viernes, 10 de febrero de 2012

Second Life o vacío existencial


¿Qué es Second life?, ¿cuáles son sus implicaciones?, ¿Qué afectaciones produce su interacción?
Second Life o vacío existencial
Second Life o vacío existencial
“Get a life” o lo que es lo mismo: ¡consíguete una vida!... es una frase común cuando alguien tiene tan poco que dar y que hacer, que vive husmeando en la vida de los demás, criticando y destrozando a cuanta persona se le cruza por el camino, se les nota por todos lados que su vida es vacía, hueca, sin metas, sin ilusiones, sin dinamismo, sin esperanza y sin Amor. Hoy en dia, el “obtener una vida” es ya una realidad “gracias” a sitios de Internet como Second Life.

¿QUÉ ES SECOND LIFE?

Second life es una página de Internet que le “da la oportunidad” de reinventarse a quien quiera.

Para existir en Second Life es necesario crear una figura virtual tridimensional o avatar. Es decir, una persona real crea un espejo de sí mismo en la red con la diferencia de que ese espejo o segundo “yo” puede tener características físicas, psicológicas y conductuales totalmente diferentes a las que posee esa persona en el mundo real, con lo cual, la vida al estilo “Matrix”, la famosa trilogía, es ya hoy una realidad.

En el second life, formado hoy en día por mas de 9 millones de “residentes” (personas que tiene su personaje o avatar en este sitio de Internet), se ha creado ya una especie de país (como le denomina su fundador Roseadle) virtual, en donde las personas con su personalidad virtual interactúan, juegan, hacen negocios (comprar y vender cosas, terrenos, ideas, ropa…), se comunican, tienen sexo, familias, casas, viajan, exploran, construyen, aprenden, se divierten, vuelan y en general hacen todo lo que quieran. Second Life.

Este país tiene su propia moneda (dólar Linden) y un producto interno bruto de 500 millones de dólares REALES. Su extensión territorial tiene un total de 651 kilómetros cuadrados distribuidos en islas y continentes. Varias ciudades reproducidas con exactitud como Nueva York, Roma, Dublín, Los Angeles, Tokio entre otras. Puedes asistir a tiendas, centros comerciales, discotecas, yates, viajar por helicóptero, en globo, en coches Fórmula 1, surfear, escalar y hasta volar por encima de todas estas “maravillas”. Y eso no es todo, los avatares o personajes virtuales se pueden “teleportear”, es decir trasladarse en cuestión de segundos de una ciudad a otra.


Hay sitios privados, generados por comunidades o empresas, en los cuales sólo pueden estar los avatares que hayan sido expresamente aceptados para acceder a ellas. Hay zonas rojas o de adultos, en las cuales el negocio del sexo representa una buena parte de las transacciones económicas que se realizan en Second Life.

Second Life ha generado furor en algunos ambientes y sociedades, al grado que se puede asistir a conciertos de U2 o se podía asistir en temporada electoral a los mítines de Royale y Sarkozy. Puedes comprar en tu boutique favorita, escuchar jazz, pasearte por Chichén Itzá, visitar museos, exposiciones y galerías.

Tiene varios competidores entre ellos Active Worlds, There, Entropia Universe, Multiverse y la plataforma de código libre Metaverse.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE SECOND LIFE?

Considerado el “dios de lo virtual”, Philip Roseadle, quien ronda los 40 años, es reconocido por haber proporcionado a los internautas “el don” de elegir la personalidad, el rostro, el cuerpo, la vida, los lujos, la profesión, en una palabra, todo eso que hubieran deseado tener, gracias al mundo paralelo de Second Life. Nacido en Silicon Valley, casado y padre de dos hijos, Philip explica que Second Life es un país, “un lugar digital en el que, quienes viven allí, experimentan algo imposible en el mundo real: controlar su futuro”, añade.

Los orígenes de SL no son difíciles de descubrir para los seguidores de la ciencia-ficción. Según sus creadores, la inspiración para este mundo mágico proviene de la novela Snow Crash, de Neal Stephenson, y del movimiento literario Cyberpunk.

