lunes, 15 de septiembre de 2014

La Coronilla de la Divina Misericordia



Se utiliza un rosario común de cinco decenas.
 

1. Comenzar con un Padre NuestroAvemaría, y Credo.


2. Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro) decir:

"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
para el perdón de nuestros
pecados y los del mundo entero
."


3. En las cuentas pequeñas del Ave María:

"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero
."


4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres
veces:

"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero
."

" Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas, y el océano de Misericordia se abrió por todo el mundo. O fuente de Vida, Oh Misericordia Infinita, envuelve todo el mundo y desocúpate sobre nosotros.
Oh Sangre y Agua que brotaste del Santísimo Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros en ti confío ".
 



Según el diario de Santa María Faustina Kowalska:

"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia."
"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador
."

Nuestro Señor Jesucristo, también le prometió a Santa Margarita Maria de alacoque (1646-1690):

"Prometo, en el exceso de la misericordia de mi corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen nueve primeros viernes del mes seguido, la gracia de la penitencia final. No morirán en mi desgracia ni sin recibir los sacramentos, y mi corazán sera su seguro refugio en aquella hora"
 

Obras de Misericordia

 

Obras de Misericordia Espirituales:

1.  Aconsejar a los desorientados
Jesús nos dice: "si un ciego guía a otro los dos caerán en un pozo" (Mt. 15:14). Hay muchos desorientados cerca nuestro. Pero difícilmente podríamos mostrarles el camino, si no hay luz dentro nuestro. El consejo que corresponde dar no es sólo la palabra. Es el testimonio de una vida limpia y entregada. Es la luz de vivir en la verdad, con todo lo que eso cuesta. Y también con la palabra. Hay verbos que indican esto: aclarar (=hacer claro); iluminar (=dar luz). Aclaremos e iluminemos cuando es preciso, para que el prójimo pueda adquirir libertad espiritual.
2Instruir a los ignorantes
Jesús nos dice: "el que cumpla y enseñe los mandamientos será grande en el Reino de los cielos" (Mt. 5:19). La ignorancia verdadera es un atenuante moral. Pero, tristemente, hay algunos que desean mantenerse en la ignorancia para no asumir sus compromisos. Es una ignorancia "afectada". Y es preciso instruirlos. La Iglesia manda que los pastores dediquen sus mejores esfuerzos a instruir a los fieles. Los demás cristianos colaboran en esta tarea misericordiosa. ¿Quién conoce el Evangelio y vive de Jesús perfectamente?. Los santos nos dieron ejemplo, ansiando salir de su ignorancia. Aprendamos de la Beata Faustina que siendo casi analfabeta escribió cosas sublimes sobre la unión mística con Dios.
3. Corregir a los que se equivocan
Ha sido normal de la vida en la Iglesia que los errores deben corregirse apenas detectados. Eso proviene de la norma evangélica (Mt. 18:15) que si un hermano peca hay que corregirlo inmediatamente. Incluso S. Pablo explica cómo debe hacerse la corrección: "corregir con espíritu de mansedumbre el que corrige como sujeto pecador también y con la realidad de la tentación a la puerta (Gal. 61).  La corrección debe ser fruto del Espíritu Santo, por consiguiente, humilde. Pero no se debe dejar pasar por alto, lo exige una misericordia bien comprendida.
4. Consolar a los afligidos
Jesús dice: "Felices los afligidos porque Dios los consolará" (Mt. 5:5). Hay consuelo de Dios, que El hace por medio del Espíritu Santo directamente en nuestro corazón. Pero, además, Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se trata de decir a la gente: no llores, sino de buscar las palabras de la Escritura que mejor sirven para cada situación. Lo mejor es acostumbrase a rezar, meditar y repetir los salmos en ellos encontramos el mejor consuelo para dar.

