martes, 23 de abril de 2013

Gregorio de Elvira o de Illiberis


Obispo, Abril 24
 
Gregorio de Elvira o de Illiberis
Gregorio de Elvira o de Illiberis

Obispo

Martirologio Romano: En Illiberis (o Elvira, hoy Granada), en la Hispania Bética, san Gregorio, obispo, cuyo libro Sobre la Fe fue alabado por san Jerónimo (s. IV).

Etimológicamente: Gregorio = Aquel que esta siempre preparado, es de origen griego.

Padre de la Iglesia hispanorromano.

Fue un prelado español del siglo IV. Este santo, llamado también Gregorio Bético, es citado con elogio por Eusebio Vercelense, san Jerónimo y otros, los cuales dicen que se había enfrentado a Osio por haber comunicado con Alsacio, Ursacio y Valente de lo cual se puede inferir que ya era obispo de Ilíberis antes del año 347.

Entre sus obras destacan un tratado sobre la fe, otro sobre el Cantar de los cantares, y sobre el arca de Noé. Usa un lenguaje sencillo, se esmera en preparar sus sermones, hallar un sentido espiritual. Predicar es un deber, un acto de caridad. Tiene una gran preocupación por preservar la fe del error. Casi todos los sermones explican textos del Antiguo Testamento, le dedica mayor atención porque presenta mayor dificultad. Otra razón es que en el Evangelio no aparece nada que no aparezca en el Antiguo Testamento, en la ley y en los profetas. La sombra no existe sin el cuerpo, tampoco Cristo sin la Ley, ni esta sin Cristo.

En "De doctrina cristiana" habla de los sentidos de la Escritura. En Sobre la catequesis de los principiantes sobre la enseñanza de la fe. La Sagrada Escritura a veces es oscura, hay que clarificarla en la exposición. Considera importante que el predicador viva lo que dice, sea orante antes que parlante. A la personalidad de San Agustín nos podemos acercar por sus sermones.

San Agustín dice que el efecto de la predicación sería nulo si Cristo no estuviese en el corazón de los oyentes. El que instruye es Cristo, su Espíritu. Debemos crear la posibilidad para que Cristo instruya, de ese crecimiento. El secreto del buen catequista es predicar con alegría. Es mejor hablar a Dios de ellos, que a ellos de Dios, en caso que no les entiendan. Dios ama al que da con alegría.

La santidad de Gregorio goza de una devoción antiquísima, ya que su nombre se ve en varios martirologios, honrándose su memoria en España desde el siglo VII como consta de San Isidoro, que le llama Santo. No se sabe con certeza el año de su muerte pero se cree que aún vivía en 392 y que llegó hasta la última senectud.



San Gregorio de Elvira, obispo
fecha: 24 de abril
†: s. IV - país: España
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Illiberis, actual Elvira, en la Hispania Bética, san Gregorio, obispo, cuya obra titulada «Sobre la Fe» fue alabada por san Jerónimo.
refieren a este santo: San Lucífero de Cagliari

Gregorio, obispo de Elvira (es decir Illiberri), cerca de Granada, en España, estuvo ligado con todos los defensores de la verdad contra los arrianos. Por el año de 357, se hizo eco de san Hilario de Poitiers, contra Osio de Córdoba. Después del Concilio de Alejandría, en 362, Gregorio se unió a san Lucifer de Cagliari para oponerse a toda tentativa de conciliación con los seguidores del semi-arrianismo. Después de la muerte de Lucifer, en 370, se convirtió en la cabeza de los rigoristas o luciferianos. En 359, se rehusó a firmar las fórmulas de Rimini y escribió sobre este asunto a san Eusebio de Vercelli, quien le respondió desde lo más apartado de la Tebaida. Dos sacerdotes luciferianos, Faustino y Marcelino, en el «Libellus precum» que enviaron a los emperadores, el año de 383, hicieron la apología de Gregorio de Elvira, al mismo tiempo que condenaban a Osio.

Gregorio vivía aún en 390, época en que san Jerónimo escribía al respecto: «Hasta la extrema vejez, escribió diversos tratados en un estilo mediocre; después hizo un libro con estilo elegante, que tiene por título: De fide». Este libro fue por largo tiempo atribuído a san Febado, obispo de Agen, como lo pensaba todavía el padre Durenges; pero Dom G. Morin y Dom A. Wilmart lo reivindicaron en favor de Gregorio de Elvira.

Numerosos críticos trataron a Gregorio con dureza y le acusaron de haberse adherido formalmente al cisma, pero no se ha podido probar que se hubiera separado efectivamente de la Iglesia católica. Desde el siglo IX, este obispo ha sido objeto de culto en la Iglesia. Usuardo, en su martirologio, marcó su fecha el 24 de abril, y los otros martirologios lo han seguido. Algunos lo han puesto el 17 de noviembre para acercarlo así a san Gregorio de Tours o a san Gregorio el Taumaturgo. Aunque algunos sabios persisten en ver a Gregorio de Elvira como cismático e indigno del culto de los fieles, la Iglesia romana ha mantenido su nombre en el martirologio, en la fecha del 24 de abril (no se sabe ni el día, ni el año de su muerte). La Iglesia juzga que la constancia admirable de este obispo por la defensa de la fe ortodoxa, es una prueba suficiente de la santidad de su conducta.

No se puede uno contentar con lo que han escrito de Gregorio los sacerdotes luciferianos Faustino y Marcelino, pero se puede recurrir a los escritos de san Atanasio, san Eusebio de Vercelli y san Jerónimo, para encontrar su elogio. Ver también Acta Sanctorum, 24 de abril; Dictionaire de Théologie catholique, vol. VI, col. 1838. Respecto de la atribución del De Fide, ver «Revue Bénédictine», 1902, vol. XIX, p. 229. Imagen del obispo en el altar de la Virgen de la Antigua, en la catedral de Granada, obra del escultor sevillano Pedro Duque Cornejo, 1717.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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