ENTENDIENDO EL FUNCIONAMIENTO DE SECOND LIFE

Cualquiera puede registrarse con una cuenta gratuita y comenzar a utilizar las herramientas para cambiar la apariencia física y la indumentaria. Sin embargo, para comprar terreno o construir una casa hay que crear una cuenta de pago –unos 9 dólares mensuales– y eso supone identificarse –dar el nombre y apellidos reales– mediante una tarjeta bancaria. Se pueden obtener dólares linden “trabajando” o “haciendo filas largas” para recibir gratuitamente algunos dólares.

Aprender a comunicarse en second life “puede requerir varios días o varias semanas”. Crear un objeto o construir una casa exige una paciencia mayor, pues hay que familiarizarse con las herramientas de edición, buscar diferentes texturas y aprender a combinarlas. En el fondo es una tarea muy entretenida. Existen reglas básicas para “convivir” en el mundo virtual:

1. Se combate la intolerancia y todo lo que suponga marginar o discriminar a otros residentes por motivos de raza, religión u orientación sexual.

2. No se permite el acoso, lo que incluye amenazas o comportamientos groseros.

3. El nudismo, los contenidos sexuales o la violencia sólo se admiten en zonas privadas y en áreas expresamente calificadas con la letra “M”, indicativa de “madurez”.

4. Se impiden las agresiones (empujones o disparos en áreas “S”, consideradas seguras)

5. Se prohibe faltar al respeto a la privacidad de otros residentes; por ejemplo, se prohíbe revelar datos personales de su vida real, sin su consentimiento.


Cuando alguno de estos hechos sucede, basta con enviar un informe a los administradores de SL –un clic en el menú lo remite de manera inmediata– y en breves segundos residentes apellidados Linden, empleados en Linden Lab, acuden al lugar del conflicto. Estos conflictos pueden causar hasta la remoción de un avatar de ese mundo virtual.

LAS EMPRESAS Y SECOND LIFE

Algunas grandes empresas ya observan este mundo virtual como un nuevo segmento de mercado, con clientes potenciales adultos –teóricamente, no se permite la inscripción a los menores de 18 años–, con empleo, título universitario y suficiente poder adquisitivo, según el perfil básico del residente. IBM ha adquirido quince islas, General Motors, Vodafone, Sun Microsystems, Accenture, Wells Fargo y Dell tienen sus “representantes” en ese mundo virtual.

Algunas empresas quieren usar este “mundo” como “medio de reuniones virtuales”, otras quieren explorar el comportamiento de sus clientes después de realizar una compra. Otras hacen reclutamiento por esta vía para que, si satisface sus necesidades, después se lleve a cabo una entrevista real. Sin embargo, hay especialistas como la revista Times que ha pronosticado que Second Life “se desinflará” pronto.

ALGUNOS TESTIMONIOS... ¿Y LA ESQUIZOFRENIA?

Tener una vida real y una paralela… o virtual… ¿no es esquizofrenia? Hay quien se pregunta cómo es posible vivir una vida virtual si para vivir la vida real a plenitud se requiere de todo el tiempo para poder desarrollarla y afianzarla… o es que es tan pobre la vida real que hay que buscar una virtual… El siguiente es un testimonio que encontramos en foros sobre Second Life, que por obvias razones es anónimo, leerlo aclara las preguntas anteriores con una contundencia incuestionable:


“Entré en Second Life (SL) por motivos laborales. Fue en noviembre del 2006. Tardé mes y medio en realizar mi trabajo, y se presuponía que tras su realización mi vida iba a seguir como siempre y que iba a dejar SL. Pero, algo había cambiado.

Algo en mi interior gruñía con fuerza abriéndose paso hacía afuera. Ahora que conocía el funcionamiento del programa, que había conocido a personas más o menos interesantes, yo que nunca había chateado por Internet, me negaba a abandonar este mundo virtual, de fantasía, donde podía realizar todo lo que deseaba. No sólo recrear mis propias fantasías del tipo que fueran, sino llenar el enorme vacío que mi alma tenía. Saciar mis carencias, olvidar mis frustraciones. Y así fue como con un avatar nuevo comencé a tirarme sin paracaídas en ese mundo donde a todos les pasaba exactamente lo mismo que a mí. No que buscásemos las mismas cosas, pero sí que teníamos los mismos vacíos existenciales.