5. Sostener de buen grado a los que están a nuestro cargo
S. Pablo decía a los cristianos de Efeso con mucha humildad mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor (Ef 4:2). A veces nos cuesta comprender que las dificultades de la ancianidad o la enfermedad deterioran a los seres queridos y que ya no reaccionan como quisiéramos. La relación se hace difícil. Es un momento de elevar nuestra vida de unión a Dios, pues sin la Gracia del Espíritu Santo no podremos ser misericordiosos con los que nos necesitan.
6. Perdonar las injurias
Esta obra de misericordia es la más costosa. Tanto que Pedro preguntó a Jesús cuantas veces debería perdonar al que lo ofendiese. La respuesta de Jesús "setenta veces siete" (Mt. 18:21-22) significa sencillamente "siempre". Lo que Jesús pide parece un imposible: "Yo les digo: amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores" (Mt. 5:44). Poco a poco el Espíritu Santo nos permitirá ir realizando este ideal de santidad, como lo hizo en la Beata Faustina.
7. Rogar a Dios por todos los vivos y difuntos
Esta obra trata de un aspecto de la vida del cristiano que solemos descuidar: la oración de intercesión. Intercesión viene del verbo "interceder" y quiere decir que pedimos nosotros lo que otros no se atreven o no merecen. Es un acto de caridad especial que va constituyendo el tejido íntimo de la Iglesia. S. Pablo decía a una comunidad: "oramos y pedimos sin cesar por ustedes" (Col. 1:3-9; Hech 8:15). Conviene acostumbrarse a orar incesantemente por nuestros parientes más cercanos, y no sólo por los vivos, sino también por los difuntos. La Beata Faustina intercedía constantemente por los pecadores, los moribundos y las almas del purgatorio.

Obras de Misericordia Corporales:


1. Dar de comer al hambriento
Pertenece al núcleo del Evangelio. Es una exigencia para todos los cristianos. Supone que se conozcan mínimamente las necesidades de un pueblo. La comida es esencial para la supervivencia humana. En esta obra, la misericordia se manifiesta en el alimento corporal dado al que lo necesita. Nuestra devoción nos conduce a este tipo de caridad, no sólo en circunstancias extremas, sino en cualquier momento y a otra gente, incluso alejada.
2. Dar de beber al sediento
Se trata de la sed corporal, e. d., de la necesidad de bebida y líquidos para evitar la deshidratación. No es un añadido a la primera obra, pues el cuerpo humano está compuesto en un 70% de agua. Esta obra no se refiere a una actitud individual, sino tiene marcada incidencia social. Evitar derroche de agua, promover le descubrimiento de agua pura en zonas difíciles, contribuir a los gastos de saneamiento e higiene de lugares que carecen de aguay y son focos de infección o enfermedad. Jesús se identificaba con el sediento, el que no tiene agua y el que enfermó por beber aguas dañadas o lavarse con aguas sucias.
3. Vestir al desnudo
Hay gente que paga sumas importantes por trajes de baño minúsculos hechos para realizar la desnudez. Esa falta de pudor no anula que hay millones qu carecen de ropa en zonas cálidas y frías. Si pensamos en el costo de unas zapatillas comprenderemos que millares de campesinos de América Latina y otras partes del mundo, nunca en su vida podrán adquirirlas. La misericordia nos llama a salir al encuentro de esa necesidad, desprendiéndonos de la ropa superflua y los calzados no usados que duermen en los armarios durante años. Los dirigentes tendrán que aceptar que el trabajo es más importante que el capital y merece una paga más justa. Mientras llega la hora de una justicia mejor, los católicos no podemos cruzarnos de brazos. Hay hermanos que mueren de frío.
4. Visitar enfermos y presos
En el enfermo se manifiesta con claridad la vulnerabilidad de la existencia humana. Es un necesitado, no sólo de cuidado sanitario, sino de afecto, consuelo, elevación espiritual. La enfermedad produce consecuencias que nos asombran, incluso en personas conocidas. Cristo mismo estuvo gravemente enfermo durante el Viernes Santo. Su tortura por parte de los soldados, y la traición y el abandono de los suyos también vulneraron su cuerpo humano. Y si bien su voluntad permaneció unida a la de su Padre, su cuerpo experimentó el dolor que acompaña a la enfermedad; pero, además, Jesús estuvo preso en ese Viernes Santo y, por consiguiente, sin posibilidad de ser ayudado por quienes hubiesen hecho lo posible para hacerle menos penosa su situación.
Esta obra de misericordia reconoce estas situaciones de Jesús y nos manda visitar; nada más. No consiste en ir a dar consejos, ni averiguar qué mal se halla fulano, no curiosear, ni hechar en cara. Sólo visitar en actitud de hermano frágil y vulnerable como el que recibe la visita. Las condiciones de la visita son: humildad y amor de Dios, comprensión y generosidad interior.
5. Dar albergue al peregrino
Esta obra parece retrotraernos a la Edad media y nos hace imaginar el "camino de Santiago de Compostela" o de las famosas peregrinaciones a Tours. Tiene, con todo, un aspecto moderno; las peregrinaciones no han terminado. No se hacen ya como antes, pero siguen existiendo y pertenecen al mundo religioso de los que buscan a Dios y lo adoran. Albergar al peregrino hoy es un llamado a los que viven en las ciudades sedes de santuarios para que ayuden como puedan a los que llegan buscando la misericordia de Dios. Poner a disposición sanitarios, bebidas, remedios y lugar de descanso puede ser una manera de recibir al peregrino, que es Cristo.
6. Redimir al cautivo
Esta obra parece que pasó de moda. Sin embargo, además de los rehenes por motivos políticos, existen hoy nueve esclavos y hay que redimir de nuevas esclavitudes que amenazan a la humanidad. Un ejemplo es la selección de temas que organiza la TV para dirigir la atención; la manipulación política, la violencia, la drogadicción, la extorsión, la corrupción, los negociados, los privilegios innecesarios. Los cristianos queremos marcar la diferencia en una sociedad cuyo principal interés parece el éxito económico y la diversión.
7. Sepultar a los muertos
Esta obra también parece arcaica. Pero, los devotos de Jesús Misericordioso nos esmeramos en preparar las tumbas de los difuntos para las visitas de oración al cementerio. Proponemos tres visitas: 1) en la mañana de la Pascua para los que participaron en la Vigilia Pascual que comienza en las últimas horas del Sábado Santo; 2) en el día del aniversario del fallecido, que es como el nacimiento para el Cielo; 3) alrededor del 2 de noviembre que es la conmemoración de los fieles difuntos. Para eso, preparamos las tumbas con amor, poniendo flores frescas, limpiando e incluso colocando carteles con una oración para que recen los parientes. 

