viernes, 15 de marzo de 2013

Martín Dumiense, Santo


Obispo, Marzo 20
 
Martín Dumiense,  Santo
Martín Dumiense, Santo

Apóstol de los suevos

Martirologio Romano: En Braga, en Portugal, san Martín de Dumio o Martin Dumiense, obispo, que siendo oriundo de Panonia, rigió primero la sede de Dumio y después la de Braga, y con su celo y predicación los suevos abandonaron la herejía arriana y abrazaron la fe católica.

Etimológicamente: Martín = Referente al Dios Marte, es de origen latino.
San Martín de Braga, también conocido como Martín de Dumio o Martín Dumiense. Obispo, teólogo y escritor eclesiástico hispano de origen panónico, llamado el «Apostol de los suevos» (Panonia, hacia 510-520 - Braga, 579-580).

Dumio, situado geográficamente cerca de Braga - la capital del reino de los suevos-, distingue del otro Martín de Francia a nuestro Martín. Fue el apóstol de los suevos a los que convirtió al catolicismo.

El testimonio de san Isidoro de Sevilla señala el 560 como fecha de la conversión. Eran los suevos un pueblo indomable y el terror de Roma; atravesaron las Provincias y pasaron sus fronteras; se trasladaron de las riberas del Rhin a las del Miño; arrasaron a los francos y pasaron el Pirineo; luego se reparten las tierras de Galecia y ponen su capital en Braga; llegaron a bajar hasta la Bética y conquistaron Sevilla en las tierras llanas. Transcurre la vida del santo en el siglo VI.

San Martín Dumiense, según conocemos por el epitafio de su tumba que escribió él mismo, era oriundo de Panonia, en la actual Hungría. Debió nacer entre el 510 y el 520. Quiso vivir el don de la fe en las mismas fuentes. Peregrina a Palestina con la avidez de conocer, pisar, besar y tocar la tierra de Cristo; allí aprovecha su tiempo entre oración, mortificación, y el estudio del griego que le contacta con los santos Padres primeros. Luego pasa por Roma, donde murió y vive Pedro. Atraviesa el reino de los francos donde se encuentra con los suevos y aprovecha la oportunidad de hacer apostolado con este pueblo.

Karriarico, rey suevo arriano -habían caído los suevos en el arrianismo por la actividad del gálata Ayax, enviado por Teodorico- mandó embajada noble para pedir en la afamada y milagrosa tumba de san Martín de Tours el portento de la curación de su hijo. Era ya la segunda vez que lo hacía, la primera misión no dio el resultado apetecido; ahora manda la ofrenda del peso de su hijo en oro y plata y presenta la promesa de conversión si obtiene del santo de Tours lo que humildemente pide. Y se cura el vástago del rey suevo. Es la ocasión para dejar el arrianismo. San Gregorio de Tours narrará, como testigo presencial, -dejando en el relato el polvo de la leyenda- el ruego de la doble embajada y la posterior conversión del bravo pueblo suevo.

Así fue como pasó el presbítero húngaro Martín a Galecia, de mano de sus casi paisanos, los belicosos emigrantes centroeuropeos. En Dumio funda un monasterio para la alabanza divina, la oración, el recogimiento, la difusión de la fe y la atención del pueblo ¡Bien conocida tiene la necesidad de la oración para extender el Evangelio! Quizás conoció el estilo
Martín Dumiense,  Santo
Martín Dumiense, Santo
de Arlés y posiblemente tuvo referencias de la regla de san Benito, pero aquí los monjes se gobiernan al ritmo que marca el abad -y ya obispo- Martín de Dumio.

Regula la vida del clero formándoles según los cánones y los acuerdos de los concilios españoles y africanos; atiende celoso al campesinado donde abundan las supersticiones paganas, célticas y germánicas. Encarga a su monje Pascasio la traducción de "Las palabras de los ancianos" y él mismo traduce "Las sentencias de los Padres egipcios"; escribe para los suyos otras sabrosas obras de piedad, ascéticas y doctrinales, - Formula vitae honestae y De correctione rusticorum- como tratados cortos y monográficos que rezuman sabiduría humana al estilo de Séneca y espíritu cristiano.

