Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
María, elevada por Dios sobre toda otra criatura, para ser Madre santísima de Jesucristo, es, al mismo tiempo, totalmente humana como nosotros, de nuestra misma naturaleza.
Es verdad que Dios la hizo maravillosamente hermosa, santa y sublime, para que ella pudiera ayudarnos; pero la hizo humana, para que pueda comprender mejor a los hermanos y mejor pudiera compadecerse de nosotros; para que pudiera consolarnos cuando estamos tristes, alentarnos cuando nos caemos, levantarnos cuando el pecado parece derrotarnos, llevarnos a Dios cuando nos alejamos.
Confía ilimitadamente en María, sabiendo que jamás se ha oído decir que ninguno haya acudido a su protección sin haber recibido su auxilio.
Madre, cúbreme con el manto de tu bondad.
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