miércoles, 28 de septiembre de 2011

BIOGRAFÍA DE SAN JUDAS TADEO



















Su fiesta se celebra el 28 de Octubre, junto al apóstol San Simón.

San Judas Tadeo, apóstol de Jesucristo, descendía de la estirpe real de David y, por tanto, era consanguíneo de Jesucristo. En efecto, el padre de San Judas, llamado Cleofás, era hermano de San José, Esposo de la Santísima Virgen; la madre, llamada María de Cleofás, era prima de la Santísima Virgen: por tanto, San Judas Tadeo, que fue uno de los doce apóstoles, era primo carnal de Jesús.

"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios". Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe"

Después de la Última Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas Tadeo le preguntó por qué no se manifestaba a todos. (Gran sensibilidad la de este Santo). Cristo le contestó que Él y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él y haremos en él nuestra morada" (Juan, 14, 22-23).

Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son (...) hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".

El campo de acción apostólica de San Judas fue amplísimo; evangelizó primero la Judea, después Mesopotamia y, finalmente, Persia, llevando por todas partes la luz de la verdad, transmitiendo La Palabra del Señor y obrando, en su nombre, los más preclaros milagros: el número de los discípulos aumentaba de día en día, atraía a sí muchísimos cristianos, nombraba Diáconos, Sacerdotes y Obispos, fundando Iglesias Cristianas en todas las regiones que atravesaba.

Regresando a Persia, se reunió con el Apóstol San Simón y ambos combatieron fuertemente las herejías de Zaroes y Arfexat, sacerdotes idólatras que habían confundido la conciencia de aquel pueblo, llevándolo a revolverse en contra de la palabra y las obras de los dos Santos Apóstoles.

San Judas sabía que su misión terrena llegaba a su fin y el martirio, para gloria de Dios, estaba cerca.

Llegaron a Suamyr, gran ciudad de Persia. Los dos Apóstoles se alojaron en casa de un discípulo llamado Semme. A la mañana siguiente a su llegada, los sacerdotes idólatras de aquella ciudad, seguidos por una gran multitud del pueblo azuzados por las venenosas presiones de Zaroes y de Artexat, rodearon la casa de Semme pidiendo a gritos la entrega de los dos Apóstoles.

“Entréganos, oh Semme, inmediatamente a los enemigos de nuestros dioses, o si no te quemaremos la casa”.

Ante estas amenazas que no admitían réplica, San Judas y San Simón se pusieron en manos de aquellos malvados que los obligaron inútilmente a adorar a sus falsos dioses; golpeados hasta la sangre, encontraron aún fuerzas para mirarse a los ojos y San Judas, dirigiéndose a su compañero de martirio le dijo: “Hermano, veo a Ntro. Señor Jesucristo que nos llama”.

La turba de los idólatras, ignorando estos coloquios celestiales, movida por un insano furor, se arrojó con mayor encarnizamiento sobre los cuerpos ya sangrantes de los dos Santos Apóstoles hasta destrozarlos: ¡la corona del martirio brillaba sobre sus cabezas gloriosas! A San Simón lo mataron aserrándolo por el medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con una hacha y por eso lo representan con una hacha en la mano. Se cree que el martirio ocurrió en el año 70 de la era cristiana, es decir, 36 años después de la Ascensión de Jesucristo al Cielo. Como fueron martirizados juntos, la Iglesia celebra la festividad el mismo día de su martirio para ambos: 28 de octubre.

Mientras sus santas almas eran acogidas en la Patria celestial y colocadas a la derecha del Padre, por el que habían ofrecido su vida en holocausto, el cielo de Suamyr, escenario de aquel bárbaro martirio, se quebraba con terribles fulgores, el templo idólatra se derrumbó y los dos sacerdotes, Zaroes y Arfexat, autores del hecho, fueron fulminados por la justicia divina.

Los cuerpos de los dos Santos Apóstoles se veneraron en Babilonia en un templo cristiano que se construyó por orden de algún rey cristiano, después de años de trabajo; el sepulcro se convierte inmediatamente en glorioso por la frecuencia de los milagros obrados por el Santo.

