VATICANO, 20 Nov. 16 / 05:53 am (ACI).- Al acabar la Misa de clausura del Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco presidió el rezo del Ángelus, pero antes ofreció unas palabras de agradecimiento a todos los que han permitido que el Año Santo se desarrollase sin problemas.
“Doy un caluroso agradecimiento a las fuerzas del orden, a los operarios de los servicios de acogida, de información, sanitarios y a los voluntarios de toda edad y proveniencia”.
Pero “doy las gracias de una manera particular al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y a aquellos que han cooperado en sus diversas partes”, añadió.
Francisco también dirigió “un grato recuerdo a cuantos han contribuido espiritualmente a que se lleve a cabo el Jubileo”. “Pienso en tantas personas ancianas y enfermas que han orado incesantemente ofreciendo también sus sufrimientos por el Jubileo”, añadió.
El Papa agradeció de un modo especial “a las monjas de clausura por la vigilia de la Jornada Pro Orantibus que se celebrará mañana”. Al mismo tiempo, invitó a todos a “tener un particular recuerdo por estas hermanas nuestras que se dedican totalmente a la oración y tienen necesidad de solidaridad espiritual y material”.
El Pontífice recordó también que el sábado 19 de noviembre fue beatificado en Francia el sacerdote María Eugenio del Niño Jesús, de la orden de los Carmelitas Descalzos, fundador del instituto secular Nuestra Señora de la Vida. “Hombre de Dios, atento a las necesidades espirituales y materiales del prójimo, que su ejemplo y su intercesión sostengan nuestro camino de fe”.
Por último, dio las gracias a todos los que “de varios países han venido para la clausura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro”. “Que la Virgen María nos ayude a todos a conservar en el corazón y hacer fructificar los dones espirituales del Jubileo de la Misericordia”.
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