martes, 5 de agosto de 2014

SALMO 68 - DEFIÉNDEME Y AYÚDAME, DIOS MÍO.



Salmo 68, 15-16.30-31.33-34

Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.

Sácame del fango, que no me hunda, que me vea libre de los que me odian y de las aguas profundas, que no me arrastre la corriente, ni me trague el remolino, que no cierre el pozo su boca sobre mí.
Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.

Pero a mí, humilde y afligido, que tu salvación me restablezca. Yo alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza dándole gracias.
Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.

Véanlo ustedes, los humildes, y alégrense, recobren el ánimo, los que buscan Dios. Porque el Señor escucha a los necesitados, y no rechaza sus cautivos.
Defiéndeme y ayúdame, Dios mío.

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