Las reliquias se trasladaron de Babilonia a Roma, siendo colocadas en la Basílica Vaticana, a los pies de un altar dedicado a los dos Santos Mártires.

Desde este sepulcro, el Santo, que tan solícitamente responde a las invocaciones de socorro del género humano, otorga al mundo las gracias y favores que la misericordia del Señor concede a sus potentísimas súplicas.

San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe.

TESTIMONIOS DANDO GRACIAS A SAN JUDAS TADEO


El 26 de octubre tuve que ser ingresado de urgencias, después de un exhaustivo estudio médico, en la Clínica Morgagni del Hospital San Camilo de Roma, bajo los cuidados del Dr. Pennachia. El diagnóstico: insuficiencia cardíaca, edemas por todo el cuerpo, complicaciones en las vías urinarias, además de bronquitis. Mi hermano sacerdote, que vino a verme, junto con mi Párroco, Mons. Rebato de Véroli, de la iglesia de Sta. María Goretti, viendo la gravedad de mi estado, quiso que antes de quedarme en la Clínica recibiese los Santos Sacramentos, cosa que hizo con devoción y alegría.

Mi estado era gravísimo, pero mi fe en San Judas Tadeo, al que me dirigí para obtener de Dios la curación, fue tan grande que el Dr. Pennacchia, director de la Clínica, juntos con sus excelentes Colaboradores, guiados por el Santo, después de 47 días de tratamiento, me han dado la alegría de poder regresar a casa curado.

Roma, 1966 LUCIANI GIOVANNI

Mi hermana Elena, debido a su mal estado a causa de una persistente hemorragia, fue ingresada de urgencias en el Hospital, donde los médicos declararon que estaba en peligro de muerte. Nos dirigimos con oraciones y súplicas al gran Santo y él nos obtuvo lo que humanamente era imposible, la mejoría y la curación de mi hermana.


Roma, 1966 la hermana EMILIA RICCARDI


Ingresado de urgencias en el Hospital por meningitis y habiendo declarado el médico, tras su visita médica, el caso como desesperado, invoqué a San Judas y rápidamente se manifestó una improvisada y progresiva mejoría.

Roma, 1963 P. GUALTERI


En el mes de Julio de 1959, fui ingresada en el Policlínico y visitada por el Dr. Catani. Hechas diversas pruebas, se vio que se trataba de cáncer de útero. Rápidamente se hicieron un primer y después un segundo ciclo con rayos X, pero el mal avanzaba. Oré con fervor a San Judas Tadeo, confiando en que él podía obtenerme la gracia de al completa curación. Así llegamos al 15 de Octubre de 1960, día en que pasé una nueva revisión para recibir un tercer ciclo de rayos X. Pero cuál no sería la sorpresa del Doctor, el mismo del año anterior, cuando constató que el mal había desaparecido por completo. Se me dio el alta del Policlínico porque estaba curada completamente. Por ello doy gracias a mi celestial Protector.

Roma, 1963 CONCETTINA DI BENEDETTO


FE PREMIADA- Desde hace un año venero en mi casa en cuadro de San Judas Tadeo y a él acudo siempre con fe en mis necesidades. Un día, despertando a mi hijo pequeño, lo encontré totalmente rígido, sin que pudiera hacer ningún movimiento. Alarmada, llamé inmediatamente al médico, que vivía en un apartamento al lado del mío. Viendo al niño me dijo que se trataba de poliomielitis. Me aconsejó llevarlo inmediatamente a una Clínica para que atendieran el caso.

En el momento de salir de casa, tomé conmigo el cuadro de San Judas y con gran fe toqué con él a mi querido hijo. En seguida, con gran sorpresa e inmensa alegría por mi parte, comenzó a mover las piernas y los brazos. Llamé de nuevo al médico de modo que viese lo que había ocurrido. Este, maravillado, constató que el mal había desaparecido y que el niño estaba completamente curado, reconociendo que había sucedido una intervención sobrenatural. Hoy, después de varios meses, el milagro continúa y mi niño crece sano y robusto. Dando gracias al Santo, quiero publicar esta gracia para que se extienda cada vez más su devoción y sea conocido.

