viernes, 8 de junio de 2012

El Hijo Pródigo


El Hijo Pródigo
Jesús enseñaba su mensaje con PARÁBOLAS, es decir, pequeñas historias que todos pudieran entender.
En este folleto queremos estudiar contigo la hermosa PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO, donde Jesús nos muestra el amor inmenso que Dios Padre tiene a sus hijos, a quienes siempre perdona y recibe con los brazos abiertos.


Iremos contándote la historia y al mismo tiempo explicándote qué significa o cómo puedes aplicar a tu vida cada parte de ella. EL HIJO PRÓDIGO
(Lc 15, 11-32)
EL HIJO MENOR SE MARCHA
Un hombre tenía dos hijos. El menor dijo a su padre: ¨Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.¨ Y el padre les repartió la herencia. A los pocos días el hijo menor reunió todo lo suyo, se fue a un país lejano y allí gastó toda su fortuna llevando una mala vida.

- Dios es tu Padre que te ama infinitamente. Vivir en la casa del Padre, es vivir al lado de Dios, amándolo, cumpliendo sus mandamientos, haciendo su voluntad.
Sin embargo, Dios te hizo LIBRE y tu puedes escoger marcharte a buscar una vida según tú mas fácil, más divertida, sin reglas, sin límites,
pensando que ahí serás feliz.
El ¨ país lejano es el mundo en el que se ignora todo lo que en casa se considera sagrado. Dejar la casa, es escoger vivir el PECADO.
Piensa detenidamente... hay veces que tú actúas como el hijo menor: te sientes libre porque haces lo que quieres, esté bien o mal. Cada vez que te marches, piensa en el dolor que esta elección tuya traerá al corazón del Padre.
BUSCAS LA FELICIDAD
DONDE NO ESTÁ

Cuando se lo había gastado todo, sobrevino una gran hambre en aquella comarca y comenzó
a padecer necesidad. Se fue a servir a casa de un hombre del país, que le mandó a sus tierras a cuidar cerdos. Gustosamente hubiera llenado su estómago con las algarrobas que comían los cerdos pero nadie se las daba.
- El hijo malgastó todo lo que le había dado su Padre, cayó muy bajo llegando a pasar hambre.
- Cuando usas la herencia (todo lo bueno que te dio Dios) para mal, cuando vives buscando el éxito, el ser importante, el placer, el pasártela cómodo y bien... el darte gusto a ti antes que a los otros... el tener muchas cosas, el sentirte querido y aceptado por los demás ... puedes hacer lo que quieras, sin embargo .... te sientes vacío, incompleto, solo, triste, abandonado, decepcionado. Entonces descubres que en la vida egoísta y de pecado NO ESTA LA FELICIDAD VERDADERA.
¡ SIEMPRE PUEDES VOLVER A CASA DEL PADRE
Entonces, reflexionando, dijo: ¨¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me pondré en camino, volveré a casa de mi padre y le diré:
¨ Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.¨ Se puso en camino y fue a casa de su padre.

- Tienes dos opciones: una, sentarte y decir:
"¡ Qué malo he sido! " , otra, ser humilde y decir:
"Padre, he pecado, me arrepiento, perdóname."
Si, no importa lo bajo que hayas caído, siempre puedes arrepentirte, pedir perdón y volver a empezar.
El sacramento de LA CONFESIÓN es el camino para volver a la casa del Padre.

¿ CÓMO ME RECIBIRÁ EL PADRE ?
Cuando aún estaba lejos, su padre lo vió y se conmovió. Fue corriendo, se echó al cuello de su hijo y lo cubrió de besos. El hijo comenzó a decir: ¨ Padre, he pecado contra el cielo y contra tí. Ya no merezco llamarme hijo tuyo.¨ Pero el padre dijo a sus criados: ¨Traed enseguida el mejor vestido y ponédselo; ponedle también un anillo en la mano y sandalias en los pies. Tomad el ternero cebado, matadlo y celebremos un banquete de fiesta, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido encontrado.¨ Y se pusieron todos a festejarlo.
- ¡ El amor que Dios te tiene a ti es el más grande amor que puede haber: es infinito, es gratuito, es misericordioso, no pide explicaciones, siempre perdona, siempre te recibe alegre con los brazos abiertos... corre, te abraza y te cubre de besos!
EL HIJO MAYOR
El hijo mayor estaba en el campo y, al volver y acercarse a la casa, oyó la música y los bailes. Llamó a uno de los criados y le preguntó qué significaba aquello. . Y éste le contestó: ¨Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el ternero cebado porque lo ha recobrado sano.¨
El se enfadó y no quiso entrar y su padre salió y se puso a convencerlo. Él contestó a su padre: Hace ya muchos años que te sirvo sin desobedecer jamás tus órdenes, y nunca me diste ni un cabrito para celebrar una fiesta con mis amigos. Pero llega este hijo tuyo, que se ha gastado tu patrimonio con prostitutas, y tú le matas el ternero cebado.¨
El padre le respondió: ¨Hijo, tu estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero tenemos que alegrarnos y hacer fiesta porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido encontrado.¨


