Mateo 18, 1-5. 10, 12-14. Tiempo Ordinario. Él permite es lo mejor para nosotros, aunque muchas veces no lo entendamos con claridad | |
En aquel tiempo se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: ¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos? Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños. Oración introductoria Espíritu Santo, dame tu luz en este momento de oración. Con la confianza de un niño pido también la intercesión de mi ángel de la guarda, de modo que tenga la docilidad para escuchar la Palabra y seguirla, como una oveja sigue a su pastor. Petición Jesús, concédeme el don de buscar, con la sencillez y la nobleza de un niño, el amor. Meditación del Papa Francisco Cuando un cristiano olvida la esperanza, o peor, pierda la esperanza, su vida no tiene sentido. Es como si la vida estuviera delante de un muro: nada. Pero el Señor nos consuela con la esperanza. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos a los corderos y hace recostar a las madres. Esa imagen de llevar los corderos sobre el pecho y llevar dulcemente a las madres: esta es la ternura. El Señor nos consuela con ternura. Dios es poderoso y no tiene miedo de la ternura. Él se hace ternura, se hace niño, se hace pequeño. El mismo Jesús lo dice: "Así es la voluntad del Padre, que ni siquiera uno de estos pequeños se pierda". A los ojos del Señor cada uno de nosotros es muy, muy importante. Y Él se da con ternura. Y así nos hace ir adelante, dándose con esperanza. Esto ha sido principalmente el trabajo de Jesús. (Cf. S.S. Francisco, 10 de diciembre de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta). Reflexión ¿Quién no se conmueve ante la sonrisa de un niño? En cambio, si un joven es irresponsable, le acusamos de ser como un niño, un infantil, un inmaduro. ¿Cómo es posible, entonces, que Jesús nos diga que debemos hacernos niños para entrar en el reino de los cielos? El mismo Jesucristo en otro momento de su vida reconoce que un adulto no puede entrar en el seno de su madre y volver a nacer. En cambio, hay elementos de la etapa infantil que conviene mantener durante toda la vida y enriquecerlos con la madurez de la vida adulta. La sencillez e inocencia del niño le lleva a confiar planamente en sus papás. Él sabe que sus padres le quieren mucho y buscan siempre lo mejor para su vida. Dios, como Padre de nuestras vidas, desea también que, como hijos suyos, confiemos en Él, con la certeza de que su amor cuida de nosotros y, por lo tanto, todo lo que Él permite es lo mejor para nosotros, aunque muchas veces no lo entendamos con claridad. Para un niño es fácil entender que Dios se ayuda de sus ángeles para protegerle. Del mismo modo, el adulto ha de mantenerse en la sencillez del niño, para reconocer la necesidad que tiene de ayuda y para dejar actuar a su ángel custodio. ¿Creemos en nuestro ángel custodio o ya le hemos relegado a ser un objeto de superstición? Propósito Ante las tentaciones que se me puedan presentar hoy, pedir a Dios su gracia para evitar, incluso, el pecado venial. Diálogo con Cristo Gracias, Señor, por mi ángel de la guarda y por la gran esperanza que surge de esta meditación. La cultura admira a la persona que por su propio esfuerzo tiene éxito, y esto es bueno. Pero, como tu hijo, debo tener una visión más amplia: atesorar esa confianza y dependencia a tu gracia, que es la que realmente logrará la trascendencia de mi vida. Además, siempre recordar que hay muchas ovejas sin pastor que no deben quedarse atrás ni perderse, si en mí está el poder ayudarles a volver o encontrar el redil. martes 12 Agosto 2014Martes de la decimonovena semana del tiempo ordinarioSanta Juana Francisca Chantal ![]() Leer el comentario del Evangelio por Santa Faustina Kowalska : «El que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los Cielos» Ezequiel 2,8-10.3,1-4.
Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te voy a decir; no seas rebelde como ese pueblo rebelde: abre tu boca y come lo que te daré.
Yo miré y vi una mano extendida hacia mí, y en ella había un libro enrollado. Lo desplegó delante de mí, y estaba escrito de los dos lados; en él había cantos fúnebres, gemidos y lamentos. El me dijo: Hijo de hombre, come lo que tienes delante: como este rollo, y ve a hablar a los israelitas. Yo abrí mi boca y él me hizo comer ese rollo. Después me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas con este libro que yo te doy. Yo lo comí y era en mi boca dulce como la miel. El me dijo: Hijo de hombre, dirígete a los israelitas y comunícales mis palabras. Salmo 119(118),14.24.72.103.111.131.
Me alegro de cumplir tus prescripciones,
más que de todas las riquezas. Porque tus prescripciones son todo mi deleite, y tus preceptos, mis consejeros. Para mí vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata. ¡Qué dulce es tu palabra para mi boca, es más dulce que la miel! Tus prescripciones son mi herencia para siempre, porque alegran mi corazón. Abro mi boca y aspiro hondamente, porque anhelo tus mandamientos. Mateo 18,1-5.10.12-14.
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?".
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial. ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron. De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : Santa Faustina Kowalska (1905-1938), religiosa Pequeño diario § 244
De nuevo han comenzado los cotidianos días grises. Pasaron los instantes solemnes de mis votos perpetuos, pero esta gracia de Dios tan grande permanece en mi alma. Siento que soy toda de Dios, sé que soy su hija, siento que soy toda entera propiedad de Dios. Experimento eso incluso de manera física y sensible. En todo estoy completamente tranquila porque sé que pensar en mí es asunto del Esposo. Me olvido completamente de mí misma.
Mi confianza en su misericordiosísimo Corazón no tiene limites. Estoy continuamente unida a él. Me doy cuenta que es como si Jesús no pudiera ser feliz sin mí, ni yo sin él. Sin embargo comprendo muy bien que siendo él Dios es feliz en sí mismo, y que para su felicidad no tiene absolutamente ninguna necesidad de ninguna criatura, pero es su bondad que le fuerza a darse a su criatura, y esto con una inconcebible generosidad. |

*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
martes, 12 de agosto de 2014
El más grande en el Cielo
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