Roma, 1962 PELLEGRINO


El Domingo 20 de Noviembre me dirigía con mi hija en coche a Firenze. Como es mi costumbre, antes de salir, me hice la señal de la cruz e invoqué la protección de San Judas.
A medio camino, comenzó a llover con ráfagas de viento. El coche derrapaba sobre la carretera. En un momento dado giró sobre sí mismo y creímos que chocaríamos contra el muro que flanquea la carretera; junto con mi hija, invocamos a nuestro Santo Protector y el coche se paró, pudiendo llegar incólumes a Firenze.
De vuelta a Roma me dirigí enseguida a dar gracias a San Judas.

Roma, 1966 GRAZIA AGOSTINELLI


INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA EVITADA. Desde hacía tiempo sufría de fuertes dolores en el hígado. Ingresado en el hospital, los doctores consideraron indispensable una intervención quirúrgica. Con gran fe, unido a mis personas queridas, me dirigí a San Judas Tadeo. Enseguida sentí una mejoría y echa una consulta médica se constato, con sorpresa, por parte de los médicos, que el mal había desaparecido completamente. Por tanto, la operación era innecesaria. Para asegurarme, hoy, día 20 de Enero, he querido someterme de nuevo a un examen radiológico del cual resultó que no había ni rastro del mal anteriormente diagnosticado.

Roma, 1962 GIULIO E CATERINA GUARDABASSI


CURADO DE POLIOMIELITIS. Un día me di cuenta, con gran sorpresa, que mi hijo Máximo no se tenía en pie. Lo llevé enseguida al Policlínico y el doctor lo examinó y dio su diagnóstico: poliomielitis. Llena de dolor telefoneé desde la Clínica a la tía; esta me animó a rezar a San Judas Tadeo y a prometer publicar la gracia. Comencé enseguida el triduo y después de tres días llevé a mi casa al pequeño Máximo completamente curado. Ahora está bien y agradeciéndolo cumplo la promesa hecha.

Roma, 1961 CANINI


ILESO DE LAS LLAMAS. Mi sobrino Franco, mientras trabajaba como distribuidor de gasolina, derramó un bidón: encontrándose cerca del fuego, le envolvieron las llamas completamente. Invocó a San Judas y el Santo vino en su ayudo. Auxiliado con rapidez y llevado al ambulatorio más cercano, los médicos y enfermeras constataron maravillados que no tenía ninguna señal de quemadura y pudo reemprender su trabajo.

Roma, 1961 TRIVELLATO


ILESO DEL COCHE VOLCADO. El 30 de Octubre de 1959, hacia las 20 horas, mientras regresaba de Cori (Latina) de vuelta de Velletri, a unos 4 Km. De la citada población, situada en la falda de los montes Lepini, después de haber girado en una curva quizá a demasiada velocidad, sucedió que un objeto del asiento posterior de mi coche se dio la vuelta. En lugar de frenar y parar para darme cuanto de lo que había sucedido, continué el camino y, quitando la mano derecha del volante, probé a poner el objeto en su lugar, sujetando el volante con la izquierda y girándome ligeramente hacia detrás, como había hecho otras veces. Apenas giré la cabeza para volver a tomar el volante con la derecha, me di cuenta que estaba en el carril contrario. Intenté volver a mi derecha, pero fue demasiado tarde, y rodé por una pendiente de casi 3 metros. El coche quedó con las ruedas hacia arriba y yo con los pies en el techo. Temiendo que se incendiara el coche, logré salir por la ventana derecha, sin hacerme daño. Algunos conocidos me ayudaron a dar la vuelta al coche y pude volver en el mismo a casa.
Colgaba del espejo la medalla de la Virgen y en la llave la de San Judas Tadeo. Siento el deber de dar gracias públicamente a mis poderosos Protectores, que me han ayudado haciéndome salir ileso, sin ni siquiera un rasguño, de tan gran peligro.

ANASTASO PICA


EL PEQUEÑO TADEO- Con la ayuda de San Judas Tadeo, me casé el 13 de Febrero de 1958. La boda, el viaje de novios y el inicio de la vida conyugal resultó muy feliz, pero para completar mi felicidad faltaba la llegada de un hijo.

