lunes, 11 de marzo de 2013

Ansovino de Camerino, Santo


Obispo, 13 Marzo
 
Ansovino de Camerino, Santo
Ansovino de Camerino, Santo

Tan pronto como Ansovino, natural de Camerino, en Umbría, recibió la ordenación sacerdotal, se retiró a un lugar solitario de Castel Raimondo, cerca de Torcello, donde no tardó en adquirir renombre por su santidad y los milagros que obraba. A raíz de su fama, el emperador Luis el Piadoso escogió al padre Ansovino como su confesor y luego, promovió su nombramiento para ocupar la sede episcopal de Camerino. El sacerdote se rehusaba a aceptar la dignidad y, cuando al fin consintió, puso la condición de que no había de suministrar soldados para el ejército imperial (un servicio obligatorio para el obispo en los estados feudales), por considerar que ese suministro era inadecuado y contrario a las leyes de la Iglesia.

Desde que asumió el cargo, Ansovino demostró ser un pastor sabio y prudente. Su extraordinaria liberalidad para socorrer a los pobres le procuró el amor de todos y, su fama de obrar curaciones y otros milagros, le valió la veneración general.

Se hallaba en Roma cuando le atacó una fiebre que, desde un principio, él mismo calificó de fatal. Al sentirse enfermo, insistió en volver a su sede para morir con sus fieles. A caballo viajó hasta Camerino y aún pudo impartir su postrera bendición y recibir el viático, antes de expirar serenamente.

San Ansovino de Camerino, obispo
fecha: 13 de marzo
†: 868 - país: Italia
otras formas del nombre: Answin, Oswin
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Camerino, del Piceno, san Ansovino, obispo.

Tan pronto como Ansovino, natural de Camerino, en Umbría, recibió la ordenación sacerdotal, se retiró a un lugar solitario de Castel Raimondo, cerca de Torcello, donde no tardó en adquirir renombre por su santidad y los milagros que obraba. A raíz de su fama, el emperador Luis el Piadoso (Ludovico Pío) escogió al padre Ansovino como su confesor y luego, promovió su nombramiento para ocupar la sede episcopal de Camerino. El sacerdote se rehusaba a aceptar la dignidad y, cuando al fin consintió, puso la condición de que no habría de suministrar soldados para el ejército imperial (un servicio obligatorio para el obispo en los estados feudales), por considerar que ese suministro era inadecuado y contrario a las leyes de la Iglesia.

Desde que asumió el cargo, Ansovino demostró ser un pastor sabio y prudente. Su extraordinaria liberalidad para socorrer a los pobres le procuró el amor de todos y, su fama de obrar curaciones y otros milagros, le valió la veneración general. Se hallaba en Roma cuando le atacó una fiebre que, desde un principio, él mismo calificó de fatal. Al sentirse enfermo, insistió en volver a su sede para morir entre sus fieles. A caballo viajó hasta Camerino y aún pudo impartir su postrera bendición y recibir el viático, antes de expirar serenamente.

La biografía impresa en el Acta Sanctorum, marzo, vol. II, fue escrita probablemente por un tal Eginus alrededor de un siglo después de la muerte del santo y es un documento poco convincente desde el punto de vista histórico. Sin embargo, el culto a san Ansovino está reconocido y su nombre figura en el Martirologio Romano.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

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