Cuantos de nosotros hemos pasado por desiertos quizá sin darnos cuenta o bien que ya salimos de él; ¿pero que es un desierto? Te preguntaras, pues simplemente alguna situación en la que vives. Este desierto está lleno de pruebas, obstáculos, espejismos, engaños y hasta falsas esperanzas, pero también oasis donde puedes refrescarte para seguir el camino.
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Mateo 4,1
En cierta etapa de nuestras vidas somos llevados a ese desierto al que fue Jesús motivados por el Espíritu, para fortalecernos en la Fe y sabiduría. ¿Es necesario este desierto en nuestras vidas? La respuesta es que si seguimos a Jesús, si es necesario y si no también pero los resultados no son los mismo. Por qué no siempre lo sabemos cruzar, nuestra Fe flaquea y ese desierto puede prolongarse por tiempos muy largos o cortos según como lo tomemos y es que no estaremos solos sino que también nos acompañara el tentador a tratar de hacernos morir en el intento de pasarlo.
Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Mas él respondió: Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna. Jesús le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, todo esto te daré si postrándote me adoras. Dícele entonces Jesús: Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto. Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.
Mateo 4 3,12
Estas son las tentaciones de Jesús, pero cuales son las tuyas, puede ser que te alejes de tu familia por una propuesta de trabajo o bien puede ser que te alejes de Dios por la partida de un familiar o quizá te alejes de la iglesia por algo que te dijeron y ahora serás protestante, en realidad no lo sé puedo citarte muchos ejemplos, pero aquí lo importante es cómo está tu Fe para afrontarlas porque es algo que inevitablemente vivirás en tu desierto.
“Las tentaciones, el bullicio, las preocupaciones, son las armas de nuestro enemigo. No lo olviden: si hace tanto ruido, es señal de que está afuera y no dentro. Lo que debiera espantarnos sería que reinase la paz y la armonía entre nuestra alma y el demonio.” (P.Pio)
Para salir victorioso de las tentaciones tienes que vivir una relación íntima con el que ya las venció y claro que me refiero a Jesús de Nazaret, teniendo una relación con el podrás vencer ya que lo imitaras en todo momento en la oración ya que la oración es la línea directa de comunicación directa con El, eso te ayudara a tomar decisiones importantes en este caminar. Lo siguiente es pedir ayuda a los que ya pasaron por estas situaciones como por ejemplo todos los santos del cielo, María Santísima que estarán ahí para ti si tú se los pides, para que oren por ti y te den la confianza de que “si se puede”, también a tu familia y amigos de comunidad, siempre tendrás un buen consejo o palabras de apoyo para que sigas caminando sin detenerte. Lo peor que puedes hacer es estar solo, deprimirte o enojarte ya que esto te llevaran al fracaso o a tu propia muerte.
Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre gritos de alegría. Se van, se van llorando los que siembran la semilla, pero regresarán cantando trayendo sus gavillas. Salmo 126
Algo importante que también tenemos que tener siempre, es la esperanza que un día llegaremos al final del desierto y que se puede pasar hasta con una sonrisa en el rostro. Por eso animo sigue en pie de lucha, confía en el Señor, hasta acompañar por nuestra madre santísima y no te rindas porque Dios siempre escucha, vela por nosotros y está ahí para ti, así que no te sientas solo que hay una familia inmensa orando por ti para que salgas vencedor de esta prueba que pasas.
“La fe y la esperanza son las dos alas del alma, con ellas se eleva de las cosas terrenas y asciende de lo visible a lo invisible.” (San Antonio de Padua)
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