miércoles, 20 de marzo de 2013

Señor, dame la luz de la fe







Dame, Señor, la luz,
para ver en la oscuridad...
Ayúdame a entender ,
enséñame a caminar...
Aprender a vivir
es tener alas y volar,
para poder creer
que nos espera un más allá.
Hay un más allá...
Para poder buscar
frente a la pena y el dolor,
siembra mi corazón
con la semilla del amor.
Yo sé que hay un lugar
adonde siempre brilla el sol,
creo en la eternidad,
creo en el hombre, creo en Dios.
Creo, creo en Dios...
Déjame agradecer
este camino que me das,
milagro de nacer
cada mañana al despertar...
Y poder elegir,
equivocarme y cambiar...
Para llegar a ti
me has dado tanta libertad.
Déjame agradecer
por todo lo que no sé,
y por dar a mi alma
tanta esperanza, tanta fe.
Tengo, tengo fe...
Yo sé que estás en mí
y que el destino es como el mar:
un horizonte azul
y la ilusión de navegar...  
Un día llegaré
desde la orilla hasta el final,
por siempre viviré
con los que he amado de verdad...
Siempre vivirán...
Déjame agradecer
este camino que me das,
milagro de nacer
cada mañana al despertar...
Y poder elegir,
equivocarme y cambiar...
Para llegar a ti
me has dado tanta libertad.
Déjame agradecer
por todo lo que no sé,
y por dar a mi alma
tanta esperanza, tanta fe.
Tengo, tengo fe...
Dame, Señor, la luz,
para ver en la oscuridad...
Ayúdame a entender ,
enséñame a caminar...
Déjame agradecer
por todo lo que no sé,
y por dar a mi alma
tanta esperanza, tanta fe.
Si todo tiene un fin,
y es infinita tu bondad,
dame, Señor, la luz
para ver en la oscuridad...
Si todo tiene un fin,
con tu infinita bondad,
dame, Señor, la luz
para ver en la oscuridad...
Dame la luz...

Jesús quiere darnos su luz.
Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 9, 27-31

Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: «¡Hijo de David, compadécete de nosotros!» Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: «¿Creen que puedo hacerlo?» Ellos le contestaron: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Que se haga en ustedes conforme a su fe». Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: «Que nadie lo sepa». Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región
Oración introductoria

Es muy triste vivir como ciegos en el campo espiritual, con una fe débil, una esperanza mortecina y una caridad estrecha. Señor, dame la luz de una fe viva, ardiente y luminosa. Toca mi corazón y haz que se abran los ojos de mi espíritu para poder conocerte y amarte como siempre lo has querido de mí.
Petición

Dios Padre, concédeme el don del conocimiento experimental de Jesucristo.
Meditación

“El desierto más profundo es el corazón humano, cuando pierde la capacidad de escuchar, de hablar, de comunicar con Dios y con los demás. Nos convertimos entonces en ciegos porque somos incapaces de ver la realidad, se nos cierran los oídos para no escuchar el grito del que implora ayuda; se endurece el corazón en la indiferencia y en el egoísmo. (...)Podemos ver en este ‘signo’ el ardiente deseo de Jesús de vencer en el hombre la soledad y la incomunicabilidad creadas por el egoísmo, para dar rostro a una ‘nueva humanidad’, la humanidad de la escucha y de la palabra, del diálogo, de la comunicación, de la comunión con Dios” (Benedicto XVI, 6 de septiembre de 2009).
“Queridos hermanos, dejémonos curar por Jesús, que puede y quiere darnos la luz de Dios. Confesemos nuestra ceguera, nuestra miopía y, sobre todo, lo que la Biblia llama el ‘gran pecado’ (cf Sal 19, 14): el orgullo. Que nos ayude en esto María santísima, la cual, al engendrar a Cristo en la carne, dio al mundo la verdadera luz” (Benedicto XVI, 2 de marzo de 2008).
Reflexión apostólica

Hay que pedir la gracia de tener una fe teologal. Creer no es simplemente saber que Dios existe. La fe es una experiencia viva, es darle a Dios el asentimiento de nuestra inteligencia y de nuestra voluntad, es saberse amados, redimidos por el Señor y dedicarse a transmitir esa fe a los demás.
Propósito

Como parte de mi preparación para la Navidad me confesaré al menos cada dos semanas.
Diálogo con Cristo

Señor, dame la gracia de mirar la vida con los ojos de la fe, de verlo todo como venido de tu mano amorosa, tanto lo fácil y lo difícil. Dame una fe real y verdadera que transforme toda mi vida y se manifieste en la caridad.
“La voluntad de Dios te dará luz, seguridad, convicciones. Ella es el astro que no se desploma. Ella indica siempre la ruta cierta.”
(Cristo al centro, n. 2339)
 
 
Confianza ante las contrariedades.
Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 21. 24-27

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga “¡Señor, Señor!”, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.


»El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.


»El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente»

Oración introductoria

Dios mío, al inicio de esta oración te suplico que me ayudes a fomentar actitudes de fe, de esperanza y de caridad. Haz que la fe ilumine todos los acontecimientos de mi vida personal y apostólica. Creo en Ti, Señor, pero aumenta mi fe.

Petición

Padre Santo, ayúdame a abrazarme a tu voluntad y cumplirla con fe, no importa que sea fácil o difícil.

Meditación

“Queridos amigos, ¿qué quiere decir construir sobre roca? Construir sobre roca quiere decir ser conscientes de que habrá contrariedades. Cristo dice: ‘Cayó la lluvia, vinieron los torrentes (…)” (Mt 7, 25). Estos fenómenos naturales no sólo son la imagen de las múltiples contrariedades de la condición humana (…). Cristo no promete que sobre una casa en construcción no caerá jamás un aguacero; no promete que una ola violenta no derribará lo que para nosotros es más querido; no promete que vientos impetuosos no arrastrarán lo que hemos construido a veces a costa de enormes sacrificios. Cristo no sólo comprende la aspiración del hombre a una casa duradera, sino que también es plenamente consciente de todo lo que puede arruinar la felicidad (…). Por eso, no debéis sorprenderos de que surjan contrariedades, cualesquiera que sean. No os desaniméis a causa de ellas. Un edificio construido sobre roca no queda exento de la acción de las fuerzas de la naturaleza, inscritas en el misterio del hombre. Haber construido sobre roca significa tener la certeza de que en los momentos difíciles existe una fuerza segura en la que se puede confiar” (Benedicto XVI, 27 de mayo de 2006).

Reflexión apostólica

Quien ora se percata de la necesidad de identificarse con el querer de Dios. En la oración se escucha al Espíritu Santo que nos va guiando para crecer en nuestra vida de oración y en nuestra santificación.

Propósito

Ante cualquier contratiempo, problema, enfermedad, etc., renovaré mi confianza y abandono en las manos de Dios.

Diálogo con Cristo

Señor, después de esta oración, estoy convencido de que un acto de obediencia hecho por amor, te agrada más que muchas oraciones recitadas sólo con los labios, me doy cuenta de que la verdadera santidad se resume en la obediencia sumisa y llena de amor a tu voluntad. Dame un corazón humilde y obediente.

“No hagas aprecio de esas pequeñas contrariedades, sigue adelante con la esperanza de no pasar por este mundo sin hacer algo por Jesucristo.”
(Cristo al centro, n. 2097) 

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