En definitiva, el mundo virtual era tamizado por mi mismo cerebro. Recibía las mismas sensaciones y emociones que en la vida real con la formula ampliada del anonimato. Y las horas iban pasando dentro de aquel mundo donde cada vez pasaba más tiempo. La segunda vida se trasformó en la primera. Y mi familia en mi segunda familia. El que me conoce un poco sabe cuánto me doy a lo que me gusta: sólo paro cuando estoy completamente saciado, harto. Quiero aclarar, que no estaba sujeto al programa, sino a las personas que había en él y a lo que hacía con ellas. Cuando apagaba la computadora era un dolor terrible el que me producía, y estaba deseando poder volverme a conectar. Tenía amigos de los cinco continentes. E incluso, y eso fue lo más importante, llegué a enamorarme como un adolescente. Y a ella le pasó lo mismo que a mí. No quiero entrar en detalles.

¿Qué puede uno decir y a quién, cuando se ha enamorado de una persona que no conoce físicamente? Sencillamente nada. Lo que durante tantos años había estado tapado, al final se había desamordazado y gritaba con más fuerza que nunca. No dormía, no comía, no quedaba con nadie. Mi único deseo era estar en Second Life, con ella y con las personas que tan buenos ratos agradables me proporcionaban. ¿Era un adicto a SL? No. Más bien era un carente de muchas cosas que ahí veía saciadas. Creo que la adicción es otra cosa, o yo al menos quiero pensar eso… No hay dos vidas, ni tres ni cuatro ni cinco. Sólo una; y esa la tenemos que llenar como sea y donde sea. Me hizo comprender que al igual que llenaba mi alma y calmaba mi sed en el mundo virtual, lo podía hacer en mi vida real, incluso con más intensidad, porque en los mundos virtuales sólo utilizamos dos sentidos: vista y oído. Suficientes para llenar brechas, vacíos del corazón, pero, ¿por qué conformarse con dos cuando tenemos cinco? Además había abandonado a mi familia y cada vez estaba más alejado de ella. Estaba solo. Solo en la realidad. Mi mujer y mis hijos se habían marchado hacía meses y ni siquiera los echaba de menos.

Pero, me sobrevino la enfermedad y me encontré sin compañía, y fue entonces cuando me di cuenta, en la cama del hospital, de lo solo que me encontraba sin nadie a quien llamar, sin nadie a quien acudir, sin una cara amiga a quien decirle lo malito que estaba.

¿Egoísmo? Llámenlo como quieran. Quizás sólo sea el resultado de una reflexión profunda después de verle los dientes al lobo. Así que, cuando volví del hospital mi vida se redujo a pedir perdón a las personas queridas de mi primera vida, y a las que dejaba de mi segunda. Abandoné definitivamente Second Life; pero, algo les puedo decir con sinceridad: todavía añoro ciertos momentos con determinadas personas. Sería un hipócrita si así no lo dijera, si no reconociera que he dejado allí dentro parte de mi vida. Sin embargo, sé que no debo de entrar más. Soy muy débil, tengo muchas carencias, estoy frustrado por los mil latigazos que me ha dado la vida, y sé que no tengo medida.

No estoy preparado para entrar con la tranquilidad que debería de tener y que volvería a las andadas. Sólo espero que mi historia le pueda servir a alguien. Es breve, pero, así es la vida”.

¿QUÉ OPINAN LOS EXPERTOS?

Para Antonio Damasio, director del Instituto del Cerebro y la Creatividad de California, abusar de SL “puede llegar a aislar a los individuos”, desconectarlos de su realidad. Damasio, portugués afincado en Estados Unidos que recibió en 2005 el premio Príncipe de Asturias y dirige en California el Instituto del Cerebro y la Creatividad, declaró en una entrevista con Efe que ´pasar cada vez más y más tiempo en este mundo no es bueno, ya que se trata de un mundo de ficción´.