Contribuyó a la conversión de los suevos al catolicismo. En el concilio de Braga del 561 -como un precursor de san Ildefonso en el III de Toledo- se ha logrado la conversión del rey y del pueblo, se establece la unidad y se tiene el gozo de escuchar la fórmula del bautismo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

Murió en el año 580.

Los suevos fueron un pueblo germánico procedente del norte de Europa. Su asentamiento primitivo se encuentra en la zona del mar Báltico, llamado por los romanos Mare Suebicum. Tácito los menciona, aunque llama suevos a todos los pueblos germánicos del este (marcomanos, quados, turingios y alamanos).


San Martín de Braga, obispo
fecha: 20 de marzo
n.: c. 510 - †: c. 579 - país: Portugal
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Braga, ciudad de Portugal, san Martín, obispo, oriundo de Panonia, conocido por el sobrenombre de «Dumiense» por haber regido primero la sede de Dumio, desde la cual pasó después a la de Braga, donde, con su celo y predicación, abandonaron los suevos de esa diócesis la herejía arriana y abrazaron la fe católica.
refieren a este santo: San Martín de Vertou

Según san Gregorio de Tours, san Martín de Braga sobrepasó en ilustración a todos los letrados de su época. El poeta cristiano Venancio Fortunato lo describe como heredero, tanto de los méritos como del nombre de san Martín de Tours. La historia de sus primeros años es incierta. Algún escritor que lo confundió con San Martín de Tours dio pie para que se pensara que era nativo de Pannoia. Se cuenta que hizo una peregrinación a Palestina y que quizá se encontraba entre los peregrinos que regresaron a Gallaecia, España [Gallaecia comprendía la actual Galicia, pero era mucho más extensa, incluyendo también el norte del actual Portugal]. Los suevos dominaban en esa región y habían propagado las doctrinas arrianas. San Martín, sin embargo, mediante su erudita predicación, logró volver a la fe católica a la región. Comenzó con la conversión e instrucción del rey Teodomiro y posteriormente reconcilió con la Iglesia a muchos arrianos y católicos renegados. Construyó muchos monasterios, el principal de los cuales, Dumio (hoy Mondeño), le sirvió como centro de operaciones de sus esfuerzos misioneros.

Los monarcas suevos, en consideración a este santo, eligieron a Dumio como sede arzobispal, de la cual vino a ser el primer ocupante. Tan íntimamente ligaron a Martín a su corte, que fue llamado «el obispo de la familia real». Sin embargo, nunca suavizó la severidad de su vida monástica y en el gobierno de sus monjes mantuvo estricta disciplina. Fue promovido después a la sede de Braga, lo que le convirtió en metropolitano de toda la Gallaecia, dignidad que mantuvo hasta su muerte. Además de su trabajo principal como misionero, San Martín rindió otros grandes servicios a la Iglesia con sus escritos. Los principales de éstos son una colección de ochenta y cuatro cánones; una fórmula «Vitae honestae», escrita como guía para una vida virtuosa, a petición del rey Miro; una descripción de las costumbres supersticiosas de los campesinos, bajo el título de «De correctione rusticorum»; un tratado de máximas morales, y una selección de proverbios de los eremitas egipcios. San Martín murió en 579, en su monasterio de Dumio, y su cuerpo fue trasladado a Braga en 1606.

Nuestros principales informadores en este caso son, Gregorio de Tours y Venancio Fortunato. Véase Acta Sanctorum, marzo, vol. III; Florez, España Sagrada, vol. IV. pp. 151-158; Gams Kirchengeschichte Spaniens, vol. II. pt. I pp. 472-475. Una sincera apreciación de la obra y de la erudición de San Martín de Braga puede encontrarse en la Cambridge Medieval History, vol. III, pp. 489-490. En la obra Geschichte der Literatur des Mittelalters, de Ebert, vol. I. 2 ed., pp. 579-584, ocupa también un lugar prominente. Otro resumen de la vida, con énfasis en los escritos y abundante bibliografía, en Patrología, IV, Di Berardino, BAC, 2000, pág. 85-88
Imagen: iluminación Crónica Albeldense (siglo IX), en el Monasterio de El Escorial.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

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