CANSADO
Padre Misericordioso, acudo a Ti para que me consueles y me confortes en todas las pruebas por las que estoy pasando, vengo a decirte que el cansancio me invade todo el cuerpo y sobre todo el alma, ¡ayudame! a aceptar con paz todo lo que me sucede alrededor de mi trabajo. Por eso vengo a Ti, oh Padre Celestial, porque dentro de mi camina un nino inseguro, pero junto a Ti me siento fuerte, confiado, guiado por tu mano y de esta manera puedo, con tranquilidad retomar el camino. Levantame para que pueda caminar sin miedo! y dame tu bendicion, para que mi presencia sea, en medio del mundo un signo de tu bendicion. Amen.
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