sábado, 6 de septiembre de 2014

El Hijo del hombre, señor del sábado





Lucas 6, 1-5. Tiempo Ordinario. Lo importante es amar a Dios y su voluntad, con un corazón sencillo y verdadero.
 
El Hijo del hombre, señor del sábado
El Hijo del hombre, señor del sábado
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 1-5

Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban y comían espigas desgranándolas con las manos. Algunos de los fariseos dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito en sábado? Y Jesús les respondió: ¿Ni siquiera habéis leído lo que hizo David, cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban? Y les dijo: El Hijo del hombre es señor del sábado.

Oración introductoria

Señor, te alabo y te bendigo por todo lo que has hecho para nosotros. Gracias por tus dones. No permitas que una actitud farisaica me aleje de tu ley del amor. Que esta oración guíe mi día para amarte hoy más que ayer, porque sólo Tú eres digno de ser amado sobre todas las cosas.

Petición

Dios mío, te pido me concedas vivir con fidelidad el primer mandamiento de tu Ley que me manda amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.

Meditación del Papa Francisco

Cuando hablo de prudencia no pienso en una actitud paralizadora, sino en una virtud de quien gobierna. La prudencia es una virtud de gobierno. También lo es la audacia. Hay que gobernar con audacia y con prudencia.
Hablé del bautismo y de la comunión como alimento espiritual para seguir adelante, y que se debe considerar como un remedio y no como un premio. Algunos pensaron inmediatamente en los sacramentos para los divorciados que se han vuelto a casar, pero yo nunca hablo de casos particulares: solo quería indicar un principio. Debemos tratar de facilitar la fe de las personas más que controlarla. El año pasado en Argentina denuncié la actitud de algunos sacerdotes que no bautizaban a los hijos de madres solteras. Es una mentalidad enferma. (S.S. Francisco, entrevista 10 de diciembre de 2013).

Reflexión

Jesús, caminando con los suyos, atraviesa un sembrado. Una jornada de normalidad en donde se dan cita el hambre, el cansancio y las preguntas sobre la Ley.

Comer las espigas en día de sábado suponía el esfuerzo de desgranarlas con las manos, y ese trabajo no estaba permitido hacer en sábado; por eso los celosos de la guarda de la Ley recriminan a los discípulos y se atreven a encararse con Jesús.

Si Jesús ha venido al mundo y se ha hecho uno entre los hombres es para decir al hombre que está salvado; que los mandamientos de "santificar las fiestas, no trabajar en sábado..." son caminos por los que el hombre va a Dios, disposiciones que hacen encontrar al hombre la plenitud de su ser. La Ley por si misma no tiene sentido, es la pedagogía de Dios que ayuda al hombre a hacerse más humano y a la vez mas cercano a su fin.

Jesús es señor del sábado, está por encima de toda norma y quiere enseñar a los suyos que con un corazón libre todo es posible de realizar, porque lo importante es cumplir la voluntad de Dios con un corazón sencillo y verdadero. No podemos dejar que las cosas nos esclavicen, debemos usarlas para nuestra realización personal con la libertad de saber prescindir de ellas porque creemos que Dios es nuestro único todo, nuestra plenitud.

Propósito

Hacer una oración por las personas que critican a la Iglesia, y a sus pastores, para que encuentren el camino a su conversión.

sábado 06 Septiembre 2014

Sábado de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario

San Zacarías Profeta

Leer el comentario del Evangelio por
Catecismo de la Iglesia Católica: “El hijo del hombre es dueño del sábado”

1 Corintios 4,6b-15.
Hermanos:
Yo les puse mi ejemplo y el de Apolo, a fin de que aprendan de nosotros el refrán: "No vayamos más allá de lo que está escrito", y así nadie tome partido orgullosamente en favor de uno contra otro.
En efecto, ¿con qué derecho te distingues de los demás? ¿Y qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
¡Será que ustedes ya están satisfechos! ¡Será que se han enriquecido o que se han convertido en reyes, sin necesidad de nosotros! ¡Ojalá que así fuera, para que nosotros pudiéramos reinar con ustedes!
Pienso que a nosotros, los Apóstoles, Dios nos ha puesto en el último lugar, como condenados a muerte, ya que hemos llegado a ser un espectáculo para el mundo, para los ángeles y los hombres.
Nosotros somos tenidos por necios, a causa de Cristo, y en cambio, ustedes son sensatos en Cristo. Nosotros somos débiles, y ustedes, fuertes. Ustedes gozan de prestigio, y nosotros somos despreciados.
Hasta ahora sufrimos hambre, sed y frío. Somos maltratados y vivimos errantes.
Nos agotamos, trabajando con nuestras manos.
Nos insultan y deseamos el bien. Padecemos persecución y la soportamos. Nos calumnian y consolamos a los demás. Hemos llegado a ser como la basura del mundo, objeto de desprecio para todos hasta el día de hoy.
No les escribo estas cosas para avergonzarlos, sino para reprenderlos como a hijos muy queridos.
Porque, aunque tengan diez mil preceptores en Cristo, no tienen muchos padres: soy yo el que los ha engendrado en Cristo Jesús, mediante la predicación de la Buena Noticia.

Salmo 145(144),17-18.19-20.21.
El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad.

El Señor cumple los deseos de sus fieles,
escucha su clamor y les da la salvación;
el Señor protege a todos sus amigos
y destruye a los malvados.

Mi boca proclamará la alabanza del Señor:
que todos los vivientes bendigan su santo Nombre,
desde ahora y para siempre.



Lucas 6,1-5.
Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?".
Jesús les respondió: "¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?".
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Catecismo de la Iglesia Católica
§ 1166-1167 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)

“El hijo del hombre es dueño del sábado”

"La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón 'día del Señor' o domingo" (SC 106). El día de la Resurrección de Cristo es a la vez el "primer día de la semana" (Jn 20,1), memorial del primer día de la creación, y el "octavo día" en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor" (Sal 118, 24), el "día que no conoce ocaso" (cf. Maitines de Pascua del rito bizantino»). El "banquete del Señor" (1Co 11,20) es su centro, porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que los invita a su banquete (cf Jn 21,12; Lc 24,30):

«El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación» (San Jerónimo; Ma 3,20).

El domingo es el día por excelencia de la asamblea litúrgica, en que los fieles "deben reunirse para, escuchando la Palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios, que los hizo renacer a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos» (SC 106; 1P 1,3): «Cuando meditamos, [oh Cristo], las maravillas que fueron realizadas en este día del domingo de tu santa y gloriosa Resurrección, decimos: Bendito es el día del domingo, porque en él tuvo comienzo la Creación [...] la salvación del mundo [...] la renovación del género humano [...] en él el cielo y la tierra se regocijaron [...]. Bendito es el día del domingo, porque en él fueron abiertas las puertas del paraíso para que Adán y todos los desterrados entren en él sin temor» (Fanqîth, Breviarium iuxta ritum Ecclesiae Antiochenae Syrorum).




No hay comentarios: