miércoles, 10 de diciembre de 2014

10 de diciembre, día de San Gregorio III


Hoy, 10 de diciembre, conmemoramos a San GREGORIO III, 90º Papa.

SAN GREGORIO III (¿?-741) nació en algún lugar de Siria, aunque se ignoran la fecha y el sitio exacto.

De San Gregorio III sabemos que desde joven había llegado a Roma, donde se estableció probablemente con su padre, que se llamaba Juan.

Ahí no solamente se ordenó sacerdote, sino que siguió una carrera de vida al servicio de la Iglesia.

Así, en 731, al morir el papa Gregorio II (quien también alcanzaría la santidad), San Gregorio III fue electo de manera unánime como sucesor suyo y de San Pedro.

El pontificado de San Gregorio III se caracterizó principalmente por su defensa de las imágenes sagradas en el llamado conflicto de los iconoclastas.

El mismo año de su elección, el emperador de Oriente, León III, había proclamado un edicto en contra de la veneración de imágenes, al cual el papa San Gregorio III respondió con una categórica revocación.

Esta negativa dio lugar a una confrontación política de gravedad, que culminó con el papa excomulgando al emperador por hereje iconoclasta.

Por otro lado, para contener el avance de los lombardos desde el norte de Italia, San Gregorio III pactó con el rey lombardo Liutprando.

Más tarde, sin embargo, convocó para su protección al rey de los francos, Carlos Martell, enemigo de Liutprando, haciendo valer el atributo papal de defensor civitatis.

San Gregorio III se preocupó también por proteger el legado de San Pedro y por promocionar la evangelización de Alemania. A las limosnas que recibía de Inglaterra las llamaba “Óbolo de San Pedro”.

En la vida cotidiana, San Gregorio III se distinguió por su caridad, llegando a ser conocido como el “Amigo de los pobres”. Durante los más de diez años de su pontificado, la Ciudad Eterna se vio revitalizada.

SAN GREGORIO III nos enseña la importancia del celo para defender los valores de la Iglesia.



Gregorio III, Santo
Papa, 10 de Diciembre 



XC Papa

Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, san Gregorio III, papa, que procuró la predicación del Evangelio a los germanos y, en contra de los iconoclastas de la Urbe, adornó las iglesias con sagradas imágenes. (741)

El Papa Gregorio III fue hijo de un siriano llamado Juan. No se conoce la fecha de su nacimiento. Su reputación por el aprendizaje y sus virtudes, fueron tan grandes que los romanos lo eligieron como papa por aclamación, cuando él acompañaba el funeral de su predecesor, el 11 de febrero de 731.

Él no fue consagrado más que un mes después de su elección. Se presume que la espera de la confirmación de la elección fue por las consideraciones en Ravenna. En materia de iconoclasmos, él siguió la política de su predecesor. Envió delegados y legados en relación con la persecusión del emperador León III, desarrolló dos sínodos en Roma (731) en los cuales se condenaron las herejías. Como forma de protestar contra el emperador, hizo que se dieran honores especiales a las imágenes y reliquias en particular a las de San Pedro. Existen fragmentos de inscripciones de estos tiempos, que dan cuenta de estas condiciones en la Basílica del Vaticano, algo que él construyó y frente a las cuales se oraban y recitaban oficios especiales.

La respuesta de León ante los argumentos y apologías de las adoraciones que se llevaban a cabo en oriente y occidente, fue tomar los patrimonios papales en Calabria y Sicilia, o donde quiera que se tuviera poder en Italia. Esas posesiones fueron trasferidas al patriarca de Constantinopla, una jurisdicción ecleciástica que eran tenidas, ambas, por el papa con anterioridad. En ello tuvo un papel importante la Prefectura de Illyricum. Gregorio III confirmó la decisión de sus predecesores con los respectivos derechos de los Patriarcas de Aquilea y Grado, y envio el “pallium” a Antonio de Grado.

Con otorgar también derechos a Egbert de York, estaba siguiendo los acuerdos de San Gregorio I, quien había dejado claro que York tenía los derechos metropolitanos en el norte de Inglaterra, y que Canterbury los tenía en el sur. Tanto Tatwine y Nothelm de Canterbury recibieron el “pallium” en sucesión de Gregorio III (731 y 736).

A su requerimiento, Gregorio III extendió el mismo apoyo y ayuda a San Bonifacio, lo que le había sido dado también por Gregorio II. “Refuerzo que excedió por la ayuda del afecto de la Sede Apostólica”, con ello el santo continuó con alegría, su glorioso trabajo por la conversión de Alemania. Cerca del 737, Bonifacio vino a Roma por tercera ocasión para una recuento de su actividad, y para disfrutar de una conversación “que compartía vida” con el Papa. A petición de Gregorio, el monje y gran viajero, San Willibald, fue a asistir a su primo Bonifacio en sus tareas.

El final del período pontificial de Gregorio estuvo cargado de problemas por acción de los lombardos. Dándose cuenta de la ambición que tenía Liutprand, Gregorio completó la restauración de las murallas de Roma, lo que había sido iniciado por sus predecesores. También trajo de retorno Gallese, algo importante en la vía, de Transmundo, Duque de Spoleto. Esto permitió tener abiertas las comunicaciones entre Roma y Ravenna.

En el 739, Liutprand estuvo de nuevo en armas. Sus tropas avanzaron abrumadoramente, y él mismo marchó hacia el sur subyugando a los Duques de Spoleto y Bevento, así como al Ducado de Roma. Transamund huyó a Roma y Gregorio imploró ayuda al gran jefe francés, Charles Martel. Después de un tiempo aparecieron embajadores del Vice-Rey (subreguladores) de Frank, en Roma (739).

El hecho de que llegaran, en medio del calor del verano, trajo un paz momentánea. Pero al año siguiente. Liutprand tomó nuevamente el campo. Esta vez los romanos dejaron sus murallas y ayudaron a Transmundo a recobrar Spoleto. Cuando, no obstante, se había recuperado su ducado, él no pudo cumplir con el requerimiento de Gregorio en tanto recobrar para el papa “las cuatroa ciudades del ducado de Roma que se habían perdido”.

Fue en medio de todas estas guerras y rumores de guerra, que murió Gregorio. Fue sepultado en el oratorio de Nuestra Señora, el cual había construido para él en San Pedro. Murió en 741.

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