Dada mi edad, no muy joven, comencé a temer que quizá debía contentarme solamente con la felicidad de tener a mi marido, que es el ideal de los esposos. Mientras tanto, pedía a San Judas que completase mi felicidad con la bendición de un hijo, pero el 21 de Mayo del mismo año conocí la dificultad que obstaculizaba la realización de mi deseo. Me sentí muy apenada pensando que no podría dar a mi esposo un hijo, teniendo, por su profesión de médico, que ver a tantos.

Este pensamiento me atormentaba muchísimo; finalmente, me dirigí con gran fe a la intercesión de San Judas Tadeo, siguiendo el consejo de mi marido. Rápidamente me di cuenta que mi oración había sido escuchada: en efecto, contra todo diagnóstico se me anunció la alegría de mi próxima maternidad, aunque velada por la incertidumbre de que pudiera llegar a término. Desde el punto de vista médico era del todo imposible que todo fuese bien. Todo estaba en manos de Dios.

El 4 de Febrero vino al mundo mi hijo y el alumbramiento fue del todo normal, sin necesidad de ninguna intervención quirúrgica; además, no hubo complicaciones, siendo esto el milagro más grande. El niño tiene ahora 3 meses y está sanísimo, teniendo la satisfacción de poder alimentarlo yo misma. Para acreditar mi testimonio, doy el nombre del Dr. Cataneo y el de mi marido.

Roma, 1959 Dr. GIULIANA OPPIDO

ACTOS DE DEVOCIÓN A SAN JUDAS TADEO


- Recitar cada día, mañana y tarde, la ORACIÓN A SAN JUDAS TADEO y un Padrenuestro, Ave María y Gloria en su honor.
- Llevar colgada su medalla y besarla frecuentemente, especialmente en las tentaciones del espíritu; tener expuesta en casa su imagen milagrosa.
- El día 28 de cada mes, día dedicado al Santo, acercarse a los Santos Sacramentos y estar todo el día ejercitándose en las prácticas piadosas para con el Santo.
- El 28 de octubre de cada año, fecha del martirio de San Judas Tadeo y su fiesta litúrgica, celebrar dignamente la Novena en su honor.
- Extender el culto al Santo, especialmente entre los que sufren, los oprimidos, los enfermos, entre aquellos más sensibles a su intervención milagrosa.
- Participar frecuentemente en la Santa Misa y celebrarla en su honor.
- Confesarse y comulgar especialmente después de haber hecho un Triduo o Novena en honor del Santo.
- Ejercitarse en las obras de misericordia, corporales y espirituales.

ORACIONES A SAN JUDAS TADEO


Dios ha concedido a San Judas Tadeo poderes extraordinarios de intercesión ante el Trono de Su Misericordia.

La experiencia de tantos siglos de ininterrumpida devoción –durante los que innumerables y extraordinarios milagros se han derramado sobre la humanidad por medio de la intercesión de San Judas Tadeo- nos demuestra cómo las oraciones a este gran Santo son especialmente agradables al corazón de Jesús Misericordioso.

Miles de personas que sufren invocan diariamente su milagrosa intercesión y es especialmente en los casos difíciles y críticos en los que se experimenta su milagrosa ayuda.

Venid, sí, venid todos los que sufrir de cualquier tipo de males, los que estáis afligidos, desconsolados, desesperanzados, oprimidos, venid a los pies del gran consolador San Judas Tadeo; exponedle vuestras necesidades, poned en su intercesión poderosa vuestra fe fuerte y firme, superad las deficiencias, las dudas, la ansiedad y, sobre todo, no os abandonéis a la desesperación: ¡estáis en los brazos de un gran Santo! Debéis estar seguros que él os consolará y ayudará.

A esta confianza añadid la constancia en la oración, aunque todo os parezca imposible de obtener; San Judas Tadeo, recordadlo, obra por caminos misteriosos, usa de medios de ayuda y de consuelo a los que nosotros, pequeñas criaturas, no podemos pensar.