Esa misma opinión sostiene Charo Sádaba: “El deseo de ser otra persona durante un largo periodo obviamente manifiesta una frustración con tu propia vida, que te lleva a inventar una vida paralela, simular ser otra persona y pretender ser feliz, y eso es una huida de la realidad que no se puede mantener por mucho tiempo”. Precisamente ese es el objetivo de un gran número de usuarios, que pasan horas enganchados en casinos o clubes de alterne. Según declara el mismo fundador Rosedale, “buscan escapar; les mueve el deseo de ser alguien que quieren ser, pero quizá no pueden ser en la vida real”. De hecho, como muchas veces ha reconocido su fundador, “Second Life se parece mucho a Los Ángeles; la casa de los sueños es siempre la misma, estilo Frank Lloyd Wright, sobre el mar; los coches son Ferrari y los avatares, increíblemente bellos, parecen super-modelos…”.


Las críticas más recientes a Second Life se refieren a otros problemas, relacionados con el blanqueo de capitales, las drogas o el negocio del sexo, a raíz de las denuncias presentadas por una cadena alemana de televisión, ARD, en relación con un caso de pornografía infantil. Su reportero –Nick Sanders– fue invitado a una reunión privada en la que presuntamente se cometía este hecho delictivo, que ahora investiga la policía.

Al escritor José Saramago le asusta que la vida real sea insuficiente, que no baste. En una entrevista en radiocable.com aseguró que «el riesgo es que todo esto se convierta en una adicción que encierre a la persona en el personaje. Podemos acabar teniendo dudas sobre qué es más real, nuestra compleja vida interior o el personaje/avatar que hemos creado, una situación de esquizofrenia».


CONCLUSIONES

Estar insatisfecho con la propia vida, sin esperanza y sin ganas de luchar por mejorar el propio entorno, es el mejor caldo de cultivo para negocios lucrativos, deshumanizantes y que desubican en lugar de ayudar a mejorar la propia vida. Son vendedores de sueños, de triunfos aparentes, vendedores de humo que se dispersa con la primera ráfaga de viento.

El éxito de ese mundo paralelo se debe a que el ser humano siempre ha soñado con “ser el príncipe o la princesa azul”, el triunfador, el guapo, el rico, el poderoso, y este tipo de tecnologías dan la “ilusión” de ser así. Sin embargo, en la realidad nada cambia. Por desgracia, sin restricciones ni gobierno, Second Life es proclive a la anarquía y la depravación, y bien se merece una investigación aparte la supuesta red alemana de pornografía infantil que infecta a la incipiente sociedad virtual.

Por todo ello y por otras lacras sociales que están surgiendo en Second Life –donde a la fecha los negocios más rentables son los prostíbulos y casinos–, el premio Nobel José Saramago, en una entrevista aparecida en YouTube, pronosticó que con el tiempo, el mundo de Second Life será peor que el real.

Es fundamental no confundir Second Life con un “juego”, pues jugar es una actividad lúdica y pedagógica, un ejercicio de simplificación de la propia realidad para poder vivirla, un ejercicio de la imaginación para comprender la realidad, pero no para negarla. Jugar, por tanto, necesita de una distancia con lo real y simular implica una distinción entre la simulación y la realidad. ¿Qué puede tener de divertido jugar a un juego en el que yo soy yo, en el que vivo una cotidianeidad y un reflejo de mi propia vida o de mis frustraciones? Es simplemente un ejercicio esquizofrénico.

¿No dice mucho de nuestra situación psíquica, erótica y social el hecho de que inventemos simuladores para simular lo que de por sí deberíamos hacer en nuestra vida?
La vida es esperanza, es una oportunidad cada vez que sale el sol, es un respiro de descanso cada que se oculta para recomenzar y reconstruir y re intentar dia con dia la vida que es UNICA.

Aprovechar cada instante de nuestra vida es nuestro derecho, pero también nuestro deber de justicia para con todos los que nos rodean, nuestra familia, nuestros amigos y por supuesto este México que hoy necesita una sociedad activa, participativa y comprometida.

Si tu estás frustrado con tu propia vida, haz lo necesario para reconstruirla, pero DE NINGUNA FORMA te falsifiques y mucho menos pierdas el tiempo, que es el tesoro mas grande que puedes tener. Úsalo para ser quien quieres ser, quien debes ser por ti y por los tuyos… y recuerda que la mejor forma de encontrarle sentido a la vida es SIRVIENDO a quienes te rodean, tal y como la Madre Teresa de Calcuta nos enseñó con su testimonio: “El que no VIVE para servir, no sirve para vivir.”

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