domingo, 21 de diciembre de 2014

21 de diciembre, día de San Pedro Canisio


Hoy, 21 de diciembre, conmemoramos a San PEDRO CANISIO, Sacerdote, Doctor de la Iglesia.

SAN PEDRO CANISIO (1521-1597) nació en Nimega, Holanda, en la época del cisma protestante.

San Pedro Canisio vino al mundo con el nombre de Peter de Hondt, o Pietr Kanijs. Era hijo del burgomaestre de su ciudad, que quedaba entonces bajo el ámbito de los países alemanes.

De joven, Pedro estudió derecho canónico en Lovaina y derecho civil en Colonia; en esta ciudad pasaba su tiempo libre en el monasterio cartujo, y ahí leyó y estudió detenidamente un pequeño libro que acababa de aparecer: los Ejercicios espiritualesde Ignacio de Loyola.

Esta lectura fue crucial para San Pedro Canisio, pues transformó completamente su vida, decidiéndolo a ingresar, bajo la dirección del padre Pedro Faber, como octavo integrante y primer alemán de la Compañía de Jesús, en 1543.

A partir de entonces, San Pedro Canisio fue un gran difusor de la fe. Enseñó en las universidades de Colonia y Viena, y predicó el catolicismo en Alemania, Suiza, Austria y Bohemia.

A él se debe la publicación de las obras de San Cirilo de Alejandria, San León Magno y San Jerónimo. También participó activamente en el Concilio de Trento, como teólogo y consejero del papa Pío V.

San Pedro Canisio fue vocero de la comunidad católica en Colonia, cuyo arzobispo había abrazado el protestantismo, y también fue el fundador de la Orden Jesuita en Alemania, convirtiéndose en el segundo apóstol de ese país, luego de San Bonifacio.

Luego de fungir treinta años como Provincial de la Orden en los países alemanes, en 1580 San Pedro Canisio se traslada a Friburgo, Suiza, donde fundó un colegio, el cual con el tiempo se transformó en la Universidad de Friburgo.

En esa ciudad falleció el gran contrarreformista. San Pedro Canisio fue canonizado en 1925 por el papa Pío XI, quien también lo designó Doctor de la Iglesia.

SAN PEDRO CANISIO nos enseña la importancia de buscar siempre la concordia.


SAN PEDRO CANISIO

DOCTOR DE LA IGLESIA




PALABRA DE DIOS DIARIA

San Pedro Kanijs nació en Nimega, Holanda, en 1521, y puede ser definido como un hierrro colocado entre el yunque y el martillo, es decir, blanco de la irritación que su clara predicación suscitaba en los ambientes protestantes, y de la malevolencia que la envidia le procuraba entre los mismos compañeros de religión. Hijo del alcalde de Nimega, Pedro Kanijs, latinamente Canicius, tuvo la posibilidad de frecuentar óptimas escuelas: derecho canónico en Lovaina y derecho civil en Colonia.

En esta ciudad le gustaba pasar el tiempo libre en el monasterio de los cartujos. Nadie sospechaba que el joven abogado, al que el padre le había garantizado apoyo en su profesión, llevara debajo del vestido un cilicio. La lectura del breve opúsculo de los Ejercicios Espirituales, que hacía poco había escrito San Ignacio, determinó el cambio decisivo de su vida: terminada la piadosa práctica en Maguncia bajo la dirección del Padre Faber, entró en la compañia de Jesús y fue el octavo jesuita en profesar los votos solemnes. En la joven congregación pudo cultivar sus estudios preferidos y su amor por la erudición; a él se debe la publicación de las obras de San Cirilo de Alejandria, San León Magno, San Jerónimo y Osio de Córdoba.

Vivió en pleno clima de reforma y contrarreforma. Tomó parte activa en el concilio de Trento, como teológo del cardenal Truchsess y consejero del Papa. Se distinguió por la profundidad de su cultura teológica, por su celo y actividad, pero también por el espíritu conciliador. San Ignacio lo llamó a Italia, luego lo envió a Sicilia a fundar el primero de los famosos colegios, después a Bolonia a enseñar teología, para volverlo a enviar a Alemania, en donde durante treinta años, como superior provincial, empleó sus mejores energías en una época tan difícil marcada por la ruptura de la iglesia protestante. Se lo llamó con razón segundo apóstol de Alemania (el primero fue San Bonifacio).

Como escritor no sólo se dedicó a las obras de erudición, sino también y sobre todo a las catequéticas, adaptando la enseñanza a las capacidades de pequeños y de grandes. San Pío V le ofreció el cardenalato, pero Pedro Canisio 1e pidió al Papa que lo dejara en su humilde servicio a la comunidad, empleando el tiempo en la oración y en la penitencia. Murió en Friburgo (Suiza) el 21 de diciembre de 1597. En 1925 fue canonizado y declarado doctor de la Iglesia.


Pedro Canisio, Santo
Doctor de la Iglesia, 21 de diciembre 


Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Pedro Canisio, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y doctor de la Iglesia, que, enviado a Alemania, se dedicó con ahínco a defender la fe católica y a confirmarla con la predicación y los escritos, entre los que sobresale el Catecismo, y encontró el reposo de sus trabajos en Friburgo, población de Suiza. ( 1597)
San Pedro Kanijs nació en Nimega, Holanda, en 1521, y puede ser definido como un hierrro colocado entre el yunque y el martillo, es decir, blanco de la irritación que su clara predicación suscitaba en los ambientes protestantes, y de la malevolencia que la envidia le procuraba entre los mismos compañeros de religión. Hijo del alcalde de Nimega, Pedro Kanijs, latinamente Canicius, tuvo la posibilidad de frecuentar óptimas escuelas: derecho canónico en Lovaina y derecho civil en Colonia.

En esta ciudad le gustaba pasar el tiempo libre en el monasterio de los cartujos. Nadie sospechaba que el joven abogado, al que el padre le habia garantizado apoyo en su profesión, llevara debajo del vestido un cilicio. La lectura del breve opúsculo de los Ejercicios Espirituales, que hacía poco había escrito San Ignacio, determinó el cambio decisivo de su vida: terminada la piadosa práctica en Maguncia bajo la dirección del Padre Faber, entró en la compañia de Jesús y fue el octavo jesuita en profesar los votos solemnes. En la joven congregación pudo cultivar sus estudios preferidos y su amor por la erudición; a él se debe la publicación de las obras de San Cirilo de Alejandria, San León Magno, San Jerónimo y Osio de Córdoba.

Vivió en pleno clima de reforma y contrarreforma. Tomó parte activa en el concilio de Trento, como teológo del cardenal Truchsess y consejero del Papa. Se distinguió por la profundidad de su cultura teológica, por su celo y actividad, pero también por el espíritu concialiador. San Ignacio lo llamó a Italia, luego lo envió a Sicilia a fundar el primero de los famosos colegios, después a Bolonia a enseñar teología, para volverlo a enviar a Alemania, en donde durante treinta años, como superior provincial, empleó sus mejores energias en una época tan difícil marcada por la ruptura de la iglesia protestante. Se lo llamó con razón segundo apóstol de Alemania (el primero fue San Bonifacio).

Como escritor no sólo se dedicó a las obras de erudición, sino también y sobre todo a las catequéticas, adaptando la enseñanza a las capacidades de pequeños y de grandes. San Pio V le ofreció el cardenalato, pero Pedro Canisio 1e pidió al Papa que lo dejara en su humilde servicio a la comunidad, empleando el tiempo en la oración y en la penitencia. Murió en Friburgo (Suiza) el 21 de diciembre de 1597. En 1925 fue canonizado y declarado doctor de la Iglesia.

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