miércoles, 26 de noviembre de 2014

26 de noviembre, día de San Siricio



Hoy, 26 de noviembre, conmemoramos a San SIRICIO, 38º Papa.

SAN SIRICIO (¿?-399) nació en Roma, probablemente; se desconoce la mayor parte de su vida antes de llegar a la Silla de San Pedro.

Durante el pontificado del papa Liberio (352-366), San Siricio se encontraba ya al servicio de la Iglesia. Pero no fue sino hasta el final del largo pontificado de San Dámaso (366-384), que San Siricio aparece en primer plano.

El sucesor natural del papa San Dámaso era para muchos San Jerónimo, de quien había sido protector. Sin embargo, debido a su carácter iracundo y fogoso, la elección recayó en vez en San Siricio. San Jerónimo prefirió marcharse entonces de Roma a la soledad de una cueva cerca de Belén.

Desde el principio, San Siricio mostró su voluntad de buscar siempre el equilibrio y la moderación, y se apoyó para su gobierno en el obispo de Milán, San Ambrosio.

Fue el primer obispo de Roma y sucesor de San Pedro que se llamó a sí mismo “papa”; no se sabe si esto es una derivación de la palabra griega para “padre”, o si se trata de un acrónimo del título: “Petri-Apostoli-Potestatem-Accipiens”, o sea “El que recibe la potestad del apóstol Pedro”.

Esto concuerda con su firmeza para defender la primacía del obispo de Roma, lo cual hizo incluso de manera más enérgica que su predecesor.

Asimismo, San Siricio fue el primer papa que empleó el yo mayestático, que es en plural, para dictar sus decretos, diciendo “nosotros” en vez de “yo”, o bien “ordenamos” en vez de “ordeno”.

En el año 390, San Siricio consagró la basílica de San Paolo fuori le Mura, o San Pablo Extramuros, en Roma. Falleció en la Ciudad Eterna en 399, luego de 15 años de pontificado.

Fue, sin embargo, hasta el siglo XVIII, durante el papado de Benedicto XIV (1740-1758), que San Siricio fue incluido en la lista de los santos de la Iglesia.

SAN SIRICIO nos enseña el valor de oponernos al extremismo y a la intemperancia.

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