martes, 11 de abril de 2017

ORACIÓN ANTE EL MONUMENTO EL JUEVES Y VIERNES SANTO - TRIDUO PASCUAL


Oración ante el Monumento el Jueves y Viernes Santo

AL ENCUENTRO DEL DIOS DE LA VIDA
Señor Jesús, gracias por quedarte con nosotros. Y por invitarnos a estar aquí contigo. En ocasiones no somos capaces de comprender lo que significa tu presencia en la Eucarística, en la Palabra Sagrada, en mí y en la persona que está junto a mí. Eres luz, eres fuerza, eres amor. Ahora –a través de tu pasión- pasas por la noche, pero nos iluminas. Ahora te sientes débil, pero nos fortaleces. Ahora nos pides amor, pero tú nos amas primero. Gracias por estar en los hermanos y hermanas. No quiero olvidar que muchos en este momento se sienten solos, están enfermos, sufren las consecuencias de la guerra o la desunión familiar, las injusticias, o son perseguidos y apenas puedes sobrevivir. Cada una de estas personas viven un Getsemaní muy actual y muy vivo. Tú, Jesús, estás ahí. También nosotros queremos unirnos espiritualmente a ellos y a ti, pues sentimos la necesidad de estar contigo, Señor. Como aquella mujer de Samaría, me siento en el brocal del pozo y me dispongo a conversar, porque siento la necesidad de de estar contigo.


HIMNO INICIAL (Porque siento la necesidad de estar contigo)
Porque Siento La Necesidad
Porque siento la necesidad de estar un rato contigo,
porque siento la necesidad de saber que eres mi amigo;
porque siento la necesidad de comentar lo ocurrido
hace casi dos mil años cuando fuiste concebido.

Jesús, eres la Verdad, la Palabra que no ha de pasar,
 Tú eres el Verbo hecho carne y yo creo que estás vivo,
Tú eres el Verbo hecho carne y yo creo que estás vivo.

 Porque siento la necesidad de recorrer tu camino
 de Belén hasta el calvario, de la pobreza al olvido.
 Porque siento la necesidad de estar un rato contigo
 para sofocar mi llanto al saberme redimido.

 Jesús eres la Verdad, el mundo pasa, Tú no has de pasar,
 cuando vuelvas a juzgarnos llévame al cielo contigo.

Porque siento la necesidad revivo lo que has sufrido
para redimir con sangre del pecado a su cautivo.
Porque siento la necesidad de vivir lo que has vivido,
paso a paso, golpe a golpe, hasta encontrarme contigo.
(Gonzalo Mazarrasa)

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS (1Carta de Juan cap.3)
Hermanos: Mirad que amor nos ha tenido el Padre, para llamarnos hijos de Dios, pues lo somos. El mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él. Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque aún no se ha manifestado lo que seremos, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque le veremos tal como es. Este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos. Conocemos qué es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros;  así también, nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos. Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos. Palabra de Dios

REFLEXIÓN A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS
Hay quien dice, que uno de los problemas que tenemos los cristianos hoy en día, es que aun no nos hemos acabado de creer que somos hijos e hijas de Dios. Es cierto. Puede que sea causa de la educación clásica recibida en muchos casos, otra causa puede ser el considerar a Dios tan altísimo, que se nos escapa de las manos…etc. Pero el evangelista Juan, el amigo de Señor, no deja lugar a la certeza al admitir que tú y todas las personas somos hijos de Dios. Él nos creo por amor. Solo por amor y nada más. Y nos puso en el mundo con una vida a desarrollar, en la cual –si decimos seguir a Jesús- debemos ocuparnos de hacer el bien. El monumento del Jueves y Viernes santos es una ocasión propicia para que hagas examen de tu vida, de lo que eres y de lo que vives. No se trata de hacer solo un examen las nuestras cosas negativas, no. Jesús el Hijo de Dios, esta ante ti, en ti y por ti. Como Él mismo, eres causa de la creación de Dios. Ofrécele a Dios todo lo que eres, tu existencia. Piensa en tu vida, en las personas con las que la compartes y reflexiona si respondes al amor de Dios, amándolos y respetándolos a ellos. Dios nos ama y nos busca en la vida. Lo hace para que todo aquello que Él nos da, nos enriquezca. Para luego poder nosotros poder enriquecer la existencia de otros. Aliviando sus penas, consolando al atribulado, siendo bálsamo ante la adversidad, cordialidad en la desavenencia y abrazo fraterno que siempre acoge sin preguntar nada. Piensa un poco en tu vida en lo bueno y en lo no tan bueno. Para ayudarte, debes hacer el siguiente ejercicio.

