Como escribió la filósofa mística carmelita Edith Stein,
"los fundamentos de toda vida en común son la confianza y la consideración. Un niño que se sepa seguro en el amor de su madre y que no conozca otra cosa que una relación completamente abierta, se relacionará con los demás de una manera franca y confiada, por los menos hasta que no sea objeto de experiencias malas, pero incluso cuando sufra desilusiones aquí o allá, no perderá su confianza en los hombres mientras permanezca imperturbable su fe en aquella persona tan cerca e importante para él".
"los fundamentos de toda vida en común son la confianza y la consideración. Un niño que se sepa seguro en el amor de su madre y que no conozca otra cosa que una relación completamente abierta, se relacionará con los demás de una manera franca y confiada, por los menos hasta que no sea objeto de experiencias malas, pero incluso cuando sufra desilusiones aquí o allá, no perderá su confianza en los hombres mientras permanezca imperturbable su fe en aquella persona tan cerca e importante para él".
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