Los cinco minutos de María
Como elemento de cohesión en su Iglesia, Dios ha puesto a María Santísima, para que ella borre todas las diferencias que nos separan y nos alejan; lo puramente humano puede fallar, y por consiguiente, no llegar a unirnos de modo total y definitivo.
La unión estable solamente la da Dios: el amor al Padre Dios y al amor a la Madre celestial, María.
Por eso la unión de los hombres sigue siendo una utopía, porque no se la quiere fundamentar en Dios, en la fidelidad al amor de Dios y al amor de María.
Trabajemos, para que esa unión deje de ser utopía y se convierta en realidad.
Madre, de ti vino la salvación del mundo. Acércanos a tu Hijo, que es nuestra salvación.
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