Así pues, la fe en el poder de este excepcional Patrón, acompañada de la oración perseverante, serán los canales a través de los que el Sagrado Corazón de Jesús hará descender su divina gracia sobre nuestros sufrimientos

ORACIÓN A SAN JUDAS TADEO
(Para obtener alguna gracia)

Oh Glorioso Apóstol san Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús, el nombre del traidor ha sido la causa de que fueses olvidado de muchos; pero la Iglesia te honra y te invoca como Patrón especial de las COSAS DIFÍCILES y DESESPERADAS, ruega por mí para que reciba yo los consuelos y el socorro del cielo en todas mis necesidades y sufrimientos particularmente ( Aquí se pide lo que se desea ) y para que pueda gozar yo en el cielo en tu compañía y con los demás elegidos en la eternidad.

Yo prometo Apóstol bienaventurado, acordarme siempre de este favor, jamás dejaré de honrarte y he de hacer todo lo posible por propagar tu devoción.

San Judas Tadeo Apóstol Glorioso, Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección. (Padrenuestro, Ave María y Gloria)



ORACIÓN A SAN JUDAS TADEO
(Para recitar cada día ante la imagen del Santo)

Henos aquí, ante ti, glorioso Apóstol San Judas, para ofrecerte el homenaje de nuestra devoción y de nuestro amor.

Tú haces sentir amorosamente a los que te invocamos tu poderosa ayuda y patrocinio y que no es vana la fe puesta en la bondad de tu corazón. Por esto, te ofrecemos el homenaje de nuestra devoción, memoria de los favores ya recibidos y llenos de gratitud por la asistencia concedida.

Pero, al mismo tiempo, nos sentimos movidos a suplicarte que no cese nunca tu ayuda y protección. Tú, que además de por un singular amor, estuviste unido con lazos de parentesco al Divino Redentor Jesús, fuente de todo bien, obtennos las gracias que necesitamos para llevar una vida santa y consíguenos también las bendiciones que son signo de la divina complacencia.

Que Dios bendiga, por tu intercesión, querido Apóstol, a los fieles que te honran y promueven tu culto, a todos aquellos que movidos por tu ejemplo trabajan para la gloria y el bien de las almas; que cuantos te invocan –entre los que me incluyo- sientan en el corazón que son escuchados: y la gracia divina descienda subsanando las debilidades de todos, de modo que amando y sirviendo a la divina bondad nos sea concedida la corona y la alegría de los siervos fieles. Así sea. Padrenuestro, Ave María, Gloria…

NOVENA PERPETUA EN HONOR DE SAN JUDAS TADEO
(Para recitar en los casos difíciles de la vida)

San Judas, Apóstol glorioso, fiel siervo y amigo de Jesús. El nombre del traidor es la causa de que muchos te olviden, pero la Iglesia te honra y te invoca universalmente como patrono de los necesitados.

Ruega por mí, que soy tan miserable; haz uso del particular privilegio a ti concedido de hacer llegar de forma visible y rápida la ayuda donde es tan urgente… Ven en mi auxilio en esta gran necesidad, de modo que pueda recibir el consuelo y la protección del Cielo en todas mis tribulaciones y sufrimientos, especialmente… (hágase la petición), y pueda bendecir a Dios contigo y todos los elegidos por toda la Eternidad. Te prometo, o beato San Judas, de reconocer este gran favor, y no cesaré jamás de honrarte como mi especial y poderoso patrono, y de hacer cuanto esté en mi mano para animar la devoción de todos hacia ti. Amén.

San Judas, ruega por nosotros y por todos aquellos que invocan tu ayuda.

San Judas, auxilio de quien está privado de esperanza, ayúdame en mis aflicciones.

Ruega por nosotros, para que aplaquemos la Divina Justicia y obtengamos una sentencia favorable.

Ruega por nosotros, para que seamos admitidos en la compañía de los santos y gocemos eternamente de la presencia de Dios. Amén.

Beato Apóstol, te invocamos con confianza.

Ruega por nosotros, para que antes de la muerte podamos espiar todos nuestros pecados con un sincero arrepentimiento y recibir dignamente los santos sacramentos.

