miércoles, 31 de diciembre de 2014

ORACIÓN DE SANACIÓN FÍSICA





CRISTO JESÚS, en tu nombre yo impongo en este momento 
mis manos para que pases TU sanando toda enfermedad.

Yo pongo mis manos en esa parte enferma y pongo mis manos
 en la cabeza y te pido que pases a través de mis manos ahora
 mismo; pasa con poder, JESÚS, pasa con el fuego a través de
 mis manos que quieren ser canales tuyos; pasa, 
JESUCRISTO, ahora mismo con el fuego del
 ESPÍRITU SANADOR a través de mis manos y sana de 
cualquier mal la cabeza, ahora mismo. Sana de verdad,
 derrama fuego sanador de arriba abajo. Sana la mente,
 el corazón, el cuerpo. Sana cualquier mal que hay en la
 cabeza, el cerebro, el cerebelo, los centros nerviosos,
 motores, intelectivos.

• Pasa curando, SEÑOR, cualquier mal que hay en la cabeza,
 dolor o enfermedad.

• Sana, JESUCRISTO, los oídos, pon tus manos santas en
 cada oído, libera de todo dolor, de toda sordera, de todo mal.

• Pon tus manos santas en los ojos. Sana en este momento
 cualquier deficiencia en la visión, cualquier dolor o enfermedad. 
Tú pusiste tus dedos en los ciegos de Palestina y lo sanaste. 
Sana ahora también cualquier mal que haya en la vista.

• Sana, SEÑOR, la nariz, la frente, los pómulos, la dentadura, 
la lengua, el paladar.

• Sana cualquier mal que haya en la boca. Sana, SEÑOR,
 cualquier mal que hay en la garganta, pasa con tu mano 
amorosa y sanadora.

• Sana cualquier mal que haya en los bronquios, en los
 pulmones, en el corazón, en el diafragma.

• Sana todo el pecho, por dentro y por fuera.

• Pasa JESUCRISTO, ahora mismo sanando de todo 
mal los órganos internos, derrama el fuego divino 
sanador en todos los órganos internos; derrama el
 fuego divino sanador en todos los órganos internos.
 Pasa curando, sanando, liberando; pasa JESUCRISTO,
 llenando de tu ESPÍRITU SANTO, todos los órganos internos.

• Sana con el fuego del ESPÍRITU SANTO, el esófago, 
el estómago, los intestinos, el hígado, la vesícula, 
el páncreas, las vías de evacuación, vías generativas.

• Pasa sanando todos los órganos internos con el poder 
de tu SANGRE PRECIOSA, con el fuego del ESPÍRITU SANTO,
 con el poder de tus LLAGAS SANTAS. Tus heridas nos
 han curado. Pasa, JESUCRISTO, sanando las piernas. 
Sana la pierna derecha. Derrama el fuego divino sanador,
 por toda la pierna derecha, de arriba abajo. Sana Jesús
 todo mal que hay en los pies. Sana la pierna izquierda.
 Derrama fuego divino sanador, en este momento llévate
 a la CRUZ para siempre todo mal, todo dolor, toda enfermedad.

• Pasa JESUCRISTO, sanando todo la espalda, la columna. 
Toca, Señor, la columna, sana, llévate dolores, enfermedades
 a tu SANTA CRUZ. Gracias, SEÑOR.

• Pasa sanando las vértebras cervicales, sana las vértebras
 dorsales, sana las vértebras lumbares. Gracias, Jesús. 
Pasa derramando el fuego sanador por toda la espalada;
 sana las caderas, la cintura, las axilas, sana el hombro
 y el brazo derecho. Pasa, SEÑOR sanando el hombro
 y el brazo izquierdo.

• Sana, JESUCRISTO, los huesos, la sangre, las venas,
 arterias, articulaciones, linfáticos músculos, piel....

• Pasa curando, SEÑOR, cualquier mal que hay en la cabeza,
 dolor o enfermedad.

• Sana toda célula enferma, aunque no la conozca.
 Pon tu mano santa ahí, en esta célula donde se 
está generando quizá un enfermedad grave.

• Sana ya en el origen esta enfermedad, llévate a la
 cruz todo mal, toda enfermedad, toda perturbación.
 Derrama el fuego divino sanador, de arriba abajo.

• Sana, SEÑOR, cualquier mal espiritual, cualquier
 mal psíquico, cualquier más físico. SEÑOR JESÚS,
 en Ti confío. Tú estás aquí hoy, ahora mismo vivo,
 resucitado, escuchando, actuando.

• Actúa con poder por la SANGRE PRECIOSA de tu 
CRUZ. Por tus LLAGAS SANTAS,

• Por el PODER de la SANGRE DE CRISTO, por el poder
 del nombre de JESUCRISTO, espíritu de enfermedad,
 cualquiera que sea tu nombre, yo te reprendo, yo te ato,
 te ordeno que te marches para siempre de mi cuerpo y
 del cuerpo de un ser querido. Por el poder de la 
SANGRE de la CRUZ de CRISTO y por el poder 
de la PALABRA DE JESUCRISTO, yo te ordeno
 que te alejes para siempre.

• Yo te expulso de mi cuerpo y del cuerpo de mis 
hermanos. Por el PODER de la SANGRE DE JESÚS, 
por EL PODER de la SANGRE DE JESÚS, por el PODER 
de la PALABRA SANTA y PODEROSA de JESÚS,
 por el PODER de la RESURRECCIÓN DE JESÚS,
 YO te EXPULSO, espíritu de ENFERMEDAD, 
para siempre, en el nombre SANTO Y BENDITO DE JESÚS.

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