|
Mercedes de Jesús Molina y Ayala, Beata |
La Rosa del Guayas Fundadora del Instituto de las Hermanas de
Santa Mariana de Jesús
Nació en Baba, población perteneciente en esa
época parte del Departamento de Guayaquil, provincia del Guayas (luego
de una división administrativa Baba queda hoy en día en
la provincia de Los Ríos), el 24 de septiembre de
1828, hija de don Miguel Molina y Arbeláez y de
doña Rosa Ayala y Aguilar.
Dos años más tarde murió su
padre, por lo que con su madre se trasladó a
vivir a Guayaquil, donde ingresó a estudiar en una de
las escuela de la ciudad. Por esa época su madre
le enseñó a rezar y a conocer la doctrina cristiana.
A
los quince años de edad sufrió el gran dolor de
perder a su madre; era entonces una bella jovencita que
atraía poderosamente a muchos gentiles galanes que rondaban su casa
con pretensiones amorosas, pero en 1849, cuando acababa de cumplir
veintiún años, renunció a un brillante matrimonio, y al frente
de un asilo de huérfanos se dedicó a la acción
social y evangélica. Entonces repartió todos los bienes que había
heredado de sus padres -destinándolos a obras para los pobres-,
y colaboró con la incipiente Junta de Beneficencia de Guayaquil
(institución de servicio social existente hasta nuestros días).
Mercedes se entregó
por entero a Dios y emitió votos de virginidad perpetua
tomando el camino del sacrificio, la bondad, la oración y
la meditación. Sucedió entonces que estando en oración contemplativa, siguiendo
los pasos de Mariana de Jesús a quien
imitaba en su amor a Dios, éste le manifestó, a
través de un rosal florido, que fundaría un colegio religioso.
En
1862 comenzó a levitar cuando oraba, perdía los sentidos y
entraba en éxtasis después de comulgar. Al año siguiente su
fama de beata se extendió por toda la ciudad ocasionando
los más variados comentarios. Fue justamente por esa época cuando
conoció a Narcisa de Jesús Martillo Morán, con
quien compartió su casa por largo tiempo para ayudarse mutuamente
en el camino de la cruz, y practicar juntas la
virtud, la oración y la penitencia.
En 1870 viajó al oriente
con el propósito de evangelizar a los jíbaros, y tres
años más tarde, luego de cumplir con su labor cristiana
a costa de muchos sufrimientos, el Señor la condujo a
la ciudad de Riobamba donde el 14 de abril de
1873 vio cristalizado su deseo de fundar un instituto religioso,
al que puso bajo el patrocinio de la santa quiteña
Mariana de Jesús.
Posteriormente continuó llevando una vida ejemplar, de amor
al prójimo y de sacrificio hasta el heroísmo, y debido
al ayuno y la penitencia su cuerpo se fue debilitando
poco a poco hasta que la muerte la sorprendió, en
olor a santidad, el 12 de junio de 1883.
El 8
de febrero de 1946, Su Santidad el Papa Pío XII
decretó la introducción de la causa de su beatificación, y
el 27 de noviembre de 1981, el Papa Juan Pablo
II expidió el Decreto sobre las Virtudes Heroicas y le
dio el título de Venerable. Cuatro años más tarde, el
1 de febrero de 1985, «La Rosa del Guayas» fue
beatificada durante la visita pastoral que el Santo Padre realizó
a la ciudad de Guayaquil.
Sus restos descansan en la ciudad
de Riobamba, en la misma casa donde fundó la Congregación
de las Marianitas.
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario