lunes, 7 de noviembre de 2011

Entre el cielo y el infierno




Un hombre habló con el Señor acerca del cielo y el infierno.
El Señor le dijo a ese hombre: "Ven, te mostraré el infierno". Entraron en una habitación en donde un grupo de personas se encontraba sentado alrededor de una enorme olla de guisado.
Todos estaban desesperados y muertos de hambre. Cada persona sostenía una cuchara que tocaba la olla, pero cada cuchara tenía un mango mucho más largo que su propio brazo, de tal manera que no podía utilizarse para llevar el guisado a sus bocas. El sufrimiento era terrible.

"Ven, ahora te mostraré el cielo", dijo el Señor, después de un tiempo. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera (la olla de guisado, el grupo de personas, las mismas cucharas con mango largo). Sin embargo, allí todos estaban felices y bien alimentados.

"No comprendo", dijo el hombre. "¿Por qué están felices aquí, si en la otra habitación se sienten miserables y todo es igual?"

El Señor sonrió. "Ah, es sencillo", respondió. "Aquí aprendieron a alimentarse mutuamente".

Es decir, mientras que en el infierno cada uno quiere comer con su cuchara y no es capaz de compartir con los demás, en el cielo cada uno piensa primero en el hermano y con su propia cuchara lo alimenta.

¿Alimentas tú a tus semejantes? No desde el punto de vista del alimento físico, sino en el sentido amplio de compartir con los demás (tu tiempo, tus posesiones, etc.).


Formula para ir al cielo

En cierta ocasión le preguntaron a Ramesh uno de los grandes sabios de la
India, lo siguiente:
Porque existen personas que salen fácilmente de los problemas mas complicados, mientras que otros sufren por problemas muy pequeños y se ahogan en un vaso de agua.

El simplemente sonrió y contó una historia....
Era un sujeto que vivió amorosamente toda su vida. Cuando murió, todo el mundo
decía que el iría al cielo, pues un hombre tan bondadoso solamente podría ir al
Paraíso.

En aquella época el cielo todavía no había pasado por un programa de calidad total.
La recepción no funcionaba muy bien, y quien lo atendió dio una ojeada rápida
a las fichas de entrada, pero como no vio su nombre en la lista, le oriento para que pudiera llegar al infierno. Y como en el infierno nadie pedía identificación, ni invitación, (cualquiera que llegara era invitado a entrar), el sujeto entro y se quedo.

Algunos días después, Lucifer llego furioso a las puertas del Paraíso y le dijo a
San Pedro:

Eso que me estas haciendo es puro terrorismo!!!
Mandaste aquel sujeto al infierno y el me esta desmoralizando. Llego escuchando a las personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas, abrazándolas y besándolas. El infierno no es lugar para eso, por favor trae a ese sujeto para acá.

Cuando Ramesh termino de contar esta historia dijo: "Vive con tanto amor en el corazón, que si por error vas a parar al infierno, el propio demonio te traerá de vuelta al Paraíso".


Humanos de un ala.....

Un día un ángel se arrodilló a los pies de Dios y habló: "Señor, visité toda tu creación. Estuve en todos los lugares. Vi que eres parte de todas las cosas. Y por eso vine hasta Ti Señor para tratar de entender. ¿Por qué cada una de las personas sobre la tierra tiene apenas un ala? Los ángeles tenemos dos. Podemos ir hasta el Amor que el Señor representa siempre que lo deseamos. Podemos volar hacia la libertad siempre que querramos. Pero los humanos con su única ala no pueden volar. No podrán volar con apenas un ala.
."Dios respondió: "Sí, ya se eso". "Sé que hice a los humanos solamente con un ala..."

Intrigado el ángel quería entender y preguntó: " ¿Pero, por qué el Señor dió a los hombres solamente un ala cuando son necesarias dos alas para que puedan volar?"
Sin prisa, Dios respondió: "Ellos sí pueden volar, mi ángel. Di a los humanos una sola ala para que ellos pudiesen volar más y mejor que nuestros Arcángeles... Para volar, mi pequeño amigo, tu precisas de tus dos alas. Y aunque libre, tú estas solo. Mas los humanos... Los humanos con su única ala
precisarán siempre dar las manos a alguien a fin de tener sus dos alas. Cada uno ha de tener un par de alas. Cada uno ha de buscar su segunda ala en alguien, "en algún lugar del mundo", para que se complete su par. Así todos aprenderán a respetarse y a no quebrar la única ala de la otra persona
porque pueden estar acabando con su oportunidad de volar. Así mi ángel, ellos aprenderán a amar verdaderamente a la otra persona. Aprenderán que solamente permitiéndose amar, ellos podrán volar. Tocando el corazón de otra persona, ellos podrán encontrar el ala que les falta y podrán finalmente volar. "Solamente a través del amor podrán llegar hasta donde estoy... Así
como lo haces Tú, mi ángel. "Ellos nunca, nunca estarán solos al volar."

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