ORACIÓN

Apóstol glorioso, San Judas Tadeo, que expandiste la verdadera fe hasta las naciones más lejanas; que ganaste a la obediencia a Jesucristo muchas tribus y pueblos con el poder de tu santa palabra, concédeme, te suplico, que desde este día yo renuncie a toda actitud pecaminosa, que sea preservado de todo mal pensamiento y pueda siempre obtener tu protección, especialmente en todo peligro y dificultad, y que pueda alcanzar la patria celestial, para adorar contigo a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

NOVENA EN HONOR DE SAN JUDAS TADEO
(En preparación de la fiesta del Santo, 28 de Octubre)

1) Glorioso San Judas, por tu fe sólida y operante, obtenme en estos tiempos tan difíciles firmeza en la fe. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
2) Muchas son nuestras necesidades, nuestras enfermedades de espíritu y cuerpo. Piadoso Apóstol San Judas, ayúdanos a todos el esperar en los méritos infinitos del divino Salvador Jesús. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
3) ¡Qué grande, oh celoso Apóstol, fue tu amor hacia Dios! Obtennos también a nosotros amar a Dios sobre todas las cosas. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
4) Ni la fe es útil, ni la caridad es sincera si no se corresponden con las buenas obras. Haz, oh, infatigable Apóstol, que imitándote, no seamos cristianos solo de nombre, sino también de obra. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
5) ¿Y qué podemos hacer nosotros sin la ayuda de Dios? Dígnate, o amigo de Cristo, de obtenernos que vivamos unidos a Él con espíritu de oración y frecuentando los Santos Sacramentos. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
6) Porque el mundo y el demonio intentan seducirnos, o maestro de la verdad, aleja de nosotros a los corruptores de la fe y de las costumbres. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
7) Oh Mártir glorioso de nuestra fe, obtennos poder vivir y morir en el seno de la Santa Madre Iglesia Católica y en la unión con el Romano Pontífice. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
8) Oh consolador de los atribulados, con tu ejemplo e intercesión, haznos misericordiosos con nuestro prójimo. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
9) Oh glorioso Príncipe del Cielo, protector en las causas difíciles y desesperadas, a ti recurrimos para obtener las gracias de las que estamos necesitados, de modo que en todo sea Dios glorificado. Así sea. Padrenuestro, Ave María, Gloria.

V/ Ruega por nosotros San Judas Tadeo.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

OREMOS

Oh Dios, cuya bondad y clemencia nunca se agotan, inclina tu oído a las oraciones de tus fieles que confían en la intercesión de tu Apóstol Judas, por cuyos méritos elevamos a ti nuestras peticiones. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

BREVE TRIDUO

1) Gran Apóstol de Jesucristo, glorioso San Judas, postrado a tus pies te venero con afecto de hijo y te pido me obtengas del Señor el perdón de todos mis pecados, que detesto con toda mi alma, y también la gracia especial… de la que estoy tan necesitado. Padrenuestro, Ave María, Gloria.
2) Espléndida lámpara de la Iglesia de Jesucristo, amable San Judas, tú que la edificaste con tu gran sabiduría y santidad, ruega por el aumento en mi de todas las virtudes y la obtención de la gracia particular que te pido… Padrenuestro, Ave María, Gloria.
3) Invicto campeón de la fe, admirable San Judas, desde el alto trono que mereciste por tu apostolado y martirio, acoge, por tu patrocinio en la vida y en la muerte, la súplica que te dirijo en la presente necesidad… Padrenuestro, Ave María, Gloria.

V/ Ruega por nosotros San Judas Tadeo.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

OREMOS

Oh Dios, cuya bondad y clemencia nunca se agotan, inclina tu oído a las oraciones de tus fieles que confían en la intercesión de tu Apóstol Judas, por cuyos méritos elevamos a ti nuestras peticiones. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

HIMNO

Los labios se abren
Para el himno festivo
En honor de San Judas
El Apóstol Glorioso.

Oh Judas Tadeo,
Con tu santidad,
Por el mundo tan reo
Implora piedad.

Ardiste de celo,
Pureza y amor,
Por esto, ahora en el cielo,
Contemplas al Señor.

De Cristo la llamada
Seguiste y la voz
Fiel lo has servido
Hasta la Cruz.

Por nosotros también implora
Que en esperanza, que en fe,
Seguimos cada hora
A Él solo, el Gran Rey.