INVOCACIÓN A DIOS POR NUESTRAS MANOS
Cuando hayas pensado en tu vida, extiende las manos y míratelas. Se capaz de aplicar a cada dedo de tu mano una virtud tuya, una cualidad que poseas. Hazlo sin reparos. Luego, de la misma manera aplica a cada dedo una causa de tu vida que sea negativa o bien tengas que mejorar o rectificar. Quizás esto último te cueste más, pues no somos dados a reconocer nuestras miserias. Cuando lo hagas, ofrécele a Dios todo lo que eres. Hazlo de corazón y sin reservas. El te ama y hoy no viene a tu vida con reproches. Está aquí para conversar contigo. Tras un momento de interiorización, lee la oración “Por las obras de tus manos” 


Dios y Padre bueno, que nos amas y nos buscas. Aquí tienes mis manos. Han sido causa de certezas y de tribulaciones. De abrazos y desprecios. De amor y de desamor. De caricias y de situaciones alejadas del amor y la compasión. Todo te lo ofrezco, Padre. Aquí, ante tu Hijo Jesús “el amor de los amores”; te pido que sea capaz de establecer un compromiso firme ante ti, Dios; para crucificar junto a tu hijo las obras de mis manos que me han apartado de tu mirada y de los hermanos que están junto a mí. Si Jesús se entregó por el mundo, ¿cómo no voy a poner yo mi granito de arena por tu Reino? Permíteme Señor, conciencia justa y determinación para llevar a cabo la obra de tu amor. Ante ti pongo mi empeño de resucitar con Cristo a una vida nueva, para que mis manos se llenen de obras de vida, esperanza, misericordia y así llegue a la plenitud ante Ti, Padre. Te lo pido por Jesús, Camino, Verdad y Vida; que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO…
PRECES. Pon ahora en ante la Presencia del Señor, las necesidades del mundo. Lo que necesites para ti, díselo en último lugar.

PLEGARIA DE CONCLUSIÓN
Tu reino, Señor, se hace presente
cuando se fomenta la justicia y es respetada la libertad.
Cuando todos somos hijos tuyos, los sueños se deletrean:
Amistad, hermanos, paciencia, caridad.

Tu reinado, Señor, viene a nosotros siempre que el pueblo dispone

de sustento, vivienda, trabajo y sanidad.
Tú nos enseñas, por Jesús,
a vivir con dignidad la vida
y a festejarla en la fraternidad.

En tu reino, Señor, no caben privilegios
de quienes se creen el fruto de la espiga
en honor y dignidad.
Eres un Dios vivo, enemigo de los ídolos humanos,
y no hay mayor cansancio que el tuyo.

El reino que predicaste llega casi de puntillas,
se revela y está escondido. Es simiente que se esparce
por los campos y levadura que fermenta entre la masa,
luz que muestra el horizonte a los perdidos.

El Reino de Dios, según los evangelios,
es un banquete de bodas, un adviento de ternura
que reparte los panes
en las manos frágiles de los que gozan detrás del corazón.
(Casiano Floristan)

¡BUENA PASCUA!                                          
Pastoral Litúrgica del Triduo Pascual



Posted: 08 Apr 2017 03:18 PM PDT
Esta tarde, víspera del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, tuve una grata conversación con un amigo adulto con el que coincido en diversos puntos de vista de diversas cuestiones. Hablamos de varios temas, la fe entre ellos. Esta persona siente un pronunciado hastío por la iglesia actual y mucha de las organizaciones que la conforman. Y esa tesitura nos podemos encontrar muchas personas creyentes, que mantenemos la fe –como suelo decir- aun a pesar de los posibles naufragios. 

"Ojala los creyentes nos afanemos en permitir en primer lugar que Jesús entre triunfal en nuestro corazón, para luego ser nosotros mismos cauce a través del cual otros experimentes la cercanía de Dios, su amor y su justicia"

Personalmente tanto en la iglesia como en alguna organización en la que nos llamamos “hermanos” siento respecto de algunas personas, una falta absoluta de sentido de la justicia hacia mi persona. Pero de la mente que no está iluminada con la luz de la conciencia y la ética, no se puede esperar nada. Solo será nuestro aliado el tiempo, la gratuidad hacia Dios por tantos otros dones recibidos y la certeza de que la vida a cada cual le da la oportunidad de ponerse en su sitio. 