Para escuchar y descargar el archivo de Audio del mensaje que Jesús da a la humanidad,

haga click en el cuadro .(Formato mp3).



 

Sobre la Confesión con el Sacerdote

 

Palabras del Señor a la Hermana Faustina Kowalska de Polonia (beatificada)


Cuando tu vayas a la confesión, a esta fuente de Misericordia; la Sangre y Agua que fluyó de my Corazón siempre fluye sobre tu alma... En el Tribunal de la Misericordia [El Sacramento de la Reconciliación] ... los milagros mas grandes toman lugar y se repiten incesantemente ...Aquí la miseria del alma se encuentra con el Dios de Misericordia.
Vengan con fe a los pies de mi representativo... Yo mismo estoy esperandoles allí. Yo tan solo estoy escondido por el Sacerdote... Yo mismo actúo en tu alma... Haz tu confesión ante Mi.
La persona del Sacerdote es, para mi, solamente una pantalla. Nunca analices que clase de Sacerdote es que Yo estoy usando; ábrele tu alma en la confesión como si lo hicieras conmigo, y Yo te llenaré con My Luz...
Así estuviera un alma como un cadáver descompuesto, de tal manera que desde el punto de vista humano no hubiera esperanza de restauración y que todo ya estuviera perdido, no es así con Dios.
El milagro de la Divina Misericordia restaura esa alma en plenitud.... Desde esta fuente de Misericordia las almas atraen gracias solamente con la vasija de la confianza. Si su confianza es grande, no hay limite a mi generosidad.



Nuestro Señor ha enfatizado la necesidad de que nosotros vayamos a la confesión y de que le recibamos en la Sagrada Eucaristía para que podamos obtener los mas grandes regalos de su Misericordia.

Como Católicos tenemos la fuente de Misericordia en el confesionario y en la Preciosa Sangre de la Eucaristía.
 

" Proclamemos este mensaje "


Nuestro Señor le enseño a la Hermana Faustina una plegaria para implorar misericordia, le pidíó que rezara incesantemente la Coronilla de la Divina Misericordia. Le hizo estas promesas:

687 Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su ultimo refugio de salvación. Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia 
1541 Hija mía, alienta las almas para que digan la coronilla que Yo te he dado. Me agrada complacer todo lo que ellas me piden diciendo la coronilla. Cuando los pecadores empedernidos la dicen, Yo les llenare sus almas de paz, y la hora de sus muertes será feliz. 

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