miércoles, 3 de septiembre de 2014

Suplica de la santísima Virgen María a que todos se consagren a su Corazón Inmaculado ¡Consagraos a mi Corazón!


eterno-consuelo

A quien se consagra a mi Corazón Inmaculado, vuelvo a prometerle la salvación del error en este mundo y la salvación eterna. Con el acto de consagración ustedes ponen en mis manos su vida. Yo misma he manifestado mi Voluntad en Fátima, cuando me aparecí en 1917. Lo he pedido insistentemente, a través de los mensajes confiados a mi Movimiento Sacerdotal. Hoy pido de nuevo a todos la consagración a mi Corazón Inmaculado. Suplico que esta consagración, pedida por Mí con tan preocupada insistencia, se haga por los obispos, los sacerdotes, por los religiosos y por los fieles. Llevad a todas partes del mundo mi anuncio maternal y llamad a todos mis hijos a entrar, con su acto de consagración en el refugio luminoso y seguro de mi Corazón Inmaculado.



Consagración

Virgen de Fátima, Madre de Misericordia, Reina del Cielo y de la tierra, refugio de los pecadores, nosotros adhiriéndonos al Movimiento Mariano, nos consagramos de modo especialísimo a tu Corazón Inmaculado.

Con este acto de consagración queremos vivir Contigo y por medio de Ti todos los compromisos aceptados con nuestra consagración bautismal. Nos comprometemos además, a realizar en nosotros aquella interior conversión tan requerida por el Evangelio, que nos libre de todo apego a nosotros mismos y a los fáciles compromisos con el mundo, para estar como Tú sólo dispuestos a cumplir siempre la Voluntad del Padre.

Y mientras intentamos confiarte, Madre dulcísima y misericordiosa, nuestra existencia y vocación cristiana para que Tú dispongas de ella para tus planes de salvación en esta hora decisiva para el mundo; nos comprometemos a vivirla según tus deseos, particularmente en todo lo que se refiere a un renovado espíritu de oración y de penitencia a la participación fervorosa en la celebración de la Eucaristía y al apostolado, al rezo diario del Santo Rosario y un austero modo de vida, conforme al Evangelio, que sirva a todos de buen ejemplo en la observancia de la Ley de Dios y en el ejercicio de las virtudes cristianas, especialmente en la pureza.

Te prometemos también estar unidos al Santo Padre, a la jerarquía y a nuestros sacerdotes, hasta el punto de poner una barrera al proceso de oposición al Magisterio que amenaza los fundamentos mismos de la Iglesia.

Bajo tu protección queremos ser hoy los apóstoles de ésta tan necesaria unidad de oración y de amor al Papa, para quien te suplicamos una protección especial.

Finalmente te prometemos conducir a las almas con las que entremos en contacto en cuanto nos sea posible una renovada devoción hacia Ti

Consientes de que el ateísmo ha hecho naufragar en la fe a un gran número de fieles, que la desacrasalización ha entrado en el templo santo de Dios y que el mal y el pecado invaden cada vez más el mundo, osamos alzar confiados los ojos a Ti Madre de Jesús y Madre nuestra misericordiosa y potente, e invocarte también hoy y esperar de Ti y de tu Hijo Jesucristo la salvación de todos sus hijos.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María

No hay comentarios: