Beatificado en Vitoria Pedro de Asúa
Este arquitecto, sacerdote vizcaíno, martirizado en 1936, es el 1.524 mártir del siglo XX en España elevado a los altares
La concatedral de Vitoria o catedral nueva, dedicada María Inmaculada Madre de la Iglesia, acogió a partir de las 5 de la tarde del sábado 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, la beatificación del sacerdote de la diócesis de Vitoria Pedro de Asúa y Mendía (1890-1936), martirzado el 29 de agosto de 1936 en la localidad cántabra de Liendo, en el monte Candino.
Los números 3-747 y 3-751 de ecclesia, en sus respectivas páginas 14 y 6, informaron previamente de esta beatificación y de la semblanza del nuevo beato. Con él son ya 1.524 los mártires del siglo XX en España elevados a los altares.
La celebración de su beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. El Santo Padre, que firmó el decreto de su martirio el pasado 27 de enero, se refirió a esta beatificación tras el ángelus del 1 de noviembre. “Hoy en Vitoria es proclamado beato Pedro Asúa Mendía. Sacerdote humilde y austero, predicó el Evangelio con la santidad de vida, la catequesis y la dedicación a los pobres y necesitados. Detenido, torturado y asesinado por haber expresado su deseo de permanecer fiel al Señor y a la Iglesia, representa para nosotros un maravilloso ejemplo de la fuerza en la fe y de testimonio de la caridad”.
Dieciocho obispos concelebraron con el cardenal Amato y con el nuncio en España, monseñor Renzo Fratini. Fueron el obispo de Victoria (Miguel Asurmendi), el cardenal-arzobispo de Valencia, los arzobispos de Valladolid (a su vez, presidente de la CEE), Burgos, Pamplona, Tarragona y emérito de Malanje (Angola), los obispos de Bilbao, San Sebastián (el titular y el emérito), Calahorra y La Calzada-Logroño, Tarazona Santander y Pointe Noire (Congo) y los auxiliares de Pamplona y de Madrid (Martínez Camino).
El rito de la beatificación tuvo lugar, como es habitual, al comienzo de la celebración. El obispo de Vitoria fue el encargado de solicitarla formalmente. A continuación, el postulador de la causa, el padre Aitor Jiménez, leyó una semblanza biográfica de Pedro de Asúa y el cardenal Amato procedió a la lectura de las letras apostólicas mediante las cuales se le inscribe en el libro de los beatos. Una vez proclamada la fórmula de beatificación , se descolgó el tapiz conmemorativo, se cantó el Gloria y se presentaron unas reliquias del nuevo beato, cuya memoria litúrgica, al igual que la de los otros 1.523 mártires del siglo XX en España, será el 6 de noviembre de cada año.
Tanto la carta apostólica de beatificación como la homilía del cardenal Amato subrayaron que Asúa murió perdonando, “una muestra más de su identificación con Cristo y de su coherencia con lo que, como sacerdote, predicaba y enseñaba” y que el nuevo beato “dono la vida para la edificación del Reino”.
Esta ha sido la primera beatificación celebrada en Vitoria. A ella se sumaron, junto a muchos cientos de fieles, representantes institucionales vascos como el delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo; los consejeros de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, y de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi; el diputado general de Álava, Javier de Andrés; y el alcalde de Vitoria,Javier Maroto.
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