Fe en la oración.
El Señor en el Evangelio ha formulado una pregunta: “Cuando el Hijo del hombre vuelva, ¿encontrará la fe sobre la tierra?”. Y con esto nos quiere indicar que en los últimos tiempos la fe se irá apagando en la mayoría.
Esto quizás ya esté sucediendo ahora mismo, y no sólo en otras personas, sino también quizás en nosotros mismos. Porque, ¿con qué fe pedimos en la oración? O más aún: ¿Hacemos todavía oración? ¿O estamos tan absorbidos por la técnica y la tecnología, que nos parece inútil rezar? Y es lógico que si lo poco que rezamos, lo rezamos sin fe o con muy poca fe, no obtengamos nada y cada vez vayamos perdiendo más la fe.
Pero Jesús en el Evangelio nos dice claramente que las cosas que recibiremos serán de acuerdo a nuestra fe, la fe con la que pidamos en la oración.
Es por ello que debemos orar con más fe, con una fe intrépida, sabiendo que para Dios no hay NADA imposible, y que nunca es tarde para el Señor, y aunque parezca que todo está ya perdido, no es así, porque Dios está fuera del tiempo y puede solucionar lo que parece que ya no tiene solución.
Debemos tener más fe cuando rezamos, sabiendo que Dios es un Padre bueno, que quiere todo lo mejor y más excelente para nosotros, pero quiere que se lo pidamos con fe en la oración.
Pensemos un poco a ver cómo es la fe en nuestras oraciones, y cambiemos si notamos que estamos faltos de esa fe y confianza que tanto agradan al Señor, y por las que concede cosas admirables a sus hijos amados.
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