- El hijo mayor sirve, obedece las órdenes del Padre, pero... no con amor desinteresado. Vive en casa del Padre, pero interiormente está lejos del Padre.
- A veces en el mundo hay más hijos mayores: hombres rectos que por afuera trabajan y cumplen sus obligaciones, se ven buenos, sin embargo, interiormente llevan esta vida como una carga, esperan que todo se les admire y agradezca, están llenos de amargura, orgullo, egoísmo, resentimiento, celos y envidia.
- Estos hombres tampoco pueden encontrar la verdadera felicidad.
- Reflexiona ¿ vivo yo como el hijo mayor?
¿Tengo el valor de reconocer que a veces mi buena conducta, no es tan transparente como parece? ¿Me arrepiento de esto? ¿Còmo puedo curarme si tantas veces he tratado con mis propias fuerzas de cambiar? Solo puedo ser curado desde arriba, desde Dios. Si para mí es imposible, para Dios no hay nada imposible.
EL GRAN AMOR DE DIOS
- Los dos hijos necesitan el perdón de Dios, el sanar. Los dos necesitan volver a casa. Los dos necesitan el abrazo de un Padre misericordioso.
El Padre nunca compara a sus dos hijos, los ama por igual. Si todos los hombres tenemos por igual el amor de Dios ¿por qué vivimos comparándonos unos con otros?
- Tu felicidad verdadera proviene de saber que que eres ¨HIJO¨ de Dios, que El te ama infinitamente, de una manera gratuita y que siempre tiene los brazos abiertos para recibirte de regreso.

PROPÓSITO DEL MES:
Este mes me confesaré, pediré perdón a Dios por haberme marchado de casa. Todas las mañanas diré:


¡Gracias Padre por amarme tanto! 



Parábola del hijo pródigo




La parábola del hijo pródigo es el término popular que describe a una de las parábolas de Jesús de Nazaret recogida en el Nuevo Testamento, específicamente en el evangelio según San Lucas, capítulo 15, versículos del 11 al 32.

Personajes de la Parábola

Padre de familia, hijo mayor, hijo menor.

Hijo pródigo

Es sobre quien gira la historia aparente, pues es quien hila las tres escenas de esta, el pecado, el arrepentimiento y el perdón. Representa a la humanidad pecadora y descarriada que se ha olvidado de Dios. Su entrada comienza informándonos que es el menor de dos hermanos y que le pide al padre su parte de la herencia. Teológicamente podría interpretarse a dicha herencia como los dones y gracias que Dios pone en cada uno de nosotros, por lo que la escena rememora el Jardín de Edén en el momento de la caída en el pecado; el hijo exige su libertad para usarla fuera de la voluntad de su padre. Posteriormente se señala que malgasta esa herencia viviendo como un libertino, o sea su pecado no está tanto en la reclamación de su libertad como en la utilización descarriada de la misma que lo lleva al fracaso. Otro factor a tener en cuenta es que, para la comunidad Judía de ese tiempo, el cerdo era un animal abominable tal como se describe en la ley de Moisés (Lv 11.7), ni aún se podía criar, esto enseña que el pecado y la vida de libertinaje lleva al hijo pródigo, en un acto desesperado, a cometer un acto abominable y como consecuencia, empeora más su situación.
La parábola describe posteriormente la escena del arrepentimiento. Tras la vida de derroche y libertinaje, el hijo cae en la miseria y reflexiona acerca de su provecho personal y cae en cuenta que le traerá mayor bienestar regresar donde el padre que seguir por su cuenta. Aquí hay varios aspectos muy interesantes desde una perspectiva teológica, en primer lugar refleja que las desgracias que provoca el pecado no son castigos divinos sino resultado de las malas acciones que siempre acaban mal, por otro lado refleja una actitud interesada en la conversión, es decir se arrepiente racionalmente y no sentimentalmente, va buscando un provecho personal y no la santidad en sí, de ahí que prepare una disculpa para el padre en la que le pida que lo acepte como trabajador. Parte de regreso a casa de su padre y encuentra en este un perdón incondicional. Se puede decir que su verdadera conversión, el arrepentimiento real, ocurre en este momento pues ve en la actitud del padre desinterés y amor, principales características de una verdadera conversión.

