| María Fortunata Viti, Beata | Noviembre 20
Etimológicamente significa “ princesa de las aguas”, en lengua siria; “espejo”, en lengua hebrea.
Jeremías dice: “Mis designios sobre vosotros, dice el Señor, son designios de paz y no de desgracia, de daros un porvenir y una esperanza”.
Fue una monja del siglo XX.
La llevó a los altares el Papa Pablo VI. La santidad de María Fortunata Viti no tiene nada de clamoroso.
Su santidad parece anacrónica, fuera de nuestro tiempo. Vivió casi cien años dedicada a sus trabajos diarios.
Había nacido en 1827 y le pusieron por nombre Ana Felisa. Su padre lo dilapidó todo en vino y en juego.
Murió su madre cuando tenía 14 años, y ella tuvo que hacer frente a las tareas de la casa con sus hermanos.
A los 24 años pudo pensar en sí misma y se hizo monja benedictina en Veroli, Era iletrada y su trabajo fue el trabajo manual. Todo lo hacía con gusto, con penitencia y con la oración.
Decía frecuentemente: " Quiero hacerme santa".
Y lo alcanzó gracias a su supo ser fiel a su regla y a su piedad y al trabajo continuo.
Llevó a cabo todos los designios que Dios le dictaba a su delicada conciencia.
Tuvo esperanza en todo lo que se propuso. Y, de esta manera, todo le salió bien a pesar de todo cuanto tuvo que sufrir.
¡Felicidades a todo el que lleve este nombre!
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