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Ignacio Maloyan, Beato |
Obispo y Mártir
Martirologio Romano: En la aldea de Kara-Kenpru, cerca
de Amida, en Turquía, beato Ignacio Maloyan, obispo de Mardin,
en Armenia, y mártir durante el genocidio de los cristianos
de aquella región por obra de los perseguidores de la
fe. Por no haber querido abrazar otra religión, después de
haber consagrado el pan para la refección espiritual de sus
compañeros de cautiverio, fue fusilado junto con un ingente número
de cristianos, ofreciendo su sangre para obtener el fruto de
la paz (1915).Ignacio Maloyan (Shoukrallah),
hijo de Melkon y Faridé, nació en 1869, en Mardin,
Turquía.
Su párroco, notó en él indicios de una vocación sacerdotal,
por lo que lo envió al convento de Bzommar, Líbano;
tenía catorce años.
Después de terminar sus estudios superiores en 1896,
el día dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, fue ordenado
sacerdote en la Iglesia del convento de Bzommar, pasó a
ser miembro del Instituto de Bzommar y adoptó el nombre
de Ignacio en memoria del famoso mártir de Antioquía.
Durante
los años 1897-1910, el padre Ignacio fue nombrado párroco en
Alejandría y El Cairo, donde su buena reputación se propagó
rapidamente.
El Patriarca Boghos Bedros XII lo nombró como su asistente
en 1904. A causa de una enfermedad que afectó sus
ojos y una asfixiante dificultad para respirar, regresó a Egipto
y permaneció allí hasta 1910.
La Diócesis de Mardin estaba en
un estado de anarquía, por lo que el Patriarca Sabbaghian
envió al Padre Ignacio Maloyan para restablecer el orden.
El 22
de octubre de 1911, los Obispos del Sínodo reunido en
Roma eligen al Padre Ignacio como Arzobispo de Mardin. Él
se hizo cargo de sus nuevas funciones y planeó la
renovación de su destrozada Diócesis, fomentando especialmente la devoción al
Sagrado Corazón.
Lamentablemente, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial,
los armenios residentes en Turquía (que fueron aliados de Alemania)
comenzaron a soportar sufrimientos inenarrables. De hecho, el 24 de
abril de 1915 marcó el comienzo de una verdadera campaña
de exterminio. El 30 de abril de 1915, los soldados
turcos rodearon el Obispado Católico Armenio y las iglesias en
Mardin, bajo el argumento de que eran escondites para armas.
A
principios de mayo, se reunieron el Obispo y sus sacerdotes,
él les informó de la situación peligrosa que se veía
venir. El 3 de junio de 1915, soldados turcos se
llevaron al Obispo Maloyan arrastrado con cadenas a los tribunales
con otras veintisiete personalidades católicas armenias. Al día siguiente, veinticinco
sacerdotes y ochocientos sesenta y dos creyentes estaban encadenados.
Durante
el juicio, el jefe de la policía, Mamdooh Bek, pidió
al Obispo convertirse al Islam. El obispo respondió que él
nunca traicionaría a Cristo y su Iglesia. El buen pastor
le dijo que estaba dispuesto a sufrir todo tipo de
malos tratos e incluso la muerte y en esta estaría
su felicidad.
Mamdooh Bek le golpeó en la cabeza con la
parte trasera de su pistola y ordenó que le pusieran
tras las rejas. Los soldados le encadenaron los pies y
las manos, lo arrojaron sobre el suelo y le golpearon
sin piedad. Con cada golpe, al Obispo se le escuchó
decir "Oh Señor, ten piedad de mí, oh Señor, dame
fuerza", y pidió a los sacerdotes presentes la absolución. Por
eso, los soldados volvieron a golpearle y le arrancaron las
uñas de los pies.
El 9 de junio, su madre lo
visitó y lloró por su estado. Pero el valiente Obispo
la alentó. Al día siguiente, los soldados reunieron cuatrocientos cuarenta
y siete armenios y los subieron en camiones. El comvoy
militar tomó la ruta del desierto.
El Obispo alentó a sus
feligreses a permanecer firmes en su fe. Luego, se arrodillaron
y el oró a Dios que los ayude a aceptar
el martirio con paciencia y coraje. Los sacerdotes concedieron a
los creyentes la absolución. El Obispo tomó un trozo de
pan, lo bendijo, recitó las palabras de la Eucaristía y
lo dio a sus sacerdotes para distribuir entre la población.
Uno
de los soldados, testigo ocular, relató esta escena: "A esa
hora, vi una nube que cubría a los prisioneros y
de todos lados se emitía un aroma perfunado. Había una
mirada de alegría y serenidad en sus rostros". Como todos
los que van a morir por amor a Jesús.
Después
de dos horas a pie, hambrientos, desnudos y encadenados, los
soldados atacaron a los presos y los mataron ante los
ojos del Obispo. Luego de la matanza llegó el turno
del obispo Maloyan.
Mamdooh Bek pidió entonces Maloyan de nuevo a
convertirse al Islam. El soldado de Cristo contestó: "Yo he
dicho que voy a vivir y morir por la causa
de mi fe y la religión. Me enorgullezco en la
cruz de mi Dios y Señor". Mamdooh se enfadó mucho,
le apuntó con su pistola y disparó a Maloyan. Antes
que él respirara su último aliento gritó en voz alta:
"Dios mío, ten piedad de mí; en tus manos encomiendo
mi espíritu".
Fue beatificado el 7 de octubre de 2001 por
S.S. Juan Pablo II.
Si usted tiene información relevante para la
canonización del Beato Ignacio, contacte a: Patriarcat Arménien-Catholique
Rue de l’Hopital Orthodoxe Jeitaoui
2400 Beyrouth, LEBANON - o -
Institut du Clergé Patriarcal de Bzommar 5081
Bzommar, LEBANON
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