jueves, 15 de septiembre de 2011

San Columbano Abad



Fiesta: 23 de noviembre

De sus instrucciones:
La grandeza del hombre consiste en su semejanza con Dios, con tal de que la conserve
El que tenga sed que venga a mí y que beba
Tú, Señor, eres todo lo nuestro


Nació en Leinster, Irlanda alrededor del 559. Recibió una buena educación clásica en Clonard, escuela fundada por San Finnian. Era un joven guapo y sentía una gran debilidad hacia las mujeres. Se sentía dividido entre el mundo y el deseo de entregarse a Dios. Buscó dirección con una religiosa mayor quien le ayudó a entender la seriedad del peligro en que se encontraba y le aconsejó que se fuera de aquel ambiente. El joven se decidió y aunque su madre trató de detenerlo tirándose a sus pies, su determinación estaba firme.

Mas tarde escribió: "Nada es mas dulce que una conciencia limpia, nada mas seguro que la pureza del alma"

Por un tiempo Columbano vivió en una isla en Lough Erne. Comprendió que no se podía evitar la batalla pero que había que librarla en el campo escogido por Dios y no por el diablo. Allí estudió la Biblia y escribió un comentario sobre los salmos.

Mas tarde, viviendo en Bangor, sintió la llamada a ser misionero pero no estaba seguro que fuese la inspiración del Espíritu Santo. Le pidió a su superior, el abad San Comgall quien al principio se lo negó pero mas tarde al ver la obediencia de Columbano reconoció que en verdad era la voluntad de Dios.

Tenía unos 45 años cuando se fue de Irlanda con doce monjes. Trabajó en Wales (Inglaterra) donde se le añadieron otros monjes. Llegaron a Francia donde la fe prácticamente se había perdido. La predicación y el ejemplo de los monjes irlandeses hizo que otros les siguieran.

Los monjes construyeron un monasterio en Luxeuil que fue gobernado por Columbano por 25 años. Vivían en profunda oración y penitencia. También predicaban y oraban por los enfermos. En una ocasión se sanó una señora. Su esposo trajo una carreta de pan y vegetales, lo cual fue providencial dada la pobreza que sufría el monasterio.

Columbano solía ausentarse del monasterio por largo tiempo para irse a orar como ermitaño en un cueva del bosque. Un día caminando por el bosque con la Biblia, Columbano pensaba si prefería ser víctima de las bestias salvajes o de hombres malos. Se persignó muchas veces mientras pensaba en eso y penetraba en el bosque. De pronto aparecieron 12 lobos que venían hacia el. Inmovil, mientras los lobos le rodeaban, rezó: "Dios, mira por mi ayuda: Señor date prisa en socorrerme" Los lobos se acercaron y el se mantuvo inmovil. Entonces los lobos se fueron. Continuó su camino solo para encontrarse con unos ladrones. Ellos también se fueron sin tocarlo. El obispo Chamnoald dice que Columbano llamaba a las criaturas salvajes y estas venían y jugaban con el.

En una ocasión, estando en su cueva recibió un mensaje del Señor de que muchos de sus monjes estaban enfermos. Enseguida se fue al monasterio en Luxeuil y le dijo a los enfermos que se levantaran a trabajar con el maiz. Los obedientes se sanaron al instante. Pero los desobedientes siguieron enfermos. Muchos otros milagros, como multiplicar alimentos para sus comunidad, dar vista a un ciego y domesticar un oso para la agricultura.

Después de Luxeuil fundaron un monasterio en Fountains. Siguieron otros en Francia, Alemania, Suiza e Italia. Columbano los regía a todos y escribió la regla de vida. Esta fue aprobada por el Concilio de Macon en 627 pero mas tarde fue remplazada por la regla benedictina.

No le faltaron obstáculos. Los obispos de la región se le opusieron. No les agradaba la independencia que gozaba como abad, su influencia y las prácticas célticas que trajo. En especial objetaban al rito con que celebraba la Pascua. En el año 602 lo llamaron a juicio. En vez de presentarse le envió una carta recomendando que tengan mas sínodos y que se preocupen de cosas mas importantes. La disputa se alargó y Columbano apeló a los Papas. Cuando se mudó a Italia adoptó el calendario romano.

También tuvo problemas cuando confrontó la corrupción de la corte. Fue encarcelado en Besancon pero escapó y regresó a Luxeuil. Entonces Thierry y Brunehault enviaron una tropa armada para forzarle junto con los otros monjes irlandeses a regresar a Irlanda. Pero tan pronto como el barco partió, una tormenta los regresó a tierra. El capitán lo tomó como un signo y liberó a los monjes. Viajaron evangelizando hasta los lagos del centro de Europa (Suiza). Allí fundaron un monasterio pero por problemas políticos en la región tuvieron que trasladarse a Italia, llegando a Milán en el año 612. Allí Columbano predicó y escribió contra el arrianismo y el nestorianismo. El rey lombardo en gratitud le dio un terreno situado entre Milán y Génova donde se encontraba casi en ruinas una iglesia en honor a San Pedro. Los monjes la reconstruyeron y fundaron una abadía desde la que monjes evangelizaron el norte de Italia por siglos.

Hacia el final de su vida le informaron que sus antiguos perseguidores habían muerto y sus monjes querían que regrese al norte pero el no quiso. Sabiendo que le faltaba poco, se retiró a una cueva y murió como lo había predicho. Sus monjes continuaron orando y evangelizando. Fundaron mas de cien monasterios para avanzar la fe y la cultura.


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