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Pascasio, Santo |
Escritor y Abad
Etimológicamente significa “de pascua”. Viene de la lengua hebrea.
San Pascasio Radberto, abad de Corbie y famoso escritor carolingio. Nacido en Soissóns a finales del siglo VIII, padece de niño la más dura necesidad al fallecer su padre ya que se encontró en la miseria. Atendido y formado en una Institución de Religiosas, más tarde ingresa en la Orden Benedictina, en la Abadía de Corbie; donde pronto se distingue por su vida religiosa y por sus estudios científicos y teológicos. Renuncia a recibir el sacerdocio, movido por su humildad.
Con el tiempo llegó a ser un afamado profesor y, gracias a Él, las escuelas de Corbie adquirieron fama en todos sitios. En el año 844, los monjes lo eligieron como su abad, pero a los siete años hubo una revolución que le obligó a refugiarse en la abadía de san Riquier.
Los monjes de Corbie volvieron a llamarlo. Retornó a vivir con ellos como simple religioso. Y siguió escribiendo.
Escribió en prosa y en verso, comentó a San Mateo en doce libros, narró las vidas de algunos Santos y varones ilustres, intervino en las polémicas de su tiempo con gran erudición escriturística y agudeza de ingenio, y fruto de estos debates son sus tratados Del parto de la Virgen y Del cuerpo y la Sangre del Señor.
Murió el 26 de abril de 860 en Corbie.
San Pascasio Radberto, abad
fecha: 26 de abril n.: c.790 - †: 865 - país: Francia otras formas del nombre: Ratberto de Corbie canonización: C: Gregorio VII 1073 hagiografía: Santi e Beati
En el monasterio de Corbie, también en Neustria, san Pascasio Radberto, abad, que expuso de modo claro y lúcido la verdad sobre el Cuerpo y la Sangre del Señor en el misterio de la Eucaristía.
Es un «hijo de nadie», abandonado desde el nacimiento. Recogido y llevado al monasterio benedictino de Soissons, estudia luego en el monasterio masculino de la misma ciudad. Radberto es su nombre alemán de bautismo, más tarde él tomará el nombre romano de Pascasio, como era costumbre hacer entre los literatos de su tiempo. También recibió la tonsura, entrando así en el estado eclesiástico, pero sin órdenes aun; aunque en Soissons por aquel tiempo se lo conoce más como un vividor, que anda metido entre juerguistas.
Pero a los 22 años lo vemos en el severo monasterio benedictino de Corbie, en Amiens, que tiene por abad a un futuro santo: Adalardo. Guiado por él, Radberto reemprende los estudios: el brillante literato deviene ahora mestro de teología, comentador de la Escritura y de los Padres de la Iglesia. Acompaña a Adalardo a Sajonia, donde éste funda un monasterio «gemelo» de Corbie. Después -siempre en Corbie- Radberto llega a ser director de estudios, y finalmente abad. Los monjes lo eligieron a pesar de que no era sacerdote; y por modestia no lo llegará a ser, deteniéndose en el diaconado. Pero es duro ser abad en Corbie. Las controversias doctrinales dividen a los monjes, y esto es grave, aunque normal allí: hay verdadera pasión en las partes en conflicto. Más graves aun son las intervenciones del poder regio, que hace «regalos» al monasterio, pero luego exige la contrapartida. El rey de Francia, Carlos el Calvo, quiere obligar a Radberto a admitir en el monasterio a su primo, que ya había sido echado por indignidad. Radberto lo rechaza y se va, se va de su cargo y de Corbie. Es el año 851.
Pero los monjes lo reclaman y vuelve; aunque pacta no volver a tener cargos. Ha participado en concilios, tratado con soberanos, predicado en las misiones, ahora quiere ser monje y nada más. Oración y estudio hasta el último día. Escribe tratados sobre teología eucarística, estudios sobre la Madre de Jesús, vidas de santos, comentarios a textos bíblicos, Y entre eestos últmimos el más amplio, uno dedicado al Evangelio de San Mateo, que será citado en el siglo XX por el Concilio Vaticano II, en la Constitución sobre la Iglesia (Lumen Gentium). Cercano ya a la muerte, pide a los monjes no pensar en conmemoraciones; de los relatos sobre su vida: «no merezco ser recordado, olvidadme». Y se hace sepultar en el campo de los pobres y de los servidores del monasterio. En 1058, sin embargo, su cuerpo fue trasladado a la iglesia abasial con honores reservados a los santos, y se establece el 26 de abril como fiesta anual. Escapados en el siglo XVIII a la devastación de la Revolución Francesa, los restos serán depositados en la iglesia parroquial de Corbie, donde se encuentran aun hoy. Fue oficialmente canonizado en 1073, época en la que el procedimiento de la canonización recién se estaba comenzando a formalizar.
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