Ganar la batalla
Durante una batalla, un general japonés decidió atacar aún
cuando su ejército era muy inferior en número. Estaba confiado
que ganaría, pero sus hombres estaban llenos de duda.
Camino a la batalla, se detuvieron en una capilla.
Después de rezar con sus hombres, el general sacó
una moneda y dijo, "Ahora tiraré esta moneda.
Si es cara, ganaremos. Se es cruz, perderemos.
El destino se revelará".
Tiró la moneda en el aire y todos miraron atentos
como aterrizaba. Era cara.
Los soldados estaban tan contentos y
confiados que atacaron vigorosamente al enemigo
y consiguieron la victoria. Después de la batalla,
un teniente le dijo el general,
"Nadie puede cambiar el destino".
"Es verdad", contestó el general mientras mostraba la moneda
al teniente, que tenía cara en ambos lados.
Obviamente la historia es irreal en el sentido de que una
moneda no puede decidir nuestro futuro, sin embargo,
nos deja muy claro que muchas veces, hemos perdido la
batalla porque antes de iniciar nos creemos incapaces.
Es usual cuando hay exámenes por ejemplo, que muchos lo
han perdido antes de iniciar, pues su actitud así lo propicia.
Todos tenemos muchas situaciones hoy en
nuestra vida, y podemos enfrentarlas solos, con miedo,
con angustia y creyéndonos perdedores. O podemos confiar
en un Jesús que prometió estar con nosotros siempre,
y enfrentar con valentía lo que venga.
Por mas cansado que te encuentres, por más difícil que
veas la situación, aunque ya no sientas que tienes fuerzas.
Puedes ganar, puedes vencer, puedes seguir adelante.
Jesús está contigo.
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