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Cayo, Santo |
XXVIII Papa
Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Cayo, papa, que, escapando de la persecución del emperador Diocleciano, murió como confesor de la fe (296).
Etimológicamente: Cayo = Aquel que es señor, es de origen latino.
No conocemos su fecha de nacimiento, tan sólo que fue en Salona (Dalmacia).
Sobrino del emperador romano Diocleciano, este parentesco le permitió trasladarse a Roma bajo la protección imperial, donde la tradición dice que residió en una casa lindante con la de su hermano San Gabino y la hija de este, la virgen romana Santa Susana.
Aprovechando que su pontificado se desarrolló en un período libre de persecuciones, Cayo dedicó sus esfuerzos a delimitar las instituciones de la Iglesia y así apoyó el desarrollo de las escuelas de Alejandría y Antioquia. Asimismo estableció que nadie podía ser nombrado obispo sin antes haber pasado por los grados de ostiario, lector, acólito, exorcista, subdiácono, diácono y sacerdote.
Murió poco antes de desatarse la última y más terrible persecución que habría de abatirse contra los cristianos. Aunque San Cayo no murió como mártir, posiblemente dado su parentesco con el emperador, si parece ser que sufrió grandes hostilidades por parte de los oficiales romanos.
Falleció el 22 de abril del año 296.
San Cayo, papa y confesor
fecha: 22 de abril †: 296 - país: Italia otras formas del nombre: Gaius canonización: pre-congregación hagiografía: Abel Della Costa
En Roma, en el cementerio de Calixto, en la vía Apia, sepultura de san Cayo, papa, que, huyendo de la persecución del emperador Diocleciano, murió como confesor de la fe.
La leyenda lo hace nacer en la antigua ciudad dálmata de Salona (actual Solín), de noble familia romana, emparentada con Diocleciano. Es muy escaso lo que se sabe de cierto sobre él y su actuación al frente de la Iglesia; tan sólo que que fue consagrado obispo de Roma el 17 de diciembre del año 283 y que, desde entonces, se dispone de una relación históricamente fiable de las fechas de las ordenaciones sacerdotales en Roma, ya que en su pontificado adquieren completa estructura los órdenes inferiores a obispo.
Un año después de su elección, se hizo cargo Diocleciano de los destinos del Imperio, por lo que Cayo, que murió en el 296, compartió doce años de vida con el emperador cuya ferocidad persecutoria más se recuerda; sin embargo, los primeros años de Diocleciano no fueron difíciles para la Iglesia, y más bien el cristianismo era tolerado, e incluso visto con simpatía por algunos, como la hija o la esposa del Emperador. Recién en el 303 se desencadena la persecusión abierta, por lo que es difícil situar la circunstancia de persecusión a la que se refiere el elogio del Martirologio Romano.
Sus restos descansaron en el cementerio de san Calixto, pero en 1631 fueron trasladados a la que había sido su casa en Roma, según algunas tradiciones, transformada en iglesia; y en 1880, demolida esta iglesia para la construcción del Ministerio de Guerra, las reliquias fueron trasladadas a la capilla de la familia Barberini. La fecha de su sepultura el 22 de abril vienen fijados por el calendario El calendario filocaliano y el epitafio de san Cayo, descubierto en la catacumba de San Calixto en estado fragmentario.
Basado en Mathieu-Rosay («Los papas...», Rialp), en la noticia de Franco Prevato en Santi e beati, y en Butler-Guinea (1964). Ver Acta Sanctorum, abril, III; Duchesne, notas al Liber Pontificalis; De Rossi, Roma Sotterranea, vol. III, pp. 115, 120 y 263 ss.; G. Schneider, en Nuovo Bullettino di archeolog. crist., vol. XIII (1902), pp. 147-168.
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