Oh Apóstol glorioso,
Que arriba en el Cielo
Nos guíes piadoso
Hasta llegar a Jesús.

LETANÍAS AL SANTO APÓSTOL

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios, ten piedad de nosotros.

San Judas Tadeo, que estás junto a Jesús y María, ten piedad de nosotros.

San Judas Tadeo, que fuiste digno no solo de ver sensiblemente a las santísimas personas de Jesús y María, sino también de gozar de sus suaves coloquios, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que fuiste enaltecido por Jesucristo a la dignidad del ministerio apostólico, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que en la Última Cena recibiste con gran adoración la Santísima Eucaristía de manos de tu amadísimo Maestro Jesucristo, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que después de haber llorado amargamente la muerte de Jesús, habiendo resucitado lo viste ascender a la gloria en los Cielos, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que en el día de Pentecostés, junto con los demás Apóstoles, fuiste repleto del Espíritu Santo, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que después de la Ascensión de Cristo te dedicaste a instruir en la doctrina evangélica a las naciones de Persia, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que con tu doctrina convertiste a innumerables infieles a la verdadera religión, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que por la virtud del Espíritu Santo obraste tantos y tan grandes milagros, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que por la gracia divina hiciste callar a los demonios en los ídolos y confundiste los encantamientos de los magos, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que quitaste a las serpientes el poder hacer daño con su veneno a los hombres, ruega por nosotros.

San Judas, tú que despreciando las amenazas de los impíos propagaste los verdaderos dogmas de la fe, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, tú que confesando el nombre de Cristo consumaste el camino de la vida bajo los golpes de los palos, ruega por nosotros.

San Judas Tadeo, a fin de que seamos tus devotos, ruega por nosotros.

Te pedimos que supliques por los Príncipes cristianos, para que velen con celo y constancia por la fe católica, te rogamos óyenos.

Para que Dios, por tus méritos se digne convertir a los herejes y a los infieles a la verdadera fe, te rogamos óyenos.

Para que nos ayudes a crecer en la Fe, la Esperanza y la Caridad, te rogamos óyenos.

Para que te dignes quitar de nosotros todos los malos pensamientos y las insidias diabólicas, te rogamos óyenos.

Para que protejas con tu patrocinio a cuantos devotamente se ponen bajo tu patrocinio, te rogamos, óyenos.

Para que los preserves de los pecados y de todas las malvadas ocasiones, te rogamos, óyenos.

Para que antes de la muerte puedan dignamente recibir los Santos Sacramentos y la total remisión de sus culpas, te rogamos, óyenos.

Para que en su agonía te dignes defenderlos y confortarlos contra las diabólicas tentaciones, te rogamos, óyenos.

Para que alcances para ellos una benigna sentencia de Cristo Juez, te rogamos, óyenos.

Para que te dignes introducirlos en la Patria de los Justos, te rogamos, óyenos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

V/ San Judas Tadeo, intercede por nosotros.
R/ Y aleja de nosotros cualquier desgracia.

V/ Ruega por nosotros San Judas Tadeo.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

OREMOS

Oh Dios, cuya bondad y clemencia nunca se agotan, inclina tu oído a las oraciones de tus fieles y concede a todos aquellos que te veneran por medio de tu Apóstol San Judas Tadeo que en virtud de sus méritos puedan alcanzar lo que piden. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

V/ Bendigamos al Señor.
R/ Demos gracias a Dios.

V/ Las almas de los fieles difuntos por la Misericordia de Dios descansen en paz.
R/ Amén.

V/ El auxilio divino permanezca siempre con nosotros.
R/ Amén.



A SAN JUDAS TADEO

San Judas, mi predilecto,
Ven a mi casa que te espero;
Ven y ve;
Tú sabes lo que falta;
Ven y mira,
Lo que falta tráelo.
Lo que no es bueno para mi casa,
Ven y échalo fuera.