Padre misericordioso


Regreso del hijo pródigo (Leonello Spada, museo del Louvre)
Este es verdaderamente el personaje central de la parábola. Representa a Dios Padre y fundamentalmente su atributo de misericordia. Desde el comienzo de la parábola se nos lanza una enseñanza, el padre tenía dos hijos. Aquí los dos hijos representan a la humanidad entera, uno a los pecadores que se alejan de la voluntad del Padre y el otro a los que se someten a esta, pero ambos son merecedores de la herencia paterna. El padre respeta y acepta la determinación que su hijo toma por su libre albedrío, le reparte su herencia y lo deja marcharse. Esta imagen nos presenta a un Dios que no es ni dictador, ni prepotente, que nos muestra el camino nos da su heredad pero nos deja libres para que escojamos nuestro destino.

La otra aparición del padre es la manifestación de su plena misericordia. Al ver a su hijo que regresa sale a buscarlo corriendo y antes de que diga palabra alguna lo abraza y lo besa. En esta imagen se explica como Dios, incluso sabiendo que la conversión no es completa y que puede haber un trasfondo, sale en busca de aquel que lo necesita y lo llama, aceptándolo sin reprocharle su descarrío ni su indiferencia anterior. Por otra parte en su diálogo con su primogénito se transluce cómo Dios no descuida a aquellos que lo han seguido justamente y cómo ante el pecado de los justos su reclamo es tierno pero firme.

Primogénito

El primogénito es el personaje que menos participa en la parábola. Representa a los justos y fieles hijos de Dios, que se someten a la voluntad del Padre. El verdadero sentido de este personaje es mostrarnos como los fieles de Dios también caen en el pecado, en este caso la soberbia, y representa muy bien a los fariseos y escribas a los que Jesús le hablaba. Al reprocharle al padre lo que le hace a su hermano en comparación con lo que ha hecho por él se muestra que también en su fe su obediencia existía un móvil interesado.

Enseñanza fundamental

Esta parábola transmite una enseñanza tanto para los fariseos y escribas como para los pecadores y publicanos. Hoy en día puede decirse que sirve de enseñanza para los fieles cristianos y para el resto de las personas. A los primeros les muestra su debilidad ante la tentación. Indica que el pecado de soberbia puede alojarse fácilmente en ellos por profesar una fe, al mismo tiempo transluce que la fe cristiana no consiste solamente en participar en ritos y liturgias sino en practicar la misericordia y no juzgar a los demás. En relación a los segundos consiste en una invitación a la conversión. Así se les muestra las terribles consecuencias del pecado y las malas acciones, la importancia de un verdadero arrepentimiento y la misericordia de Dios que todo lo perdona.

En las artes

Artes plásticas

De las parábolas de los Evangelios esta es una de las cuatro más representadas en el arte medieval, junto con las de las diez virgenes, la del rico y Lázaro y la del Buen Samaritano. En el Renacimiento son representadas diversas escenas de la parábola –la exigencia de la partición de la herencia, trabajando con los cerdos, y el regreso-, el Hijo Pródigo se convirtió en el tema clásico. Albrecht Dürer hizo un grabado a buril del Hijo Pródigo en medio de los cerdos (1496), un tema popular en el Renacimiento flamenco y holandés, y Rembrandt bosquejó la parábola varias veces, en pinturas y grabados; su Retorno del Hijo Prodigo (1662, Museo del Hermitage, San Petersburgo) es uno de sus trabajos más sobresalientes.

Artes escénicas

En el siglo XV y XVI el tema tratado hasta la saciedad en el teatro isabelino como alegoría de la moral inglesa.
Las adaptaciones al ballet incluyen en 1929 la coreografía de George Balanchine sobre la música de Sergéi Prokófiev y libreto de Borís Kojno; y un oratorio de Arthur Sullivan.
En el cine muchas de las adaptaciones sumaron escenas al material bíblico para la representación de la historia; por ejemplo, la película El Pródigo de 1955 hizo aportes considerables, como añadir a una tentadora sacerdotisa de Astarté en la historia.

Literatura

Quizá el tributo literario más profundo para esta parábola es el libro “El retorno del Hijo Pródigo, un regreso a casa” del teólogo holandés Henri Nouwen escrito en 1992, en cual se describe su viaje espiritual, está inspirado en la pintura de Rembrandt “Retorno del Hijo Prodigo”.