“Yo cada vez creo menos”, me dijo esta persona con la que conversaba. Y yo le contesté que al contrario que él, yo en la etapa de mi vida en la que vivo siento mi fe robusta como nunca creí poder alcanzar. Tengo una fe absoluta en Dios y en lo mucho y bueno que es capaz de obrar en y desde los humanos –creyentes y no creyentes- y toda materia animada y que posee la propia esencia de su Santo Espíritu. 
Y a este convencimiento se llega después de hacer mil reflexiones, orado la Palabra otras tantas y haber recibido cien palos en la espalda; pues todo ello nos educa y nos ofrece clarividencia absoluta y sabiduría necesaria para saber escoger la mejor parte y que no nos la quiten. Y estoy convencido, de que cada vez que una persona alcanza lo que podemos llamar cierta clarividencia o iluminación respecto de la dualidad existencial y la perspectiva de la fe; es un triunfo del pueblo. 
Jesús de Nazaret (laico y persona de pueblo) alcanzó esta clarividencia o iluminación tras un profundo proceso de discernimiento personal por prematuro que fuera. Nadie llega al mundo convencido de que es el hijo unigénito (biológico) de Dios y con atrévetes para proclamarlo a los cuatro vientos. Jesús de Nazaret, como cada uno de nosotros tuvo su proceso de discernimiento y asimilación de su vocación personal, con sus luces y sus sombras, y por eso hizo todo lo que hizo testimoniando hasta el extremo. 
El domingo de ramos no fue algo casual. Fue algo que Jesús preparó con sumo detalle sin dejar de lado la perspectiva que él pretendía, causar un escándalo formidable y bien que lo consiguió. Para que se cumpliera la escritura de la que era conocedor se montó en un pequeño borrico, pero no debemos olvidar que “detrás de toda esta escena está implícita la antigua profecía de Zacarías, en la que se contrapone la entrada triunfal de Alejandro Magno en alguna de las ciudades conquistadas por él y la del salvador mesiánico que vendrá un día a liberar al pueblo de Dios, y que mateo cita, pero que debía ser evidente para muchos de los que se encontraban presentes: -¡salta de alegría, Sión, lanza gritos de júbilo Jerusalén, porque se acerca tu rey justo y victorioso, humilde y montado en un asno”[1] (Fco.Javier Sáenz de Maturana) 
La fecha más probable de la entrada de Jesús en Jerusalén tras muchos estudios, es el día 2 de Abril exactamente. Pero eso es solo un detalle casi anecdótico. El triunfo de Jesús en su entrada en Jerusalén se revitaliza cada vez que un hijo o hija de Dios asume su vocación –sea la que sea- y entrega su persona, causa y trabajo por el Reino de Dios y su justicia. 
Un Reino que llega de puntillas a nuestras vidas, con la misma sencillez con el elemento con el que Jesús fue aclamado como fuente de renovada esperanza, unas ramas de olivo. Ojala los creyentes nos afanemos en permitir en primer lugar que Jesús entre triunfal en nuestro corazón, para luego ser nosotros mismos cauce a través del cual otros experimenten la cercanía de Dios y su amor. Deseo una feliz semana santa a todas las personas, la vivan como la vivan. Si hay una oportunidad para la espiritualidad, el sentido de hermandad y la recuperación del carisma cristiano mejor que mejor. Nos veremos en Pascua y en el Triduo Pascual.
Fraternalmente, Floren.


Hosanna cantan fogosos,
Los niños al rey que viene.
Es verdad que solo tienen
corazones ardorosos.

Luego la pasión proclaman
de Jesucristo piadoso,
ritmo ágil cadencioso
que aprenden de las hermanas.

“Sores” que vienen y van
labor cayada y silente,
las hijas de San Vicente
hijas de la Caridad

De esta mañana el azul
lo comparten con la gente,
las hijas de San Vicente,
San Vicente de Paul.


(Fragmento del Pregón de Semana Santa de Estepa de D. Manuel Santos Ortega, dedicado al Domingo de Ramos y las monjas de la guardería)

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