ORACIÓN

Visita, Señor, esta habitación y aleja de ella las insidias del enemigo, que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DE STA. GERTRUDIS

Oh misericordioso Apóstol San Tadeo, Mártir de Jesucristo. Acuérdate de la dulcísima alegría de la que gustó tu corazón cerca de Cristo, tu amado Maestro, quien os enseñó a ti y a los otros Apóstoles la oración del Padrenuestro: por esta dulzura, te suplico que intercedas para que yo sirva fielmente con la mayor perseverancia hasta el fin de mi vida a mi Divino Maestro. Amén. (L. IV, cap. 4)

Padrenuestro, Ave María, Gloria…

ORACIÓN DE UN ENFERMO

Oh querido San Tadeo, que con tus manos has sanado, por virtud divina, tantas enfermedades de alma y cuerpo, socórreme en esta debilidad y obtenme del Señor que, si es su voluntad, me sane de esta enfermedad, de modo que pueda servirle y alabarle cada día más. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIR AYUDA Y ASISTENCIA EN LA NECESIDAD

Oh, San Tadeo, mi patrón y abogado, te pido que me ayudes en esta necesidad y sobre bodoque me alcances de Dios el perdón de mis culpas, por las que debo soportar estas penas temporales. Y también pide a Dios que me libere de la actual tribulación y angustia, para que esto no sea contrario a mi eterna salvación. Te encomiendo, Oh San Tadeo, velar sobre mi cuerpo y alma, de modo que la malicia y la violencia del demonio no me puedan dañar y que las cruces y contrariedades no me alejen de Dios, sino que me sirvan de ayuda para alcanzar un día la felicidad eterna en el cielo. Amén.

EN LAS TENTACIONES

Jesús dice a Sta. Brígida: “Tadeo ha vencido al demonio con su pureza de corazón” (Rev. Ext. V. cap. 34).

¡Oh, dulcísimo Jesús! Por el amor con el que conservaste puro y casto el corazón de tu Apóstol Tadeo y le honraste con los dones apostólicos para hacerlo una digna morada de Ti, libérame, por sus méritos y su intercesión de esta tentación. Amén.

ORACIONES

Oh, San Judas Tadeo, Apóstol de Jesús, te saludo en su Corazón y por medio de este Corazón alabo y doy gracias a Dios por todos los favores que te ha concedido.

Humildemente postrado ante ti te pido, por el Corazón de Jesús, que me dirijas una mirada compasiva y no desprecies mi pobre oración, de modo que no sea vana mi confianza.

Dios te dio la facultad de ayudar a los necesitados con tu poderosa intercesión. Así pues, ven en mi ayuda para que pueda alabar la misericordia de Dios.

Durante toda mi vida seré tu ferviente y agradecido devoto, de modo que pueda llegar a alabarte en el Cielo

ORACIÓN EN LAS ENFERMEDADES

Oh piadoso Apóstol del Señor, que fuiste un benéfico dador de la salud, obrando milagros para el alivio de los pobres enfermos, a ti recurro con gran fe en mi enfermedad (o también: en la enfermedad en la que se encuentra una persona querida) para obtener, por gracia del Señor, liberación, prosperidad y salud. Reconociendo el favor que por vuestra intercesión espero obtener, prometo dedicarme más santamente en mi vida de cada día para merecer del Señor el premio de los siervos buenos y fieles. Padrenuestro, Ave María, Gloria, Credo.

OTRA ORACIÓN A SAN JUDAS TADEO
(Para obtener alguna gracia)

Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, verdadero pariente de Jesús y María según la carne, recurro a ti, ya que bien sé de tu gran dignidad y poder ante el Corazón Divino de Jesús. Por medio de este Corazón Divino alabo y bendigo a Dios por todas las gracias de las que me ha colmado. Humildemente postrado ante ti, te suplico con todo el fervor de mi espíritu que dirijas tu mirada piadosa sobre mi.

Acoge mis pobres oraciones y no permitas que la fe que en ti pongo quede defraudada.

A ti te ha concedido el Señor el privilegio de ayudar a la humanidad en los casos más desesperados.

Ven en mi ayuda, para que pueda ensalzar las misericordias de Dios.

Te prometo agradecerte durante toda mi vida y ser siempre tu devoto, hasta que pueda, como así espero, agradecértelo por toda la eternidad arriba en el Cielo. Amén.

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