martes, 18 de junio de 2013

Beato Dermicio O’Hurley, obispo y mártir

 
fecha: 20 de junio
n.: 1530 - †: 1584 - país: Irlanda
otras formas del nombre: Dermot O’Hurley, Diarmaid O Hiarlatha
canonización: B: Juan Pablo II 27 sep 1992
hagiografía: Santi e Beati
En Dublín, en Irlanda, pasión del beato Dermicio O'Hurley, obispo y mártir, que, siendo abogado laico, fue promovido por el papa Gregorio XIII como obispo de Cashel. En tiempo de la reina Isabel I sufrió largos interrogatorios y torturas, rechazando las acusaciones que se le hacían, y llevado al patíbulo, en Hoggen Green, allí proclamó que moría por la fe católica y por su ministerio episcopal.

Dermicio O’Hurley nació en 1530 en el distrito de Emly, condado de Tipperary, en Irlanda. Sus padres eran Guillermo O'Hurley y Honoria O'Brian, familia bien acomodada. Realizados los estudios elementales en su patria, prosiguió con la universidad en la prestigiosa Lovaina, donde llegó a obtener el Doctorado «Utriusque iuris» (es decir, en derecho canónico y civil), y llegó a ser decano de la facultad de leyes. Después de quince años, pasó a enseñar en Reims por otros cuatro. En el 1570 se trasladó a Roma, donde luego de once años el papa Gregorio XIII lo consagró arzobispo de Cashel, aunque hasta aquel momento había sido laico. Fue ordenado el 27 de noviembre de 1581, y recibió el palio.

Al agosto siguiente organizó desde Reims el viaje para volver a entrar en secreto a Irlanda. Las autoridades protestantes, sin embargo, tuvieron conocimiento de su llegada, y él se vio obligado a vestir de paisano para pasar desapercibido. Ejerció su ministerio en Waterford, después en el castillo de Slane, y también en Carrikc-on-Shannon, huésped del conde Tomás Butler de Ormone, simpatizante católico aunque apóstata. Como Dermicio llegó a saber los problemas en que se vio envuelto el barón de Slane por haberlo hospedado precedentemente, decidió dejarse reconocer espontaneamente por los agentes del gobierno que venían a arrestarlo.

Recluso en primer término en la prisión de Kilkenny, fue trasladado el 7 de octubre de 1583 a la cárcel de Dublin, junto a Margarita Ball. Aquí fue sometido a varias torturas, entre las cuales la llamada «de las botas»: sus pies, metidos en zapatos de metal llenos de aceite, eran calentados al fuego, en espera de que el obispo confesara el supuesto complot secreto de Roma y España contra Inglaterra. Soportó todo con firmeza heroica, no cediendo a las invitaciones de los jueces de abjurar de su fe católica y adherir a la supremacía espiritual de la Reina sobre la Iglesia anglicana.

Considerado reo de alta traición, el 19 de junio de 1584 fue finalmente condenado, sin mediar, sin embargo, un proceso regular. Al alba del día siguiente fue ahorcado en las afueras de Dublin. El papa Juan Pablo II lo ha beatificado el 27 de septiembre de 1992, junto a otras 16 víctimas de la misma persecusión.

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