jueves, 4 de septiembre de 2014

Matar el error, amar al que yerra.

El pecado original. 


Yerran tanto quienes propugnan la doctrina de que el hombre es completamente malvado, como quien dice que el hombre es completamente bueno.
La verdad es que el hombre es creado bueno, pero el pecado original mancha su alma y viene a este mundo con una naturaleza buena pero inclinada al mal, que es lo que se llama concupiscencia.
Quien no entienda esto o no lo crea, se pone en situación de fracasar como maestro de hombres, puesto que no los sabrá tratar. Es por ello que la enseñanza oficial en los estados prácticamente fracasa siempre, puesto que se basa en que el hombre es completamente bueno (liberalismo), o completamente malo (marxismo), y no aciertan a enfocar que el hombre es de naturaleza caída.
Por eso quien niega el pecado original, se pone en situación de equivocar todos sus métodos de enseñanza y de educación, y quedará en el error.
Al diablo le gusta la dialéctica, y suele llevar a las almas y a la sociedad, desde un extremo del error, al otro extremo del error, pero nunca busca el justo medio, que es siempre la virtud.
Así que cuando veamos al capitalismo liberal que combate contra el comunismo ateo, sepamos que son dos errores, que parecen opuestos, pero que en definitiva se basan en la mentira, y tienen como fundamento el error.

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