; y M. R. James. El aspecto artístico del asunto lo trata Künstle en Ikonographie Worterbuch des deutschen Aberglaubens, vol. II, cols. 791, 866.
Imagen: Matías Grünewald: Coversación entre san Erasmo y san Mauricio, el líder de la Legión Tebana, obra de entre 1517-1523, Alte Pinakothek de Munich

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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