Construir la paz
A la obra gigantesca de la paz mundial, tú puedes aportar tu sonrisa, la paz de tu propio corazón, porque quien está en paz consigo mismo, la irradia a su alrededor, a la familia, al círculo de amigos, al entorno de su trabajo cotidiano. Además trata de evitar toda intolerancia y discriminación. Ahí tienes un programa, simple y fácil, para ser un constructor eficaz de la paz.
La paz es posible en la medida en que es posible el amor (Mons. Pironio). Sin amor no puede haber paz; pero con amor en cualquier circunstancia, se puede construir la paz. No nos quejemos tanto de que en el mundo no haya paz; pongamos nosotros un poco más de amor y estaremos todos un poco más cerca de la paz (Alfonso Milagro). Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor (Saint Exupery). Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos (Martin Luther King). Una sola guerra será siempre absolutamente justa: la guerra contra la miseria (Abbé Pierre).
Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, concordia y convivencia. Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar y comenzar una vida nueva cada día. Desea sinceramente la colaboración, la buena vecindad y el gozo de la fraternidad y del servicio.
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