martes, 9 de julio de 2013

Nicanor Ascanio, Beato

Mártir Franciscano, Julio 10
 
Nicanor Ascanio, Beato
Nicanor Ascanio, Beato

Sacerdote y mártir de la Primera Orden Franciscana
(1814‑1860)

Beatificado por Pío XI el 10 de octubre de 1926.

Nicanor Ascanio nació en Villarejo de Salvanes, provincia de Madrid, en 1814. A los 16 años tomó el hábito de los Hermanos Menores, continuó sus estudios y se ordenó sacerdote. Fue director de las Hermanas Concepcionistas y párroco en su tierra natal. Oración, penitencia, celo de la gloria del Señor, deseo de consagrarse por entero a las misiones hicieron de él un sacerdote modelo.

En los años juveniles había soñado en la vida apostólica, el sacrificio y el martirio, pero durante 26 años esos deseos se habían quedado en meros sueños. La venerable Sor María de los Dolores, muerta con fama de santidad el 27 de enero de 1891, le había asegurado que Dios lo quería misionero en Tierra Santa y mártir en la patria de Jesús. El Beato Nicanor, obediente a la voz del cielo, muchas veces oída en sus largas horas de oración, parte lleno de gozo para Tierra Santa, tierra que sería para él teatro de dinámico apostolado, de luchas, de sacrificios y de martirio.

Llegado a Jerusalén, oró intensamente junto al Santo Sepulcro, el Calvario y Getsemaní, en la gruta de Belén y en todos los demás santuarios. Fue enviado a Damasco para aprender la lengua árabe bajo la dirección del Beato Carmelo Volta, cuando se avecinaba la persecución religiosa.

El 10 de julio de 1860 los musulmanes lo conminaron a renunciar a la fe cristiana y abrazar la religión de Mahoma si quería salvar su vida. Nicanor, todavía poco conocedor de la lengua árabe, no comprendió de inmediato lo que se le pedía, pero en cuanto lo pudo entender, respondió enérgicamente: “Soy cristiano, mátenme. Yo creo en Cristo y no en el profeta Mahoma!”. Al instante fue asesinado cortándole la cabeza. Así se cumplieron las voces misteriosas que había escuchado muchas veces en su corazón y la profecía de la hermana concepcionista María de los Dolores.

Fue un episodio tristísimo, debido más que todo al fanatismo y a la crueldad de los drusos, los cuales la noche entre el 9 y el 10 de julio en Damasco hicieron una irrupción en el convento de los franciscanos, en el barrio cristiano, centro reconocido y floreciente. También se habían refugiado dentro tres cristianos maronitas, martirizados junto con los ocho franciscanos. Nicanor en el momento del martirio tenía 46 años.

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