martes, 26 de agosto de 2014

MISTERIO (mysterion)


Red Morning Light - Grand Canal of Venice, Italy by Guerel SahinEsta entrada pertenece a Vocabulario Paulino
Esta palabra viene de una raíz griega que significa o bien «cerrar» o bien «introducir» en un culto reservado a unos iniciados, particularmente en el marco de las religiones llamadas «de los misterios» de salvación, como en Eleusis.
En los textos tardíos de los Setenta y de la literatura apocalíptica, este término designa las cosas ocultas o los secretos divinos (Dn 2,28; Sab 2,22), y finalmente el designio de Dios sobre el mundo, manifestado en su revelación.
Esta palabra, marcada sin duda demasiado por el contexto helenístico, es poco frecuente en el Nuevo Testamento: una sola vez en Mc 4,11 (y par), a propósito de los misterios del reino de Dios.
Pablo la usa con mayor facilidad, pero sólo en la Primera a los Corintios (6 menciones) y en Rom 11,25 y 16,25; también la usan las epístolas tardías (6 menciones en Efesios y 4 en Colosenses).
En Pablo, la expresión misterio se aplica a la sabiduría misteriosa de Dios que se expresa en la cruz del Resucitado (1 Cor 2,7), o también a la revelación del designio escatológico de Dios (1 Cor 15,51). En Rom 11,25, el misterio o el proyecto último de Dios para con Israel es desvelado por el apóstol y el mismo Evangelio es designado como el misterio de Dios, manifestado ahora; así pues, es preciso ser los administradores de los misterios de Dios (1 Cor 4,1).
En Col 1,26-17; 4,3 Y Ef 1,9; 3,4, el misterio se identifica más concretamente con la persona misma de Jesús. En Ef 5,31-32, la palabra quiere significar el vínculo profundo que existe entre Cristo y su Iglesia, como si se tratara de una unión conyugal.

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