Los cinco minutos de María
¡Qué triste, qué infeliz puede llegar a sentirse quien vive alejado, o al menos olvidado, de la Madre celestial! A su lado, se sienten nítidamente los latidos de su maternal Corazón y ella nos participa el suave calor de su regazo.
Vivir la vida espiritual bajo la influencia de María es comunicarle calidez, alegría y deseo de perfeccionamiento, es vivir iluminado con la luz de un ideal que sostiene todos los esfuerzos, reaviva todos los entusiasmos, alegra la vida entera.
No te alejes, no te olvides de María; antes tenla presente en todos los momentos, en todas tus empresas, en todos tus júbilos y en todas tus tristezas. Con su presencia, hasta la pena se hará más llevadera.
Madre clemente, toda llena de bondad, acompáñame, no me dejes solo.
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