lunes, 28 de noviembre de 2011

SAN JUAN BERCHMANS



Juan Berchmans nació en Diest del Brabante, Bélgica, el 13 de
marzo de 1599, fue educado un ambiente familiar que le ayudar mucho en su crecimiento en la ascensión a la santidad. Sólo conocer que su padre y dos de sus hermanos se hicieron religiosos también, como él, nos hace pensar lo afirmado.

QUIERE SER SACERDOTE

Con ese ideal de llegar al Sacerdocio, comienza su vida estudiantil, como asistente de hogar. Estudió en Malinas, donde ingresó en la Compañía de Jesús con 17 años, forjándose ambiciosos proyectos misionales. Era en 1616.
Quería ir a China. Para completar sus estudios se le mandó a Roma; era un novicio rebosante de bondad y serenidad, jovial y cumplidor, aunque sufriendo mucho por los rigores de la vida comunitaria, que él llamaba «mi mayor penitencia».
Cursando Filosofía en Roma, muere el año 1621, con sólo cinco años de vida religiosa.
Aparentemente no hizo nada y sin embargo fue canonizado.
Su detalle y control de las más mínimas acciones, sobrenaturalizando siempre la intención, se ha hecho cita de ideal perfecto. "Mi mayor penitencia ha de ser la vida común".

HACE LO QUE TIENE QUE HACER CON FIDELIDAD Y AMOR
Ora con todo amor; estudia con toda ilusión y concentración; practica el deporte en los recreos con todo entusiasmo Y siempre con más amor, en cada instante del programa diario, bajo la mirada de la Virgen.

Su devoción a la Virgen
Quiero hacerme santo sin espera alguna; y la devoción a María Santísima es el fundamento de mi vida espiritual. Si amo a María, estoy seguro de mi salvación y de ser fiel a la vocación religiosa. Prefiero más estar sin piel que sin devoción a la Virgen, decía.

ENFERMEDAD Y MUERTE
Un resfriado degeneró en una grave enfermedad en pleno mes de agosto. Al sentirse morir, estrecha entre sus dedos. el crucifijo, el rosario y el libro de las Reglas de la Compañía de Jesús; esto es cuanto en esta vida he poseído; los tres
objetos más queridos para mí; con ellos moriré contento. Mi mayor consuelo en esta hora es el no haber quebrantado nunca, ningún punto de la Regla en mi vida religiosa. Muere a los veintidós años. En el Seminario de Valencia, los filósofos lo teníamos como Patrono.

1 comentario:

Ney Yánez Mena dijo...

Hacer todo lo ordinario, extraordinariamente bien. Esta hermosa y recia frase resume parte del pensamiento de este joven santo. Si todos tratáramos de hacer nuestras acciones cotidianas extraordinariamente bien, creo que mejoraríamos humana y espiritualmente. Ney Yánez. Ecuador.