domingo, 7 de diciembre de 2014

Tiempo.

Mensaje espiritual 




Nos acercamos a fin de año, y por gracia de Dios estamos vivos todavía, Dios no nos ha llamado a juicio aún, y tenemos tiempo de acumular tesoros en el Cielo, haciendo buenas obras en la tierra.
¡Quién sabe si el nuevo año que comenzará no será el año en que tengamos que partir hacia la eternidad! Por eso tenemos que hacer el propósito de que así como cada día vivido, debemos vivirlo como si fuera el último; así también este año que comienza dentro de poco, tenemos que vivirlo como si fuera el último, porque quizás lo sea, no sabemos.
Dios no nos quiere decir cuándo será el día y el año de nuestra muerte, para que estemos siempre preparados, es decir, en gracia de Dios y haciendo obras de misericordia y caridad, siendo buenos con todos, perdonando a los que nos ofenden, y caminando por la tierra pero mirando al Cielo, que será nuestra morada definitiva si somos fieles a Dios.
Aprovechemos el tiempo, porque no sabemos cuánto viviremos todavía en este cuerpo mortal, y tratemos de preocuparnos por los bienes materiales sólo lo necesario, y más bien trabajemos por los bienes espirituales, que son los que no perderemos con la muerte.
Tenemos que hacer caso a San Pablo que nos dice que todo lo que hagamos, absolutamente todo, lo hagamos para gloria de Dios, ya sean cosas materiales, o espirituales, o lo común y corriente de cada día.
Dios es muy bueno por habernos dado la existencia, y sería una verdadera lástima que la desaprovechemos, o peor aún, que hagamos de ella un motivo de condenación y no de salvación.
Pensemos estas cosas en este final y comienzo de un período de gracia y don de Dios.

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