Bibliografía

Enlaces externos



Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Parábola del hijo pródigo (42:15:11 - 42:15:32)
Dijo además: —Un hombre tenía dos hijos.
El menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.” Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, habiendo juntado todo, el hijo menor se fue a una región lejana, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
Cuando lo hubo malgastado todo, vino una gran hambre en aquella región, y él comenzó a pasar necesidad.
Entonces fue y se allegó a uno de los ciudadanos de aquella región, el cual le envió a su campo para apacentar los cerdos.
Y él deseaba saciarse con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba.
Entonces volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.”
Se levantó y fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su cuello, y le besó.
El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.”
Pero su padre dijo a sus siervos: “Sacad de inmediato el mejor vestido y vestidle, y poned un anillo en su mano y calzado en sus pies.
Traed el ternero engordado y matadlo. Comamos y regocijémonos,
porque este mi hijo estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron a regocijarse.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando vino, se acercó a la casa y oyó la música y las danzas.
Después de llamar a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le dijo: “Tu hermano ha venido, y tu padre ha mandado matar el ternero engordado, por haberle recibido sano y salvo.”
Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió, pues, su padre y le rogaba que entrase.
Pero respondiendo él dijo a su padre: “He aquí, tantos años te sirvo, y jamás he desobedecido tu mandamiento; y nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos.
Pero cuando vino éste tu hijo que ha consumido tus bienes con prostitutas, has matado para él el ternero engordado.”
Entonces su padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
Pero era necesario alegrarnos y regocijarnos, porque este tu hermano estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado.”

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Parábola del hijo pródigo
Lucas 15, 1-3.11-32. Cuaresma. Dios no se cansa de esperarnos, por mucho que nos alejemos de Él.

Parábola del hijo pródigo
Parábola del hijo pródigo
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3.11-32

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos. Entonces les dijo esta parábola. Dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba. Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros." Y, levantándose, partió hacia su padre. Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."
Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!" Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."


Oración introductoria

Señor, ¡qué grande es tu amor y misericordia! Me identifico con esos dos hijos del Evangelio que no saben recibir y corresponder a tu amor. Conduce esta oración para que mi corazón no se endurezca y sea dócil a las inspiraciones.

Petición

Señor, ayúdame a confiar siempre en tu gran misericordia pero no permitas que abuse de tanto amor.

Meditación del Papa

Por suerte, Dios no desfallece en su fidelidad y, aunque nos alejemos y perdamos, nos sigue con su amor, perdonando nuestros errores y hablando interiormente a nuestra conciencia para volvernos a atraer hacia sí. En la parábola, los dos hijos se comportan de manera opuesta: el menor se va y cae siempre cada vez más bajo, mientras que el mayor se queda en casa, pero él también tiene una relación inmadura con el Padre; de hecho, cuando regresa el hermano, el mayor no se muestra contento como el Padre, es más, se enfada y no quiere volver a casa. Los dos hijos representan los dos modos inmaduros de relacionarse con Dios: la rebelión y una obediencia infantil. Ambas formas se superan a través de la experiencia de la misericordia. Sólo experimentando el perdón, reconociendo que somos amados con un amor gratuito, más grande que nuestra miseria y que nuestra justicia, entramos finalmente en una relación verdaderamente filial y libre con Dios. (Benedicto XVI, 14 de marzo de 2010).

Reflexión

Sabiendo que somos hijos de Dios pensamos que lo merecemos todo. A veces no somos ni capaces de agradecer a nuestro Creador por el gran don de la vida. Y, mucho menos, nos esforzamos por corresponder a su amor infinito.

¿Cuánto hemos recibido de Dios? ¡Todo! Sin embargo lo vemos como una obligación de parte de Él. Podríamos llegar a quejarnos cuando no recibimos lo que queremos y tal vez hasta hemos llegado al punto de exigirle.

Dios, en su infinita bondad, no cesa de colmarnos de sus gracias y hasta cumple con nuestros caprichos. No importa si le agradecemos o no.

Lo más hermoso es ver que Dios no se cansa y por mucho que nos alejemos de Él, cuando deseamos volver, ahí está con los brazos abiertos esperándonos con un corazón lleno de amor.

Dios es el Pastor que se alegra al encontrar la oveja perdida. Él es el Padre misericordioso que espera a su hijo perdido con grandes ansias, le perdona cualquier falta cuando ve un verdadero arrepentimiento y lo llena de su amor. Digamos a Cristo: "Señor Tú lo sabes todo tu sabes que te quiero"

Propósito

Vivir hoy de tal modo que pueda ser admitido en el festín eterno del cielo.

Diálogo con Cristo

Señor y Padre mío, con qué facilidad puedo engañarme a mí mismo al seguir el camino fácil que me ofrece la vida y ser un ciego y sordo indiferente a las necesidades de los demás, para concentrarme sólo en mi propia felicidad. Dame tu gracia para saber mantenerme siempre a tu lado. Que no me aleje de tu gracia, porque entonces mi corazón se convertirá en roca, insensible a recibir y corresponder a tu amor. Libremente quiero depender siempre y en todo de Ti.















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